domingo, 28 de junio de 2020

Solemnidad San Pedro y San Pablo - Apóstoles y Mártires - Fiesta 29 de junio




Origen de la Fiesta




Son apóstoles, testigos de Jesús que dieron un gran testimonio. Se dice que son las dos columnas del edificio de la fe cristiana. Dieron su vida por Jesús y gracias a ellos el cristianismo se extendió por todo el mundo. Los cadáveres de San Pedro y San Pablo estuvieron sepultados juntos por unas décadas, después se les devolvieron a sus sepulturas originales. En 1915 se encontraron estas tumbas y, pintadas en los muros de los sepulcros, expresiones piadosas que ponían de manifiesto la devoción por San Pedro y San Pablo desde los inicios de la vida cristiana. Se cree que en ese lugar se llevaban a cabo las reuniones de los cristianos primitivos. Esta fiesta doble de San Pedro y San Pablo ha sido conmemorada el 29 de junio desde entonces.


San Pedro



  • Nombre: Shimón Bar Ioná
  • Apodo: Cefas (Pedro)
  • Nacimiento: Betsaida, Galilea
  • Fallecimiento: c. 67 Roma, por crucifixión
  • Venerado en: Iglesia católica
  • Principal Santuario: Basílica de San Pedro, Vaticano
  • Festividad: 29 de junio, junto a San Pablo
  • Atributos: Llaves, libro (por sus cartas católicas), roca, barca, atributos papales, gallo, mitra, una cruz invertida (por la forma en que fue martirizado).
  • Patronazgo: Sobre pescadores, constructores y reparadores de redes de pescar, cosechadores, panaderos, carniceros, zapateros, cerrajeros, relojeros, albañiles, constructores de puentes, constructores de barcos; protector contra la fiebre, el envejecimiento; patrón de la Iglesia Universal, de la Santa Sede y el Papado; de Roma.

Fue uno de los doce apóstoles de Jesús. Su nombre era Simón, pero Jesús lo llamó Cefas que significa "Piedra" y le dijo que sería la piedra sobre la que edificaría Su Iglesia. Por esta razón, le conocemos como Pedro. Era pescador de oficio y Jesús lo llamó a ser pescador de hombres, para darles a conocer el amor de Dios y el mensaje de salvación. Él aceptó y dejó su barca, sus redes y su casa para seguir a Jesús. Pedro era de carácter fuerte e impulsivo y tuvo que luchar contra la comodidad y contra su gusto por lucirse ante los demás. No comprendió a Cristo cuando hablaba de sacrificio, cruz y muerte y hasta le llegó a proponer a Jesús un camino más fácil; se sentía muy seguro de sí mismo y le prometió a Cristo que nunca lo negaría, tan sólo unas horas antes de negarlo tres veces.






Vivió momentos
muy importantes junto a Jesús



  • Vio a Jesús cuando caminó sobre las aguas. Él mismo lo intentó, pero por desconfiar estuvo a punto de ahogarse. 
  • Presenció la Transfiguración del Señor. 
  • Estuvo presente cuando aprehendieron a Jesús y le cortó la oreja a uno de los soldados atacantes. 
  • Negó a Jesús tres veces, por miedo a los judíos y después se arrepintió de hacerlo. 
  • Fue testigo de la Resurrección de Jesús. 
  • Jesús, después de resucitar, le preguntó tres veces si lo amaba y las tres veces respondió que sí. Entonces, Jesús le confirmó su misión como Jefe Supremo de la Iglesia. 
  • Estuvo presente cuando Jesús subió al cielo en la Ascensión y permaneció fiel en la oración esperando al Espíritu Santo. 
  • Recibió al Espíritu Santo el día de Pentecostés y con la fuerza y el valor que le entregó, comenzó su predicación del mensaje de Jesús. Dejó atrás las dudas, la cobardía y los miedos y tomó el mando de la Iglesia, bautizando ese día a varios miles de personas. 
  • Realizó muchos milagros en nombre de Jesús.



    San Pablo



    • Nombre: Saulo de Tarso
    • Apodo: Apóstol de los gentiles
    • Nacimiento: c.9 Tarso (actual Turquía)
    • Fallecimiento: c.67 Roma
    • Venerado en: Iglesia católica.
    • Principal Santuario: Basílica de San Pablo Extramuros, Roma
    • Festividad: 29 de junio (martirio junto a Pedro)
    • Atributos: Espada, carta o un libro.
    • Patronazgo: Roma, Grecia, Malta, teólogos y prensa católica. 

    Su nombre hebreo era Saulo. Era judío de raza, griego de educación y ciudadano romano. Nació en la ciudad de Tarso. Era inteligente y bien preparado. Había estudiado en las mejores escuelas de Jerusalén. Era enemigo de la nueva religión cristiana ya que era un fariseo muy estricto. Estaba convencido y comprometido con su fe judía. Quería dar testimonio de ésta y defenderla a toda costa. Consideraba a los cristianos como una amenaza para su religión y creía que se debía acabar con ellos a cualquier costo. Se dedicó a combatir a los cristianos, quienes tenían razones para temerle. Los jefes del Sanedrín de Jerusalén le encargaron que apresara a los cristianos de la ciudad de Damasco. En el camino de Damasco, se le apareció Jesús en medio de un gran resplandor, cayó en tierra y oyó una voz que le decía:

    "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"

    Con esta frase, Pablo comprendió que Jesús era verdaderamente Hijo de Dios y que al perseguir a los cristianos perseguía al mismo Cristo que vivía en cada cristiano. Después de este acontecimiento, Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos no veía nada. Lo llevaron a Damasco y pasó tres días sin comer ni beber. Ahí Ananías, obedeciendo a Jesús, hizo que Saulo recobrara la vista, se levantara y fuera bautizado. Tomó alimento y se sintió con fuerzas. Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco y después empezó a predicar a favor de Jesús, diciendo que era el Hijo de Dios. Saulo se cambió el nombre por Pablo. Fue a Jerusalén para ponerse a la orden de San Pedro.




    La conversión de Pablo fue total y es el más grande apóstol que la Iglesia ha tenido. Fue el "apóstol de los gentiles" ya que llevó el Evangelio a todos los hombres, no sólo al pueblo judío. Comprendió muy bien el significado de ser apóstol, y de hacer apostolado a favor del mensaje de Jesús. Fue fiel al llamado que Jesús le hizo en el camino a Damasco. Llevó el Evangelio por todo el mundo mediterráneo. Su labor no fue fácil. Por un lado, los cristianos desconfiaban de él, por su fama de gran perseguidor de las comunidades cristianas. Los judíos, por su parte, le tenían coraje por "cambiarse de bando". En varias ocasiones se tuvo que esconder y huir del lugar donde estaba, porque su vida peligraba. Realizó cuatro grandes viajes apostólicos para llevar a todos los hombres el mensaje de salvación, creando nuevas comunidades cristianas en los lugares por los que pasaba y enseñando y apoyando las comunidades ya existentes.






    Esta conversión siguió varios pasos




    • Cristo dio el primer paso: Cristo buscó la conversión de Pablo, le tenía una misión concreta.
    • Pablo aceptó los dones de Cristo: El mayor de estos dones fue el de ver a Cristo en el camino a Damasco y reconocerlo como Hijo de Dios.
    • Pablo vivió el amor que Cristo le dio: No sólo aceptó este amor, sino que lo hizo parte de su vida. De ser el principal perseguidor, se convirtió en el principal propagador de la fe católica.
    • Pablo comunicó el amor que Cristo le dio: Se dedicó a llevar el gran don que había recibido a los demás.
    • Su vida fue un constante ir y venir, fundando comunidades cristianas, llevando el Evangelio y animando con sus cartas a los nuevos cristianos en común acuerdo con San Pedro.


    Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

    Texto tomado de Wikipedia - La Enciclopedia Libre
    http://es.wikipedia.org/wiki/Sim%C3%B3n_Pedro
    https://es.wikipedia.org/wiki/Pablo_de_Tarso

    Apoyar “el Orgullo Gay” es apología al pecado - afirma sacerdote




    28 de junio de 2019 8:29 pm | ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN HOY 12:26 pm


    Redacción ACI Prensa


    En el marco del llamado mes del “Orgullo Gay”, el P. Augusto Meloni, sacerdote y médico que ocupó un alto cargo en la Organización Mundial de la Salud (OMS), expresó que los católicos no deben caer en la “apología al pecado” y que bajo ninguna circunstancia el pecado puede convertirse en un “derecho”.

    En diálogo con ACI Prensa, el P. Meloni aclaró que “Lo que sí es pecado son los actos homosexuales, la fornicación, la masturbación”, explicó. 

    También recordó que “el Señor ama al pecador, pero no ama al pecado”“Nosotros respetamos a todas las personas y nos reconocemos pecadores. Sin embargo, eso no quiere decir que voy a fomentar, promocionar, ni mucho menos llamar ‘orgullo’ a una vida de pecado”, dijo.

    Por ello, aseveró que es importante saber que “ningún pecado puede ser un derecho”, y que el pecado no beneficia a nadie bajo ninguna circunstancia.

    “Nosotros vivimos en un tiempo en el que la cultura contemporánea quiere normalizar el pecado, y el pecado es desobediencia a Dios. Todo pecado es soberbia, porque se da cuando la criatura se rebela contra su Creador, y no quiere obedecer apelando a ‘derechos’ y ‘libertades’, como si obedecer a Dios fuera en contra de la libertad humana, la felicidad y el desarrollo pleno del ser humano”, señaló.

    Asimismo, recordó que cuando los promotores de la ideología de género se refieren a “derechos sexuales” o “derechos reproductivos”, “que no son otra cosa que el derecho a la promiscuidad sexual y al aborto”, lo hacen abiertamente desde organismos nacionales e internacionales que promueven y financian estas prácticas, como también desde los medios de comunicación que hacen eco de estas ideas diciendo que “apoyan la libertad”.

    “Tenemos que alertar a los católicos de que esto es contrario a la fe, es un atentado contra la fe. Porque si se hace promoción y apología del pecado, de la desobediencia a Dios, eso daña nuestra fe”, aseveró.

    Del mismo modo, recordó que para crecer en la fe se necesita un claro discernimiento de qué es el bien y qué es el mal, y que en el Magisterio de la Iglesia Católica se desarrolla la Teología Moral.

    “Como nos han enseñado sucesivos pontífices desde hace varias décadas, en especial San Juan Pablo II en su encíclica Veritatis Splendor (El esplendor de la verdad), nosotros tenemos una moral católica que sustenta que para que los actos puedan ser buenos, se requiere que el objeto sea bueno, que la intención sea buena y determinar las circunstancias que pueden agravar o atenuar el acto”, explicó. De este modo, “sobre esta base y conocimiento es que se valoran los actos pecaminosos”.

    “Lo que el creyente debe saber es que Dios misericordiosamente se compadece del pecador que se arrepiente. La Iglesia tiene el deber y la obligación de ayudarlo a su conversión y a tener una conciencia recta, que pueda encontrarse con Dios”, enfatizó el P. Meloni. De igual manera, si es un no creyente, “debemos elevar nuestra oración por esas personas”.

    El sacerdote recordó que el católico se basa en la ley de Dios. “La ley humana, a pesar de estar aprobada por las autoridades nacionales, no puede ir en contra de la ley de Dios. Pueden ser vigentes, pero para los creyentes tiene más jerarquía la ley divina que la ley humana. ‘Obedecer a Dios antes que a los hombres’ como dice el libro de los Hechos de los Apóstoles”, afirmó.

    El P. Meloni alertó que participar de estas celebraciones, en referencia al “Día del Orgullo”, “donde se habla de estos falsos orgullos”, es promover la inmoralidad. “Todos los pecados dañan a la persona, a la familia, a la creación, nuestra relación con Dios”, afirmó.

    En ese sentido, explicó que cuando se le empieza a “llamar bien al mal, o derecho al pecado, se produce la confusión”, donde las más afectadas son aquellas personas que tienen una conciencia moral menos formada, como los niños y los jóvenes.

    “Los medios de comunicación y las empresas tienen que saber que cuando hacen alarde de estas campañas, están atentando contra nuestros derechos”, dijo el presbítero, quien añadió que “es responsabilidad de una persona de fe, así como de los padres de familia, hacer notar lo incorrecto”.

    Por ese motivo, explicó que el católico no puede actuar de manera impasible, como si estuviera en una sociedad atea neopagana “en la cual se posterga, se excluye, y hasta se segrega los derechos de las personas de fe en una sociedad que se ha construido en base a la fe”. “Esos son síntomas de una sociedad enferma porque está lejos de Dios”, lamentó.

    En otro momento, recordó que con el pretexto de buscar una “igualdad”, muchas autoridades “quieren introducir una situación que no se ajusta a la verdad, a la ciencia ni al bien”. “No puede ser reclamada como derecho, por el contrario, es un atentado”, recalcó.

    El sacerdote también manifestó que no se puede pretender enfrentar la violencia y la discriminación “promoviendo el error, la mentira y el engaño”.

    “Nosotros los creyentes debemos recordar que tenemos un mandato: amar a Dios sobre todas las cosas, y amar al prójimo, que es desear su bien. No hay bien más grande para una persona que vivir en Cristo, y para eso se necesita vivir la fe, y la fe es obediencia a Dios”, finalizó.



    Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:

    Santa Misa - Domingo 28 de Junio de 2020



    Debido a la emergencia mundial por la pandemia del coronavirus, por la cuarentena obligatoria en la cual nos encontramos sometidos, y al lamentable cierre de los templos católicos en todo el mundo, me permito compartir con ustedes el video de la Santa Misa, que corresponde al Domingo 28 de Junio de 2020.






    Unámonos todos como Iglesia Militante y Peregrina, y asistamos virtualmente a la Santa Misa, junto a Jesús en su Calvario, con profunda fe y recogimiento.


    Elevemos a Dios nuestras oraciones y peticiones personales, también por las de nuestros familiares, amigos y el mundo entero.


    Igualmente, pidamos perdón por nuestros pecados, procuremos la conversión de nuestras vidas, y cuando la Iglesia Católica lo permita y abra nuevamente las puertas de los templos, busquemos a Dios a través del Sacramento de la Reconciliación "Penitencia o Confesión", y recibamos la gracia de su perdón y su amoroso abrazo de Padre, que recibe a sus hijos pródigos que regresan a Él, ÚNICO PADRE que sí nos ama verdaderamente.


    Recordemos lo más sublime: recibir en estado de gracia al Señor Dios en su Presencia Real, en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía (Hostia Consagrada), en la totalidad de su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, en el santísimo sacrificio incongruento, como memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.


    COMUNIÓN ESPIRITUAL


    Creo, Jesús mío, 
    que estás real 
    y verdaderamente en el cielo 
    y en el Santísimo Sacramento
    del Altar.


    Os amo sobre todas las cosas 
    y deseo vivamente recibirte 
    dentro de mi alma, 
    pero no pudiendo hacerlo 
    ahora sacramentalmente, 
    venid al menos 
    espiritualmente a mi corazón. 
    Y como si ya os hubiese recibido, 
    os abrazo y me uno del todo a Ti.


    Señor, no permitas que jamás
    me aparte de Ti.
    Amén


    Dios nos colme de abundantes bendiciones a todos, la Santísima Virgen María interceda por nosotros, y San José, protector de la Iglesia Católica Universal, defienda a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas del demonio y de todos sus enemigos, además de toda adversidad.


    Muchas gracias a todos ustedes por su gentil atención.



    Video tomado de YOUTUBE: