martes, 21 de enero de 2020

Beata Laura Vicuña - La hija que ofreció su vida por salvar a su propia madre - Fiesta Enero 22

Beata Laura Vicuña
La hija que ofreció la vida por salvar a la madre 

Nació en Santiago de Chile, el 5 de abril de 1891 y murió en Argentina el 22 de enero de 1904, a la edad de sólo 13 años. El Papa Juan Pablo II la beatificó el 3 de septiembre de 1988.

Su padre era un alto militar y jefe político de Chile. Una revolución derroca al gobierno y la familia Vicuña tiene que salir huyendo, desterrados a 500 kilómetros de la capital. Allá muere el papá y la familia queda en la miseria. Laura tiene apenas dos años cuando queda huérfana de padre. La mamá, con sus dos hijas, Laura y Julia, emprende un larguísimo viaje de ocho meses hacia las pampas de Argentina. Allá encuentra un ganadero brutal y matón, y movida por su gran miseria, la pobre Mercedes se va a vivir con él en unión libre. El hombre se llamaba Manuel Mora.

En 1900 Laura es internada en el colegio de las Hermanas Salesianas de María Auxiliadora, en el colegio de Junín de los Andes. Allí, en clase de religión, al oír que la profesora dice que a Dios le disgustan mucho los que viven en unión libre, sin casarse, la niña cae desmayada de espanto. En la próxima clase de religión, cuando la religiosa empieza a hablar otra vez de unión libre, la niña empieza a palidecer. La profesora cambia de tema pero consulta el caso con la hermana directora del colegio:

"¿Por qué será que Laura Vicuña se asusta tanto cuando se habla del pecado que es el vivir en unión libre?"




La superiora le aconseja:

"Vuelva a tratar de ese tema, y si ve que la niña se asusta, cambie de tema"

Así lo hace. Laurita se ha dado cuenta de un gravísimo mal: su madre, el ser que ella más ama en el mundo, después de Dios y la Virgen, su mamá Mercedes, vive en pecado mortal y está en grave peligro de condenación eterna. ¡Es terrible!


Y Laura hace un plan: ofrecerá su vida a Dios, con tal de que la mamá abandone a ese hombre con el cual vive en pecado.

Comunica el plan al confesor, el Padre Crestanello, salesiano. Él le dice:

"Mira que eso es muy serio. Dios puede aceptarte tu propuesta y te puede llegar la muerte muy pronto"

Pero la niña está resuelta a salvar el alma de la mamá a cualquier costo, y ofrece su vida al Señor Dios, en sacrificio para salvar el alma de la propia madre. En el colegio es admirada por las demás alumnas como la mejor compañera, la más amable y servicial. Las superioras se quedan maravilladas de su obediencia y del enorme amor que siente por Jesús Sacramentado y por María Auxiliadora.

El día de su primera comunión ofrece su vida en sacrificio a Jesús, y al ser admitida como "Hija de María", consagra su pureza a la Santísima Virgen María.

Va a pasar vacaciones a donde vive su madre. Manuel Mora trata de irrespetarla pero ella no lo permite. Prefiere ser abofeteada y azotada brutalmente por él, pero no admite ningún irrespeto a su virtud. Manuel aprende a respetarla. En una gran inundación que invade el colegio, Laura por salvar la vida de las más pequeñas, pasa largas horas de la noche entre las friísimas aguas sacando niñas en peligro, y adquiere una dolorosa enfermedad en los riñones. Dios empieza a aceptar el sacrificio que le ofreció por salvar el alma de su mamá.

Laura empieza a palidecer y a debilitarse. Siente enorme tristeza al oír de los superiores que no la podrán aceptar como religiosa, porque su madre vive en concubinato. Sigue orando por ella. Cae en cama. Dolores intensísimos. Vómitos continuos. Se retuerce del dolor. La vida de Laura se está apagando:

"Señor, que yo sufra todo lo que a Ti te parezca bien, pero que mi madre se convierta y se salve"
Va a entrar en agonía. La madre se acerca.

"Mamá, desde hace dos años ofrecí mi vida a Dios en sacrificio para obtener que tú no vivas más en unión libre. Que te separes de ese hombre y vivas santamente. Mamá: ¿antes de morir tendré la alegría de que te arrepientas, y le pidas perdón a Dios y empieces a vivir santamente?"

"¡Ay hija mía! Exclama doña Mercedes llorando, ¿entonces yo soy la causa de tu enfermedad y de tu muerte? Pobre de mí ¡Oh Laurita, qué amor tan grande has tenido hacia mí! Te lo juro ahora mismo. Desde hoy ya nunca volveré a vivir con ese hombre. Dios es testigo de mi promesa. Estoy arrepentida. Desde hoy cambiará mi vida".




Laura manda llamar al Padre Confesor.

"Padre, mi mamá promete solemnemente a Dios abandonar desde hoy mismo a aquel hombre"

Madre e hija se abrazan llorando. Desde aquel momento el rostro de Laura se torna sereno y alegre. Siente que ya nada le retiene en esta tierra. La Divina Misericordia ha triunfado en el corazón de su amadísima mamacita. Su misión en este mundo ya está cumplida. Dios la llama al Paraíso. Recibe la unción de los enfermos y su última comunión. Besa repetidamente el crucifijo. A su amiga que reza junto a su lecho de moribunda le dice:

"¡Qué contenta se siente el alma a la hora de la muerte, cuando se ama a Jesucristo y a María Santísima!"

Lanza una última mirada a la imagen que está frente a su cama y exclama:

"Gracias Jesús, gracias María"

Y muere dulcemente. Era el 22 de enero de 1904, iba a cumplir los 13 años. La madre tuvo que cambiarse de nombre y salir disfrazada de aquella región para verse libre del hombre que la perseguía. Y el resto de su vida llevó una vida santa. Laura Vicuña ha hecho muchos milagros a los que le piden que rece por ellos ante Nuestro Señor. Y el Papa Juan Pablo II la declaró Beata en 1988.


El verdadero rostro
de la Beata




En el año 2010, el periodista Gustavo Villavicencio realizó una investigación para el diario El Mercurio de Chile, fruto de la cual encontró una fotografía de un grupo de alumnas del Colegio María Auxiliadora de Junín de los Andes (Argentina), en el que aparece la beata.

Paralelamente las religiosas salesianas tenían sospechas de que el rostro tan conocido por todos, no era realmente el de la beata, "Nunca nos cuadró la niña con zapatos de charol y cuidadoso peinado, con la imagen de niña patagónica de aquel entonces", señala la hermana Elda Scalco, directora del Centro de Espiritualidad Salesiana de Junín de los Andes.

La Comunidad Salesiana trasandina solicitó, a los Carabineros de Chile, una investigación para conocer con certeza cuál era el rostro verdadero de la beata. En este estudio participaron María Benavente Aninat (antropóloga forense y asesora criminalística), Gonzalo Garín Brito (dibujante retratista), Víctor Olavarría Sepúlveda (jefe del Laboratorio de Propiedad Intelectual) y Gustavo Darcha Andrade (jefe del Departamento Criminalístico).

Las salesianas señalan que la imagen que hasta ahora se tenía de Laura Vicuña (una pintura del artista italiano Caffaro Rore) no fue producto de una "conspiración", sino de la descripción proporcionada décadas atrás por la hermana de la beata.

Además, Sor Piai, directora del Colegio María Auxiliadora en la época en que estudió Laurita Vicuña, a principios del siglo XX, la describió así: "Laura tenía cara redonda, cutis blanco, rostro siempre rosado, ojos grandes hermosos y más bien oscuros, mirada inteligente e ingenua; modesta, sonrisa habitual, aún en los sufrimientos. Lloraba y reía al mismo tiempo, la pose de la cabeza un poco inclinada hacia la derecha".

La Superiora provincial de las Hijas de María Auxiliadora en Chile, Sor Aurelia Rossi, señaló a El Mercurio que la imagen que hasta ahora se conocía "no fue un invento de las hermanas chilenas, argentinas o italianas"; y explicó que "si éste es el verdadero rostro de Laura Vicuña, ¿por qué no proclamarlo?"

Uno de los principales estudiosos de la beata, el P. Pedro de la Noi, señaló por su parte a El Mercurio que "es excelente que se haya hecho público el verdadero rostro de Laura Vicuña. Primero, para acceder a la verdad, y segundo, por ayudar a valorar que la beata es una niñita y no una señorita".

"La verdadera Laura Vicuña es más cercana, se va a valorar más el acento de niñita latinoamericana", dijo el P. De la Noi, al comentar los rasgos claramente patagónicos de la fotografía finalmente identificada como la de la beata.

Por su parte, como salesiano y devoto de Laurita, el Arzobispo de Concepción, Mons. Ricardo Ezzati señaló al diario "La Segunda" que en la foto "se ve una niña muy simpática. Se ha hecho un buen trabajo, pues la investigación científica ayuda a encontrar rasgos y datos que nos acercan a esa persona, en este caso a la vida de una niña santa".


Fuente - Texto tomado de EWTN:

San Vicente - Diácono y Mártir Año 304 - Fiesta Enero 22



San Vicente:


¡Que nos consigas del cielo la gracia de Dios que nos vuelva muy valientes para proclamar nuestra fe!


Vicente significa: "Vencedor, victorioso"


San Vicente era un diácono español, y su martirio se hizo tan famoso que San Agustín le dedicó cuatro sermones y dice de él que no hay provincia donde no le celebren su fiesta. Roma levantó tres iglesias en honor de San Vicente y el Papa San León lo estimaba muchísimo. El poeta Prudencio compuso en honor de este mártir un himno muy famoso.

Era diácono o ayudante del obispo de Zaragoza, San Valerio. (Diácono es el grado inmediatamente inferior al sacerdocio). Como el obispo tenía dificultades para hablar bien, encargaba a Vicente la predicación de la doctrina cristiana, lo cual hacía con gran entusiasmo y consiguiendo grandes éxitos por su elocuencia y su santidad.

El emperador Diocleciano decretó la persecución contra los cristianos, y el gobernador Daciano hizo poner presos al obispo Valerio y a su secretario Vicente y fueron llevados prisioneros a Valencia. No se atrevieron a juzgarlos en Zaragoza porque allí la gente los quería mucho. En la cárcel les hicieron sufrir mucha hambre y espantosas torturas para ver si renegaban de la religión. Pero cuando fueron llevados ante el tribunal, Vicente habló con tan grande entusiasmo en favor de Jesucristo, que el gobernador regañó a los carceleros por no haberlo debilitado más con más atroces sufrimientos. Les ofrecieron muchos regalos y premios si dejaban la religión de Cristo y se pasaban a la religión pagana. El obispo encargó a Vicente para que hablara en nombre de los dos, y éste dijo:


"Estamos dispuestos a padecer todos los sufrimientos posibles con tal de permanecer fieles a la religión de Nuestro Señor Jesucristo"

Entonces el perseguidor Daciano desterró al obispo y se dedicó a hacer sufrir a Vicente las más espantosas torturas para tratar de hacerlo abandonar su santa religión.

El primer martirio fue un tormento llamado "el potro": que consistía en amarrarles cables a los pies y a las manos y tirar en cuatro direcciones distintas al mismo tiempo. Este tormento hacía que se desanimaran todos los que no fueran muy valientes. Pero Vicente, fiel a su nombre, que también significa "valeroso", aguantó este terrible suplicio rezando y sin dejar de proclamar su amor a Jesucristo.

El segundo tormento fue apalearlo: el cuerpo de Vicente quedó masacrado y envuelto en sangre. Pero siguió declarando que no admitía más dioses que el Dios verdadero, ni más religión sino la de Cristo. El mismo jefe de los verdugos se quedó admirado ante el valor increíble de este mártir.

Entonces el gobernador le pidió que ahora sí le dijera dónde estaban las Sagradas Escrituras de los cristianos para quemarlas. Vicente dijo:


"Que prefería morir antes que decirle este secreto"

Y vino el tercer tormento - la parrilla al rojo vivo: lo extendieron sobre una parrilla calientísima erizada de picos al rojo vivo. Los verdugos echaban sal a sus heridas y esto le hacía sufrir mucho más. Y en todo este feroz tormento, Vicente no hacía sino alabar y bendecir a Dios.

San Agustín dice:


"El que sufría era Vicente, pero el que le daba tan grande valor era Dios. Su carne al quemarse le hacía llorar y su espíritu al sentir que sufría por Dios, le hacía cantar"

Si no hubiera sido porque Nuestro Señor le concedió un valor extraordinario, Vicente no habría sido capaz de aguantar tantos tormentos. Pero Dios cuando manda una pena, concede también el valor para sobrellevarla.

El tirano mandó que lo llevaran a un oscuro calabozo cuyo piso estaba lleno de vidrios cortantes y que lo dejaran amarrado y de pie hasta el día siguiente para seguirlo atormentando para ver si abandonaba la religión de Cristo. El poeta Prudencio dice:


"El calabozo era un lugar más negro que las mismas tinieblas; un covacho que formaban las estrechas piedras de una bóveda inmunda; era una noche eterna donde nunca penetraba la luz"

Interviene Dios. Pero a medianoche el calabozo se llenó de luz. A Vicente se le soltaron las cadenas. El piso se cubrió de flores. Se oyeron músicas celestiales. Y una voz le dijo:


"Ven valeroso mártir a unirte en el cielo con el grupo de los que aman a Nuestro Señor"

Al oír este hermoso mensaje, San Vicente se murió de emoción. el carcelero se convirtió al cristianismo, y el perseguidor lloró de rabia al día siguiente al sentirse vencido por este valeroso diácono.


Fuente - Texto tomado de EWTN.COM:

Conozca las Indicaciones para celebrar dignamente la liturgia (Santa Misa)



La mejor forma de comulgar es de rodillas y en la boca


El cardenal Cañizares da indicaciones para celebrar dignamente la liturgia (Santa Misa).

Decoro en la vestimenta, silencio durante la Eucaristía, reverencias ante el Sagrario, e incluso limitar el dar la paz a las personas de al lado. Estas son algunas de las indicaciones que el arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares, ha dado a los sacerdotes para un correcto comportamiento en la iglesia.


18/01/18 - 1:16 pm (Levante/InfoCatólica)




Entran en la Iglesia y continúan la conversación iniciada en la calle; acuden sin cuidar el decoro en la vestimenta, con hombros al aire o pantalones cortos; no hay «momento de la paz» que se celebre sin rumor de fondo; el final de la misa se torna un «guirigay» y si se trata de celebrar bodas, bautizos o comuniones el templo se convierte en un «frívolo» salón de fotografía; muy pocos hacen reverencia alguna al Sagrario y hay quien comulga «como quien coge una galleta o algo semejante».

Todo esto es lo que lleva años «observando» el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, quien ha decidido tomar cartas en el asunto para evitar que las iglesias y templos de oración «se conviertan en lugares profanos».

Por ello, en cuanto empezó el año envió una carta a los sacerdotes de la diócesis en la que da directrices tanto a los fieles que acuden al templo como a los religiosos responsables de los mismos, en aras de recuperar las iglesias como lo que son: «casas de oración». Se acabó armar jaleo en la Iglesia.




La misiva del cardenal -que lleva por título «Mi casa es casa de oración»- arranca con un mensaje claro: el silencio es clave, pero parece haber pasado a la historia.

«Cuando yo era niño, mis padres y maestros me enseñaron a guardar silencio en el templo. Ahora, sin embargo, algunos entran en el templo como en cualquier otra casa, dispuestos al espectáculo. Llega el momento de la paz y se arma un lío, un rumor, a veces poco respetuoso, y al final de la celebración el 'guirigay' que se arma es el que es y como es. Pido a sacerdotes y a todos los fieles que procedan de otra manera; pido que se guarde la compostura».

El cardenal Cañizares también asegura que no es «raro» encontrarse en los templos con personas «inadecuadamente vestidas». Y marca la línea a seguir: «Habría que advertir con carteles que llamen la atención de qué manera se puede entrar en el templo y de qué manera no, como hacen por ejemplo en la basílica de San Pedro en Roma. Si alguien entra de forma inadecuada o indecorosa habría que invitarle con educación a que se retirase, se cambiase o pusiese otro vestido y que después venga al templo, pero lo que no puede ser es esa falta de respeto», afirma en la carta.

Entre la vestimenta aceptada en la basílica de San Pedro en Roma destacan los pantalones largos, las faldas hasta la rodilla y los hombros cubiertos.

El templo no es un estudio de fotografía. Al máximo responsable de la diócesis de Valencia le indigna el «jaleo que se arma y la falta de respeto» que origina el momento de las «fotografías» que se produce cuando finalizan celebraciones como las primeras comuniones, bautismos, bodas o confirmaciones.

Aunque en esta ocasión, Cañizares también entona el «mea culpa». «Yo soy el primero en sucumbir en esto y me temo que mis hermanos obispos lo mismo. Hemos de poner muchísimo más cuidado; se pueden hacer las cosas de otra manera y bien, sin impedir el recuerdo que comprendo es grato conservar en fotografía. Pero, por supuesto no podemos convertir el templo en un salón de fotografía, ni tampoco en unos momentos de devaneo y frivolidad».

En demasiadas ocasiones, para el cardenal, el Sagrario pasa sin pena ni gloria ante los fieles, una situación en la que hay que «educar» a niños y mayores. «A veces se pasa ante el Sagrario como si tal cosa, sin hacer reverencia alguna ni genuflexión que es lo debido», explica.


Recogimiento y devoción




El arzobispo de Valencia tampoco está conforme en cómo se «dan la paz» los fieles ni en cómo reciben la comunión. Es más, Cañizares confiesa «lo mal que lo pasa» viendo «cómo se acercan algunos, sin ningún recogimiento y devoción, sin ningún gesto de adoración, como quien coge una galleta o algo semejante. Se puede comulgar en la boca directamente o en la mano para después llevarse el Cuerpo de Cristo a la boca, pero la forma más consonante con el misterio del Cuerpo de Cristo es comulgar de rodillas y en la boca. No soy retrógrado en eso».

Se da la circunstancia de que D. Antonio fue Cardenal Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, encargada, entre otras tareas, de velar por la correcta celebración de la liturgia católica.


Fuente - Texto tomado de INFOCATOLICA.COM:

Santa Inés - Virgen y Mártir - Fiesta Enero 21




Escritores antiguos, como el Papa Dámaso, Ambrosio de Milán y el poeta Aurelio Prudencio, dejaron testimonios sobre Santa Inés.

San Ambrosio, en una de sus homilías habló de Santa Inés como un personaje muy conocido de las gentes de aquel tiempo. Recuerda que su nombre viene de Agnus, y significa "pura". Y añade el santo:

"Se refiere que ella tenía sólo 13 años cuando fue martirizada. Volviendo un día del colegio, la niña se encontró con el hijo del alcalde de Roma, el cual se enamoró de ella y le prometió grandes regalos a cambio de la promesa de matrimonio. Ella respondió:

"He sido solicitada por otro Amante. Yo amo a Cristo. Seré la esposa de Aquel cuya Madre es Virgen; lo amaré y seguiré siendo casta"




El hijo recurre a su padre, el alcalde. Éste la hace apresar. La amenazan con las llamas si no reniega de su religión, pero no teme a las llamas. Entonces la condenan a morir degollada. Sus padres recogen el cadáver. La sepultan en el sepulcro paterno. Pocos días después su hermana Emerenciana cae martirizada a pedradas, por estar rezando junto al sepulcro".

"Con mínimas fuerzas superó grandes peligros", dice San Dámaso en su epitafio.

Y notemos el poder de la fe que consigue hacer mártires valientes en tan tierna edad. Casi no había sitio en tan pequeño cuerpo para tantas heridas. Se mostró valientísima ante las más ensangrentadas manos de los verdugos, y no se desanimó cuando oyó arrastrar con estrépito las pesadas cadenas. Ofreció su cuello a la espada del soldado furioso. Llevada contra su voluntad ante el altar de los ídolos, levantó sus manos puras hacia JESUCRISTO orando, y desde el fondo de la hoguera hizo el signo de la cruz, señal de la victoria de JESUCRISTO. Presentó sus manos y su cuello ante las argollas de hierro, pero era tan pequeña que aquellos hierros no lograban atarla. Todos lloraban menos ella. Las gentes admiraban la generosidad con la cual brindaba al Señor una vida que apenas estaba empezando a vivir. Estaban todos asombrados de que a tan corta edad pudiera ser ya tan valerosa mártir en honor de la Divinidad. Cuántas amenazas empleó el tirano para persuadirla. Cuántos halagos para alejarla de su religión. Mas ella respondía:

"La esposa injuria a su esposo si acepta el amor de otros pretendientes. Únicamente será mi esposo el que primero me eligió, JESUCRISTO. ¿Por qué tardas tanto verdugo? Perezca este cuerpo que no quiero sea de ojos que no deseo complacer"

Llegado el momento del martirio. Reza. Inclina la cabeza. Hubierais visto temblar el verdugo lleno de miedo, como si fuera él quien estuviera condenado a muerte. Su mano tiembla. Palidece ante el horror que va a ejecutar, en tanto que la jovencita mira sin temor la llegada de su propia muerte. He aquí dos triunfos a un mismo tiempo para una misma niña: la pureza y el martirio".


Basílica en honor a Santa Inés
Vía Nomentana (Roma)


Todos los historiadores coinciden en proclamarla mártir de la virginidad. Es patrona de las jóvenes que desean conservar la pureza. Cada año, el 21 de enero, día de Santa Inés, se bendicen los corderos con cuya lana se tejen los "palios", o sea el distintivo de los arzobispos.

Patrona de las jóvenes, de la pureza, de las novias y prometidas en matrimonio y de los jardineros, ya que la virginidad era simbolizada con un jardín cerrado.


Iconografía


Niña o señorita orando, con diadema sobre la cabeza y una especie de estola sobre hombros (alusión al palio).




Como atributos






Un cordero (a sus pies o en sus brazos), evocación de su nombre latino. Una pira, espada, palma y lirios, en alusión a su pureza y martirio.

En este tiempo de materialismo sea ella un modelo de castidad para la juventud. La liturgia la presenta como modelo de los éxitos que logra alcanzar una persona cuando tiene una gran fe. La fe en Dios y en la eternidad lleva al heroísmo.


Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:

Fuente - Texto tomado de EWTN:

21 Consejos para saber qué podemos hacer y qué no debemos hacer durante la Santa Misa



21 cosas qué podemos hacer
y qué no debemos hacer
durante la Santa Misa


Normas básicas para vivir la Santa Misa con espíritu Eucarístico


Por: n/a | Fuente: PildorasDeFe.net 


Muchas veces, por desconocimiento mismo del acto que estamos celebrando, cometemos actos imprudentes durante la Misa que pueden perturbar, sin querer, a los fieles asistentes. Hay ocasiones en que nuestro comportamiento no es adecuado y puede sobrepasar las normas en el Templo y causar así una distracción a los fieles presentes causando molestias e incomodidad

A continuacion, este pequeño documento, basado en el artículo publicado en AggieCatholicBlog, puede permitirnos abrir un poco más los ojos y estar alertas ante estos eventos para así practicar un adecuado comportamiento durante la Santa Misa. Espero que pueda serles de utilidad.


21 cosas qué hacer y qué no hacer durante la Santa Misa


1.- Comida rápida antes de la Misa.

Es norma de la Iglesia que conservemos el ayuno durante al menos 1 hora antes de recibir la Sagrada Comunión. El agua y la medicina pueden ser consumidos, por supuesto. El propósito es ayudar a prepararnos bien para recibir a Jesús en la Eucaristía.


2.- No se admiten comidas ni bebidas en la Iglesia.


Las excepciones serían una bebida para los niños pequeños, el agua para el sacerdote o el coro (con discreción) y agua para los que están enfermos. Traer un aperitivo a la iglesia no es apropiado. La iglesia siempre debe verse como un lugar de oración y reflexión.


3.- Los hombres deben quitarse sus sombreros o gorros.


Es de mala educación llevar un sombrero o gorro en una iglesia. Si bien, puede ser moda cultural, no lo es dentro del templo. Así como nos quitamos los sombreros con respeto para el Juramento a una Bandera o un Himno, debemos hacerlo también en la Iglesia; como una señal de respeto.


4.- No mastique chicle en la Iglesia.


Se rompe el ayuno, es una distracción, se considera de mala educación en un ambiente formal, y ésto no ayuda a nadie a su alrededor a orar mejor, pues causa distracción. ¿Puede usted imaginar al Papa haciendo explotar un bola de chicle durante la Santa Misa?


5.- Hágase la Señal de la Cruz al entrar y salir de la Iglesia.


Éste es un recordatorio de nuestro bautismo, que nos hace miembros de la Iglesia de Cristo. Solo trate de no perder de vista lo que sucede cuando lo hace y no lo haga sin decir una oración.


6.- Vestir modesta y apropiadamente.


Use su mejor traje o vestido. Como católicos creemos que Dios viene a nuestro encuentro en cada Misa. Así que, ¿por qué no habríamos de vestir formalmente? Sin importar si usted es de bajos recursos económicos, lo más seguro es que tenga algún atuendo que refleje modestia y pulcritud.


7.- Llegue por lo menos unos pocos minutos antes.


Si por alguna razón usted no puede llegar a tiempo, trate de sentarse en la parte trasera para que no moleste a otras personas mientras busca un asiento. Llegar a la misa temprano permite orar y prepararse mejor para la Misa.


8.- Celulares o móviles no deben usarse nunca ni para llamadas, SMS o navegar en las redes sociales.


Las excepciones son las emergencias (las grandes, no las de todos los días) y si usted hace uso de uno, por favor salga de la Iglesia para hacerlo. Si usted está utilizando el teléfono para las lecturas y oraciones, puede ser apropiado, pero trate de ser discreto. Nada de navegaciones por las redes sociales, recuerde que está centrando su atención en algo sagrado, no debe estar pendiente de las "actualizaciones de estados" de los demás en las redes sociales


9.- No se siente en el borde de la banca si la ves vacía.


Más bien, siéntese en el medio para que otros no tengan que pasar por encima de usted. Además, los hombres deben ofrecer sus asientos a cualquier dama, ancianos, discapacitados, etc


10.- Hacer una genuflexión hacia el Tabernáculo cuando entres y salgas de la Iglesia y cuando pases frente a él.


Cristo está presente allí por todos nosotros. Al permitir que nuestra rodilla derecha golpee levemente el suelo, reconocemos que Él es nuestro Señor y Dios. Si alguno está físicamente incapacitado para hacer una genuflexión, haga un leve arco o baje la cabeza, es suficiente. Durante la Misa, si pasa delante del altar o tabernáculo, haga un arco con reverencia por respeto.


11.- Por favor haga silencio (no converse ni en voz baja) mientras esté en la Iglesia.


Una vez que usted entra al santuario no es el momento ni el lugar para charlar con los que te rodean. Recuerde que, aunque el Sacerdote no haya comenzado a celebrar, ya la Misa ha comenzado, pues ésta comienza desde el mismo instante en que la comunidad se congrega. Si usted tiene que hablar de algo importante, hágalo de la forma más silenciosa y breve posible. Recuerde que su conversación podría estar perturbando a alguien que está concentrado en su oración, lo cual es mucho más importante.


12.- Lleve a los niños a la parte posterior para calmarlos.


Todo padre sabe que a veces el bebé puede tener un mal día. Aunque los bebés son bien recibidos en la Santa Misa, sea un poco prudente con las distracciones que pueda generar. Siéntese en el extremo de un banco para estar preparado para salir con rapidez, si es posible, lleve al niño a la parte de atrás rápidamente cuando se altere. No espere demasiado tiempo antes de tomar una decisión. No hay ninguna razón para estar avergonzado de tener que calmar a su hijo en la parte posterior de la Iglesia, recuerde lo que dijo Jesús: "Déjen que los niños se acerquen a mí". Así que llévelos a Misa, pero sea prudente


13.- Prepare su ofrenda antes de la Misa.


Cristo nos dice que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. Mantener la cesta esperando por tiempo indeterminado mientras usted consigue sacar su billetera o monedero. Ésto, a veces puede convertirse en toda una escena de distracción para los demás


14.- No debe leerse anuncios publicitarios durante la misa.


Imagínese si usted invita a una persona a su casa y antes de la cena (o durante) se decide a leer una revista en lugar de hablar con él. Eso es lo que está sucediendo en la casa de Dios cuando usted lee algún anuncio o folleto mientras se está celebrando el Misterio de Cristo


15.- Respetar los límites que otros pueden tener.


Es posible que la persona que tiene al lado desee tomarse de las manos para orar, o algunas veces puede que no lo quiera hacer. Podrían estar enfermos y no quieren acercarse a usted durante el saludo de la paz. Respete los límites y sus decisiones. No haga ningún juicio innecesario porque ellos actúen de manera diferente a lo que usted espera


16.- Haga una leve inclinación antes de recibir la Sagrada Comunión.


Allí está Dios, el Rey de reyes, que bajó de su trono celestial para llenarte de dichas y bendiciones. Entonces, muestre su respeto con una inclinación de cabeza al menos. Ésta es una práctica antigua que se ha mantenido hasta el día de hoy.


17.- No recibir el Vino del cáliz si está usted enfermo.


Éste es un acto de caridad y no es necesario recibirlo del cáliz, pues ya ha recibido la totalidad del cuerpo, sangre, alma y divinidad de Jesús en la Sagrada Hostia


18.- No salir antes de que la Misa termine.


Debemos permanecer hasta el final de la Misa y el himno o canto de cierre que la acompaña. Aunque sin duda hay excepciones a esta pauta. La mayoría quienes dejan la misa temprano no necesitan hacerlo y tampoco deberían hacerlo.


19.- No tomar fotografías o selfies


¡No estamos en un estudio fotográfico ni en un show o espectáculo! Tenga un poco de respeto por la presencia de Dios. Tomarse unos selfies y enviar las fotos a sus amigos o amigas para decir que se encuentra en Misa no es digno de respeto, sobre todo para aquel que está orando al lado de usted.

¿Le gustaron los vitrales? ¿Son muy hermosos? ¿Las imágenes y estatuas le evocan mucho sentimiento? ¡Que bueno!, pero por favor tome las fotografías una vez terminada la Misa y hayan salido todas las personas de la Iglesia.


20.- Ore después de la Misa si se siente llamado a hacerlo.


Es una buena costumbre, aunque no se requiere, ofrecer una oración de acción de gracias después de que la Misa ha terminado. Pida porque más personas la aprecien y le den el debido respeto.


21.- Despídase tranquilamente.


Los animamos a saludar a los demás, pero hágalo una vez que esté fuera del santuario principal de la iglesia para que no moleste a otras personas que quieren quedarse a orar. Así que, por favor, manténgase en silencio dentro del templo y luego al salir salude.

Tenga presente que en la Santa Misa asistes al Sacrificio de Cruz de nuestro Señor. En la Santa Misa se hace presente la Santísima Trinidad. También, por experiencia y revelaciones de santos místicos, la Virgen María, los Santos y los Ángeles vienen a ser parte de este acto de adoración. Es por ello que le debemos un Santo respeto.

No asistas a Misa solo por cumplir, a la Misa hay que vivirla. Cada Misa tiene un valor infinito, ya que allí se ofrece al mismo Jesucristo, el Hijo del Dios vivo.


Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:
http://es.catholic.net/op/articulos/64158/21-cosas-que-podemos-hacer-y-que-no-debemos-hacer-durante-la-santa-misa#modal