jueves, 18 de junio de 2020

Novena al Sagrado Corazón de Jesús - Día Noveno - Junio 19 de 2020




La Señal del Cristiano


Por la señal de la Santa Cruz, + de nuestros enemigos, + líbranos, Señor Dios nuestro. + En el nombre del Padre, + y del Hijo, + y del Espíritu Santo. Amén.


Acto de Contrición


Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas, y me has de llevar a la vida eterna. Amén.


Oración Preparatoria


¡Oh Corazón divinísimo de mi amado Jesús, en quien la Santísima Trinidad depositó tesoros inmensos de celestiales gracias! Concededme un corazón semejante a vos mismo, y la gracia que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, vuestro sagrado culto y bien de mi alma. Amén.






Rezar a continuación la oración
del día que corresponda:


Día Noveno - Oración


Oración. ¡Oh Corazón dolorosísimo de Jesús, que para ablandar nuestra dureza y hacer más patente el amor con que padecisteis tantos dolores y penas para salvarnos, los quisisteis representar en la cruz, corona de espinas y herida de la lanza, con que os manifestasteis paciente y amante al mismo tiempo! Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra Vos, correspondiendo agradecido a vuestro amor, y la que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.


Rezar Tres Padrenuestros
y tres Avemarías,
en reverencia de las

tres insignias de la Pasión
con que se mostró
el divino Corazón

a Santa Margarita de Alacoque
Rezar Oraciones Finales







Oraciones Finales


Al Padre eterno. ¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con Vos eternamente. Amén.


Hacer aquí la petición
que se desea obtener
con esta novena


Oración. ¡Oh Corazón divinísimo de Jesús, dignísimo de la adoración de los hombres y de los ángeles! ¡Oh Corazón inefable y verdaderamente amable, digno de ser adorado con infinitas alabanzas, por ser fuente de todos los bienes, por ser origen de todas las virtudes, por ser el objeto en quien más se agrada toda la Santísima Trinidad entre todas las criaturas! ¡Oh Corazón dulcísimo de Jesús! Yo profundísimamente os adoro con todos los espíritus de mi pobre corazón, yo os alabo, yo os ofrezco las alabanzas todas de los más amantes serafines y de toda vuestra corte celestial y todas las que os puede dar el Corazón de vuestra Madre Santísima. Amén.


Novena tomada del Devocionario Católico:

Solemnidad Sagrado Corazón de Jesús - Fiesta Junio 19 de 2020



En la Iglesia Católica, el Sagrado Corazón es la devoción referida al corazón físico de Jesús de Nazareth, como un símbolo de amor divino. Metafóricamente, se refiere a la vida emocional y moral de Jesús, especialmente, a su amor por la humanidad.

El Sagrado Corazón de Jesús es representado por un corazón humano con una corona de espinas y heridas, a veces con llamas o una cruz, y simboliza el amor y el dolor de Jesucristo por los hombres.






Historia




La devoción al Corazón de Jesús es de origen medieval, siendo los escritos de Santa Matilde de Hackeborn, Santa Gertrudis de Helfta y la Santa Ángela de Foligno los testimonios más antiguos. Sin embargo, la fuente más importante de la devoción, en la forma en que la conocemos actualmente, es Santa Margarita María de Alacoque

Digamos de vez en cuando las dos oraciones tan queridas para los devotos del Sagrado Corazón:




"Jesús manso y humilde de corazón,
haz nuestro corazón
semejante al tuyo"


"Sagrado Corazón de Jesús.
En Ti confío"


Santa Margarita María de Alacoque (1690) novicia de la Visitación, recibe apariciones de Jesús, quien le muestra Su Corazón y le comunica mensajes que transformaron su vida. En la primera de las apariciones (27 de diciembre de 1673), Jesús le comunicó:

"Mi Corazón divino está tan apasionado de amor por los hombres, y por ti en particular, que al no poder contener en sí las llamas de su ardiente caridad, hay que transmitirlas con todos los medios"


"Mira este Corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradoramente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio"

Jesús se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba a ella y a todos los hombres, y lo mucho que le dolía a Su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado. Durante estas visitas a su alma, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que Su Corazón no sufra más con nuestros pecados.

El pecado nos aleja de Jesús y ésto lo entristece, porque Él quiere que todos lleguemos al Cielo con Él.


Nosotros podemos demostrar nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús con nuestras obras: en esto precisamente consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.


El Corazón de Jesús
nos vincula con la Eucaristía,
la Iglesia y la Virgen María





  • Eucaristía: La devoción al Sagrado Corazón está vinculada con el amor a la Eucaristía. La Eucaristía es la Presencia Real de Jesús, es su Corazón vivo que se nos da.
  • La Iglesia: Es el Cuerpo Místico de Cristo. La devoción al Corazón nos mueve a desear ser Iglesia con todo el corazón y a propagarla por el mundo entero. Es así que el devoto al Corazón de Jesús busca propagar Su Reino.
  • Virgen María: Nadie como Ella ama el Corazón de Su Hijo. Como nos expone San Juan Eudes, los dos Corazones inseparables. Nosotros somos llamados a unirnos a ellos en un solo pensar y sentir.

Adoramos el Corazón de Cristo


Porque es el Corazón del Verbo Encarnado, del Hijo de Dios hecho Hombre. Una devoción permanente y actual, porque la Iglesia celebra la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús el viernes posterior al II Domingo de Pentecostés. Todo el mes de junio está, de algún modo, dedicado por la piedad cristiana al Corazón de Cristo.






Novena al Sagrado Corazón de Jesús








I




Oh, Jesús mío, que dijiste:
"En verdad os digo, pedid y obtendréis,
buscad y encontraréis, llama y os abrirán".
He aquí porque yo llamo, yo busco,
yo pido la gracia: ...
(Mencione el favor que desea).

Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, confío en Ti.


II


Oh, Jesús mío, que dijiste:
"En verdad os digo todo aquello
que pidiereis en mi Nombre a mi Padre,
Él os lo concederá".
He aquí porque al Eterno Padre,
en Tu Nombre, yo pido la gracia: ... 
(Mencione el favor que desea).

Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, confío en Ti.


III


Oh, Jesús mío, que dijiste:
"En verdad os digo,
pasarán los cielos y la tierra,
pero mis palabras jamás".
He aquí que basándome en la infalibilidad
de tus santas palabras,
yo pido la gracia...
(Mencione el favor que desea).

Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, confío en Ti.


Oración Final

Oh, Sagrado Corazón de Jesús,
al cual es imposible no sentir compasión
por los infelices, ten piedad de nosotros
pobres pecadores y concédenos las gracias
que pedimos por medio del
Inmaculado Corazón de María,
Tú y nuestra tierna Madre.
San José, Padre Putativo del
Sagrado Corazón de Jesús,
ruega por nosotros.

Dios te salve...


Esta oración la recitaba diariamente el Santo Padre Pío por todos aquellos que le solicitaban que rezara por sus intenciones.




Devoción



La devoción al Sagrado Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, cuando se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua. De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo.

La devoción al Sagrado Corazón está por encima de otras devociones porque veneramos al mismo Corazón de Dios. Pero fue Jesús mismo quien, en el siglo XVII, en Paray-le-Monial, Francia, solicitó, a través de una humilde religiosa, que se estableciera definitiva y específicamente la devoción a su Sacratísimo Corazón.

El 16 de junio de 1675 se le apareció Nuestro Señor y le mostró su Corazón a Santa Margarita María de Alacoque. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su Corazón, salía una cruz.




Santa Margarita escuchó a Nuestro Señor decir:

"He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este Sacramento de Amor"

Con estas palabras Nuestro Señor mismo nos dice en qué consiste la devoción a su Sagrado Corazón. La devoción en sí está dirigida a la persona de Nuestro Señor Jesucristo y a su amor no correspondido, representado por su Corazón.


Son dos los actos esenciales de esta devoción:
Amor y Reparación

Amor
(por lo mucho que Él nos ama)

Reparación y desagravio
(por las muchas injurias que recibe
sobre todo en la Sagrada Eucaristía)


Letanías al
Sagrado Corazón de Jesús
(Aprobadas para toda
la Iglesia en 1891)




Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.


(A las siguientes invocaciones
se responde: TEN PIEDAD DE NOSOTROS)


Dios, Padre Celestial, ...
Dios Hijo, Redentor del mundo, ...
Dios, Espíritu Santo, ...
Santísima Trinidad, que eres un sólo Dios, ...
Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre, ...
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo, ...
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios, ...
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, ...
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, ...
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, ...
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, ...
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor, ...
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, ...
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, ...
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, ...
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo, ...
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios, ...
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, ...
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, ...
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, ...
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, ...
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor, ...
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, ...
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, ...
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, ...
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, ...
Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría, y de la ciencia, ...
Corazón de Jesús, en quien reside toda la plenitud de la divinidad, ...
Corazón de Jesús, en quien el Padre se complace, ...
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido, ...
Corazón de Jesús, deseado de los eternos collados, ...
Corazón de Jesús, paciente y lleno de misericordia, ...
Corazón de Jesús, generoso para todos los que te invocan, ...
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad, ...
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, ...
Corazón de Jesús, triturado por nuestros pecados, ...
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, ...
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, ...
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo, ...
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, ...
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, ...
Corazón de Jesús, víctima por los pecadores, ...
Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan, ...
Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren, ...
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, ...
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Jesús, manso y humilde de Corazón, 
Haz nuestro corazón semejante al tuyo.


Oración




Oh Dios Todopoderoso y Eterno,
mira el Corazón de tu amantísimo Hijo,
las alabanzas y satisfacciones
que en nombre de los pecadores
te ofrece y concede el perdón
a éstos que piden misericordia
en el nombre de tu mismo Hijo, Jesucristo,
El cual vive y reina contigo
por los siglos de los siglos.
Amén.





LAS 12 PROMESAS




Estas son las 12 Promesas del Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María Alacoque, en favor de aquellos que son sus devotos adoradores:





1ª - A las almas consagradas a mi Corazón les daré las gracias necesarias para su estado.

2ª - Daré paz a sus familias.


3ª - Las consolaré en todas sus aflicciones.


4ª - Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, principalmente en la hora de la muerte.


5ª - Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas.


6ª - Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia.


7ª - Las almas tibias se harán fervorosas.


8ª - Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.


9ª - Bendeciré las casas en las que la imagen de mi Corazón se exponga y sea honrada.


10ª - Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos.


11ª - Las personas que propaguen esta devoción tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.


12ª - A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final… a los que me tributen gloria, amor y reparación, prometo un especial auxilio durante su vida pero principalmente a la hora de su muerte.



Las condiciones para ganar
esta gracia son tres:




1. Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción.

2. Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.


3. Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.


ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
(Santa Margarita María Alacoque)




Con esta oración todos los católicos
podemos consagrarnos al
Sagrado Corazón de Jesús:


Yo _______________ me entrego y consagro al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, mi persona y vida, acciones, penas y sufrimientos para que utilice mi cuerpo solo para honrar, amar y glorificar al Sagrado Corazón. Este es mi propósito definitivo, único, ser todo de Él, y hacer todo por amor a Él, y al mismo tiempo renunciar con todo mi corazón cualquier cosa que no le complace, además tomarte, Oh Sagrado Corazón, para que seas el único objeto de mi amor, el guardián de mi vida, mi seguro de salvación, el remedio para mis debilidades e inconstancia, la solución a los errores de mi vida y mi refugio seguro a la hora de la muerte. Sé pues, Oh Corazón de Bondad, mi intercesor ante Dios Padre, y líbrame de su sabia ira. Oh Corazón de amor, pongo toda mi confianza en ti, temo mis debilidades y fallas, pero tengo esperanza en tu Divinidad y Bondad. Quita de mí todo lo que está mal y todo lo que provoque que no haga tu santa voluntad, permite a tu amor puro a que se imprima en lo más profundo de mi corazón, para que yo no me olvide ni separe de ti. Que yo obtenga de tu amada bondad la gracia de tener mi nombre escrito en Tu corazón, para depositar en ti toda mi felicidad y gloria, vivir y morir en bondad tuya.
Amén.









DETENTE
EL CORAZÓN DE JESÚS
ESTÁ CONMIGO




Entre las diversas representaciones del Sagrado Corazón de Jesús, una se destaca por la milagrosa circunstancia en que se volvió célebre a los ojos del mundo católico.

Se trata del “¡Detente!”, un pedazo de paño donde se pinta o borda la figura del Corazón divino revelado a Santa Margarita María, teniendo como molde la frase: “¡Detente! ¡El Corazón de Jesús está conmigo!




El origen de ese objeto piadoso se remonta a un caso de protección sobrenatural en que se vio favorecido un joven romano, que se alistara como zuavo pontificio para defender al Papado en las guerras de unificación italiana del siglo XIX.

Antes de partir, su madre le colgó al cuello un pedazo de paño en que ella había bordado el Sagrado Corazón de Jesús con la cruz, la corona de espinas y las llamas, de la misma forma en que fuera visto en éxtasis por la vidente de Paray-le-Monial.

Armado con este singular escudo que le forjara el afecto materno, el joven combatiente se lanzó con denuedo y coraje en reñidas y sangrientas batallas. Durante uno de esos enfrentamientos, cuando las balas adversarias hacían gran estrago en las filas pontificias, una de ellas alcanzó de lleno el pecho del heróico joven, quedando clavada en la estampa del Corazón de Jesús suspendida en su cuello.

Al tomar conocimiento de ese hecho, el Papa Pío IX concedió una bendición especial a todos los escapularios elaborados según el modelo hecho por aquella cariñosa madre cristiana.


Fuente - Texto tomado de CATOLICO.ORG:

Fuente - Texto tomado del Coleccionable - Magazine El Católico - Evangelización de la Fundación Social Juan Pablo II - Edición N° 114 (Marzo - Abril - Mayo de 2012)

Fuente - Texto tomado de DEVOCIONARIO.COM:
http://www.devocionario.com/jesucristo/corazon_2.html#N1



Texto: ¡Detente! ¡El Corazón de Jesús está conmigo! - Tomado del folleto Campaña Salvadme Reina de Fátima por la gracia de Jesús.

Jesucristo - Sumo y Eterno Sacerdote - Fiesta Junio 18 de 2020


Jesucristo:
Sumo y Eterno Sacerdote

El jueves posterior a la Solemnidad de Pentecostés, se celebra en algunos países del mundo la Fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Aunque no figura en el calendario de la Iglesia universal, esta fiesta se ha ido extendiendo por muchos países y diócesis. Hoy Junio 18 de 2020 se celebra en otros países.



Sacerdote


Es un mediador autorizado para ofrecer sacrificios a Dios en reconocimiento de Su dominio supremo y en expiación por los pecados.

Porque todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y está puesto en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. (Hebreos 5,1).


Cristo es Dios y hombre
Como tal es el definitivo
Profeta y Sacerdote
de la Nueva Alianza




Dios lo ha dicho y hecho todo en Su Hijo quien, como Hombre, Eterno y Sumo Sacerdote, se ofreció a sí mismo una vez y por todas en la Cruz. Él es al mismo tiempo sacerdote y víctima de valor infinito, y por lo tanto, su sacrificio acaba con la necesidad de los antiguos sacrificios que debían repetirse constantemente. Al no necesitarse los antiguos sacrificios, tampoco se necesita el antiguo sacerdocio. Hay un sólo sacerdocio porque hay un sólo sacrificio.

Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos -Jesús, el Hijo de Dios- mantengamos firmes la fe que profesamos. Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado. Hebreos 4,14-15.


El sacrificio de la Santa Misa




Cristo se ofreció al Padre en la Cruz. Este sacrificio se hace presente en la Misa para que nosotros podamos ofrecer nuestras vidas y unirnos a Él. Esto es posible porque el sacerdocio del Nuevo Testamento es muy superior al del Antiguo Testamento. La ofrenda de animales no logra la unión con Dios. Pero ahora es Cristo, Dios y hombre, quien se ofrece para expiar por nuestros pecados y romper las barreras que nos separaban de Dios.

Cristo quiso comunicarnos Su Vida, no sólo en el bautismo sino también en la Santa Misa y los otros sacramentos. Para recibirlos necesitamos que haya un sacerdocio ministerial que imparta estos sacramentos. Los sacerdotes, actuando en la persona de Cristo, ofrecen el sacrificio de la Misa y perdonan los pecados. Cuando el sacerdote ofrece la Misa, es Cristo quien se ofrece; cuando el sacerdote confiesa es Cristo quien perdona los pecados (Cf. Jn. 20,22-23). Es Cristo quien actúa por medio de los sacerdotes para comunicar Su propia Vida.

Los protestantes llaman a sus pastores "ministros" porque no han recibido el sacramento del orden. No participan del sacerdocio ministerial de Cristo y por eso no tienen el poder de ofrecer el sacrificio de la Santa Misa (en su lugar, dirigen un "servicio"). No pueden tampoco perdonar pecados en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


Diferencias entre
los católicos y los protestantes





Católicos

  1. Sumo Sacerdote (Cristo) - Único sacerdocio del Nuevo Testamento.
  2. Sacerdocio ministerial (Participan del sacerdocio de Cristo como todos los fieles y además reciben el sacramento del orden para servir a los fieles como pastores e impartirles los sacramentos).
  3. Sacerdocio de los fieles (Participan de Cristo por el bautismo, crecen en esa unión por medio de la Eucaristía y otros sacramentos que reciben por medio del sacerdote ministerial).

Protestantes

  1. Sumo Sacerdote (Cristo) - Único sacerdocio del Nuevo Testamento.
  2. No tienen sacerdocio ministerial (Tienen pastores que pueden bautizar pero no ofrecer el sacrificio de la Santa Misa o impartir los otros sacramentos).
  3. Sacerdocio de los fieles (Participan de Cristo por el bautismo pero no lo reciben en la Eucaristía ni otros sacramentos).

El sacerdote en la Santa Misa
NO ofrece nuevos sacrificios




Cristo posee un "sacerdocio perpetuo", por lo tanto su sacrificio es perpetuo. Ese sacrificio que ofreció en el Calvario hace 2000 años se hace presente en la Santa Misa, no es un nuevo sacrificio ni una repetición, sino el mismo y único sacrificio por el cual nos unimos a Cristo para salvarnos del pecado y entrar en la vida nueva:

Pero éste posee un sacerdocio perpetuo porque permanece "para siempre". De ahí que pueda también salvar perfectamente a los que por él se llegan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su favor. Así es el Sumo Sacerdote que nos convenía: Santo, Inocente, Incontaminado, Apartado de los pecadores, Encumbrado por encima de los cielos, que no tiene necesidad de ofrecer sacrificios cada día, primero por sus pecados propios como aquellos Sumos Sacerdotes, luego por los del pueblo: y ésto lo realizó de una vez para siempre, ofreciéndose a Sí Mismo. (Hebreos 7,24-27).


El sacerdote
es sacerdote EN CRISTO
y no por cuenta propia




Es Cristo, actuando en el sacerdote, quien consagra y ofrece Su Cuerpo y Sangre en la Santa Misa. San Pablo lo explica:

"Porque todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y está puesto en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados; y puede sentir compasión hacia los ignorantes y extraviados, por estar también él envuelto en flaqueza. Y a causa de esa misma flaqueza debe ofrecer por los pecados propios igual que por los del pueblo. Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo que Aarón. De igual modo, tampoco Cristo se apropió la gloria del Sumo Sacerdocio, sino que la tuvo de quien le dijo: "Hijo mío eres Tú; Yo te he engendrado hoy" (Hebreos 5,1-5).
Los Apóstoles fueron los primeros sacerdotes y fueron ordenados por Jesús el Jueves Santo, cuando les dijo:

"Éste es Mi Cuerpo que es entregado por vosotros; haced ésto en recuerdo Mío" (Lucas 22,19)
Hasta el fin de los tiempos





Cristo vino no sólo para una generación sino para estar con nosotros hasta el fin del mundo. Su sacrificio del Calvario ha de ser renovado perpetuamente para que todos puedan participar en Él. Para ello se vale de los sacerdotes quienes actúan en Su Nombre y con Su Poder. Es por eso que San Pablo dice a Tito:

"El motivo de haberte dejado en Creta fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené" (Tt. 1,5).

Los obispos y sacerdotes reciben el sacramento del orden que viene de los Apóstoles, como Tito lo recibió de Pablo, por medio de la ordenación. Esta línea que da ordenaciones que viene del mismo Cristo por medio de los Apóstoles se llama "Sucesión Apostólica".









También vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construcción de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, aceptos a Dios por mediación de Jesucristo. (I Pedro 2,5).


Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG: