lunes, 8 de julio de 2019

La curiosa y accidentada coronación de la Virgen de Chiquinquirá como reina de Colombia



Vicente Silva Vargas / Aleteia Colombia | Julio 05, 2019

Con eventos religiosos y culturales -y la visita de miles de peregrinos de todo el mundo- los colombianos celebran el centenario de la coronación de su patrona.

Aunque el papa Pio X decretó el 9 de enero de 1910 la solemne coronación de la Virgen María del Rosario —más conocida como Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá— la ceremonia solo se pudo efectuar nueve años después en Bogotá y no en la pequeña población en donde el prodigioso lienzo se había renovado 333 años atrás.

Según narra el fraile Luis Francisco Sastoque en su libro Historia de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, fueron varias las causas para semejante demora. La primera fue la decisión de los frailes dominicos —guardianes del cuadro— de llevar en peregrinación a diversas regiones la ‘Virgen peregrina’, una réplica de la imagen original, “para dar a conocer la buena noticia de la coronación y preparar espiritualmente a los colombianos”. Otras razones para el retraso fueron los actos de violencia suscitados en algunas regiones en los que, incluso, la réplica “fue atacada sacrílegamente a machete”.

También en Chiquinquirá hubo brotes de violencia en 1918 cuando la población se enteró que el lienzo iba a ser trasladado a Bogotá. Políticos, comerciantes y algunos devotos se opusieron a la decisión del obispo de Tunja, Eduardo Maldonado Calvo, asaltaron el templo y quisieron apoderarse del cuadro con el argumento de que, si se llevaba a Bogotá, la Virgen nunca regresaría. Como consecuencia, la parroquia fue sancionada eclesiásticamente, pero a los pocos meses se reabrió para permitir el viaje de María a la capital colombiana.

Una causa adicional de la retardada coronación fue la determinación de Maldonado Calvo de programar la ceremonia en los días previos a la conmemoración del primer centenario de la Batalla de Boyacá, el 7 de agosto de 1919. Así ocurrió porque a finales de junio de ese año, la Virgen salió de su pueblo escoltada por una guardia de honor del Ejército Nacional y centenares de católicos que hicieron el recorrido a pie hasta Bogotá.

En la capital, con la presencia del presidente poeta Marco Fidel Suárez, el Gobierno Nacional en pleno y otros altos dignatarios del Estado, María del Rosario fue aclamada por millares de peregrinos congregados frente a la catedral primada, en la histórica plaza de Bolívar. Allí, el 9 de julio de 1919 se leyó el decreto pontificio en el que Pío X ordenó que “la imagen de la Virgen María del Rosario con el Niño Dios, llamada vulgarmente Virgen de Chiquinquirá”, fuera coronada en solemne ceremonia y se le impusiera una “brillante corona de oro”.

El relato del padre Sastoque recuerda que luego de la imposición de las lujosas coronas y las aureolas al Niño y a María, el obispo de Tunja exigió a los frailes dominicos, bajo la gravedad del juramento canónico, que “nunca permitieran que la Virgen y Jesús fueran despojados de esas prendas sagradas y simbólicas”. Además, cuenta que otro obispo pidió públicamente declarar a la Virgen de Chiquinquirá como reina y patrona de Colombia y que enseguida los asistentes acogieron la propuesta con emocionadas expresiones como “¡Viva la Virgen de Chiquinquirá!”,“¡Viva la reina de Colombia!”, “¡Viva la república mariana!”.

Otras crónicas señalan que además del repique de campanas de todas las iglesias bogotanas y una salva de artillería, un coro entonó un estribillo que pronto se volvió popular:


“Reina de Colombia / por siempre serás / es prenda tu nombre / de júbilo y de paz”

Desde ese día la Iglesia colombiana ha celebrado esta festividad de manera ininterrumpida y con mucha pompa.

Un siglo después

Dos novedades se destacan dentro de la programación organizada por los frailes guardianes de Chiquinquirá. Una, el descenso del lienzo de la Virgen desde su camarín para permitir que los peregrinos la puedan admirar de cerca. Dos, la apertura pública de la basílica 24 horas, durante los cuatro días de la celebración, del 6 al 9 de julio, un hecho inédito en los 400 años de historia de la imagen.

Fray Carlos Mario Alzate, rector de la basílica, explicó que esta fiesta del centenario tendrá una gran participación popular. En un encuentro con los periodistas recalcó que no se quiere “un evento clerical ni un acontecimiento meramente espiritual —que de por sí son muy importantes— sino una fiesta que logre concentrar a toda la ciudadanía en general”. Para el padre Alzate también es fundamental tener en cuenta que el mensaje central de la celebración es “la renovación espiritual de todos los colombianos”.

Por esa razón, el lienzo original será llevado en procesión por los calles de la ciudad y homenajeado con miles de luces que serán encendidas por los peregrinos. También están previstas maratónicas jornadas de oración y reflexión tanto en la basílica, en otras iglesias y en la plaza principal del pueblo.

Además de la presencia de todos los obispos colombianos que irán en peregrinación desde Bogotá hasta Chiquinquirá, está confirmada la asistencia del presidente Iván Duque, quien en varias ocasiones se ha declarado mariano y devoto de la Virgen del Rosario.

De igual manera, habrá conciertos en los que actuarán reconocidos cantautores católicos como Héctor Tobo y Miguel Enrique Cubillos. Con ellos alternará Herencia de Timbiquí, una famosa banda de música folclórica del Pacífico colombiano.

La ciudad también se ha preparado para recibir a por lo menos 50.000 turistas y fieles provenientes de todas las regiones colombianas y de países como Ecuador, Perú, Venezuela, Panamá y Estados Unidos. Las calles fueron refaccionadas, se mejoraron los espacios públicos, se modernizó el alumbrado público y los trabajadores de hoteles, restaurantes y otros negocios fueron capacitados para atender adecuadamente a los visitantes.

Fuente - Texto tomado de ES.ALETEIA.ORG:

Novena a Nuestra Señora Virgen del Carmen - Día Tercero - Julio 9 de 2019


Acto de Contrición
para todos los días

Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A Ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío me has de perdonar mis culpas, y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la Santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en esta Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.

Oración para todos los días

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:

(Rezar tres Avemarías)

Rezar a continuación
la oración del día que corresponda:



DÍA TERCERO

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que te dignaste admitir con singular amor el obsequio filial de los Carmelitas, que entre todos los mortales fueron los primeros que en tu honor edificaron un templo en el Monte Carmelo, donde concurrían fervorosos a darte culto y alabanza. Te ruego, Señora, me alcances sea mi alma templo vivo de la Majestad de Dios, adornado de todas las virtudes, donde Él habite siempre amado, adorado y alabado por mi, sin que jamás le ocupen los afectos desordenados de lo temporal y terreno. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:

Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena

Oración final para todos los días

Virgen Santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de ésta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección.

Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos cómo ofenden a tu divino Hijo, y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.

Fuente - Texto tomado de DEVOCIONARIO.COM:

San Isaías - Profeta (Año 765 a.c.) - Fiesta Julio 8



Isaías fue para Israel un héroe nacional. Es un poeta maravilloso. La elegancia de su estilo, la viveza de sus imágenes y la belleza literaria de sus profecías lo convierte en un clásico de la literatura de Israel.

Nació en Jerusalén en el año 765 antes de Cristo, y parece que era de familia de clase aristocrática. Todo su modo de hablar y comportarse lo presentan como un hombre de cultura superior. En el Capítulo 6 de sus profecías narra cómo Dios lo llamó. Dice así:
"Vi al Señor Dios, sentado en un trono excelso y elevado y miles de serafines lo alababan cantando: Santo, Santo es el Señor Dios de los ejércitos, llenos están el cielo y la tierra de Tu Gloria"


Yo me llené de espanto y exclamé:
"Ay de mí que soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo pecador y mis ojos ven al Dios Todopoderoso"
Entonces voló hacia mí uno de los serafines, y tomando una brasa encendida del altar, la colocó sobre mis labios y dijo:
"Ahora has quedado purificado de tus pecados"
Y oí la Voz del Señor que me decía:
"¿A quién enviaré? ¿Quién irá de mi parte a llevarles mis mensajes?"
Yo le dije:
"Aquí estoy Señor, envíame a mí"
Llamadas desatendidas

Isaías empezó entonces a llevar a las gentes los mensajes de Dios, pidiéndoles que se apartaran de su vida de pecado y empezaran una vida agradable a Dios. Pero se cumplía lo que le había avisado el Señor:
"Teniendo oídos, no querrán escuchar"
Avisó fuertemente que si no se convertían serían llevados presos al destierro. No le hicieron caso y la nación de Israel fue llevada después presa a un país extraño.

El Emmanuel


Una de las más famosas profecías que hizo ese gran vidente fue la de Emmanuel. Dijo así:
"He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz a un niño al cual llamarán Dios con nosotros"
Así está avisando con siete siglos de anticipación el nacimiento de Jesús, de María Virgen.

Senaquerib ataca a Jerusalén

El temible rey de Nínive, Senaquerib, atacó a Jerusalén y amenazaba con destruirla y matar a todos. Pero Isaías animó al piadoso rey Ezequías diciéndole:
"Prudencia y calma. Confíen en Dios, que la ciudad no caerá en manos de los enemigos"
Y sucedió entonces que al ejército invasor le llegó una espantosa epidemia de disentería (que es una inflamación y ulceración de los intestinos), y murieron muchos miles y el rey Senaquerib tuvo que alejarse y no pudo apoderarse de la ciudad. Con esta profecía adquirió Isaías una gran popularidad entre las gentes.

El Libro más largo de la Biblia



El Libro de Isaías es el más largo de los 73 que componen la Biblia, tiene unas 70 páginas, se compone de dos partes, la primera fue escrita por el propio profeta Isaías y la segunda se llama "Nuevo Isaías o DeuteroIsaías", probablemente escrita por un discípulo de éste.

La vid que no quiso dar frutos

Isaías tiene bellísimas comparaciones para enseñar sus mensajes. Por ejemplo la de "La Vid y el Viñador", en el Capítulo 5. En la cual compara al pueblo de Dios, con una vid (plantación de uvas), a la que el Señor la cuidó, la regó y la abonó y luego viene a buscar buenos frutos (buenas obras), y encuentra con que sólo produce frutos amargos (obras malas), entonces el Señor abandona su plantación, dejándola en manos de sus enemigos para que la pisoteen y destruyan.

El primer biógrafo de Jesús



En el Libro de Isaías se pueden encontrar muchos datos de lo que será la vida del Mesías o enviado de Dios, se puede afirmar que éste escrito es la primera biografía de Jesús, escrita siete siglos antes de que naciera el Redentor. Son impresionantemente hermosas las descripciones del Cap. 53, acerca del Siervo de Yahvé, donde parece estar viendo la Pasión y Muerte de Jesús, describiéndola, tal como ella iba a suceder. Y allí se insiste que estos sufrimientos del enviado de Dios serán para pagar nuestros pecados.

El más grande profeta

Después de Cristo y de Moisés, el más grande profeta de todos los siglos ha sido Isaías, es el profeta de la Confianza en Dios. Quiere que aunque las situaciones de la vida sean terribles, jamás dejemos de confiar en que Dios llegará con su gran poder a ayudarnos y defendernos. Anuncia un Mesías o Salvador, de la familia de David, portador de paz y de justicia, cuyo oficio es encender en la tierra el amor hacia Dios.

Fue un genio religioso que ejerció enorme influencia en la verdadera religión, y cuyos escritos los leen y meditan hoy en todo el mundo los seguidores de Cristo. Una antigua tradición judía, nos dice que a Isaías lo hizo martirizar el impío rey Manasés.

Gracias Señor por tus profetas y por los anuncios que por medio de ellos nos has enviado y nos seguirás enviando siempre. Haz que nunca seamos sordos a las llamadas de conversión que nos haces cada día, por medio de tu divina palabra en las predicaciones y en la Santa Biblia.

Fuente - Texto tomado de EWTN: