miércoles, 11 de marzo de 2020

San Abraham - Patriarca - Fiesta Marzo 12




La historia de Abraham se encuentra en el primer libro de la Biblia, el Libro del Génesis. Con Abraham fundó Dios en el mundo la verdadera religión.

Vivía en la ciudad de Ur, cerca de los ríos Tigris y Eufrates, cuando Dios le pidió el sacrificio de alejarse de su tierra, que era muy fértil, y de su hermosa ciudad e irse a un país desconocido y desértico, lejos de familiares y amigos, Abraham aceptó este sacrificio, y Dios en pago le prometió que sus descendientes poseerían por siempre aquel país.

Abraham deseaba tener un hijo que prolongara su familia, y Dios permitió que su esposa fuera estéril y que a la edad de 90 años Abraham todavía no lograra tener el hijo que tanto deseaba. Sin embargo, Nuestro Señor le prometió que su descendencia sería tan numerosa como las arenas del mar, y Abraham creyó a esta promesa de Dios, y esta fe le fue apreciada y recompensada.

Dios se le aparece en forma de viajero peregrino (acompañado de dos ángeles disfrazados también), y Abraham los atiende maravillosamente bien. Dios le promete que dentro de un año tendrá un hijo. Sara, la esposa, que está oyendo detrás de una cortina, se ríe de esta promesa, porque le parece imposible ya que ellos dos son muy viejos. Dios manda que al niño le pongan por nombre "Isaac"; que significa "el hijo de la sonrisa"




Y cuando el jovencito tiene 12 años, Dios pide a Abraham que vaya a un monte y le ofrezca el hijo en sacrificio. Abraham acepta ésto que le cuesta muchísimo y cuando ya va a matar a Isaac, un ángel le detiene la mano y oye una voz del cielo que le dice:






"He visto cuán grande es tu generosidad. Ahora te prometo que tu descendencia nunca se acabará en el mundo"

Y luego ve un cordero enredado entre unas matas de espinas y lo ofrece en sacrificio a Dios. Los enemigos atacaron a la ciudad donde vivía Lot, el sobrino de Abraham, llevándose a todos prisioneros. Entonces el patriarca reunió a sus obreros (318) y atacó por sorpresa a los enemigos y libertó a todos los cautivos.



En acción de gracias llevó a Melquisedec, sacerdote de Jerusalén, la décima parte de todo lo que había conseguido. Desde entonces quedó la costumbre de dar para Dios y para los pobres el diezmo, o sea la décima parte de lo que cada uno gana.




Nuestro Señor le comunicó a su amigo Abraham que iba a destruir a Sodoma, porque en esa ciudad se cometían pecados de homosexualidad. Abraham le rogó a Dios que no la destruyera si había allí siquiera 10 personas buenas. Pero como no las había, cayó una lluvia de fuego y los mató a todos. Sólo se salvó Lot, por ser sobrino de Abraham. Pero la mujer de Lot desobedeció la orden de los ángeles y al salir de la ciudad se puso a mirar hacia atrás y quedó convertida en estatua de sal.





Abraham fue padre de Isaac, del cual nacieron Esaú y Jacob. Los hijos de Jacob se llaman los Doce Patriarcas, de los cuales se formó el pueblo de Israel.


Dios le cambió el nombre de Abrán, que significa "padre", por el nombre de "Abraham", que significa: padre de muchos pueblos.


La S. Biblia alaba a Abraham porque creyó contra toda esperanza y porque nunca dudó de que Dios sí cumple lo que promete, aunque parezca imposible.


Santo Patriarca Abraham,
pídele a Dios que nos conceda
una fe tan grande como la tuya,
y el perseverar fieles a nuestra
religión hasta la muerte.


Fuente - Texto tomado de EWTN:

RECTIFICACIÓN DE LA CEC: Indicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia ante el Coronavirus (Marzo 11 de 2020)



Luego que el pasado viernes se diera a conocer el primer caso positivo de Covid-19 o Coronavirus en el país, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), comprometida con los protocolos de prevención que las autoridades sanitarias nacionales han solicitado, ofrece algunas indicaciones a seguir, en el ámbito de la vida y misión de la Iglesia católica. 

En su mensaje, los obispos, luego de hacer un llamado a la calma, piden a los sacerdotes que tengan alguna afectación respiratoria u otros síntomas del virus, abstenerse de celebrar la Eucaristía.

Asimismo, los obispos recomiendan a los sacerdotes y ministros de la Eucaristía, el riguroso lavado de manos, el uso de tapabocas y antibacterial antes y después de cada celebración eucarística, así como llevar el viático a los enfermos con las debidas precauciones. 

Para el sacramento de la penitencia o confesión, la Iglesia recomienda al sacerdote el uso del tapabocas, y para el saludo de la paz se sugiere se haga solo con una leve venia.

"La comunión eucarística debe recibirse en la mano. Los sacerdotes han de instruir a los fieles sobre la forma de hacerlo, especialmente sobre la necesidad de que quien comulga se lleve a la boca inmediatamente la hostia consagrada a la vista del ministro", aclaran los prelados. 

Piden a las personas “mayores de 70 años o quienes padecen enfermedades que, de algún modo, aumentan el riesgo de contagio, han de tener especiales cuidados, incluida la posibilidad de abstenerse de participar en las celebraciones litúrgicas en los templos”. 

Finalmente, dejan a la libertad de las Jurisdicciones Eclesiásticas, la pertinencia de adoptar otras medidas que consideren pertinentes.




COMUNICADO


La Conferencia Episcopal de Colombia, ante la noticia de la identificación del primer caso de Coronavirus (Covid-19) en nuestro país, se manifiesta solidaria y comprometida con los protocolos de prevención promulgados por las autoridades sanitarias nacionales, y pide que se acojan en todas las jurisdicciones eclesiásticas las siguientes indicaciones, en el ámbito propio de la vida y misión de la Iglesia Católica:


1. Hay que mantener la calma y la serenidad, así como adoptar en la vida cotidiana las medidas que evitan la propagación del mencionado virus.


2. Quienes presentan cuadros de afección respiratoria u otros síntomas del virus deben abstenerse de asistir a las celebraciones litúrgicas. No faltan por ello al precepto de participar en las celebraciones dominicales y festivas.


3. Los sacerdotes que tengan afecciones respiratorias u otros síntomas del virus no deben celebrar la misa con participación de los fieles o entrar en contacto directo con ellos.


4. Los sacerdotes y ministros de la Eucaristía deben lavarse las manos cuidadosamente y usar gel antibacterial antes y después de cada celebración, así como cuando lleven el viático a los enfermos. En este último caso es conveniente usar el tapabocas.


5. Los sacerdotes en la celebración del sacramento de la penitencia deben usar el tapabocas.


6. En la celebración de la misa, el saludo de paz debe hacerse con una venia leve, evitando el saludo de manos.


7. La comunión eucarística debe recibirse en la mano. Los sacerdotes han de instruir a los fieles sobre la forma de hacerlo, especialmente sobre la necesidad de que quien comulga se lleve a la boca inmediatamente la hostia consagrada a la vista del ministro.


8. Los mayores de 70 años o quienes padecen enfermedades que, de algún modo, aumentan el riesgo de contagio, han de tener especiales cuidados, incluida la posibilidad de abstenerse de participar en las celebraciones litúrgicas en los templos.


Los obispos y ordinarios diocesanos en sus jurisdicciones podrán adoptar otras medidas que estimen oportunas, según las circunstancias propias de sus comunidades. Finalmente, los pastores de la Iglesia católica en Colombia recordamos que este es momento propicio para intensificar, como una obra de misericordia, la oración al Señor por todos los enfermos y para vivir solidariamente el mandamiento de defender y cuidar la vida propia y la del prójimo.


Bogotá D.C., 7 de marzo de 2020.


Fuente - Texto tomado de CEC.ORG:

https://www.cec.org.co/sistema-informativo/destacados/indicaciones-de-la-conferencia-episcopal-de-colombia-ante-el







Los obispos de Colombia rectifican: el fiel tiene derecho a comulgar en la boca




Por Fernando Beltrán | 11 de marzo de 2020


El 7 de marzo, la Conferencia Episcopal de Colombia emitía un escrito en el que se hacía una serie de recomendaciones ante la epidemia del coronavirus, con motivo del primer caso en el país. Entre otras cosas, obligaban a los fieles a recibir la comunión en la mano.

En el punto 7 de dicha declaración se decía: “La comunión eucarística debe recibirse en la mano. Los sacerdotes han de instruir a los fieles sobre la forma de hacerlo, especialmente sobre la necesidad de que quien comulga se lleve a la boca inmediatamente la hostia consagrada a la vista del ministro”.

Sin embargo, 3 días después, la misma Conferencia Episcopal ha emitido un nuevo escrito en el que rectifican. En el punto 3 de este escrito puede leerse: 


“Hemos invitado a comulgar preferiblemente en la mano, previa catequesis sobre la manera como se debe hacer. No obstante, también podrán comulgar en la boca quienes, por distintas razones, manifiestan su deseo y opción de recibir la Eucaristía de este modo. Como lo ha enseñado la Iglesia, no se impondrá una u otra manera de comulgar”.


En este sentido dicen algo parecido a las recomendaciones dadas en la diócesis de Madrid, donde se “recomienda” la comunión en la mano. A pesar de ello, en alguna parroquia madrileña han obligado a comulgar con la mano. 

Esto, que sepan sus pastores, va en contra del número 92 de la instrucción vaticana Redemptionis Sacramentum, donde se dice que el fiel tiene derecho “siempre” a recibir la comunión en la boca.



COMUNICADO






Agradecemos la acogida y comprensión que la mayoría de los fieles católicos ha brindado a las indicaciones de esta Conferencia Episcopal en el marco de las acciones preventivas por la presencia del Coronavirus (Covid-19) en nuestro país y, ante las inquietudes manifestadas por otros, se aclara que:


1. La Iglesia, porque así lo hizo y lo enseñó el Señor, siempre consagrará una atención pastoral especial a los enfermos y a los temas de salud. Reiteramos que éste es un momento propicio para confiar en la eficacia de la oración, acrecentar la práctica de la misericordia y fortalecer la fraternidad.


2. Las recomendaciones hechas son de carácter extraordinario, dados los riesgos que ofrece la actual situación y pensando en que todos podemos colaborar solidariamente para prevenir la emergencia sanitaria que se pueda presentar.


3. Hemos invitado a comulgar preferiblemente en la mano, previa catequesis sobre la manera como se debe hacer. No obstante, también podrán comulgar en la boca quienes, por distintas razones, manifiestan su deseo y opción de recibir la Eucaristía de este modo. Como lo ha enseñado la Iglesia, no se impondrá una u otra manera de comulgar.


4. Reiteramos el llamado a mantener la calma, a seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias, a adoptar las normas de prevención en los hábitos de vida cotidiana, pensando siempre en el bien común. Suplicamos la intercesión maternal de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá por el bienestar de todos los colombianos.


Fuente - Texto tomado de CEC.ORG.CO:



Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM: