jueves, 28 de mayo de 2020

Novena en Honor del Espíritu Santo - Día Séptimo - Mayo 29 de 2020


Sana nuestras heridas,
renueva nuestra fuerza.
En nuestra aridez
derrama tu rocío.
Lava las manchas de la culpa.

El don de Consejo




El don de Consejo dota al alma de prudencia sobrenatural, permitiéndole juzgar con prontitud y correctamente qué debe hacer, especialmente en circunstancias difíciles. El Consejo aplica los principios dados por el Conocimiento y el Entendimiento a los innumerables casos concretos que confrontamos en el curso de nuestras diarias obligaciones en tanto padres, docentes, servidores públicos y ciudadanos cristianos. El Consejo es sentido común sobrenatural, un tesoro invalorable en el tema de la salvación. "Y por encima de todo esto, suplica al Altísimo para que enderece tu camino en la verdad" (Ecl 37,15).


Padrenuestro y Avemaría: 1 vez.
Gloria: 7 veces.
Acto de Consagración.
Oración por los 7 dones.



Acto de Consagración
al Espíritu Santo
(Se reza diariamente durante la novena)






De rodillas frente a la gran multitud de testigos celestiales me ofrezco, en alma y cuerpo, a Ti, Eterno Espíritu de Dios. Adoro la brillantez de tu Pureza, la inequívoca precisión de tu Justicia, y el poder de tu Amor. Tú eres la Fuerza y la Luz de mi alma. En Ti yo vivo, me muevo y soy. Deseo no contristarte nunca por la infidelidad a la gracia, y ruego con todo mi corazón apartarme del mínimo pecado contra Ti. Misericordiosamente cuida de mi íntimo pensamiento y concédeme que pueda siempre observar tu Luz, escuchar tu Voz, y seguir las inspiraciones de tu gracia. Yo me aferro a Ti y me entrego a Ti y te pido, por tu Compasión, que me cuides en mi debilidad. Sosteniendo los pies traspasados de Jesús y viendo sus Cinco Llagas, y confiando en su Preciosa Sangre y adorando su Costado y su Corazón Abierto, te imploro, Adorable Espíritu, Ayuda de mi enfermedad, mantenme en tu gracia, que nunca peque contra Ti. ¡Dame la gracia, Oh Espíritu Santo, Espíritu del Padre y del Hijo, de decirte siempre que sí en todo tiempo y lugar. "¡Habla, Señor, que tu siervo escucha!"


Amén




Oración por los
Siete Dones del Espíritu Santo
(Se reza diariamente durante la novena)




Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor. Concédeme el Espíritu de Sabiduría para que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las cosas que son eternas. El Espíritu de Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad. El Espíritu de Consejo para que pueda siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo. El Espíritu de Fortaleza para que pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos que se opongan a mi salvación. El Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí mismo y crecer en la perfección de la ciencia de los santos. El Espíritu de Piedad para que pueda encontrar el servicio a Dios dulce y amable. Y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo. Márcame, amado Señor, con la señal de tus verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu.


Amén


Oraciones
para empezar todos los días


¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cosas.  ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria.


Amén




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO




Ven a nuestras almas
¡Oh Espíritu Santo!
y del cielo envía
de tu luz un rayo.

Ven, padre de pobres,
ven, de dones franco,
ven, de corazones
lúcido reparo.

Ven, consolador,
dulce y soberano,
huésped de las almas,
suave regalo.

En los contratiempos
descanso al trabajo,
templanza en lo ardiente
consuelo en el llanto.

Santísima luz de
todo cristiano,
lo íntimo del pecho,
llena de amor casto.

En el hombre nada
se halla sin tu amparo,
y nada haber puede
sin Ti, puro y santo.

Con tus aguas puras
lava lo manchado,
riega lo que es seco
pon lo enfermo sano.

Al corazón duro
doblegue tu mano,
y ablande las almas
que manchó el pecado.

Vuelve al buen camino
al extraviado,
y al helado enciende
en tu fuego santo.

Concede a tus fieles
en Ti confiados
de tus altos dones
sacro setenario.

Aumento en virtudes
haz que merezcamos,
del eterno gozo
el feliz descanso.

Amén


A continuación rezar
la oración del día que corresponda:




Oración


Ven, Oh Espíritu de Consejo, ayúdame y guíame en todos mis caminos para que siempre haga tu Santa Voluntad. Inclina mi corazón a aquello que es bueno, apártame de todo lo que es malo y dirígeme por el sendero recto de tus Mandamientos a la meta de la vida eterna que yo anhelo.

Amén.


ORACIONES FINALES
PARA TODOS LOS DÍAS
(Excepto el último día)




HIMNO AL ESPÍRITU SANTO




¡Ven, Oh Criador Espíritu!
nuestras almas visitad,
los pechos, que Vos criasteis,
llene gracia celestial.

Pues sois Paráclito Espíritu,
Don del Padre celestial,
fuente viva, sacro fuego,
unción santa, espiritual.

En tus dones setiformes,
tu promesa paternal,
dedo eterno de Dios Padre
nuestras lenguas inflamad.

Ilustrad nuestros sentidos,
el corazón inflamad,
nuestros cuerpos, que son flacos,
con vuestra virtud armad.

Apartad los enemigos,
danos la divina paz
y siendo Vos nuestra guía
huyamos toda maldad.

Por Vos al Padre y al Hijo,
en esta vida mortal
conozcamos, y creamos
siempre tu Divinidad.

A Dios PADRE sea gloria,
al HIJO gloria inmortal
y al Espíritu PARÁCLITO
por toda la Eternidad.

Amén


ORACIÓN


¡Oh Espíritu Santo! Divinísimo consolador de mi alma, fuego, luz y celestial ardor de los corazones humanos, si es para gloria de vuestra Majestad que yo consiga lo que deseo y pido en este día, dignáos concedérmelo benignamente; y sino dirigid mi petición, dándome las gracias que ha de ser para vuestra mayor gloria y bien de la salvación de mi alma.
Amén


Ahora cada uno se recogerá interiormente y pedirá la gracia que más necesite...

Hecha la petición, se concluirá todos los días con antífona, verso, respuesta y oración siguientes:




ANTÍFONA


No os dejaré huérfanos, aleluya; voy y vengo a vosotros, aleluya; y se alegrará vuestro corazón, aleluya, aleluya.

V. Enviad, Señor, vuestro Santo Espíritu, y serán creados.

R. Y renovaréis la faz de la tierra.




ORACIÓN


Oh Dios, que habéis instruido los corazones de los fieles con la ilustración del Espíritu Santo, dadnos el sentir rectamente con este mismo Espíritu, y gozar siempre de su consolación. Por Jesucristo Señor nuestro, tu Hijo, que vive contigo y reina en la unidad del mismo Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos.
Amén




Fuente - Apologética Siloé - Traducción de EWTN:
Fuente:  Devocionario Católico
http://www.devocionario.com/espiritu/novena_1.html

Profecías de Jesús y la Virgen María - Las revelaciones de Berthe Petit





Las revelaciones de Berthe Petit (1)


(1) Extracto del original francés que contiene
LAS REVELACIONES DE BERTA PETIT,
con el “IMPRIMATUR” de varias diócesis francesas, 1949-1955



Datos Biográficos:


Vidente:
Bertha Francisca Mª Ghislaine Petit
(1870-1943)
Devoción al Doloroso
e Inmaculado Corazón de María
Profecías (Años: 1910-1943)

Berta Francisca Mª Ghislaine Petit es una gran mística belga, un alma de expiación poco conocida. Nació en Enghien, el 23 de enero de 1870. Sus mensajes y profecías, que anuncian sobre todo el Gran Reinado del Corazón Inmaculado de María, han tenido la aprobación de algunos Obispos belgas y han sido remitidos a Roma para su estudio, y al mundo entero para su proyecto.

Desde su más tierna infancia, el Divino Maestro colmó a Berta de favores. A la edad de cuatro años tuvo la primera manifestación de la Santísima Virgen María, y poco después en la Capilla de las religiosas de la Unión del Sagrado Corazón vio abrirse el Tabernáculo y al Niño Jesús venir hacia ella, y haciendo una cruz en su frente le dijo:


“Tú has de sufrir siempre, pero Yo estaré contigo”

Siendo joven visitó la ciudad de Venecia, acompañada de su madre, en un viaje por Italia, y en la sacristía de la Catedral de San Marcos encontraron al entonces Cardenal Sarto (luego San PÍO X), quien mirando a la señorita Berta con atención y signándola en la frente, le dijo estas palabras:


“Oiga usted bien la Voz de Dios, hija mía, que Él tiene especiales designios sobre usted”

Durante cada Santa Misa, Berta rezaba por el celebrante:


“Jesús mío, haz que Tu sacerdote no Te dé aflicciones”

8 de Diciembre de 1888


Cuando tenía 17 años, sus padres perdieron todo su patrimonio por una fianza; el 8 de diciembre de 1888, su director espiritual dijo a Berta que su vocación no era el monasterio, sino permanecer en casa y cuidar a sus padres. De mala gana la joven aceptó el sacrificio; pero le pidió a la Virgen ser mediadora para que, en el lugar de su vocación religiosa, Jesús llamará un Sacerdote diligente y santo.


“¡Usted será atendida!”

Le confirmó el padre espiritual.

Lo que ella no podía prever, ocurrió 16 días después: Un joven jurista de 22 años, el Dr. Louis Decorsant, estaba rezando delante de una estatua de la Madre Dolorosa. Al improviso e inesperadamente, él tuvo la certeza que su vocación no era la de casarse con la joven que amaba y ejercer la profesión de escribano. Comprendió claramente que Dios lo llamaba al sacerdocio. Esta llamada fue tan clara e insistente que él no titubeó ni siquiera por un instante en dejarlo todo. Después de los estudios en Roma, donde había completado su doctorado, fue ordenado Sacerdote en 1893. Berta tenía entonces 22 años. 


Navidad de 1893


En la noche de Navidad de 1893, Berta se ofreció a Dios como víctima por las almas de los Sacerdotes.

En el mismo año, el joven Sacerdote de 27 años celebraba la Santa Misa de medianoche en un suburbio de París. Este hecho tiene su importancia porque a la misma hora, Berta, participando en la Santa Misa de medianoche en otra parroquia, prometió solemnemente al Señor:


“Jesús, quisiera ser un holocausto para los Sacerdotes, para todos los Sacerdotes, pero en particular para el Sacerdote de mi vida”

Cuando fue expuesto el Santísimo, la joven vio al improviso una gran Cruz con Jesús y a Sus pies, María y Juan. Ella escuchó las siguientes palabras:


“Tu sacrificio fue aceptado, tu súplica atendida. He aquí tu Sacerdote… Un día lo conocerás”

Berta vio que los rasgos del rostro de Juan habían asumido aquellos, de un Sacerdote para ella desconocido. Se trataba del reverendo Decorsant, pero ella lo encontró solamente en 1908, es decir quince años después, y reconoció su rostro.




Berta reveló al Padre Decorsant su vida espiritual y su misión para la Consagración al Corazón Inmaculado y Doloroso de María. Él, por su parte, comprendió que esta alma preciosa le había sido confiada por Dios. Aceptó un lugar en Bélgica y se convirtió para Berta Petit en un santo director espiritual y en un apoyo incansable para la realización de su misión. Como era un excelente teólogo fue el intermediario ideal con la jerarquía eclesiástica de Roma.


Desde 1908 hasta su muerte sólo se alimentó de la Sagrada Comunión


Desde los treinta y ocho años hasta los setenta y tres no se alimentó más que con un café negro, que expulsaba una hora después. Solamente la Sagrada Comunión la sostenía:

“Tu verdadero Alimento Soy Yo”

Le dijo en distintas ocasiones el Divino Maestro.


7 de febrero de 1910


Berta ve los Corazones de Jesús y de María enlazados; en la parte superior, la Paloma que simboliza al Espíritu Santo y de nuevo escucha la Voz de Jesús: 


«Piensa en el Corazón de Mi Madre como piensas en el Mío, vive en Su Corazón como quieres vivir en el Mío (...) Ese Amor será para ti y para el mundo Fuente de Gracias y traerá grandes bendiciones. Entrégate a Mi Amor. El deseo de Mi Corazón te será confiado»


Pascua de 1911 - Devoción al Doloroso e Inmaculado Corazón de María


Para Pascuas de 1911, Berta está en Roma. Otra vez le aparecen los Corazones de Jesús y de María, con el Espíritu Santo en la parte superior, y otra vez Jesús le habla: 

“El Corazón de Mi Madre tiene derecho al Título de ‘Doloroso’, y quiero que se anteponga al de ‘Inmaculado’, porque lo tiene bien merecido. La Iglesia reconoció en Mi Madre, lo que Yo Mismo Le di. Ahora es necesario, y YO lo quiero, que se reconozca y se comprenda también el derecho que Mi Madre tiene a un título de Justicia, que merece por la identificación a todos Mis Dolores, por Sus sufrimientos y sacrificios, y por Su inmolación en el Calvario aceptada en plena correspondencia a Mi Gracia y soportada por la salvación de la humanidad. Es sobre todo, en esta correspondencia, donde Mi Madre fue grande y por eso pido que la invocación:

“CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA, RUEGA POR NOSOTROS”

Tal como Yo lo he dictado, sea aprobada y difundida en toda la Iglesia, como dirigida a Mi Corazón, y sea recitada por cada uno de Mis Sacerdotes después del Sacrificio de la Misa. Ya he conseguido la Gracia y todavía obtendrá más aún. Esto que quiero, es consecuencia de lo que hice en el Calvario; dando a Mi Madre a Juan como hijo, ¿no le confié la maternidad dolorosa del mundo entero? Las peores calamidades que había anunciado, se han desencadenado, por eso ha llegado el tiempo y YO quiero:

Que los pueblos se vuelvan al Corazón Dolorido de Mi Madre. Que un mismo grito se levante de todos los corazones:


“CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA, ROGAD POR NOSOTROS” 


Que esta plegaria, indicada por Mi Amor como último Refugio, sea aprobada e indulgenciada, no sólo parcialmente y para una pequeña parte de Mi grey, sino para todo el mundo, a fin de que se difunda como un soplo reparador y purificador que aplacará Mi Enojo.

Esta devoción al Corazón Doloroso e Inmaculado, reanimará la fe y la esperanza en los corazones destrozados, y en las familias destruidas ayudará a reparar las ruinas, endulzará los dolores, será nueva fuerza para Mi Iglesia, llevando a las almas, no sólo la confianza en Mi Corazón, sino también en el Corazón Dolorido de Mi Madre.
Es el Corazón Inmaculado de Mi Madre el que YO quiero hacer triunfar, porque después de haber cooperado en la salvación de las almas, este Corazón tiene derecho a una misma cooperación en la manifestación de Mi Justicia y de Mi Amor.

Grande es Mi Madre, pero especialmente Su Corazón Martirizado y traspasado por la misma herida que el Mío.

Por eso, queriendo para este Corazón un triunfo clamoroso, he esperado a la hora universal de la miseria, para que ésta encuentre en el Corazón Dolorido de María un eco sin límites, como lo encuentra en el Mío.

Adoptar esta devoción y difundirla, es cumplir Mi Voluntad y responder a la espera de Mi Corazón. Porque, merced a la plegaria y a la Consagración a este Corazón, se obtendrán Gracias de Luz, que conducirán lentamente a las almas al pleno conocimiento de Nuestros Corazones Unidos, Traspasados por la misma Herida, Fuente inexhausta de todo bien para los hombres, y cuya gloria formará la felicidad de los elegidos.

La salvación de tu patria, la paz interna, el resurgir moral del pueblo, la confianza en Mi Iglesia, renacerán a través de la Devoción activa y de la Consagración que Yo quiero, para que sea amado y glorificado el Corazón Dolorido e Inmaculado de Mi Madre. La salvación, será así, obra de Nuestros Corazones, el Triunfo de Nuestro Amor hacia el pueblo que tomará esta Consagración, confiado en Mi Promesa.

Haz amar al Corazón de Mi Madre traspasado por Dolores que despedazan el Mío. Es preciso pensar en Su Corazón, como piensas en el Mío... Vivir en ese Corazón, como quieres vivir en el Mío, darte a ese Corazón, como te das al Mío.

He manifestado los deseos de Mi Corazón respecto al de Mi Madre. Hazlo amar. Este amor, será para ti y para el mundo una Fuente de Gracias y atraerá grandes Bendiciones. Abandónate a Mi Amor.


Consagración Mundial al Corazón Doloroso e Inmaculado de María:


A Berta, en distintas ocasiones, le fue revelado que su misión en la Tierra consistiría en OBTENER LA CONSAGRACIÓN MUNDIAL AL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA. Estos deseos fueron comunicados a Su Santidad, el Papa Pío X. El CARDENAL MERCIER, de Malinas, aprobó la invocación en 1911, indulgenciándola.

Un día, Nuestro Señor le comunicó:

"Se propagará, mientras esperamos la exaltación de la Santa Iglesia y la renovación del mundo, que se lograrán por la Consagración del mundo y de toda la humanidad al Corazón Dolorido e Inmaculado de María".


(Su Santidad el Papa Pío XII consagró Rusia y todo el mundo al Corazón Doloroso e Inmaculado de María, según el espíritu de estas manifestaciones).


12 de Septiembre de 1912


En 1912 asistía en Viena al Congreso Eucarístico el Emperador de Austria-Hungría, y Nuestro Señor, el 12 de septiembre le dio a entender a la vidente el siguiente aviso:

"Un asesinato doble matará al sucesor del viejo soberano de Austria, fiel a su fe. Éste será el primero de los hechos dolorosos, pero útiles según Mis Designios, que precederán al castigo".


Primera Guerra Mundial


Los sucesos sobrenaturales de Berta Petit estuvieron relacionados íntimamente con los acontecimientos políticos y sociales de la Primera Guerra, entre los años 1914 y 1918.

(Inesperadamente, en efecto, el día 28 de junio de 1914, el Archiduque heredero y su esposa fueron asesinados en Sarajevo).


29 de Junio de 1914


Al día siguiente, Nuestro Señor manifestó a Berta:

"Desde este momento comienza la marcha ascendente de los acontecimientos precursores que conducirán a la gran manifestación de MI JUSTICIA".

Tanto el Papa Benedicto XV, como el Cardenal Granito di Belmonte, ex nuncio en Bruselas, fueron decididos propagandistas de la Devoción al Doloroso e Inmaculado Corazón de María. Otros muchos Obispos y Cardenales consagraron sus diócesis y patrias respectivas a ese Corazón misericordioso, en el cual ha puesto Nuestro Señor la salvación de la humanidad, en estas horas del poder de las tinieblas.


20 de Septiembre de 1914


Nuestra Señora se apareció a Berta diciéndole:


"Con voluntad resuelta quiere Mi Hijo ver a las almas recurrir a Mi Corazón Doloroso; Yo espero este movimiento de las almas con el Corazón lleno de ternura, no pidiendo otra cosa sino poder transmitir al Corazón de Mi Hijo todo cuanto se confíe al Mío y así obtener para todos Gracias de Salvación".


17 de Octubre de 1918


"Las pruebas renacerán, hasta el día en que, habiendo reconocido humildemente sus errores, esta nación (Francia) Me devolverá Mis derechos y dará plena libertad a Mi Iglesia".


28 de Octubre de 1918

"Se constatará bien pronto la poca estabilidad de una paz establecida fuera de Mí y sin la intervención de aquel que habla en Mi Nombre. La nación a la que se le dice 'vencida', mas cuyas fuerzas no están sino pasajeramente disminuidas, queda como una amenaza para Bélgica así como para Francia. Las perturbaciones y las amenazas se van a propagar en todos los países".

Julio de 1919


"Porque esta voz no es la Mía, es que las guerras recomenzarán por todas partes, guerras intestinas y guerras de razas. Lo que hubiese sido tan grande, tan verdadero, tan bello, tan durable por su cumplimiento, está retardado".


24 de Octubre de 1921


La Santísima Virgen le anuncia a Berta:

"Los acontecimientos se avecinan como una nube que crece y se extiende desmesuradamente, sin que en ello se repare. Las naciones perecerán en el fuego y en la sangre, como si ellas fuesen alcanzadas por rayos que vienen del cielo. ¡Terrible perspectiva! Mi Corazón de Madre se despedazaría si no conociera hasta qué punto la Justicia Divina se impone para la salvación de las almas y la purificación de los pueblos".

"Mira la Herida de Mi Corazón semejante a la del Corazón de Mi Hijo, y los torrentes de Gracias prontos a brotar. No te dejes abatir por pena ninguna, por ningún engaño, por ningún sufrimiento".

"Tú has comprendido los Dolores que soporto en Mi Corazón, los sufrimientos que afronta todo Mi Ser por la salvación del mundo. Yo misma Me he llamado Inmaculada Concepción. A ti Me revelo, como la Madre del Corazón Dolorido. Esta Devoción, que desea Mi Hijo, Me gusta más que otra alguna y por ella se concederán en todas partes, Gracias de Misericordia y de Salvación".


24 de Septiembre de 1924


Nuestro Señor añade:


"Todas las naciones se hallan encaminadas hacia un CATACLISMO TERRIBLE. Yo Soy el Único que puede apaciguar el odio y las discordias y emprender algo positivo para que se afiance la paz. Lo haré cuando se cumpla Mi Deseo respecto al Corazón de Mi Madre, ÉSTO ACAECERÁ CUANDO LLEGUE LA HORA DESESPERADA, en que se ha de reparar todo. Entonces, en respuesta a las súplicas que han de subir al Corazón Doloroso e Inmaculado de Mi Madre, YO MANIFESTARÉ MI PODER POR UNA INTERVENCIÓN MILAGROSA que se impondrá a todos. La cristiandad entera se inclinará ante este TRIUNFO QUE YO, COMO HIJO, DESEO PARA MI MADRE".


En 1928:


"Si los hombres viesen los horrorosos medios de destrucción y pensasen en todo lo que se prepara para una próxima guerra de venganza, no hay uno que no desease morir".


2 de Julio de 1940:




Confiaba Jesús a la vidente estas manifestaciones:



"Son los corazones lo que deben cambiarse, y esto se logrará solamente cuando esta DEVOCIÓN sea conocida, propagada y predicada por todas partes. ÉSTE ES EL ÚLTIMO AUXILIO QUE YO DOY ANTES DEL FIN DE LOS TIEMPOS, EL REFUGIO DE MI MADRE, BAJO EL TÍTULO QUE YO DESEO PARA ELLA UNIVERSALMENTE".


Y en otra ocasión le añadió:


"Como Hijo, Yo he concebido esta Devoción para Mi Madre, y como Dios la exijo".


Principios del año 1942:


Por fin, a principios del año 1942, manifestó Nuestro Señor a su confidente que ella no tendría el consuelo de conocer oficialmente el triunfo de esta DEVOCIÓN (de la cual era el apóstol), pero que había llegado el momento de dar a conocer a los fieles la Devoción, por medio de los escritos y por la difusión de estampas e imágenes de Su Santa Madre, según el original venerado en el CONVENTO DE OLLIGNIES, y que:


"El Corazón de Mi Madre será comprendido debidamente y la Devoción de este Corazón unido al Mío dará la Paz, la verdadera Paz, tanto tiempo deseada y tan poco merecida".


Año 1943: El gran Huracán


Por fin, en 1943, recibió estas últimas manifestaciones:


"LA HUMANIDAD MARCHA HACIA UNA TORMENTA ESPANTOSA, que dividirá más aún las naciones. REDUCIRÁ A NADA LAS ORGANIZACIONES HUMANAS y demostrará que nada subsiste sin Mí, y que Yo sigo siendo el Director del destino de los pueblos.

UN ESPANTOSO HURACÁN SE ESTÁ PREPARANDO. Se verán desencadenar con furor todas las fuerzas preparadas. Es éste el momento de abandonaros al Corazón Dolorido e Inmaculado de María. La Devoción a Su Corazón unido al Mío, dará la verdadera Paz, tan suspirada pero hasta ahora tan poco merecida".


Fuente - Texto tomado de 
APARICIONESDEJESUSYMARIA.FILES.WORDPRESSS.COM:

La Virgen María tiene poder contra las tentaciones del demonio



María asiste a un devoto suyo
en el tribunal de Cristo


En Reischersperg vivía Arnoldo, canónigo regular muy devoto de la Santísima Virgen. Estando para morir recibió los santos sacramentos y rogó a los religiosos que no le abandonasen en aquel trance.

Apenas había dicho esto, a la vista de todos comenzó a temblar, se turbó su mirada y se cubrió de frío sudor, comenzando a decir con voz entrecortada:

"¿No veis esos demonios que me quieren arrastrar a los infiernos?"

Y después gritó:

"Hermanos, invocad para mí la ayuda de María, en ella confío que me dará la victoria"

Al oír esto empezaron a rezar las letanías de la Virgen, al decir:

"Santa María, ruega por él"

Dijo el moribundo:

"Repetid, repetid el nombre de María, que siento como si estuviera ante el tribunal de Dios"



Calló un breve tiempo y luego exclamó:

"Es cierto que lo hice, pero luego también hice penitencia"

Y volviéndose a la Virgen le suplicó:

"Oh María, yo me salvaré si Tú me ayudas"

Enseguida los demonios le dieron un nuevo asalto, pero él se defendía haciendo la señal de la cruz con un crucifijo e invocando a María. Así pasó toda aquella noche. Por fin, llegada la mañana, ya del todo sereno, Arnoldo exclamó:



"María, mi Señora y mi Refugio, me ha conseguido el perdón y la salvación"

Y mirando a la Virgen que le invitaba a seguirla, le dijo:

"Ya voy, Señora, ya voy"

Y haciendo un esfuerzo para incorporarse, no pudiendo seguirla con el cuerpo, suspirando dulcemente la siguió con el alma, como esperamos a la gloria bienaventurada.


Oración ante el peligro



María, esperanza mía,
mira a tus pies a un pobre pecador
tantas veces por mi culpa esclavo del mal.
Reconozco que me dejé vencer
del enemigo por no acudir
a Ti, refugio mío.
Si a Ti hubiera siempre recurrido
y siempre te hubiera invocado,
jamás hubiera caído.

Espero, Señora y Madre,
haber salido por tu medio del mal
y que Dios me habrá perdonado.
Pero temo caer de nuevo en sus cadenas.
Sé que mis enemigos desean perderme
y me preparan nuevos asaltos y tentaciones.
Ayúdame Tú, mi Reina y mi Refugio.
Tenme bajo tu protección,
no consientas que de nuevo
me vea esclavo del pecado.

Sé que siempre que te invoque
me ayudarás a salir victorioso.
Virgen Santísima, que siempre
de Ti me acuerde sobre todo
al encontrarme en la batalla;
haz que no deje de invocarte diciendo:

"María, ayúdame, ayúdame, María"

Y cuando llegue la hora de mi muerte,
reina mía, asísteme entonces como nunca;
haz Tú misma que me acuerde de invocarte
con la boca y el corazón con más frecuencia
para que, expirando con tu dulce nombre
en los labios y el de Tu Hijo Jesús
pueda ir a bendeciros y alabaros
para no separarme de Vosotros
por toda la eternidad en el paraíso.
Amén.


Fuente - Texto tomado del Libro "Las Glorias de María - San Alfonso María de Ligorio" - Caballeros de la Virgen