sábado, 9 de noviembre de 2019

Lectura del Santo Evangelio Según San Lucas 20, 27-38




27. Llegaron después algunos de los saduceos, los cuales niegan la resurrección y le propusieron este caso, con el cual pensaban enredarle:

28. "Maestro, Moisés nos dejó escrito que si el hermano de alguno, estando casado, viene a morir sin hijos, el hermano de éste se case con su mujer, y dé sucesión a su hermano.

29. Eran, pues, siete hermanos: el primero tomó mujer, y murió sin hijos.

30. El segundo se casó con la viuda, y murió también sin dejar hijos.

31. Con lo que se desposó con ella el tercero; eso mismo hicieron todos los demás; y sin tener sucesión fallecieron.

32. En fin, la última de todos murió la mujer.

33. Esto supuesto, en la resurrección ¿de cuál de los siete ha de ser mujer ya que todos siete tuvieron por mujer a la misma?"

34. Respondióles Jesús:

"Los hijos de este siglo contraen matrimonios recíprocamente.




35. Pero entre los que serán juzgados dignos del otro siglo y de la dichosa resurrección de entre los muertos, ni los hombres tomarán mujeres, ni las mujeres maridos.


36. Porque ya no podrán morir otra vez, siendo iguales a los ángeles e hijos de Dios, por el estado de la resurrección a que han llegado.

37. Por lo demás, que los muertos hayan de resucitar, Moisés lo declaró cuando, estando junto a la zarza, le dijo el Señor:

"Yo Soy el Dios de Abrahán, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob"


38. Claro está que Dios no es Dios de muertos, sino de vivos; porque para Él todos viven".

Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

Papa San León Magno - Doctor de la Iglesia - Fiesta Noviembre 10




Nació en Toscana (Italia) a fines del siglo IV. Recibió una esmerada educación y hablaba muy correctamente el idioma nacional que era el latín. Lo llaman "Magno" porque fue grande en obras y en santidad tanto por apacentar a su grey con una exquisita y prudente predicación, como por mantener la doctrina ortodoxa sobre la encarnación de Dios, valientemente afirmada por los legados del Concilio Ecuménico de Calcedonia, hasta que descansó en el Señor en RomaEs el pontífice más importante de su siglo. Tuvo que luchar fuertemente contra dos clases de enemigos:


Los externos que querían invadir y destruir a Roma, y los internos que trataban de engañar a los católicos con errores y herejías.


Desafortunadamente, no existen muchas noticias biográficas de él. Al Papa León no le gustaba hablar mucho de sí en sus escritos. Tenía una idea elevadísima de su función: sabía que encarnaba la dignidad, el poder y la solicitud de Pedro, jefe de los apóstoles. Pero su posición de autoridad y la fama de rigidez e hieratismo no le impedían comunicar el calor humano y el entusiasmo de un hombre de Dios, que se notan por los 96 sermones y por las 173 cartas que han llegado hasta nosotros. Sobre todas las homilías nos muestran al Papa, uno de los más grandes de la historia de la Iglesia, paternalmente dedicado al bien espiritual de sus hijos, a los que les habla en lenguaje sencillo, traduciendo su pensamiento en fórmulas sobrias y eficaces para la práctica de la vida cristiana.






Sus cartas, por el estilo culto, demuestran su rica personalidad. De espíritu comprensivo y previsor, se destacó también por su impulso doctrinal, participando activamente en la elaboración dogmática del grave problema teológico tratado en el concilio ecuménico de Calcedonia, pedido por el emperador de Oriente para condenar la herejía del monofisismo.

Su fama de sabio era tan grande que cuando en el Concilio de Calcedonia los enviados del Papa leyeron la carta que enviaba San León Magno, los 600 obispos se pusieron de pie y exclamaron:
"San Pedro ha hablado por boca de León"

Llegó a ser Secretario del Papa San Celestino, y de Sixto III, y fue enviado por éste como embajador a Francia, a tratar de evitar una guerra civil que iba a estallar por la pelea entre dos generales.


Más poderosa es la llave de oro





Hombre de doctrina, de escritos y de palabra elocuente, supo armonizar Occidente con Oriente, dándole a la Iglesia su carácter universal. Varón de inigualable personalidad, contribuyó a reforzar la primacía de la Sede de Roma, gracias al prestigio y a la autoridad de su persona. Pontífice compenetrado de su misión, defendió la verdadera fe, seguro de que las obras realizadas por él no procedían de su capacidad humana sino de la abundancia de la gracia de Cristo.

Así era San León I, apodado Magno debido a la santidad majestuosa con la cual se distinguió a lo largo de su vida, legando a los siglos futuros una profunda enseñanza:


"La carne no es nada ante el espíritu (cf. Jn. 6, 63). Por peores que sean las situaciones de aflicción o de prueba por las que tenga que pasar la Santa Iglesia, el poder espiritual, entregado por Jesús a Pedro, hace brillar la verdad e imponerse definitivamente. De las dos llaves que adornan la tiara pontificia -de plata y de oro, símbolos del poder temporal y del espiritual-, la más poderosa es la de oro: las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" (Mt. 16, 18)


La estabilidad de la Iglesia descansa sobre una piedra inamovible




Corría el año 440 cuando sobrevino el fallecimiento del Papa San Sixto III. El cónclave eligió como sucesor a León, arcediano de la Iglesia romana y consejero pontificio, que en aquel tiempo ya era muy estimado y admirado por "su sabiduría teológica, su elocuencia magnificente y su diplomacia habilísima". Sin embargo, el recién electo se encontraba en la Galia como delegado papal, por lo que tardó en llegar a Roma, al tener que atravesar los Alpes. Por eso sólo pudo ser investido el 29 de septiembre, en medio de manifestaciones de júbilo y bienquerencia del clero y del pueblo.

No obstante, nadie de los que le aclamaba podría tener una noción exacta de las ingentes luchas y dificultades por las que habría de pasar a lo largo de sus 21 años de pontificado. San León enfrentó la furia de las hordas invasoras que se lanzaban a la conquista de Europa y de Roma, así como la insidia de las herejías, no menos peligrosas para la Iglesia, sin perder nunca la certeza de que la estabilidad de la Iglesia descansa sobre una piedra inamovible, que no es la virtud natural de ningún Pontífice, sino la promesa que Cristo le hizo a Pedro cuando éste manifestó la fe en su divinidad y recibió de sus manos el Papado.


Un "león" ante la barbarie pagana




No acababa de derrotar a la perversidad de la herejía que intentaba desestabilizar a la Iglesia, cuando ya se perfilaba en el norte de Italia la barbarie pagana que avanzaba como un torbellino de fuego, sangre y devastación. En el año 452 llegó el terrorífico guerrero Atila, capitaneando a los feroces Hunos, de los cuales se decía que donde sus caballos pisaban no volvía a nacer la yerba.

Atila, el terrible jefe de los hunos, el "azote de Dios", había cruzado los Alpes, tomado Milán y Pavía, y estaba acampando en Mantua, con vía libre para atacar Roma, donde se encontraba una población aterrorizada y abandonada por sus gobernantes, incapaces de defenderlos. La esperanza de la urbe y del resto de la península descansaba sobre los hombros del Vicario de Cristo. Ahora no tendría que empuñar la espada de la palabra, a fin de confundir a los herejes, sino arriesgar su propia vida para salvar a sus ovejas.

San León se puso en camino con decisión, seguido por algunos cardenales y los principales miembros del clero romano. Revestido de las insignias pontificias y cabalgando sobre un humilde animal, se presentó delante de Atila y le intimó a que cesara aquella guerra de saqueos y devastaciones. Contra todas las expectativas humanas, el bárbaro recibió con temeroso respeto a ese anciano que iba a su encuentro sin armas y sin soldados; le prometió vivir en paz con el Imperio, mediante el pago de un pequeño tributo anual, y se volvió por donde había venido. Interpelado después por sus guerreros, que no comprendían aquel cambio repentino, el "azote de Dios" respondió:






"Mientras me hablaba, veía a su lado, de pie, a un Pontífice de majestad sobrehumana. De sus ojos salían rayos y en la mano tenía una espada desenvainada; su mirada terrible y su gesto amenazante me ordenaban conceder todo lo que solicitaba el enviado de los romanos"

Cuáles fueron las palabras del santo Papa al jefe bárbaro, no se sabe. Según cuenta un cronista contemporáneo:


"Se abandonó al auxilio divino, que nunca falta a los esfuerzos de los justos, y que el éxito coronó su fe"

Desde lo alto del Cielo, San Pedro favoreció la misión de su sucesor, confirmándola con un milagro.


"Este importante acontecimiento pronto se hizo memorable y permanece como un signo emblemático de la acción de paz llevada a cabo por el Pontífice"

La victoria fue festejada con pompa y solemnidad en Roma y, para perpetua acción de gracias, San León mandó fundir la estatua de bronce de Júpiter Capitolino y hacer con ese metal una gran imagen del apóstol Pedro, que hasta hoy se venera en la Basílica Vaticana.






En el año 455 otro enemigo feroz, Genserico, rey de los vándalos, llegó a las puertas de la Ciudad Eterna (Roma) a saquearla, fue una vez más ese santo pastor quien la salvó, logrando que el invasor no la incendiase ni derramase sangre. Roma quedó más empobrecida pero se volvió más espiritual. Las gentes de Roma sentían por él una gran veneración, y desde entonces los obispos de todos los países empezaron a considerar que el Papa era el obispo más importante del mundo. Su inmensa confianza en Dios lo hizo salir triunfante de tan grandes peligros. 

Una frase suya de un sermón de Navidad se ha hecho famosa. Dice así:




"Reconoce oh cristiano tu dignidad, El Hijo de Dios se vino del cielo por salvar tu alma"

Murió el 10 de noviembre del año 461.


Fuente - Texto tomado de EWTN:

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:
http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=556

Fuente - Texto tomado de Heraldos del Evangelio - ES.ARAUTOS.ORG:

Fenómeno "Hater": radiografía de los que promueven la violencia y el odio en las redes sociales




Los comentarios violentos invaden Internet. Los especialistas aclaran que se trata de la expresión de una sociedad enferma que favorece que personalidades con carencias afectivas y frustraciones destilen su malestar.


27 de abril de 2019

Por Jesica Mateu


Las agresiones verbales en las redes sociales son cotidianas. Afectan a famosos y desconocidos, adolescentes y adultos. Son tantos los comentarios hirientes, discriminatorios o violentos que la tendencia ya tiene nombre: Fenómeno Hater (odiador).

Se manifiesta con toda su fuerza en Internet y cala más hondo en los jóvenes que, por transitar una etapa evolutiva aún inmadura, en plena construcción de su personalidad, son más vulnerables y cuentan con menos herramientas psicoemocionales que algunos adultos para hacerles frente a las críticas destructivas. Sin embargo, el fenómeno es mucho más que una problemática en las redes.

"Estamos cada vez más convencidos de que tiene que ver con algo más macro: con los valores y la sociedad que forjamos", opinó Marcela Czarny, presidenta de la Asociación Chicos Net, que impulsa el uso seguro, responsable y significativo de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).

Coincidió la psiquiatra y psicoanalista infanto-juvenil, Liliana Moneta, especialista en adolescentes con funcionamiento complejo, quien señala que este tipo de fenómenos se da con mayor impacto en la actualidad por existir una "mayor carencia afectiva y confusión. Se pone el acento en otros valores como el dinero. Las instituciones que actuaban como contención social real, fueron quebrándose, disolviéndose y sustituyéndose por las redes sociales virtuales".


Personalidades conflictivas




Es habitual que los haters u odiadores sean personas que pasan "del amor profundo e idealizado al odio, fruto de la decepción a partir de una situación real o fantasiosa", incluso de expectativas infundadas respecto al otro al que antes amaban y ahora detestan, según explicó Moneta. Y si bien aclaró que no se puede generalizar, sí concedió que el denominador común es haber "crecido en un medio familiar con indiferencia afectiva o en el que se naturaliza el conflicto como forma de moverse por el mundo. Un entorno en el que más que amor se recibe rechazo. Hay muchos factores de crianza que intervienen".

Moneta afirmó también que muchos de los agresores "acumulan frustraciones y en algún momento explotan". Pueden, o no, ampararse en el anonimato y en que no ven al interlocutor. Agredir es su modo de descarga. "Es catártico", definió. Y recalcó que "más allá de la personalidad de cada uno, hay factores sociales que facilitan este fenómeno". Los haters, además, suelen tener seguidores con características similares y hasta organizar campañas de odio.

Por otra parte, la especialista aclaró que, excepto que se trate de personalidades psicopáticas que son las que buscan lastimar al otro, en general, quienes destilan odio tienen el objetivo de "apaciguar el malestar que sienten internamente. El adolescente es un síntoma de una sociedad que está enferma; a través de su psiquis y de su cuerpo trata de denunciarla", concluye Moneta.


Prevenir y contener




La buena noticia es que el odio se puede neutralizar con amor. Sin embargo, es muy difícil que los jóvenes puedan tomar distancia y responder a las agresiones conteniendo a los odiadores.

Algunos buenos ejemplos podrían ser los de Candela Tinelli que recientemente escribió en Twitter: "No me tomo nada personal. Problema de cada uno. Yo les mando mucho, mucho pero mucho amor"; y Tini Stoessel, que en febrero compartió en Instagram un tema que compuso con comentarios violentos que suele recibir, y posteó que su objetivo era "darle más visibilidad a ese mundo de gente hermosa que es agredida sin sentido por gente que necesita mucho amor".

Ignorar a los haters también es una buena estrategia. Ante la falta de reacción, el agresor termina por cansarse, según indican los especialistas.

Por otra parte, desde Chicos Net, Czarny indicó que es importante trabajar en las escuelas, pero también en casa con los chicos y explicarles que, por ejemplo, dar o no un like "también es una responsabilidad. No cuesta nada ponerlo, pero hay que pensar que tiene consecuencias". Czarny advirtió, además, que si bien los padres de adolescentes "están preocupados por la tecnología, no tienen idea de qué hacen en Internet. Saben que ven youtubers y tutoriales, pero no quiénes son esos youtubers ni cuáles son los contenidos de esos tutoriales. Están alejados".

Por eso, invitó a que se involucren mucho más que en limitar la cantidad de horas que sus hijos pueden pasar frente a las pantallas. Asimismo, destacó la importancia del diálogo fluido y de estar atentos a si los chicos cambian de actitud. En la práctica sugirió que "del mismo modo que se les pregunta qué hicieron en el colegio, se les consulte qué estuvieron viendo en Internet".

Y alentó a que, a pesar de que los dispositivos móviles sean individuales, padres e hijos compartan algunos de los contenidos que ven. "Es una buena oportunidad para comentar. Hay que aprovechar, también, cuando sale alguna nota como esta para preguntarles a los chicos su opinión, llevar el tema a la mesa, así como jugar con ellos y sus equipos tecnológicos", agregó.


Uso responsable y regulación





Ariel Seidler es el director de Observatorio Web, el programa en conjunto del Congreso Judío Latinoamericano (CJL), la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) que nació para "entender el tema de la discriminación en Internet y poder cuantificarlo".

Señaló que Internet debe ser un espacio libre de expresión, lo que no quita que puedan ponerse en marcha herramientas para moderar la violencia. "Europa, con Francia y Alemania a la cabeza, promueven una regulación en torno a los contenidos y los discursos de odio están penados; hay más seguimiento del Estado", describió.

Las víctimas no tienen la culpa de la agresión que reciben y vale la pena hacer capturas de pantalla y guardar pruebas cuando la violencia es personal.

Seidler indicó, además, que plataformas como Facebook o Instagram tienen espacios para denuncias, luego de las cuales estas empresas toman o no acciones. Por cuestiones legales -ligadas al copyright, por ejemplo- o por decisión propia -como rechazar desnudos-, suelen remover contenidos con mucha agilidad. "Pero para lo que tiene que ver con odio aún no encontraron, con inteligencia artificial u otros métodos, maneras de eliminarlo", afirmó.

En este sentido, reconoció que "es difícil medir una opinión distinta ya que los moderadores no siempre conocen las particularidades de cada país. Y si bien ha habido mejoras; aún falta mucho".

Otra cuestión de fondo es que las búsquedas de contenidos se organizan a través de algoritmos en los cuales "hay sesgos discriminatorios".

En cuanto a las expresiones de odio, el especialista indicó que "el mundo hater se mueve más por Twitter, por las facilidades que da la herramienta para conectarse; mientras que en Facebook se suelen observar más cuestiones discriminatorias hacia colectivos".


Desactivar el odio





Para desmantelar el fenómeno hater hay mucho por hacer en la sociedad. Todas las fuentes consultadas concuerdan en que hay que trabajar tanto con las víctimas, como con los odiadores y los testigos (que deben dejar de tener una actitud pasiva para empezar a intervenir de manera positiva). Y considerar que:


  • Las víctimas no tienen la culpa de la agresión que reciben
  • Se pueden bloquear usuarios de redes que sean odiadores
  • Vale la pena hacer capturas de pantalla y guardar pruebas cuando la violencia es personal

Ya que vivimos expuestos en redes sociales, habría que pensar si es posible tomarse de manera distinta las agresiones y las críticas. Tratar de no sentirse mal por lo que otro diga.


Fuente - Texto tomado de INFOBAE.COM:
https://www.infobae.com/tendencias/2019/04/27/fenomeno-hater-radiografia-de-los-que-promueven-la-violencia-y-el-odio-en-las-redes-sociales/

«Liberando un continente»: el liderazgo del hombre que sacó a 400 millones de europeos del comunismo



Juan Pablo II y la revolución de la libertad: un documental muy premiado


Juan Pablo II proclamó a los polacos y sus vecinos que eran un pueblo cristiano... y eso llevó a la caída del comunismo.

Pablo J. Ginés/ReL - 19 de octubre de 2017


La Unión Soviética era un imperio materialista, tiránico, militarista e ineficaz que en los años 80 aún parecía que iba a durar para siempre, con control directo sobre 270 millones de personas e influencia completa sobre otros 130 millones de europeos orientales, el Bloque del Este. Con China y otros países asiáticos o africanos, el comunismo inspiraba un tercio del planeta. 

Cuando Karol Wojtyla -futuro Juan Pablo II- fue nombrado obispo auxiliar de Cracovia en 1958, las autoridades comunistas pensaban que era un intelectual inofensivo. La realidad es que Wojtyla y el cardenal Wyszinski trabajaron por crear una cultura distinta a la comunista y una red de relaciones humanas (y humanizantes) distintas. 


Lo que ofrecía Juan Pablo II: libertad


Como obispo, intelectual y antiguo obrero de fábrica, Wojtyla supo unir a obreros e intelectuales haciéndoles trabajar juntos con una promesa: libertad. Ya al trabajar con jóvenes los había llevado a la naturaleza para que pudieran sentir esa libertad, la de no ser vigilados y espiados. Al levantar contra viento y marea una iglesia en Nowa Hutta, una ciudad nueva que debía ser un paraíso comunista, sin Dios, mostró su capacidad inspiradora.

Cuando en 1978 fue elegido Papa, en Moscú y en otras instancias comunistas hubo líderes que se preocuparon, con razón. Trece años después el Bloque del Este y la misma Unión Soviética habían colapsado. 


Un documental vivo de la historia reciente


Esta es la historia que cuenta el documental "Liberando un continente"(www.liberandouncontinente.com), una visita apasionante a la historia reciente de Europa, que empieza con la Revolución Rusa y la Segunda Guerra Mundial, se detiene en la Polonia de la que nace el Papa, salta después a la lucha por la libertad en los distintos países de Europa Oriental y finaliza enlazando con el deseo actual en Ucrania de acercarse más a Europa y escapar de la influencia de la política pro-rusa. El hilo conductor es Juan Pablo II y sus proclamas de verdad y de libertad.

Los católicos verán la Providencia en una serie de hechos que liberaron a 400 millones de personas prácticamente sin violencia. Pero un espectador ateo o agnóstico interesado en la historia puede ver el documental sin sentir que le presentan cosas sobrenaturales. No es un documental piadoso, sino histórico, que recoge además entrevistas a numerosos testigos de los hechos, como el cardenal de Praga Miloslav Vlk, el ex-presidente lituano Vytautas Landsbergis, el cardenal de Cracovia Dziwisz, el ya difunto portavoz vaticano Joaquín Navarro-Valls, varios asesores de seguridad de EE.UU. de la era Reagan e historiadores y periodistas que cubrieron la época. 


Los gestos que la TV transmitía a color


La voz de Juan Pablo II retumbaba con fuerza de actor de teatro en la radio, pero además dominaba los silencios y los gestos transmitidos por un nuevo medio: la televisión a color. No era tanto lo que él decía (que tenía dobles y triples sentidos) sino las sensaciones que transmitían las imágenes.

En su primer viaje a Polonia, en 1979, la clave estaba en cómo la gente, una multitud inmensa, cantaba, en un país comunista: "Queremos a Dios, Él es nuestro Rey".Todo un desafío al imperio materialista y totalizante. 





En ese viaje el Papa no habló de economía, habló de buscar la verdad e insinuaba, de mil formas:


"Vosotros no sois quienes dicen que sois, sois un pueblo antiguo, de gran cultura y raíces, de cultura católica"

Dos años después, en 1981, publicaba una encíclica sobre el trabajo, Laborem Exercens, con un lema que rompía el discurso de las dinámicas economicistas:


"Cristo tiene la respuesta sobre el trabajo" 

Otra escena muy visual se da cuando el general Jaruzelsky, que tiene a toda Polonia bajo su bota de la ley marcial, recibe a Juan Pablo II... todos vieron a Jaruzelsky tembloroso y nervioso, y al Papa como una figura imponente y profética. Sucedió en 1983, aún faltaban dos años para que Gorbachov subiera a lo más alto en la URSS... pero ya se veía quién ejercía auténtico liderazgo en Polonia.


Buen ritmo y muchos premios


El documental es ágil e informativo, con ritmo y dinámica épica, bueno para espectadores de todo tipo. Ha ganado numerosos premios de documentalismo. Se ha producido con dinero de los Caballeros de Colón, una gran red de cientos de miles de laicos católicos en EE.UU. (que pagan cuotas que incluyen seguros). Su director, Carl Anderson, presenta la película como "una apuesta por la libertad, que es siempre en su corazón un reto moral y personal, también en nuestros días". 

Symon Czysek, productor de la película, explica: "Hoy buscamos también personas como Juan Pablo II, que con su liderazgo inspiren al mundo. En su caso, la clave era su oración, su escucha de Dios. Es patrón y modelo para los Caballeros de Colón. Él enseñó que la cultura es importante para transformar el mundo". 


Una cosa es segura: quien vea este documental quedará inspirado por el Papa y por los millones de europeos que salieron a las calles y, sin violencia, clamaron por una Europa libre, que derribara el Muro de Berlín y sus engaños. Es una película emocionante, épica y espiritual. Los 80 fueron una gran época.


Población bajo el yugo comunista en Europa Oriental en 1985


Albania 3 millones
Bulgaria 9 millones
Checoslovaquia 15,5 millones
Hungría 10,6 millones
Alemania Oriental 16,7 millones
Polonia 37 millones
Rumania 22,7 millones
Yugoslavia 23,3 millones
La URSS (incluyendo países bálticos) 272 millones
TOTAL: 409 millones de personas


CRONOLOGÍA

Pasos hacia la caída del imperio comunista


1978: Karol Wojtyla, un polaco, es elegido Papa Juan Pablo II.

1979: En junio, en la Plaza de la Victoria de Varsovia, de forma pública y solemne Juan Pablo II pide a Dios que “envíe su Espíritu y renueve la faz de la tierra”, añadiendo después de una pausa dramática: “la faz de esta tierra”. "Era un poderoso indicador de que en última instancia Dios era soberano y no el régimen comunista", señala el documental. La gente cantaba: "Queremos a Dios, Él es nuestro Rey".

1980: De unas huelgas nace el sindicato independiente Solidaridad, que el gobierno polaco acepta a regañadientes. Se comprueba lo que el Papa predicó: el Partido no puede controlarlo todo. 

1981: En enero, Juan Pablo II recibe en el Vaticano a Lech Walesa, líder fundador de Solidaridad. Escenifica visualmente su apoyo. Al pasar los meses, Solidaridad sumará a 10 millones de militantes y pedirá elecciones libres.

1981: El 13 de mayo, Alí Agca dispara al Papa y lo hiere. Queda claro que hay poderes comunistas que lo ven como un peligro. Él atribuye su supervivencia a la Virgen de Fátima, cuya fiesta celebraba ese día. 

1981: En diciembre el nuevo líder de la Polonia comunista, el general Jaruzelsky, decreta la Ley Marcial y encarcelará 11 meses a Walesa. 

1983: Juan Pablo II vuelve a visitar Polonia y eso da vida nueva a Solidaridad, que estaba muy debilitada. En julio se levanta la ley marcial y se amnistía a muchos detenidos. 

1984: En Octubre la policía secreta polaca asesina al sacerdote Jerzy Popieluszko. 250.000 polacos acuden a su funeral. 

1985: En marzo llega al liderazgo de la URSS Mijail Gorbachov. En julio en Checoslovaquia el Papa reúne masas. Es la primera gran movilización ajena al sistema. 

1987: En junio el Papa visita los astilleros de Gdansk en Polonia; muchos entienden que el régimen es débil al permitirlo. 

1988: Huelgas en Polonia llevan a la re-legalización de Solidaridad. 





1989: Todo cambia. Solidaridad gana las elecciones en Polonia. Gorbachov anuncia que la URSS no interferirá. En agosto 2 millones de estonios, lituanos y letones se unen en una cadena de 400 kilómetros pidiendo libertad. En septiembre Hungría abre la frontera con Austria. En octubre se llena de manifestaciones la Alemania oriental. El 9 de noviembre cae el Muro de Berlín. Al día siguiente, cae el dictador búlgaro Zhivkov. Dos días después es canonizada la princesa checa Santa Inés, ceremonia que -se profetizó- llevaría a un milagro: será la democracia en el país (Revolución de Terciopelo del 17 al 20 de ese mes). El 2 de diciembre el Papa (que sabe ruso) recibe a Gorbachov en Roma. 

1990: Independencia de los países bálticos. Elecciones libres en Hungría y Bulgaria. 

1991: Gorbachov dimite y declara el final de la Unión Soviética.
Fuente - Texto tomado de RELIGIONENLIBERTAD.COM:
https://www.religionenlibertad.com/liberando-continente-liderazgo-del-hombre-que-saco-400-60014.htm

Video tomado de YOUTUBE:
https://www.youtube.com/watch?v=ocqEs1ORCuQ

NEUROCIENCIA: En la mente del fanático - Obsesión Descontrolada




Sentir pasión es positivo e incluso saludable, hasta que se convierte en una obsesión descontrolada. Así explica la neurociencia el fanatismo.

José Ángel Martos

¿Qué tienen en común un ultra futbolero capaz de emprenderla a golpes con los aficionados del equipo rival, un cruzado medieval que recorrió Europa y atravesó el Mediterráneo para recuperar Tierra Santa con espada en mano y, por último, una mujer musulmana que acepta convertirse en bomba humana para hacer explotar una escuela llena de niños?

Por muy diferentes que parezcan estas tres personalidades y sus motivaciones, todas tienen un aspecto en común: el fanatismo. Esto es, la adhesión incondicional a una causa, sin límites ni matices, hasta el extremo de realizar cualquier tipo de acción en su favor, incluso matar o morir por ella. Es un fenómeno tan viejo como la humanidad, pero no hace tanto que los científicos de diversas disciplinas se han dado cuenta de que hay mecanismos idénticos de asunción individual del fanatismo, más allá del contexto social, político o religioso en que actúa cada uno.

Por eso, existen varias especialidades que están investigando para saber más sobre un aspecto clave: cómo funciona el cerebro de un fanático. Algunas de las primeras hipótesis y conclusiones son sorprendentes. Un neurotransmisor químico llamado dopamina podría jugar un importante papel en los procesos cerebrales que conducen a los comportamientos fanáticos, independientemente de la forma en que se expresen. Las neuronas que manejan la dopamina están muy relacionadas con las emociones que experimentamos y se activan cuando el organismo obtiene placer con alguna acción. Pero, y esto es un descubrimiento clave, lo hacen en mucha mayor medida cuanto más inesperada sea dicha recompensa, como la llama la neurociencia. Solemos pensar en el placer como algo muy vinculado a contextos como las relaciones sexuales o la buena comida, pero hay muchas más motivaciones, y algunas de ellas son las que lindan con el fanatismo.

Los aficionados de un equipo de fútbol, por ejemplo, obtienen un gran placer cuando su equipo gana, pero esta sensación se multiplica si la victoria es inesperada, ya sea porque el contexto racional invitaba a desechar la posibilidad –el equipo colista que vence por sorpresa al líder– o porque el transcurso del acontecimiento deportivo también había conducido a desestimar la posibilidad de victoria –la remontada final tras tener el partido perdido–. En esos momentos excepcionales se libera mucha más dopamina y se experimenta una felicidad considerablemente más intensa.

Pero quizá lo más importante de todo sea que el cerebro se acostumbra enseguida a esperar estas neurorrecompensas. Una de las zonas del sistema nervioso en las que más dopamina se produce es la llamada sustancia negra, que está situada en el cerebro medio y tiene como una de sus principales funciones el aprendizaje. La repetición de las recompensas acaba por crear una señal permanente en los circuitos cerebrales, que invita a los individuos que viven tales satisfacciones a buscarlas de nuevo. Serían, por tanto, sus sesos los que les dictan, desde las profundidades de las neuronas, la necesidad de volver a alcanzar estos impredecibles momentos de éxtasis a los cuales el deporte, por el azar que le es inherente, resulta más propenso que otras actividades.


La religión y la política son una cantera para el fanatismo




Estas constataciones sobre el funcionamiento neuroquímico de nuestra materia gris podrían explicar en parte el comportamiento de los fans, término que vale la pena recordar que es el acortamiento de la palabra inglesa fanatic. Pero aunque quizá en las sociedades occidentales hoy se asocie a los fans con el deporte o la música, es evidente que otras actividades importantes para el ser humano como la religión y la política son una cantera para el fanatismo. 

“Mientras las personas no fanáticas tienen ideas, los fanáticos tienen creencias, que son funciones adaptativas para lograr certidumbre y seguridad”, dice Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco, que ha estudiado los fenómenos del terrorismo y del suicidio en España. Echeburúa tipifica al terrorista suicida como “una variante del fanático político, sin duda la forma más extrema, y para llegar a ella hay que haber pasado por una situación muy intensa”.

La intensificación del terrorismo suicida yihadista, hoy máxima expresión del comportamiento fanático sin límites, está siendo analizada hasta la extenuación en clave política y religiosa. Pero los psicólogos y los expertos en el estudio de la violencia creen que hay también otros factores decisivos, que estarían más bien en el ámbito de la mente y que se manifiestan en fanáticos violentos de muy diversa índole. Echeburúa recuerda el caso de los religiosos vascos que en el pasado se convirtieron en terroristas de ETA para ejemplificar que “es más fácil pasar de ser fanático de una cosa a fanático de otra que pasar de fanático a tolerante”. Lo atribuye a que los fanáticos “ya han adquirido una estructura mental característica”. 

Esta configuración del pensamiento fanático suele mostrar unas peculiaridades conocidas como distorsiones cognitivas. Se trata de errores en el procesamiento de la información característicos de muchos trastornos mentales, como los de personalidad o la depresión. “Una distorsión cognitiva muy común entre los terroristas –y, en general, entre las personas que hacen uso de la violencia para conseguir sus fines– es pensar dicotómicamente, en términos de blanco o negro. Así tienden a dividir el mundo entre nosotros y ellos”, explica el experto en estudios de la violencia José Sanmartín Esplugues, catedrático de la Universidad de Valencia y autor del libro El terrorista. Cómo es. Cómo se hace.


Si no estás conmigo, estás contra mi




El pensamiento dicotómico suele ir acompañado de otra distorsión según la cual “los terroristas se perciben a sí mismos como víctimas”, explica Sanmartín, y por ello se ven obligados a luchar, ya sea por la presunta opresión que padece su pueblo, por el deterioro de su forma de vida a causa de los valores de la cultura occidental o por muchas otras razones que suelen aducir en cualquier parte del mundo. De esta forma, justifican ante los demás y ante sí mismos su apelación a la violencia como una autodefensa con base moral. La combinación de ambos factores los lleva a trasladar la responsabilidad de cuanto les afecta negativamente del nosotros –su etnia, su religión…– al ellos –los enemigos de la patria, los infieles, etc.–. El conjunto resulta un auténtico cóctel explosivo en la mente del terrorista, que acaba por desarrollar lo que se conoce como rigidez cognitiva.

Echeburúa añade a las distorsiones un rasgo mental común en los fanáticos: la sobrevaloración afectiva de sus creencias. Esta consiste en vivirlas con una intensidad muy alta. “Por eso se enfadan si los contradices, y esto puede llevar a actitudes violentas y a terrorismo, porque les hace ver a los discrepantes como enemigos”, explica Echeburúa. El tránsito del fanatismo hasta el terrorismo pasa entonces por la construcción del enemigo, que, como dice Echeburúa, “implica rebajarlo a la condición de cosa –cosificarlo–, y eso significa verlos como algo subhumano”. Ahí surge el menosprecio con el que clasifican a homosexuales, moros o infieles, por utilizar algunos de los adjetivos con los que despachan a sus enemigos.

La consecuencia principal de esta cosificación del enemigo es, según explica Sanmartín, que “les permite –y esto es algo terrible– tapiar con prejuicios y estereotipos sus reacciones naturales de compasión hacia las víctimas. Aprenden a despersonalizarlas y así pueden neutralizar sus reacciones ante el disparo a bocajarro en la cabeza de la víctima”. Y añade: “Al no ver personas, sino medios o instrumentos cuya destrucción los acerca algo más a la consecución de sus nobles objetivos, los terroristas no tienen, en definitiva, con quién empatizar, de quién compadecerse”. Echeburúa resume este concepto con una imagen: “La cosificación les ayuda a volver a casa y comerse una hamburguesa tranquilamente tras haber cometido una acción violenta o un asesinato”.


Es más habitual que el terrorismo suicida se dé cuando hay precedentes en la familia


Para curarles hay que reconfigurar su cerebro





En lo que coinciden ambos expertos es en que no estamos ante enfermos psiquiátricos que padecen un trastorno cerebral de origen biológico. “No suelen tener enfermedades mentales: ni esquizofrenia, ni psicopatías”, explica Echeburúa. Y pone el ejemplo de muchos terroristas que “dentro de su grupo son capaces de mostrar cariño, de divertirse… Un psicópata nunca se comportaría así con nadie”. Por su parte, Sanmartín añade que “si los terroristas fueran personas afectadas por graves trastornos mentales o de la personalidad de origen biológico, estaríamos quizá algo más tranquilos. Pero no. Su enfermedad es otra. Su trastorno ha sido culturalmente adquirido a través de un aprendizaje que, a menudo, se inicia en la propia cuna”.

Aquí volvemos a esas vivencias que van forjando la personalidad de los terroristas fanáticos. Por ejemplo, es más habitual que el terrorismo suicida se dé cuando hay precedentes en la familia, como ocurre con las viudas negras del Cáucaso, que se lanzan a inmolarse en acciones terroristas tras haber perdido a algún miembro varón de su familia a manos de las tropas rusas.

Con todo este trasfondo psicológico y de distorsiones cognitivas en el fenómeno del fanatismo y sus manifestaciones más graves, una de las potenciales soluciones que se plantean es si puede reprogramarse la mente de estas personas. Sanmartín opina que resulta difícil, porque “es preciso que dejen de ver el mundo al revés” y, para ello, hay que “reconfigurar su cerebro con un aprendizaje alternativo. Pero nuestro cerebro tiene una cierta dosis de plasticidad, y aprender tiene efectos que cada vez están concitando mayor atención”. La complicación es, aun así, mayor porque “el terrorista no solo tiene afectada la facultad intelectiva que le hace percibir el mundo como lo percibe. Además tiene profundamente afectada su esfera emocional. Es difícil hacerlo cambiar, muy difícil…, pero no imposible”.

Fuente - Texto tomado de MUYINTERESANTE.ES:
https://www.muyinteresante.es/cultura/articulo/en-la-mente-del-fanatico-201464599524