sábado, 22 de febrero de 2020

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo 5, 38-48




38. Habéis oído que se dijo:

"Ojo por ojo y diente por diente"

39. Yo, empero, os digo, que no hagáis resistencia al agravio; antes si alguno te hiriere en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.

40. Y al que quiere armarte pleito para quitarte la túnica, alárgale también la capa.

41. Y a quien te forzare a ir cargado mil pasos, ve con él otros dos mil.

42. Al que te pide, dale; y no tuerzas el rostro al que pretenda de ti algún préstamo.


43. Habéis oído que fue dicho:

"Amarás a tu prójimo y (han añadido malamente), tendrás odio a tu enemigo"

44. Yo os digo más: 

Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os persiguen y calumnian.


45. Para que seáis hijos imitadores de vuestro Padre celestial, el cual hace nacer su sol sobre buenos y malos, y llover sobre justos y pecadores.

46. Que si no amáis sino a los que os aman, ¿qué premio habéis de tener? ¿No lo hacen así aún los publicanos?

47. Y si no saludáis a otros que a vuestros hermanos, ¿qué tiene eso de particular? Por ventura ¿no hacen también esto los paganos?


48. Sed, pues, vosotros, perfectos, así como vuestro Padre celestial es perfecto, imitándole en cuanto podáis.

Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

San Policarpo - Obispo y Mártir (Año 155) - Fiesta Febrero 23


Policarpo significa: el que produce muchos
frutos de buenas obras
(Poli = mucho; Carpo = fruto)


San Policarpo tuvo el inmenso honor de ser discípulo del apóstol San Juan Evangelista. Los fieles le profesaban una gran admiración. Y entre sus discípulos tuvo a San Irineo y a varios varones importantes más. En una carta a un cristiano que había dejado la verdadera fe y se dedicaba a enseñar errores, le dice así San Irineo:

"Ésto no era lo que enseñaba nuestro venerable maestro San Policarpo. Ah, yo te puedo mostrar el sitio en el que este gran santo acostumbraba sentarse a predicar. Todavía recuerdo la venerabilidad de su comportamiento, la santidad de su persona, la majestad de su rostro y las santísimas enseñanzas con que nos instruía. Todavía me parece estarle oyendo contar que él había conversado con San Juan y con muchos otros que habían conocido a Jesucristo, y repetir las palabras que había oído de ellos. Y yo te puedo jurar que si San Policarpo oyera las herejías que ahora están diciendo algunos, se taparía los oídos y repetiría aquella frase que acostumbraba decir:

"Dios mío, ¿por qué me has hecho vivir hasta hoy para oír semejantes horrores? Y se habría alejado inmediatamente de los que afirman tales cosas"

San Policarpo era obispo de la ciudad de Esmirna, en Turquía, y fue a Roma a dialogar con el Papa Aniceto para ver si podían ponerse de acuerdo para unificar la fecha de fiesta de Pascua entre los cristianos de Asia y los de Europa. Y andando por Roma se encontró con un hereje que negaba varias verdades de la religión católica. El otro le preguntó:

"¿No me conoces?"

Y el santo le respondió:

"¡Sí te conozco. Tú eres un hijo de Satanás!"

Cuando San Ignacio de Antioquía iba hacia Roma, encadenado para ser martirizado, San Policarpo salió a recibirlo y besó emocionado sus cadenas. Y por petición de San Ignacio escribió una carta a los cristianos del Asia, carta que según San Jerónimo, era sumamente apreciada por los antiguos cristianos. Los cristianos de Esmirna escribieron una bellísima carta poco después del martirio de este gran santo, y en ella nos cuentan datos muy interesantes, por ejemplo los siguientes:

"Cuando estalló la persecución, Policarpo no se presentó voluntariamente a las autoridades para que lo mataran, porque él tenía temor de que su voluntad no fuera lo suficientemente fuerte para ser capaz de enfrentarse al martirio, y porque sus fuerzas no eran ya tan grandes pues era muy anciano. Él se escondió, pero un esclavo fue y contó dónde estaba escondido y el gobierno envió un piquete de soldados a llevarlo preso. Era de noche cuando llegaron. Él se levantó de la cama y exclamó:

'Hágase la santa voluntad de Dios'

Luego mandó que les dieran una buena cena a los que lo iban a llevar preso y les pidió que le permitieran rezar un rato. Pasó bastantes minutos rezando y varios de los soldados, al verlo tan piadoso y tan santo, se arrepintieron de haber ido a llevarlo preso. El populacho estaba reunido en el estadio y allá fue llevado Policarpo para ser juzgado. El gobernador le dijo:

'Declare que el César es el señor'

Policarpo respondió:

'Yo sólo reconozco como mi Señor a Jesucristo, el Hijo de Dios'

Añadió el gobernador:

'¿Y qué pierde con echar un poco de incienso ante el altar del César? Renuncie a su Cristo y salvará su vida'.

A lo cual San Policarpo dio una respuesta admirable. Dijo así:





'Ochenta y seis años llevo sirviendo a Jesucristo y Él nunca me ha fallado en nada. ¿Cómo le voy a fallar a Él ahora? Yo seré siempre amigo de Cristo'

El gobernador le grita:

'Si no adora al César y sigue adorando a Cristo lo condenaré a las llamas'

Y el santo responde:

'Me amenazas con fuego que dura unos momentos y después se apaga. Yo lo que quiero es no tener que ir nunca al fuego eterno que nunca se apaga'



En ese momento el populacho empezó a gritar:

'¡Éste es el jefe de los cristianos, el que prohíbe adorar a nuestros dioses. Que lo quemen!'

Y también los judíos pedían que lo quemaran vivo. El gobernador les hizo caso y decretó su pena de muerte, y todos aquellos enemigos de nuestra santa religión se fueron a traer leña de los hornos y talleres para encender una hoguera y quemarlo. Hicieron un gran montón de leña y colocaron sobre él a Policarpo. Los verdugos querían amarrarlo a un palo con cadenas pero él les dijo:

'Por favor: déjenme así, que el Señor me concederá valor para soportar este tormento sin tratar de alejarme de él'

Entonces lo único que hicieron fue atarle las manos por detrás. Policarpo, elevando los ojos hacia el cielo, oró así en alta voz:

'Señor Dios, Todopoderoso, Padre de Nuestro Señor Jesucristo: yo te bendigo porque me has permitido llegar a esta situación y me concedes la gracia de formar parte del grupo de tus mártires, y me das el gran honor de poder participar del cáliz de amargura que tu propio Hijo Jesús tuvo que tomar antes de llegar a su resurrección gloriosa. Concédeme la gracia de ser admitido entre el grupo de los que sacrifican su vida por Ti, y haz que este sacrificio te sea totalmente agradable. Yo te alabo y te bendigo Padre Celestial por tu Santísimo Hijo Jesucristo, a quien sea dada la gloria junto al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos'


'Tan pronto terminó Policarpo de rezar su oración, prendieron fuego a la leña, y entonces sucedió un milagro ante nuestros ojos y a la vista de todos los que estábamos allí presentes (sigue diciendo la carta escrita por los testigos que presenciaron su martirio):

Las llamas, haciendo una gran circunferencia, rodearon el cuerpo del mártir, y el cuerpo de Policarpo ya no parecía un cuerpo humano quemado sino un hermoso pan tostado, o un pedazo de oro sacado de un horno ardiente. Y todos los alrededores se llenaron de un agradabilísimo olor como de un fino incienso. Los verdugos recibieron la orden de atravesar el corazón del mártir con un lanzazo, y en ese momento vimos salir volando desde allí hacia lo alto una blanquísima paloma, y al brotar la sangre del corazón del santo, enseguida la hoguera se apagó'
'Los judíos paganos le pidieron al jefe de la guardia que destruyeran e hicieran desaparecer el cuerpo del mártir, y el militar lo mandó quemar, pero nosotros alcanzamos a recoger algunos de sus huesos y los veneramos como un tesoro muy valioso que las más ricas joyas, y los llevamos al sitio donde nos reunimos para orar'.
El día de su martirio fue el 23 de febrero del año 155. Esta carta, escrita en el propio tiempo en que sucedió el martirio, es una narración verdaderamente hermosa y provechosa.


Fuente - Texto tomado de EWTN:
http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Policarpo.htm

José Mojica - El actor de Hollywood y cantante 'tenor' que siguió a Jesucristo



José Mojica se codeó con Enrico Caruso y Agustín Lara


«Solamente una vez» fue compuesta en su honor: un actor de Hollywood que eligió ser franciscano.




es.ChurchPop.com - 28 de febrero de 2016


La vida de un cristiano es una vida abierta a las novedades que Dios nos prepara. Un ejemplo de esto es José Mojica quien, después de alcanzar la fama como actor de Hollywood, se hizo fraile franciscano. Esta es su historia.

José Mojica nació el 14 de abril de 1896 en Jalisco, México. Al morir su padre, se mudó con su madre a Ciudad de México donde comenzó a estudiar agronomía, pero al poco tiempo abandonó dichos estudios. Es entonces que ingresa al Conservatorio Nacional de Música a estudiar canto para luego viajar a Nueva York, donde tuvo que trabajar lavando platos algún tiempo hasta que fue aceptado en la compañía de ópera de esa ciudad.


Enrico Caruso





Allí conoció a Enrico Caruso, considerado por muchos como el mejor tenor de todos los tiempos, quien entusiasmado por su talento le ayudó a ingresar a la compañía de Ópera de Chicago. Desde entonces su carrera como tenor y actor sólo conoce ascensos.






Fue contratado para cantar en la película de Hollywood “One mad kiss” en 1930, y los años siguientes actuó en más de diez películas entre las que destaca “La cruz y la espada” en donde interpreta a un fraile franciscano.

El éxito artístico naturalmente vino acompañado del éxito económico. Esto le permitió comprar La Antigua Villa Santa Mónica, en San Miguel de Allende, Guanajuato, para regalársela a su madre.








Ya convertido en una figura del cine, vuelve a México en 1938 para continuar su carrera de actor.




Sin embargo, Dios le tenía preparado un camino nuevo el cual cambiaría radicalmente su vida. La muerte de su madre en 1940 le afecta en gran medida y José Mojica busca refugio en Dios. En esta etapa de su vida sus apariciones en los escenarios eran cada vez menores y descubre que Dios lo llamaba a la vida religiosa.

Es así que José Mojica lo deja todo y en el año de 1942 ingresa al seminario Franciscano del Cuzco, en Perú, con el nombre de Fray José de Guadalupe Mojica y se ordena sacerdote en 1947 en la Iglesia San Francisco, en Lima, Perú.

Este es un video de la primera Misa que celebró en dicho templo:




La fama que había conseguido como actor y tenor le sirvió para recaudar fondos para la construcción del Seminario Franciscano de Arequipa, también en Perú, y luego escribir un libro autobiográfico llamado Yo pecador el cual sirvió como argumento para una película con el mismo nombre.




En 1969 vuelve a México donde recibe un homenaje por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes. Ese mismo año es entrevistado por Pedro Vargas, famoso actor y tenor mejicano, a quien le cuenta la reacción del compositor Agustín Lara al enterarse de su vocación. Cuenta Mojica que, mientras se encontraba rodando “Melodías de América”, le confesó a su amigo Agustín Lara que esa sería su última película porque quería ingresar a un convento franciscano. Agustín Lara, conmovido por la noticia, compuso la canción “Solamente una vez” en donde habla de la vocación de Mojica. Muchos piensan que la letra habla del amor de una pareja, pero en realidad se trata de la entrega de Mojica a su vocación.







José Mojica pasó el resto de su vida en el Convento de San Francisco en Lima, en donde murió a los 78 años en 1974. Sus restos reposan en las catacumbas de dicho convento.


Fuente - Texto tomado de RELIGIONENLIBERTAD.COM:
https://www.religionenlibertad.com/personajes/48036/solamente-una-vez-fue-compuesta-en-su-honor-un-actor-de.html

Video tomado de YOUTUBE:

https://www.youtube.com/watch?v=RZNkoRb2iLQ

https://www.youtube.com/watch?v=AIfJKcDP3Lg

https://www.youtube.com/watch?v=QlXR9oj0gZk

https://www.youtube.com/watch?v=1mq87r9MmXc

https://www.youtube.com/watch?v=b1tQ64el5NA

https://www.youtube.com/watch?v=7zjFeD-TKZ4

Miércoles de Ceniza - Febrero 26 de 2020



"Acuérdate de que eres polvo
y al polvo volverás"

Arrepiéntete y cree
en el Evangelio”

El uso litúrgico de las cenizas se originó en tiempos del Antiguo Testamento. Las cenizas simbolizaban luto, mortandad y penitencia. En el Libro de Ester, Mardoqueo se viste de tela de saco y se cubre de cenizas cuando supo del edicto del Rey Asuro que ordenaba el exterminio por la espada de los judíos, en todas las provincias de su reino (Est. 4:1). Job hace penitencia con polvo y cenizas (Job 42:6). Daniel, profetizando el desierto babilonio de Jerusalén, escribe: "Volví mi rostro al Señor, Dios, buscándole en oración y plegaria, en ayuno, saco y ceniza" (Dan. 9:3). En el Evangelio de San Mateo leemos que Jesús menciona el uso de las cenizas: "Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados en ti, muchos ha que en saco y ceniza hubieran hecho penitencia" (Mt. 11:21). En la Edad Media, los sacerdotes bendecían los moribundos con agua bendita, diciendo: "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver".




La Iglesia adaptó el uso de las cenizas para señalar el comienzo de la temporada penitencial de Cuaresma, cuando recordamos nuestra mortandad y lamentamos nuestros pecados. En la presente liturgia para el Miércoles de Ceniza, utilizamos las cenizas sacadas de las palmas que habían servido el año anterior para la procesión del Domingo de Ramos. El sacerdote bendice las cenizas y las impone en la frente de los creyentes, haciendo la señal de la cruz y diciendo:

"Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás", o "Convertíos y creed en el Evangelio"

Al comenzar esta santa temporada de Cuaresma en preparación para la Pascua de Resurrección, debemos recordar el significado de las cenizas que hemos de recibir: Lamentamos y hacemos penitencia por nuestros pecados. Volvemos nuestros corazones nuevamente al Señor, que sufrió, murió y resucitó para nuestra salvación. Renovamos las promesas que hicimos en el bautismo, momento en el cual murió nuestra vida pasada y nacimos a una nueva vida en Cristo. Finalmente, conscientes que el reino de este mundo pasará, nos esforzamos en vivir el reino de Dios ahora y miramos con santa esperanza a su plenitud en el cielo. 


Tiempo de Cuaresma




"La penitencia del tiempo cuaresmal no debe ser sólo interna e individual, sino también externa y social. Dispuso el Concilio Vaticano II que:


Ha de tenerse como sagrado el ayuno pascual; ha de celebrarse en todas partes el Viernes de la Pasión y Muerte del Señor y aún extenderse, según las circunstancias, al Sábado Santo, para que de este modo se llegue al gozo el Domingo de Resurrección, con elevación y apertura de espíritu" (Sacrosanctum Concilium n. 110)

Días de observancia del ayuno
y abstinencia penitencial
durante el tiempo de Cuaresma:

  • Abstinencia: Todos los viernes de Cuaresma a no ser que coincidan con una solemnidad. Debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal.
  • Ayuno y Abstinencia (se observan ambos): El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

La ley eclesiástica obliga a guardar abstinencia a los que hayan cumplido 14 años de edad y a practicar el ayuno, a todos los mayores de edad (18 años), hasta que hayan cumplido 59 años.



La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.

La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.

Las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son:

  • “Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida”
  • “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás"
  • “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”

Origen de la costumbre


Antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.

En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.

En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.

Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos del año anterior. Esto nos recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.

También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno.

La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo.

Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.

Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. La ceniza se le impone a los niños y a los adultos.


Significado del carnaval
al inicio de la Cuaresma


La palabra carnaval significa adiós a la carne y su origen se remonta a los tiempos antiguos en los que por falta de métodos de refrigeración adecuados, los cristianos tenían la necesidad de acabar, antes de que empezara la Cuaresma, con todos los productos que no se podían consumir durante ese período (no sólo carne, sino también leche, huevo, etc.).

Con este pretexto, en muchas localidades se organizaban el martes anterior al miércoles de ceniza, fiestas populares llamadas carnavales en los que se consumían todos los productos que se podrían echar a perder durante la Cuaresma.

Muy pronto empezó a degenerar el sentido del carnaval, convirtiéndose en un pretexto para organizar grandes comilonas y para realizar también todos los actos de los cuales se "arrepentirían" durante la cuaresma, enmarcados por una serie de festejos y desfiles en los que se exaltan los placeres de la carne de forma exagerada, tal como sigue sucediendo en la actualidad en los carnavales de algunas ciudades, como en Río de Janeiro o Nueva Orleans.


El ayuno y la abstinencia






El miércoles de ceniza y el Viernes Santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.


La oración






La oración en este tiempo es importante, ya que nos ayuda a estar más cerca de Dios para poder cambiar lo que necesitemos cambiar de nuestro interior. Necesitamos convertirnos, abandonando el pecado que nos aleja de Dios. Cambiar nuestra forma de vivir para que sea Dios el centro de nuestra vida. Sólo en la oración encontraremos el amor de Dios y la dulce y amorosa exigencia de su voluntad.

Para que nuestra oración tenga frutos, debemos evitar lo siguiente:

  • La hipocresía: Jesús no quiere que oremos para que los demás nos vean, llamando la atención con nuestra actitud exterior. Lo que importa es nuestra actitud interior.
  • La disipación: Esto quiere decir que hay que evitar las distracciones lo más posible. Preparar nuestra oración, el tiempo y el lugar donde se va a llevar a cabo para podernos poner en presencia de Dios.
  • La multitud de palabras: Esto quiere decir que no se trata de hablar mucho o repetir oraciones de memoria sino de escuchar a Dios. La oración es conformarnos con Él; nuestros deseos, nuestras intenciones y nuestras necesidades. Por eso no necesitamos decirle muchas cosas. La sinceridad que usemos debe salir de lo profundo de nuestro corazón porque a Dios no se le puede engañar.

El sacrificio






Al hacer sacrificios (cuyo significado es "hacer sagradas las cosas"), debemos hacerlos con alegría, ya que es por amor a Dios. Si no lo hacemos así, causaremos lástima y compasión y perderemos la recompensa de la felicidad eterna. Dios es el que ve nuestro sacrificio desde el cielo y es el que nos va a recompensar.

“Cuando ayunéis no aparezcáis tristes, como los hipócritas que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo, ya recibieron su recompensa. Tú cuando ayunes, úngete la cabeza y lava tu cara para que no vean los hombres que ayunas, sino Tu Padre, que está en lo secreto: y Tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará.” (Mt 6,6)
Conclusión






Como vemos, la ceniza no es un rito mágico, no nos quita nuestros pecados, para ello tenemos el Sacramento de la Reconciliación. Es un signo de arrepentimiento, de penitencia, pero sobre todo de conversión. Es el inicio del camino de la Cuaresma, para acompañar a Jesús desde su desierto hasta el día de su triunfo que es el Domingo de Resurrección.

Debe ser un tiempo de reflexión de nuestra vida, de entender a dónde vamos, de analizar cómo es nuestro comportamiento con nuestra familia y en general con todos los seres que nos rodean.

En estos momentos al reflexionar sobre nuestra vida, debemos convertirla de ahora en adelante en un seguimiento a Jesús, profundizando en su mensaje de amor y acercándonos en esta Cuaresma al Sacramento de la Reconciliación (también llamado confesión), que como su nombre mismo nos dice, representa reconciliarnos con Dios y sin reconciliarnos con Dios y convertirnos internamente, no podremos seguirle adecuadamente.

Esta Reconciliación con Dios está integrada por el Arrepentimiento, la Confesión de nuestros pecados, la Penitencia y finalmente la Conversión.






  • El arrepentimiento debe ser sincero, reconocer que las faltas que hemos cometido (como decimos en el Yo Pecador: en pensamiento, palabra, obra y omisión), no las debimos realizar y que tenemos el firme propósito de no volverlas a cometer.
  • La confesión de nuestros pecados. El arrepentimiento de nuestras faltas, por sí mismo no las borra, sino que necesitamos para ello la gracia de Dios, la cual llega a nosotros por la absolución de nuestros pecados expresada por el sacerdote en la confesión.
  • La penitencia que debemos cumplir empieza desde luego por la que nos imponga el sacerdote en el Sacramento de la Reconciliación.
  • La oración que es la comunicación íntima con Dios, con el ayuno, que además del que manda la Iglesia en determinados días, es la renuncia voluntaria a diferentes satisfactores con la intención de agradar a Dios y con la caridad hacia el prójimo.
  • Conversión que es ir hacia adelante, es el seguimiento a Jesús.

Es un tiempo de pedir perdón a Dios y a nuestro prójimo, pero es también un tiempo de perdonar a todos los que de alguna forma nos han ofendido o nos han hecho algún daño. Pero debemos perdonar antes y sin necesidad de que nadie nos pida perdón, recordemos como decimos en el Padre Nuestro, muchas veces repitiéndolo sin meditar en su significado, que debemos pedir perdón a nuestro Padre, pero antes tenemos que haber perdonado sinceramente a los demás.

Debemos escuchar y leer el Evangelio, meditarlo y Creer en él y con ello Convertir nuestra vida, siguiendo las palabras del Evangelio y evangelizando, es decir transmitiendo su mensaje con nuestras acciones y nuestras palabras.

11 cosas que conviene saber sobre el Miércoles de Ceniza



1. ¿Qué es el Miércoles de Ceniza?


Es el primer día de la Cuaresma, es decir, de los 40 días en los que la Iglesia llama a los fieles a la conversión y a prepararse verdaderamente para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la Semana Santa.




El Miércoles de Ceniza es una celebración contenida en el Misal Romano. En este se explica que al término de la Misa, se bendice e impone la ceniza hecha de los ramos de olivo bendecidos en el Domingo de Ramos del año anterior.


2. ¿Cómo nace la tradición de imponer las cenizas?


La tradición de imponer la ceniza se remonta a la Iglesia primitiva. Por aquel entonces las personas se colocaban la ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo.

La Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos casi 400 años D.C. y a partir del siglo XI (once), la Iglesia de Roma impone las cenizas al inicio de este tiempo.


3. ¿Por qué se impone la ceniza?


La ceniza es un símbolo. Su función está descrita en un importante documento de la Iglesia, más precisamente en el artículo 125 del Directorio sobre la piedad popular y la liturgia:

“El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las Cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles, que acuden en gran número a recibir la Ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual”.


4. ¿Qué simbolizan y qué recuerdan las cenizas?


La palabra ceniza, que proviene del latín "cinis", representa el producto de la combustión de algo por el fuego. Ésta adoptó tempranamente un sentido simbólico de muerte, caducidad, pero también de humildad y penitencia.

La ceniza, como signo de humildad, le recuerda al cristiano su origen y su fin:


"Dios formó al hombre con polvo de la tierra" (Gn 2,7); "hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho" (Gn 3,19).


5. ¿Dónde se puede conseguir la ceniza?


Para la ceremonia se deben quemar los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Estas son rociadas con agua bendita y luego aromatizadas con incienso.


6. ¿Cómo se impone la ceniza?


Este acto tiene lugar en la Misa al término de la homilía y está permitido que los laicos ayuden al sacerdote. Las cenizas son impuestas en la frente, haciendo la señal de la cruz con ellas mientras el ministro dice las palabras Bíblicas:


«Acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás», o «Conviértete y cree en el Evangelio».


7. ¿Qué hacer cuando no hay sacerdote?


Cuando no hay sacerdote la impartición de cenizas puede realizarse sin Misa, de forma extraordinaria. Sin embargo, es recomendable que al acto se preceda por una liturgia de la palabra.

Es importante recordar que la bendición de las cenizas, como todo sacramental, sólo puede realizarla un sacerdote o diácono.


8. ¿A quién se puede imponer la ceniza?


Puede recibir este sacramental cualquier persona, inclusive no católica. Como especifica el Catecismo (1670 ss.) los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo como sí lo hacen los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia estos «preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella».


9. ¿Es obligatoria la imposición de las cenizas?


El Miércoles de Ceniza no es día de precepto y por lo tanto no es obligatoria. No obstante, ese día concurre una gran cantidad de personas a la Santa Misa, algo que siempre es recomendable.


10. ¿Cuánto tiempo hay que tener la ceniza en la frente?


Cuanto uno desee. No existe un tiempo determinado.


11. ¿Es obligatorio el ayuno y la abstinencia?


El Miércoles de Ceniza es obligatorio el ayuno y abstinencia, como en el Viernes Santo, para los mayores de 18 años y menores de 60. Fuera de esos límites es opcional. Ese día los fieles pueden tener una comida “fuerte” una sola vez al día.

La abstinencia de comer carne es obligatoria desde los 14 años. Todos los viernes de Cuaresma también son de abstinencia obligatoria. Los demás viernes del año también, aunque según el país puede sustituirse por otro tipo de mortificación u ofrecimiento como el rezo del rosario.


Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:

La Cátedra del Apóstol San Pedro - Fiesta Febrero 22




Martirologio Romano


Fiesta de la cátedra de San Pedro, apóstol, al que el Señor dijo:


"Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia"



En el día en que los romanos acostumbraban a recordar a sus difuntos, se celebra la sede de aquel apóstol, cuyo sepulcro de conserva en el campo Vaticano y ha sido llamado a presidir en la caridad a toda la Iglesia.

Hoy se celebra la festividad de la Cátedra de San Pedro, una ocasión solemne que se remonta al cuarto siglo y con la que se rinde homenaje y se celebra el primado y la autoridad de San Pedro

La palabra "cátedra" significa asiento o trono y es la raíz de la palabra catedral, la iglesia donde un obispo tiene el trono desde el que predica. Sinónimo de cátedra es también "sede" (asiento o sitial): la "sede" es el lugar desde donde un obispo gobierna su diócesis. Por ejemplo, la Santa Sede es la sede del obispo de Roma, el Papa. 




Hace no muchos años, antes de rezar el Ángelus en este día, el Papa Juan Pablo II recordó que:


"La festividad litúrgica de la Cátedra de San Pedro subraya el singular ministerio que el Señor confió al jefe de los apóstoles, de confirmar y guiar a la Iglesia en la unidad de la fe. En esto consiste el ´ministerium petrinum´, ese servicio peculiar que el obispo de Roma está llamado a rendir a todo el pueblo cristiano. Misión indispensable, que no se basa en prerrogativas humanas, sino en Cristo mismo como piedra angular de la comunidad eclesial". "Recemos -dijo- para que la Iglesia, en la variedad de culturas, lenguas y tradiciones, sea unánime en creer y profesar las verdades de fe y de moral transmitidas por los apóstoles". 


La cátedra es en realidad el trono que Carlos el Calvo regaló al papa Juan VIII y en el que fue coronado emperador el día de Navidad del año 875. Carlos el Calvo era nieto de Carlomagno. Durante muchos años la silla fue utilizada por el papa y sus sucesores durante las ceremonias litúrgicas, hasta que fue incorporada al Altar de la Cátedra de Bernini en 1666. 




Tradiciones, leyendas y creencias afirmaron durante muchos años que la silla era doble y que algunas partes se remontaban a los primeros días de la era cristiana e incluso que la utilizó San Pedro en persona. La silla ha sido objeto de numerosos estudios a lo largo de los siglos y la última vez que fue extraída del nicho que ocupa en el altar de Bernini fue durante un período de seis años, entre 1968 y 1974. Los análisis efectuados en aquella ocasión apuntaban a que se trataba de una sola silla cuyas partes mas antiguas eran del siglo VI. Lo que se había tomado por una segunda silla era en realidad una cubierta que servía tanto para proteger el trono como para llevarlo en procesión. 

Todos los años en esta fecha, el altar monumental que acoge la Cátedra de San Pedro permanece iluminado todo el día con docenas de velas y se celebran numerosas misas desde la mañana hasta el atardecer, concluyendo con la misa del Capítulo de San Pedro.




Oremos por S.S. Papa Francisco






Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:
http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=658