sábado, 11 de abril de 2020

Semana Santa - Domingo de Resurrección o de Pascua - Abril 12 de 2020



Celebramos hoy la Resurrección del Señor. La fiesta de la Pascua es la más importante de todo el año litúrgico. Es una fiesta de luz; el Señor resucitado nos ilumina, pone en nuestros corazones una inmensa alegría, una inmensa esperanza, y nos llena también de amor.

El Evangelio nos refiere los acontecimientos de la mañana del Domingo de Pascua. El día siguiente al sábado, María de Magdala se dirige al sepulcro por la mañana temprano, cuando todavía era de noche. El sábado no se puede mover nadie, según un precepto muy rígido de la ley judía. Pero el día termina con la noche; por consiguiente, cuando todavía estaba oscuro, María se pone en movimiento para ir al sepulcro. María está llena de amor, pero también llena de dolor. Cuando llega a la tumba, se lleva una sorpresa: se da cuenta de que la losa ha sido quitada del sepulcro.




Todo el fragmento pretende hacernos comprender que la resurrección es un acontecimiento inesperado para los discípulos. Ellos pensaban que todo había terminado con la muerte de Jesús, no habían comprendido las predicciones de Jesús sobre la resurrección. Debemos reconocer, efectivamente, que estas predicciones, tal como aparecen en el Evangelio, no eran demasiado claras. Jesús hablaba de "volver a levantarse", que no ha de interpretarse necesariamente como "resucitar", hablaba de "despertarse", pero los discípulos no comprendían a qué se referían estas palabras. Por eso, carecían por completo de preparación para el acontecimiento de la resurrección del Señor.




María de Magdala no concluye de la visión de la losa quitada que el Señor ha resucitado, sino que "se han llevado del sepulcro al Señor". La resurrección es, para ella, una cosa extraña e impensable. Jesús ha muerto; no podía salir de la tumba por sí solo; por eso se lo han llevado, y "no sabemos dónde lo han puesto". Se trata de una violación del sepulcro. Ésa es la conclusión a la que llega María de Magdala.

María corre a contar lo sucedido a dos discípulos, que se dirigen enseguida al sepulcro, a fin de comprobar el relato de la mujer. Estos dos discípulos son Simón Pedro y el discípulo al que Jesús amaba. El evangelista advierte que el otro discípulo, aunque corre más rápido que Pedro y llega antes (probablemente porque era más joven), está lleno de respeto por Pedro, le considera verdaderamente el jefe de los apóstoles; por eso no entra de inmediato en el sepulcro, sino que deja entrar primero a Pedro.


"Llega, pues, Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro. Observa los lienzos en el suelo y el sudario que le había envuelto la cabeza no en el suelo con los lienzos, sino enrollado en lugar aparte"

Lo que ve Pedro atestigua un hecho verdaderamente extraño. ¿Qué significa? Si unos malhechores se hubieran llevado el cuerpo de Jesús, se lo hubieran llevado a buen seguro con las vendas y con el sudario, no habrían dejado las vendas en el suelo y plegado el sudario en un lugar aparte. Cuando entra en el sepulcro el otro discípulo, ve también las vendas y el sudario, pero tiene como una iluminación y comprende:

"No han robado el cuerpo de Jesús; Jesús ha recobrado la vida: una vida de una modalidad distinta a la terrena; una vida en la que las vendas y el sudario ya no tienen ninguna utilidad. El otro discípulo: vio y creyó"

El evangelista observa a continuación:

"Hasta entonces no habían entendido las Escrituras, que había de resucitar de la muerte"

Juan quiere hacernos comprender que el acontecimiento de la resurrección de Jesús no lo reconocieron los discípulos a partir de la Escritura, sino que, al contrario, fue éste el que iluminó lo que decía la Escritura. Sólo después de este acontecimiento comprendieron los discípulos lo que quería decir la Escritura y lo que querían decir las predicciones de Jesús. Antes no sabían interpretarlas. La resurrección de Jesús fue el acontecimiento que iluminó la mente y el corazón de los discípulos.




Jesús resucitado es fuente de luz, de una luz muy reconfortante y positiva. La resurrección de Jesús revela el sentido de su Pasión. Ésta, sin la resurrección, aparecería como un acontecimiento dramático, negativo, como una tremenda derrota, un final sin esperanza. La resurrección de Jesús muestra, en cambio, todo el valor de la Pasión, demuestra que ésta no ha sido una derrota, sino una victoria, la victoria del amor. El buen pastor ha dado su vida por las ovejas (cf. Jn 10,11). Como dice Jesús:





"Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los amigos" (Jn 15,13)

Jesús vivió su Pasión con amor; por eso obtuvo la resurrección. Obtuvo una vida nueva, que no es la terrena. Obtuvo una vida misteriosa, una vida eterna, llena de belleza y de poder. Acojamos, por tanto, este mensaje de la resurrección de Jesús. Hemos de saber que no podremos reconocerla a no ser por medio de la fe. Hablando humanamente, es un acontecimiento inexplicable. Sin embargo, la fe nos hace conscientes de la intervención divina y nos hace acoger esta luz poderosa, que ilumina no sólo el misterio de Jesús, sino también toda nuestra existencia.





El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los católicos, ya que con la Resurrección de Jesús es cuando adquiere sentido toda nuestra religión. Cristo triunfó sobre la muerte y con ésto nos abrió las puertas del Cielo. En la Misa dominical recordamos de una manera especial esta gran alegría. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo.





La Resurrección de Jesús es un hecho histórico, cuyas pruebas entre otras, son el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles. Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado y de la muerte.

En la Resurrección encontramos la clave de la esperanza cristiana: 

"Si Jesús está vivo y está junto a nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede preocupar?

Cualquier sufrimiento adquiere sentido con la Resurrección, pues podemos estar seguros de que, después de una corta vida en la tierra, si hemos sido fieles, llegaremos a una vida nueva y eterna, en la que gozaremos de Dios para siempre.






San Pablo nos dice:
"Si Cristo no hubiera resucitado,
vana sería nuestra fe"
(I Corintios 15, 14)


Si Jesús no hubiera resucitado, sus palabras hubieran quedado en el aire, sus promesas hubieran quedado sin cumplirse y dudaríamos que fuera realmente Dios. Pero, como Jesús SÍ RESUCITÓ, entonces sabemos que VENCIÓ A LA MUERTE Y AL PECADO; sabemos que JESÚS ES DIOS, sabemos que nosotros resucitaremos también, sabemos que GANÓ PARA NOSOTROS LA VIDA ETERNA, y de esta manera, TODA NUESTRA VIDA ADQUIERE SENTIDO.

La Resurrección es fuente
de profunda alegría


A partir de ella, los cristianos no podemos vivir más con caras tristes. Debemos tener cara de resucitados, demostrar al mundo nuestra alegría porque Jesús ha vencido a la muerte.


La Resurrección es una
luz para los hombres


Y cada cristiano debe irradiar esa misma luz a todos los hombres, haciéndolos partícipes de la alegría de la Resurrección por medio de sus palabras, su testimonio y su trabajo apostólico. Debemos estar verdaderamente alegres por la Resurrección de Jesucristo Nuestro Señor. En este tiempo de Pascua que comienza, debemos aprovechar todas las gracias que Dios nos da para crecer en nuestra fe y ser mejores cristianos. Vivamos con profundidad este tiempo.

Con el Domingo de Resurrección comienza un Tiempo Pascual, en el que recordamos el tiempo que Jesús permaneció con los apóstoles antes de subir a los cielos, durante la fiesta de la Ascensión.






¿Cómo se celebra
el Domingo de Pascua?


Se celebra con una Misa solemne en la cual se enciende el Cirio Pascual, que simboliza a Cristo resucitado, luz de todas las gentes. En este Domingo de Pascua gritamos con todas nuestras fuerzas y desde lo más profundo de nuestro corazón:

"¡Cristo ha resucitado de entre los muertos dándonos a todos la vida!"



Este es el Domingo que le da sentido a todos los domingos en el que, con la ayuda del Espíritu Santo, queremos hacer una proclamación de júbilo y de victoria que sea capaz de asumir nuestros dolores y los transforme en esperanza, que nos convenza de una vez por todas que la muerte no es la última palabra en nuestra existencia. A la luz de esta certeza hoy brota lo mejor de nosotros mismos e irradia con todo su esplendor nuestra fe como discípulos de Jesús.

Efectivamente, somos cristianos porque creemos que Jesús ha resucitado de la muerte, está vivo, está en medio de nosotros, está presente en nuestro caminar histórico, es manantial de vida nueva y primicia de nuestra participación en la naturaleza divina, de nuestro fundirnos como una pequeña gota de agua en el inmenso mar del Corazón de Dios. Y nos levantamos con una nueva mirada sobre el mundo, porque la Resurrección de Jesús tiene un significado y una fuerza que vale para toda la humanidad, para el cosmos entero y, de manera particular, para los dolorosos acontecimientos que afligen a la humanidad.




La Buena Nueva de la Resurrección de Jesús es palabra poderosa que impulsa nuestra vida. Por eso en este Tiempo de Pascua que estamos comenzando tenemos que abrirle un surco en nuestro corazón a la Palabra, para que la fuerza de vida que ella contiene sea savia que corra por todas las dimensiones de nuestra existencia y se transforme en frutos de vida nueva. Es así como la Buena Noticia que Cristo ha resucitado cala hondo: se entreteje con nuestras dudas, con nuestro ensimismamiento en la tristeza, delatando nuestra pobre visión de la vida y mostrándonos el gran horizonte de Dios, desde donde podemos comprender el sentido y el valor de todas las cosas. Cristo resucitado se hunde en nuestro corazón y desata una gran batalla interior entre la vida y la muerte, entre la esperanza y la desesperación, entre la resignación y la consolación.









Fuente - Texto tomado de OBLATOS.COM:

Fuente - Texto tomado de REFLEXIONESCATOLICAS.COM:

Santa Gemma Galgani - (Año 1878) - Fiesta Abril 11



Sufrió la Pasión por amor a Jesús y a los pecadores. Nació en 1878. Sufrió grandemente por su precaria salud y el desprecio de quienes rechazaban sus prácticas de devoción, éxtasis y otros fenómenos. Vivió para Jesús, Su Santísima Madre y para rescatar a los pecadores. Tuvo periódicamente los estigmas de la Pasión y las llagas de la flagelación en todo su cuerpo.

Padeció ataques físicos del demonio y tuberculosis en la espina dorsal. Las pruebas no pudieron separarla de su comunión con Nuestro Señor, sino que más bien la fortalecieron. Queriendo ser pasionista, no se le permitió por su delicada salud. Murió en Lucca, ciudad donde vivió casi toda su vida. Era un Sábado Santo del año 1903. Tenía sólo 25 años. Fue beatificada en el año 1933 y canonizada en 1940 como santa pasionista.


Furiosa guerra infernal


Jesús dijo cierto día a Gemma:





"Prepárate, pues el demonio será quien dé la última mano a la obra que en ti deseo ejecutar"

Y estas palabras del Señor se cumplieron al pie de la letra. El demonio detestaba a Gemma; le daba golpes, la tentaba contra la pureza con pensamientos e imágenes sugestivas y grotescas; trataba de impedir que comulgase e incluso llegó a aparecérsele bajo la apariencia del mismo Jesús. 

Por todos los medios trataba de privarla de dirección espiritual, insinuándole cosas malas acerca de sus confesores, o haciéndose pasar por ellos. Era una guerra constante y continua que duró hasta su misma muerte. Era de esperar esta guerra de parte del demonio, ya que serían muchas las almas que se beneficiarían de los sufrimientos y oraciones de Santa Gemma, y más aún, ella sólo quería conformarse con la voluntad de Dios para su vida. Ésto hacía que el demonio se revolcara de rabia, porque no podía vencerla.

Tanta era la rabia que sentía hacia la pureza de Santa Gemma que un día la tentó visiblemente, de tal modo que, no pudiendo huir de él, hizo la señal de la Cruz y se arrojó en un pozo de agua helada en el jardín. Su ángel la sacó y la felicitó por su gran amor a la pureza, por su valentía y por su triunfo.

En otra ocasión, cuando la santa, por orden del P. Germán, escribía su vida: 'dándose cuenta el demonio del fruto que podía hacer (el libro de su vida), se lo robó gritando:

"¡Guerra, guerra a tu Padre!, tu escrito está en mis manos"

Y se relamía y se revolcaba en el suelo de la satisfacción'.

El P. Germán, enterado por una carta de Gemma, se fue al sepulcro de San Gabriel de la Dolorosa y allí, leyó los exorcismos, ordenando al demonio que volviese el manuscrito a su lugar. El demonio lo devolvió todo chamuscado, aunque perfectamente legible, como se conserva todavía hoy en el Convento de los Pasionistas de Roma, produciendo honda impresión en cuantos lo ven.




Escribe la santa:

"El demonio me hace sufrir mucho, pero siempre terminan por vencerle Jesús y María, o bien el ángel o San Pablo de la Cruz o el hermano Gabriel; siempre son estos tres. ¡Si viera cómo escapa tan luego como se presenta alguno de ellos!..."


Oración compuesta
por Santa Gemma




Aquí me tenéis postrada
a vuestros Pies Santísimos,
mi querido Jesús,
para manifestaros
en cada instante
mi reconocimiento y gratitud
por tantos y tan continuos favores
como me habéis otorgado
y que todavía queréis concederme.

Cuántas veces os he invocado, ¡oh Jesús!,
me habéis dejado siempre satisfecha;
he recurrido a menudo a Vos,
y siempre me habéis consolado.

¿Cómo podré expresaros
mis sentimientos amado Jesús?
Os doy gracias... pero otra gracia quiero de Vos.
¡Oh Dios mio!, si es de vuestro agrado...
(Aquí se manifiesta la gracia
que se desea conseguir).

Si no fuérais Todopoderoso
no os haría esta súplica.
¡Oh Jesús!, tened piedad de mí.
Hágase en todo vuestra santísima Voluntad.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
(Con licencia eclesiástica)


Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:

San Estanislao - Obispo y Mártir (Año 1079) - Fiesta Abril 11



Es un santo muy estimado y honrado en Polonia, su patria. Nació cerca de Cracovia, en el año 1030. Sus padres llevaban 30 años de casados sin lograr tener hijos y consideraron el nacimiento de Estanislao como un verdadero regalo de Dios. Lo educaron lo más piadosamente que pudieron.

Estudió en Polonia y en París y ordenado sacerdote por el obispo de Cracovia (que es la segunda ciudad de Polonia), fue nombrado Párroco de la catedral. Se distinguió por su gran elocuencia, por los impresionantes ejemplos de vida santa que brindaba a todos con su buen comportamiento y por la reforma de costumbres, que lograba conseguir con sus predicaciones y con su dirección espiritual. El señor obispo deseaba que Estanislao fuera su sucesor, pero él no aceptaba ser obispo porque se creía indigno de tan alta dignidad. Sin embargo, al morir el prelado, el pueblo lo aclamó como el más digno para ejercer el obispado, el cual ejerció por siete años, desde el año 1072 hasta su muerte en 1079.

Era muy estricto en exigir a cada sacerdote el cumplimiento exacto de sus deberes sacerdotales. Visitaba cada año a todas las parroquias y dedicaba mucho tiempo a la predicación y a la instrucción del pueblo. Su palacio episcopal vivía lleno de pobres, porque jamás negaba ayudas a los necesitados. Tenía la lista de las familias que estaban pasando por situaciones económicas más penosas, para enviarles sus generosas ayudas.

El rey de Polonia Boleslao, era un valiente guerrero pero se dejaba dominar demasiado por sus pasiones. Al principio se entendía muy bien con el obispo Estanislao, pero luego empezó a cometer faltas muy graves que escandalizaban y daban muy mal ejemplo al pueblo y entonces el obispo tuvo que intervenir fuertemente. San Estanislao recordaba muy bien aquel mandato de San Pablo:

"Es necesario reprender, aconsejar y hasta amenazar, con toda paciencia y doctrina, porque llega el tiempo en que los hombres arrastrados por sus propias pasiones ya no quieren oír las doctrinas verdaderas, sino las falsedades" (2 Tim. 4,2).


Este santo obispo era de carácter amable y humilde, pacífico y amigo de arreglar todos los asuntos por las buenas. Trataba de ser severo consigo mismo pero totalmente comprensivo con los demás. Era un alma que jamás demostraba orgullo y ponía gran cuidado para no dejarse dominar por la ira. Siempre estaba en disposición para ayudar a los necesitados. Pero conocía muy bien la famosa frase del profeta Isaías:

"Ay de los jefes espirituales que sean como perros mudos que no ladran cuando llegan los ladrones a robar en el campo del Señor"

Y él no quería ser perro mudo que se queda sin dar la voz de alerta ante los enemigos y los peligros. Varias veces había corregido a Boleslao cuando éste cometía crueldades o injusticias y el rey había mostrado cierto arrepentimiento y deseos de corregirse. Pero de pronto la medida de sus maldades rebosó cuando Boleslao se robó una mujer casada para llevársela como concubina a su palacio. Las gentes se escandalizaron. Ninguno de los altos empleados se atrevía a corregir al rey escandaloso. Y pidieron al obispo que se arriesgara a llamarle la atención al terrible monarca.

Estanislao se presentó valerosamente ante el rey, le echó en cara el pecado tan escandaloso que estaba cometiendo, y el pésimo ejemplo que estaba dando a todo ese pueblo tan católico. Boleslao se hizo el sordo y no le quiso hacer caso y entonces el obispo con toda la autoridad de su cargo lo amenazó con terribles castigos, si no se arrepentía de su pecado impuro y no dejaba aquella mala amistad. Boleslao creyó que el obispo no iba a proceder tan fuertemente, y se atrevió a asistir a una misa en la catedral. Pero Estanislao mandó suspender la misa, porque no aceptaba que un pecador tan rebelde y escandaloso estuviera allí dando mal ejemplo a todos. Entonces estalló ferozmente la ira del sanguinario rey.

Boleslao se propuso vengarse y un 11 de abril mientras San Estanislao estaba celebrando la Santa Misa, mandó el furibundo rey a sus soldados a que lo mataran allí mismo en el altar. Los soldados volvieron al atrio diciéndole que no se habían atrevido a tocar a aquel hombre de Dios que aparecía rodeado de resplandores. Entonces el mismo Boleslao subió al altar y, con sus propias manos asesinó al santo obispo el 11 de abril del año 1079. Fue un crimen que nunca pudo olvidar y que lo atormentó día y noche durante todo el resto de su vida.





El rey hizo que el cadáver del santo quedara en el campo sin sepultar, para que lo devoraran los cuervos. Pero entonces aparecieron dos águilas que no dejaron que ningún gallinazo se acercara al cuerpo del difunto. Hasta que llegaron unos devotos fervorosos y le dieron santa sepultura, en la capilla de San Miguel. Desde entonces las cosas comenzaron a suceder cada día más de mal en peor para el rey Boleslao, que tuvo que llorar muy amargamente el crimen tan espantoso que cometió. El pueblo empezó a venerar como a un gran santo a Estanislao, y el Papa Inocencio lo canonizó, o sea lo declaró santo en el año 1253.


San Estanislao, pídele a Dios que haya muchos obispos y sacerdotes que como tú a imitación de San Juan Bautista que se atrevió a enfrentársele al rey Herodes y decirle:





"No te es permitido vivir con una mujer que no es tu esposa"

Y no dejó de decírselo aunque ésto le llevó a ser asesinado por orden de tan malvado rey, que así también en este tiempo siempre haya muchos valerosos sacerdotes y obispos que se atrevan a oponerse a los que dan escándalo y mal ejemplo, aunque ésto los lleve a ser perseguidos y sufrir martirios.

Y a los que se atreven a atacar a los enviados de Dios, que no olviden las palabras del libro Santo:






"No toquéis a mis ungidos. No hagáis daño a los que Yo envío para comunicar mis mensajes (Salmo 105). Porque el que ataca a uno de mis enviados, es como si me hiriera a Mí en la pupila de mis ojos, dice el Señor"

Fuente - Texto tomado de EWTN:
http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Estanislao.htm

Vigilia Pascual - Sábado Santo - Abril 11 de 2020






La Vigilia Pascual comienza la Noche Santa, que según una antiquísima tradición, es una noche de vela en honor del Señor, sólo en la noche del Sábado Santo. La celebración de esta Vigilia se desarrolla de la siguiente manera:

Después de un breve lucernario o liturgia de la luz, la Santa Iglesia, llena de fe en la Palabra y promesas del Señor, contempla las maravillas de Dios, las que realizó desde el principio en favor de su pueblo, desde la creación del mundo hasta la resurrección de Cristo. Toda la celebración de la Vigilia Pascual debe hacerse durante la noche, sin comenzar antes del inicio de la noche ni terminar después del alba del domingo. Los fieles que participan en la Misa de Vigilia pueden comulgar de nuevo en otra misa del Día de Pascua.


La celebración de la Vigilia Pascual tiene cuatro partes:


1. Lucernario o Solemne Comienzo de la Vigilia. Bendición del Fuego Nuevo y preparación del Cirio Pascual, Pregón Pascual.




2. Liturgia de la Palabra. Se proponen siete lecturas del Antiguo Testamento y dos del Nuevo Testamento.




3. Liturgia Bautismal. Bendición de la Fuente Bautismal, Agua Bautismal y/o Bendición del Agua Común. Bautismo de los Catecúmenos y/o renovación de las promesas bautismales de los fieles.




4. Liturgia Eucarística.




Fuente - Texto tomado de EWTN:
http://www.ewtn.com/spanish/Tiempos%20Lit%C3%BArgicos/Cuaresma/semana_santa/vigilia_pascual.htm

Vigilia Pascual - Sábado Santo por la noche - Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 28, 1-10



1. Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro.

2. De pronto se produjo un gran terremoto, pues el Ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella.

3. Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve.

4. Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos.

5. El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo:






«Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado.


6. No está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba.

7. Y ahora id enseguida a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis". Ya os lo he dicho»




8. Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos.

9. En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:


«¡Dios os guarde!»

Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron.

10. Entonces les dice Jesús: 


«No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán»



Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

Novena a la Divina Misericordia - Día Segundo - Abril 11 de 2020


Por las almas de los
sacerdotes y religiosos
(Diario, N° 1212)




Jesús misericordioso, de quien procede todo bien, aumenta tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en el cielo.

Padre Eterno, mira con misericordia al grupo elegido de tu viña, a las almas de los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de tu bendición. Por el amor del Corazón de tu Hijo, en el cual están encerradas, concédeles el poder de tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de la salvación, y a una sola voz canten alabanzas a tu misericordia sin límite por los siglos de los siglos. Amén.


Invocación para todos
los días de la Novena


Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como manantial de misericordia para nosotros, en ti confío.

Coronilla de la Divina Misericordia



Video tomado de Youtube:

https://www.youtube.com/watch?v=sHSCPQeG_5Y


Texto tomado del Libro: Novena del Señor de la Divina Misericordia - Caballeros de la Virgen