sábado, 2 de noviembre de 2019

Impresionante revelación: San Malaquías y sus profecías - Fiesta 3 de noviembre



San Malaquías y sus profecías

Etim.: "Malaquías" significa "ángel del Señor"
Fiesta: 3 de noviembre

Nació en Armagh, Irlanda, en 1094 en la familia O'Morgair, según San Bernardo de la nobleza. Fue bautizado con el nombre de Maelmhaedhoc (latinizado como Malaquías). Fue educado por Imhar O'Hagan y después por el Abbad Armagh. Fue ordenado sacerdote por St. Cellach (Celsus) en 1119. 

Después de su ordenación continuó sus estudios de liturgia y teología en Lismore, San Malchus. En 1123 fue elegido abad de Bangor y un año más tarde fue consagrado obispo de Connor. En 1132, fue elevado a la primacía de Armagh. San Bernardo nos dice que San Malaquías poseía un gran celo por la religión.

Al morir San Celsus, San Malaquías fue nombrado Arzobispo de Armagh en 1132, aunque por su gran humildad le costó aceptarlo. Las intrigas no le permitieron asumir su cargo por dos años. En tres años restauró la disciplina eclesiástica en Armagh.

En 1139 viajó a Roma y en el camino visitó a San Bernardo en Clairvaux. En Roma fue nombrado legado de Irlanda. Regresando vía Clairvaux obtuvo cinco monjes para fundar en Irlanda y fue así que surgió la gran abadía de Mellifont en 1142. 

En un segundo viaje a Roma, San Malaquías enfermó llegando a Clairvaux y murió en los brazos de San Bernardo el 2 de noviembre. 

Se le atribuyen muchos milagros pero por lo que más se le recuerda es por su don de profecía. Entre estas la más famosa es la referente a los papas (ver abajo). Sin embargo no hay certeza de que ésta sea auténtica. 

Fue canonizado por el Papa Clemente III, el 6 de julio de 1199. Su fiesta se celebra el 3 de noviembre.

Profecías de San Malaquías

Sobre su propia muerte

Según nos relata San Bernardo, San Malaquías anunció el día exacto de su muerte (2 de noviembre) estando con él en la abadía de Clairvaux.

Sobre Irlanda

Anuncia que Irlanda, su patria, será oprimida y perseguida por Inglaterra, trayéndole calamidades por 7 siglos, pero que preservaría la fidelidad a Dios y a Su Iglesia en medio de todas sus pruebas. Al final de ese período sería liberada y sus opresores serían entonces castigados. Irlanda católica será instrumental en el regreso de Inglaterra a la fe. Se dice que esta profecía fue copiada por Dom Mabillon de un antiguo manuscrito de Clairvaux y transmitida por él al mártir sucesor de Oliver Plunkett.

Sobre los Papas

La más famosa de las profecías atribuidas a San Malaquías es sobre los Papas. Está compuesta de "lemas" para cada uno de 112 Papas, desde Celestino II, elegido en 1130, hasta el fin del mundo. 

Estos "lemas" descriptivos de los Papas pueden referirse a un símbolo de su país de origen, a su nombre, su escudo de armas, a su talento o cualquier otra cosa referente al Papa. Por ejemplo, el lema de Urbano VIII es Lilium et Rosa; él era de Florencia, Italia, en cuyo escudo aparece la fleur-de-lis. 

¿Son auténticas?

Se ha debatido mucho si San Malaquías es el verdadero autor. En contra se argumenta que el manuscrito original no se ha encontrado. Estuvieron perdidas hasta el siglo XVI en que se publicaron con el libro "Lignum Vitae" del historiador benedictino Arnold Wion. Si San Malaquías es el autor, las profecías estuvieron desaparecidas por 400 años. También es extraño el silencio sobre estas profecías por parte de San Bernardo amigo de San Malaquías, quién escribió su biografía y nos relata sobre otros escritos del santo. Muchas hipótesis han querido explicar las profecías y su origen. 

En el siglo XVII, el Padre Menestrier, jesuita, presentó la hipótesis de que la profecía son un plagio para influenciar las elecciones de Gregorio XIV en el cónclave del 1590. El lema que le corresponde a este Papa en la profecía es "antiquitate urbis", que hace alusión a su ciudad natal y sede episcopal, Orvieto (Latín: Urbs vetus). Pero el Padre Menestrier no ofrece pruebas para sus acusaciones.

Por otra parte, uno de los mas respetados historiadores del mismo siglo XVI, Onofrio Panvinio, corregidor y revisor de la Biblioteca Vaticana en 1556, parece aceptar completamente la autenticidad de la profecía de Malaquías.

Según la hipótesis del Abad Cucherat (1871), San Malaquías escribió la profecía en Roma, entre los años 1139 y 1140 cuando visitaba al Papa Inocencio II para reportarle los asuntos de su diócesis. Entonces entregó su manuscrito al Papa para consolarlo en sus tribulaciones. El Papa guardó el manuscrito en los archivos romanos donde quedó olvidado hasta su descubrimiento en el 1590 (Cucherat, "Proph. de la succession des papes", ch. xv).

Los últimos Papas

#101: "Crux de Cruce" (Cruz de Cruz). Pío IX (1846-1878)
#102: "Lumen in caelo" (Luz en el cielo). León XIII (1878-1903).
#103: "Ignis ardens" (Fuego Ardiente). Pío X (1903-1914).
#104: "Religio Depopulata" (Religión devastada). Benedicto XV (1914-1922).
#105: “Fides intrepida” (La Fe Intrépida). Pío XI (1922 –1939).

#106: “Pastor angelicus” (Pastor angélico). Pío XII (1939-1958). Reconocido como un gran intelectual y defensor de la paz.

#107: “Pastor y nauta” (Pastor y navegante). Juan XXIII (1958-1963).

Juan XXIII fue Cardenal de Venecia, ciudad de navegantes. Condujo la Iglesia al Con. Vat. II.

#108: “Flos florum” (Flor de las flores). Pablo VI (1963-1978). 
Su escudo contiene la flor de lis (la flor de las flores). 

#109: “De medietate Lunae” (De la Media Luna). Juan Pablo I (1978-1978). 
Su nombre era “Albino Luciani” (luz blanca). Nació en la diócesis de Belluno (del latín bella luna). Fue elegido el 26 de agosto de 1978. La noche del 25 al 26 la luna estaba en “media luna”. Murió tras un eclipse de la luna. También su nacimiento, su ordenación sacerdotal y episcopal ocurrieron en noches de media luna.

#110: “De labore solis” (De la fatiga o trabajo del sol). Juan Pablo II (1978-2005). Ha sido capaz de un trabajo extraordinario y extenso. En los días de su nacimiento y muerte hubo eclipses solares.

#111: “Gloria Olivae” (La gloria del olivo). Benedicto XVI (2005). Toma su nombre por San Benito y Benedicto XV. Los Benedictinos tuvieron una rama llamada los "olivetans". Benedicto XV se destacó por sus esfuerzos por la paz durante la Primera Guerra Mundial.

Queda uno solo en la lista:


#112: “Petrus Romanus” (Pedro Romano). Quién será el último Papa ya que en su reinado ocurrirá el fin: 

"En la persecución final de la Santa Iglesia Romana reinará Petrus Romanus (Pedro el Romano), quien alimentará a su grey en medio de muchas tribulaciones. Después de esto la ciudad de las siete colinas será destruida y el temido juez juzgará a su pueblo. El Fin".

Algunas observaciones:

Algunos observan que, aunque la profecía dice que Petrus Romanus es el último Papa, no especifica si hay o no Papas entre él y su predecesor (Gloria olivoe). En ese caso San Malaquías habría hecho la lista de los próximos 111 Papas y entonces saltado al último. Esto es especulación.

La relación entre los Papas y sus lemas, en algunos casos es sorprendente, en otros sólo encaja con explicaciones bastante elaboradas. También hay lemas que son lo suficiente amplios como para poder ajustarse a muchos Papas. Por ejemplo, todos los Papas del siglo XX han tenido una "fe intrépida" y han sino "Pastores angélicos".

Es importante tener en cuenta que estas profecías no son parte del magisterio de la Iglesia ni son necesarias para la salvación. La validez de su contenido no está garantizada por la Iglesia.

Recordemos que una profecía vale tanto y cuanto nos ayude o anime a vivir la fe ya revelada. Estas profecías podrán tener su interés pero ayudan poco para lograr esa meta. Por algo la Iglesia oficialmente les ha dado tan poca importancia.

Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:


El siguiente texto fue tomado del sitio web:


Contiene esta extraña descripción:

'La lista termina aquí y el final del escrito de Malaquías termina con una escalofriante frase de un Papa sin número al cual le llama Pedro el Romano. 

“Durante la persecución final de la Santa Iglesia de Roma reinará, Pedro el Romano, quien alimentará a su rebaño entre muchas tribulaciones; tras lo cual, la ciudad de las siete colinas será destruida y el Juez Terrible juzgará al pueblo. Fin.



Pedro el Romano podría ser, según los intérpretes de este escrito, el último Papa antes de la caída de la Iglesia Católica; lo cierto es que la profecía no señala exactamente el fin del mundo o el fin del catolicismo.

Si se empata esta visión de San Malaquías con el escrito del apocalipsis de Nostradamus:

“Al principio habrán enfermedades mortales como advertencia, luego habrán plagas, morirán muchos animales, habrán catástrofes, cambios climáticos, y finalmente empezarán las guerras e invasiones del rey negro”. 



Podríamos fijar que un “Rey Negro” seria quien llevaría a la muerte y destrucción a la humanidad y que si bien se ha pensado en la posible coincidencia del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, primer presidente de color de la nación más poderosa del mundo, los historiadores indican que aquel rey vendrá de la santa sede y que la imagen de Pedro el Romano sería de un Papa aterrador que engañará y traicionará a su nunciatura, fieles y a toda la Iglesia Católica.


El siguiente texto fue tomado del sitio web de History:


Contiene esta descripción:

San Malaquías fallecía un día como hoy en Clairvaux, Francia, en el año 1148. A él se le atribuye la “Profecía de los Papas”, un escrito que consta de 112 lemas en latín que hacen alusión a la cantidad de Papas que habría, a partir de Celestino II, antes de la destrucción de Roma. En el último lema se menciona el fin de la Iglesia Católica y del mundo.

Según la profecía, el actual Papa Francisco sería el número 112, el último de la Iglesia Católica. En la última parte del texto puede leerse “La desolación del mundo, reinará Pedro el Romano, quien alimentará a las ovejas a través de muchas tribulaciones, después de lo cual se destruirá la ciudad de las siete colinas y el tremendo juez juzgará a su pueblo. Fin. Curiosamente, el nombre del actual Papa es un homenaje a San Francisco de Asís, quien había nacido con el nombre de Giovanni di Pietro di Bernardone. Pietro (Pedro, en italiano) está presente en este último lema apocalíptico de la Profecía de los Papas.

Aparentemente, el manuscrito de la Profecía había sido depositado en los archivos del Vaticano, donde permaneció hasta su redescubrimiento en el año 1590. Sin embargo, muchos afirman que este texto fue elaborado en el siglo XVI por el falsificador italiano Alfonso Ceccarelli como un intento de influenciar, sin éxito, a los cardenales del cónclave de septiembre de 1590, quienes eligieron al Papa Urbano VIII.

NOTA PERSONAL

A manera de reflexión compartí con ustedes los dos últimos textos, que me parecieron interesantes porque nos ayudarán a analizar un poco más la situación actual de la sociedad y de la Santa Iglesia Católica.

Altar Virtual por nuestros seres queridos fallecidos


Petición


Cada uno escribirá (mentalmente) aquí:
___________________________
___________________________

el nombre de su ser
querido fallecido,
por quien vamos a rezar
todos unidos.

Bendiciones.

Señor, concédeles el descanso eterno.

Y que brille para ellos la Luz Perpetua.

Padrenuestro
Avemaría
Gloria
Amén

Recemos juntos:

El Santo Rosario

Favor leer los siguientes temas:

Conmemoración de todos los Fieles Difuntos - Noviembre 2



¿Cómo ganar una indulgencia plenaria en la Fiesta de Todos los Fieles Difuntos?




Usted puede enviar al cielo
a un familiar o amigo fallecido


¿Cómo ganar una indulgencia plenaria en la Fiesta de Todos los Fieles Difuntos?


Queridos amigos, el 2 de noviembre la Iglesia conmemora a todos los fieles difuntos. En este día especial, ustedes pueden ganar una indulgencia plenaria para una persona fallecida –un familiar o un amigo, por ejemplo- de modo que si esa persona está en el purgatorio, salga de allí y vaya enseguida al Cielo. 

¿Cómo es esto posible? Mediante la comunión de los santos, que el Papa Francisco explicó así:

“La comunión de los santos (...) es una unión espiritual que nace del Bautismo, no se trunca con la muerte, sino que, gracias a que Cristo ha resucitado, está destinada a encontrar su plenitud en la vida eterna. Hay un vínculo profundo e indisoluble entre los que todavía son peregrinos en este mundo, entre nosotros, y los que han cruzado el umbral de la muerte a la eternidad. Todos los bautizados en la tierra, las almas del Purgatorio y todos los beatos que están ya en el Paraíso forman una única gran Familia. Esta comunión entre tierra y cielo se realiza sobre todo en la oración de intercesión”

Los santos interceden ante Dios por nosotros, y nosotros podemos rogar al Señor por las almas del purgatorio.

La Iglesia establece que el 2 de noviembre todos los fieles pueden ganar una indulgencia plenaria para aplicarla a un alma del purgatorio (la persona que ustedes elijan). Esto es lo que hay que hacer para ganar la indulgencia: 

1. El día 2, en que se celebra la Conmemoración de todos los Fieles Difuntos, visiten piadosamente una iglesia u oratorio. En esta piadosa visita, se debe rezar un Padrenuestro y el Credo. Además, es preciso formular la intención de querer evitar cualquier pecado mortal o venial. 

2. Deben cumplir tres condiciones: confesarse, recibir la Santa Comunión y rezar por las intenciones del Papa (por ejemplo, un Padrenuestro y un Avemaría; pero es posible rezar otras oraciones, según su piedad y devoción). Las tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la fiesta de todos los Fieles Difuntos. Pero es conveniente que la Comunión y la oración por las intenciones del Papa se realicen el mismo día.

Una vez cumplidas estas condiciones, la persona por la que ustedes deseen aplicar la indulgencia podrá entrar en el Cielo. ¿No creen que es hermosa, la comunión de los santos?




Pero hay más: del 1 al 8 de noviembre, pueden ganar otras indulgencias plenarias, siempre para aplicarlas a las almas del purgatorio por las que ustedes deseen rezar. La indulgencia plenaria únicamente puede ganarse una vez al día. Pueden ganar estas indulgencias visitando piadosamente un cementerio (aunque sea mentalmente, si no pueden físicamente) y orando por los difuntos. También hay que querer evitar cualquier pecado mortal o venial, y cumplir las tres condiciones que hemos explicado antes:


1. Confesión Sacramental
2. Comunión Eucarística
3. Oración por las intenciones del Papa

Hay que precisar que una misma confesión sirve para ganar varias indulgencias; pero en cambio, se necesita una comunión para cada indulgencia plenaria, así como una nueva oración por las intenciones del Papa y una nueva visita al cementerio.

Un ejemplo: si deseo ganar 3 indulgencias plenarias para 3 personas, debo realizar 3 visitas al cementerio en 3 días distintos. Y en cada uno de esos días, debo rezar por los difuntos en el cementerio; ir a comulgar; y rezar por las intenciones del Papa. Pero es suficiente que vaya a confesar una sola vez dentro de esa semana.

¡Enviemos al Cielo a una persona querida, ya que el Señor nos da esta posibilidad! No se puede hacer un regalo más grande... Compartan este post para que más personas tengan esta posibilidad. ¡Muchas gracias!


Fuente - Texto tomado de NEWS.VA ESPAÑOL en Facebook:

Conmemoración de todos los Fieles Difuntos - Noviembre 2




Historia


La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua. El Libro 2° de los Macabeos en el Antiguo Testamento dice:

"Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados" (2 Mac. 12, 46)

Y siguiendo esta tradición, en los primeros días de la Cristiandad se escribían los nombres de los hermanos que habían partido en la díptica, que es un conjunto formado por dos tablas plegables, con forma de libro, en las que la Iglesia primitiva acostumbraba a anotar en dos listas pareadas, con los nombres de los vivos y los muertos por quienes se había de orar.

En el siglo VI los benedictinos tenían la costumbre de orar por los difuntos al día siguiente de Pentecostés. En tiempos de San Isidoro (636) en España había una celebración parecida al sábado anterior al sexagésimo día antes del Domingo de Pascua (Domingo segundo de los tres que se contaban antes de la primera de Cuaresma), o antes de Pentecostés.

En Alemania cerca del año 980, según el testimonio de Widukind, abad de la Corvey, hubo una ceremonia consagrada a la oración de los difuntos el día 1 de noviembre, fecha aceptada y bendecida por la Iglesia. San Odilón u Odilo en el 980, abad del Monasterio de Cluny, en el sur de Francia, añadió la celebración del 2 de noviembre como fiesta para orar por las almas de los fieles que habían fallecido, por lo que fue llamada "Conmemoración de los Fieles Difuntos". De allí se extendió a otras congregaciones de benedictinos y entre los cartujos; la Diócesis de Lieja la adoptó cerca del año 1000, en Milán se adoptó el siglo XII, hasta ser aceptado el 2 de noviembre, como fecha en la que la Iglesia celebraría esta fiesta.


Reflexión
¿Qué podemos y debemos
hacer por nuestros difuntos?




  1. No olvidarlos. No olvidar su cariño, su entrega, todo lo bueno que han hecho, que nos han hecho a nosotros, y que es como la herencia que nos dejaron. Por gratitud y fidelidad. También porque creemos que siguen viviendo en el otro mundo, que no ha terminado todo con su muerte.
  2. Rezar por ellos. Han tenido sus limitaciones y faltas. Han sido, igual que nosotros, pecadores y no santos. Necesitan del perdón de Dios. Por eso, rezar por ellos, para que Dios se compadezca de ellos y los haga participar de su gloria y felicidad eternas. ¡Pensemos en la importancia de la Eucaristía!
  3. Confiar en ellos. Probablemente ya están cerca de Dios, sobre todo si han vivido como hombres honrados y caritativos, verdaderos cristianos. Pertenecen entonces a la comunidad de los santos. Hemos de alegrarnos por ello. Y hemos de pedirles que intercedan por nosotros y que nos acompañen en nuestra lucha diaria. Porque los santos son nuestros abogados ante Dios.
  4. Esperar el reencuentro con ellos. La fe cristiana nos dice que no los hemos perdido para siempre. Sino que vamos a verlos de nuevo en el otro mundo. Es la esperanza de que nos volveremos a reunir con ellos, en la Casa del Padre, y sin tener que separarnos ya nunca más. 

El sentido de la vida humana es peregrinar hacia nuestro hogar definitivo: el cielo. La vida terrena tiene carácter transitorio, pasajero. Sólo el amor permanece.


Las tres Iglesias



Se llama Iglesia a la asociación de los que creen en Jesucristo. La Iglesia se divide en tres grupos.

  1. Iglesia triunfante: los que ya se salvaron y están en el cielo (Fiesta de Todos los Santos - Noviembre 1).
  2. Iglesia militante: los que estamos en la tierra luchando por hacer el bien y evitar el mal.
  3. Iglesia sufriente: los que están en el purgatorio purificándose de sus pecados, de las manchas que afean su alma.

El Catecismo de la Iglesia Católica, publicado por el Papa Juan Pablo II en 1992, es un texto de máxima autoridad para todos los católicos del mundo y dice cinco cosas acerca del Purgatorio:

1ª. Los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, sufren después de su muerte una purificación, para obtener la completa hermosura de su alma (1030).

2ª. La Iglesia llama Purgatorio a esa purificación, y ha hablado de ella en el Concilio de Florencia y en el Concilio de Trento. La Iglesia para hablar de que será como un fuego purificador, se basa en aquella frase de San Pablo que dice:

"La obra de cada uno quedará al descubierto, el día en que pasen por fuego. Las obras que cada cual ha hecho se probarán en el fuego"(1 Cor. 3, 14)

3ª. La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua. El libro 2º de los Macabeos en la S. Biblia dice:

"Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados" (2 Mac. 12, 46)

4ª. La Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos (Cuenta San Agustín que su madre Santa Mónica lo único que les pidió al morir fue esto):

"No se olviden de ofrecer oraciones por mi alma"

5ª. San Gregorio Magno afirma:

"Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso"

De San Gregorio se narran dos hechos interesantes. El primero, que él ofreció 30 misas por el alma de un difunto, y después el muerto se le apareció en sueños a darle las gracias porque por esas misas había logrado salir del purgatorio. Y el segundo, que un día estando celebrando la Misa, elevó San Gregorio la Santa Hostia y se quedó con ella en lo alto por mucho tiempo. Sus ayudantes le preguntaron después por qué se había quedado tanto tiempo con la hostia elevada en sus manos, y les respondió:

"Es que vi que mientras ofrecía la Santa Hostia a Dios, descansaban las benditas almas del purgatorio"

Desde tiempos de San Gregorio (año 600) se ha popularizado mucho en la Iglesia Católica la costumbre de ofrecer misas por el descanso de las benditas almas.

La respuesta de San Agustín a este gran Santo le preguntó uno:

"¿Cuánto rezarán por mí cuando yo me haya muerto?"

Y él le respondió:





"Eso depende de cuánto rezas tú por los difuntos. Porque el evangelio dice que la medida que cada uno emplea para dar a los demás, esa medida se empleará para darle a él"

¿Vamos a rezar más por los difuntos? ¿Vamos a ofrecer por ellos misas, comuniones, ayudas a los pobres y otras buenas obras? Los muertos nunca jamás vienen a espantar a nadie, pero sí rezan y obtienen favores a favor de los que rezan por ellos.




En este día rezamos por los difuntos que están en el purgatorio. Los que han ido al cielo son santos y no necesitan oración. Los que están en el infierno no pueden beneficiarse de la oración ni la desean. Sólo rezamos por las difuntas almas del purgatorio. Pero como no sabemos con seguridad si un difunto está en el purgatorio (a no ser que la Iglesia lo haya declarado santo, en cuyo caso está en el cielo), es bueno rezar por todos los difuntos.

Intercedemos por todos los difuntos, en especial nuestros familiares y conocidos, para que pronto se encuentren con el Señor en el cielo. Es antigua costumbre cristiana visitar los cementerios el día de los difuntos, y llevar flores como signo de amor y honra. Recordamos nuestros ancestros sobre todo en la Santa Misa ofrecida por ellos.

Santo Tomás: "Rezar por los difuntos es la mayor obra de misericordia, aún más que rezar por los vivos, ya que éstos pueden valerse por sí mismos"

Recemos el Santo Rosario por todos los difuntos: Santo Rosario


Indulgencia Plenaria
Por la Octava de la
Solemnidad de Todos los Santos
A favor de las almas del purgatorio






Podemos pedir por alguien en especial, pero Dios es quien decide a quién se aplica pensando en el mayor bien de la Iglesia y el nuestro. Se pueden ganar un máximo de una indulgencia plenaria por comunión (una por día).


Condiciones

  1. Visitar un cementerio y devotamente rezar, aunque sea mentalmente, por los difuntos desde el 1 al 8 de noviembre (otros días del año la indulgencia es parcial).
  2. Visitar una Iglesia el día de los fieles difuntos (desde la tarde del 1 de noviembre hasta el 2 de noviembre inclusive). Al visitar la Iglesia, rezar el Padrenuestro y el Credo.
Se deben, además, satisfacer las siguientes condiciones:
  • Confesión sacramental, ocho días antes o después.
  • Comunión.
  • Rezar por las intenciones del Santo Padre (1 Padrenuestro y Ave María).
Las tres condiciones se pueden satisfacer varios días antes o después de hacer la visita. Sin embargo, es apropiado que la comunión se reciba y la oración por la intención del Santo Padre se rece en el día de la visita.


¿Cómo ganar una indulgencia plenaria en la Fiesta de Todos los Difuntos?


Oración
por las almas del purgatorio



Padre eterno, yo te ofrezco la preciosísima
Sangre de tu Divino Hijo Jesús,
en unión con las misas celebradas
hoy día a través del mundo
por todas las benditas ánimas
del purgatorio por todos los
pecadores del mundo.
Por los pecadores
en la Iglesia universal,
por aquellos en propia casa
y dentro de mi familia.
Amén.


El Señor le dijo a Santa Gertrudis
que cada vez que rezara esta oración,
pudiese librar 1.000 almas del purgatorio

Oración de Entrega
de una Persona Fallecida




Dios Padre, creador nuestro,
que nos creaste para la vida eterna,
para vivir contigo aquí
y después de la muerte,
allá contigo para siempre.

Me presento delante de ti
para entregarte a __________
(madre, padre, hermano, hijo,
esposo, amigo, etc.),
ya que partió hacia la eternidad.

Sí, te entrego a _____________.
Lo pongo en tus brazos de Padre.
Él es tu hijo, y ahora debe vivir
contigo en el cielo.

Cuida de ______________,
dale el pleno gozo
de tu presencia para siempre.
Padre Santo, mi corazón quisiera
tenerlo aquí por muchos años.
Pero como él es tuyo,
te lo entrego para siempre,
para que esté contigo,
preparando mi lugar, nuestro lugar,
en la morada del cielo.

Padre Celestial,
gracias por ese ser querido
que me diste, gracias
por el tiempo que estuvo
con nosotros sirviéndonos.

Gracias porque junto a ti
él es mucho más feliz.
Yo te lo entrego, es tuyo.
Cuida muy bien de él,
para siempre.

Amén




Texto tomado del Libro:
Guía Práctica - Oraciones de Sanación - Padre Mauricio Cuesta Pardo - Teresa E. Cuesta de González

Fuente - Texto tomado de OBLATOS.COM: