domingo, 29 de marzo de 2020

Obispo de Cuernavaca: la pandemia es “un grito de Dios”





Por Carlos Esteban | 24 de marzo de 2020


Para Ramón Castro Castro, obispo de la diócesis mexicana de Cuernavaca, la pandemia que sufre el planeta entero es un “grito de Dios” ante una humanidad que juega a ser como Él.

“Hijos, Dios no está hablando, está gritando, vamos a escuchar, sepamos escuchar, estemos atentos, la vida es tan corta”

Aseguró en el curso de la homilia en una misa celebrada en la catedral de Cuernavaca su obispo, Ramón Castro Castro, quien cita el aborto, la eutanasia y la institucionalización de la ‘diversidad sexual’ como algunos de los signos de que el hombre en nuestro tiempo se ha apartado de Dios y juega a ser como Él.

Dios grita con el coronavirus, insiste el prelado, y de hecho la pandemia impone un alto, una pausa obligada que debemos aprovechar.

“Con esto (con el COVID-19) queramos o no queramos, nos detenemos. En muchos países ya están obligados a detenerse; en Europa, en Estados Unidos, en China, por ley todo está cerrado, menos las farmacias y los mercados y ahí todo se debe detener, sea quién sea”


La misa fue ante una numerosa congregación de fieles, ya que el México del presidente López Obrador ha optado por ignorar la pandemia e incluso anima públicamente a los mexicanos a que sigan haciendo la vida de siempre y prodigar los abrazos. La Iglesia mexicana, sin embargo, ha optado por una actitud más prudente y, en línea con otras muchas iglesias nacionales, interrumpirá las misas con presencia de pueblo.


“Como un pequeñísimo, microscópico virus, viene a decirle hoy a la humanidad: ey, eres frágil, eres vulnerable, ni tu éxito, ni tu dinero, ni tu poder te van ayudar, date cuenta quién eres, no juegues hacer Dios, la humanidad ha querido jugar a ser Dios”, recalcó Castro.


Favor leer el enlace adjunto relacionado con este artículo:




Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM:

Santa Misa - Domingo 29 de marzo de 2020 - 5° Domingo de Cuaresma










Debido a la emergencia mundial por la pandemia del coronavirus, por la cuarentena obligatoria en la cual nos encontramos sometidos, y al lamentable cierre de los templos católicos en todo el mundo, me permito compartir con ustedes el video de la Santa Misa, que corresponde al 5° Domingo de Cuaresma (Marzo 29 de 2020).


Unámonos todos como Iglesia Militante y Peregrina, y asistamos virtualmente a la Santa Misa, junto a Jesús en su Calvario, con profunda fe y recogimiento.


Elevemos a Dios nuestras oraciones y peticiones personales, también por las de nuestros familiares, amigos y el mundo entero.


Igualmente, pidamos perdón por nuestros pecados, procuremos la conversión de nuestras vidas, y cuando la Iglesia Católica lo permita y abra nuevamente las puertas de los templos, busquemos a Dios a través del Sacramento de la Reconciliación "Penitencia o Confesión", y recibamos la gracia de su perdón y su amoroso abrazo de Padre, que recibe a sus hijos pródigos que regresan a Él, ÚNICO PADRE que sí nos ama verdaderamente.


Recordemos lo más sublime: recibir en estado de gracia al Señor Dios en su Presencia Real, en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía (Hostia Consagrada), en la totalidad de su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, en el santísimo sacrificio incongruento, como memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.


COMUNIÓN ESPIRITUAL


Creo, Jesús mío, 
que estás real 
y verdaderamente en el cielo 
y en el Santísimo Sacramento
del Altar.


Os amo sobre todas las cosas 
y deseo vivamente recibirte 
dentro de mi alma, 
pero no pudiendo hacerlo 
ahora sacramentalmente, 
venid al menos 
espiritualmente a mi corazón. 
Y como si ya os hubiese recibido, 
os abrazo y me uno del todo a Ti.


Señor, no permitas que jamás
me aparte de Ti.
Amén


Dios nos colme de abundantes bendiciones a todos, la Santísima Virgen María interceda por nosotros, y San José, protector de la Iglesia Católica Universal, defienda a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas del demonio y de todos sus enemigos, además de toda adversidad.


Muchas gracias a todos ustedes por su gentil atención.


Video tomado de YOUTUBE:

Lectura del Santo Evangelio Según San Juan 11, 1-45



1. Estaba enfermo por este tiempo un hombre llamado Lázaro, vecino de Betania, patria de María y de Marta, sus hermanas.

2. (Esta María es aquella misma que derramó sobre el Señor el perfume, y le limpió los pies con sus cabellos; de la cual era hermano el Lázaro que estaba enfermo).

3. Las hermanas, pues, enviaron a decirle:




"Señor, mira que aquel a quien amas está enfermo"

4. Oyendo Jesús el recado, díjoles:

"Esta enfermedad no es mortal, sino que está ordenada para gloria de Dios, con la mira de que por ella el Hijo de Dios sea glorificado"

5. Jesús tenía particular afecto a Marta y a su hermana María y a Lázaro.

6. Cuando oyó que éste estaba enfermo, quedóse aún dos días más en el mismo lugar.

7. Después de pasados éstos, dijo a sus discípulos:

"Vamos otra vez a la Judea"

8. Dícenle sus discípulos:

"Maestro, hace poco que los judíos querían apedrearte, y ¿quieres volver allá?"

9. Jesús les respondió:

"Pues qué, ¿no son doce las horas del día? El que anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo.




10. Al contrario, quien anda de noche, tropieza, porque no tiene luz"

11. Así dijo, y añadióles después:

"Nuestro amigo Lázaro duerme; mas Yo voy a despertarle del sueño"

12. A lo que dijeron sus discípulos:

"Señor, si duerme, sanará"

13. Mas Jesús había hablado del sueño de la muerte; y ellos pensaban que hablaba del sueño natural.

14. Entonces les dijo Jesús claramente:

"Lázaro ha muerto.

15. Y me alegro por vosotros de no haberme hallado allí, a fin de que creáis. Pero vamos a él"

16. Entonces Tomás, por otro nombre Dídimo, dijo a sus condiscípulos:

"Vamos también nosotros, y muramos con él"

17. Llegó, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba sepultado.

18. (Distaba Betania de Jerusalén como unos quince estadios).

19. Y habían ido muchos de los judíos a consolar a Marta y a María de la muerte de su hermano.

20. Marta, luego que oyó que Jesús venía, le salió a recibir; y María se quedó en casa.

21. Dijo, pues, Marta a Jesús:

"Señor, si hubieses estado aquí, no hubiera muerto mi hermano.

22. Bien que estoy persuadida de que ahora mismo te concederá Dios cualquiera cosa que le pidieres"

23. Dícele Jesús:

"Tu hermano resucitará"

24. Respóndele Marta:

"Bien se que resucitará en la resurrección universal, que será en el último día"

25. Díjole Jesús:

"Yo Soy la resurrección y la vida: quien cree en Mí, aunque hubiere muerto, vivirá.




26. Y todo aquel que vive y cree en Mí no morirá para siempre:  ¿crees tú ésto?"

27. Respondióle:

"¡Oh Señor!, sí que lo creo, y que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, que has venido a este mundo"

28. Dicho ésto, fuése, y llamó secretamente a María, su hermana, diciéndole:

"Está aquí el Maestro y te llama"

29. Apenas ella oyó ésto, se levantó apresuradamente, y fue a encontrarle.

30. Porque Jesús no había entrado todavía en la aldea, sino que aún estaba en aquel mismo sitio en que Marta le había salido a recibir.

31. Por eso los judíos que estaban con María, en la casa, y la consolaban, viéndola levantarse de repente, y salir fuera, la siguieron diciendo:

"Esta va sin duda al sepulcro para llorar allí"

32. María, pues, habiendo llegado a donde estaba Jesús, viéndole, postróse a sus pies, y díjole:

"Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano"

33. Jesús al verla llorar, y llorar también los judíos que habían venido con ella, estremecióse en su alma, y conturbóse a sí mismo.

34. Y dijo:

"¿Dónde le pusisteis?"

"Ven, Señor, le dijeron, y lo verás"

35. Entonces a Jesús se le arrasaron los ojos en lágrimas.






36. En vista de lo cual dijeron los judíos:

"Mirad cómo le amaba"

37. Mas algunos de ellos dijeron:

"Pues éste, que abrió los ojos de un ciego de nacimiento, ¿no podía hacer que Lázaro no muriese?"

38. Finalmente, prorrumpiendo Jesús en nuevos sollozos, que le salían del corazón, vino al sepulcro, que era una gruta cerrada con una gran piedra.

39. Dijo Jesús:

"Quitad la piedra"




Marta, hermana del difunto, le respondió:

"Señor, mira que ya hiede, pues yace ya cuatro días que está ahí"

40. Díjole Jesús:

"¿No te he dicho que si creyeres, verás la gloria de Dios?"

41. Quitaron, pues, la piedra; y Jesús levantando los ojos al cielo, dijo:

"¡Oh Padre!, gracias te doy porque me has oído:





42. Bien es verdad que Yo ya sabía que siempre me oyes; mas lo he dicho por razón de este pueblo que está alrededor de Mí, con el fin de que crean que Tú eres el que me has enviado"

43. Dicho ésto, gritó con voz muy alta o sonora:






"Lázaro, sal afuera"

44. Y al instante el que había muerto salió fuera, ligado de pies y manos con fajas, y tapado el rostro con un sudario. Díjoles Jesús:






"Desatadle, y dejadle ir"

45. Con eso muchos de los judíos que habían venido a visitar a María y a Marta, y vieron lo que Jesús hizo, creyeron en Él.



Palabra de Dios
Gloria a Ti, Señor Jesús