jueves, 20 de junio de 2019

Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro - Día Cuarto - Junio 21 de 2019



Día Cuarto

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro ayuda a sus devotos a salir del pecado.

Uno de los principales oficios en que ejercita su solicitud Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es el de sacar a las almas del pecado. A la manera como una madre llora y gime sobre el cadáver de su hijo, a quien desearía poder resucitar; María siente ardentísimos deseos de que vuelvan los pecadores a la vida de la gracia. Su gran ocupación consiste en interceder por ellos sin cesar; y Ella se gloría en ser su infatigable Abogada y en alcanzarles la gracia de la verdadera conversión, con tal que tengan al menos el deseo sincero de salir del pecado y que acudan a Ella pidiéndole la fuerza necesaria para romper las cadenas con que los tiene esclavizados al pecado.

Pedir la gracia
que se desea conseguir.
Rezar 3 Avemarías
y la oración correspondiente

Oración

¡Oh misericordiosa Abogada y refugio de los pecadores! ¡Mucho he ofendido a Dios. En vuestras manos pongo mi salvación eterna. ¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! haced que no vuelva ya a tener la inmensa desgracia de corresponder con vil ingratitud vuestros continuos favores. Alcanzadme de vuestro Hijo la gracia de una conversión sincera, para que en adelante le ame con todo mi corazón.

Fuente - Texto tomado del Libro "Acudamos a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro" - Heraldos del Evangelio (Caballeros de la Virgen)

San Luis Gonzaga (1568-1591) - Fiesta Junio 21


San Luis Gonzaga, nació el 9 de marzo de 1568, en el castillo de Castiglione delle Stivieri, en la Lombardía en Italia. Hijo mayor de Ferrante, marqués de Chatillon de Stiviéres en Lombardía y príncipe del imperio y Marta Tana Santena, dama de honor de la reina de la corte de Felipe II de España, donde también el marqués ocupaba un alto cargo. La madre, habiendo llegado a las puertas de la muerte antes del nacimiento de Luis, lo había consagrado a la Santísima Virgen y llevado a bautizar al nacer. Por el contrario, a don Ferrante sólo le interesaba su futuro mundano, que fuese soldado como él. De pequeño aprendió las artes militares y el más exquisito trato social. San Luis estuvo como edecán en palacios de altos gobernantes, pero nunca fijó sus ojos en el rostro de las mujeres. Y así se libró de muchas tentaciones.

Despierta su vida espiritual

Apenas contaba con siete años de edad cuando experimentó lo que podría describirse mejor como un despertar espiritual. Siempre había dicho sus oraciones matinales y vespertinas, pero desde entonces y por iniciativa propia, recitó a diario el oficio de Nuestra Señora, los siete salmos penitenciales y otras devociones, siempre de rodillas y sin cojincillo. Su propia entrega a Dios en su infancia fue tan completa que, según su director espiritual, San Roberto Belarmino, y tres de sus confesores, nunca, en toda su vida, cometió un pecado mortal.

En 1577 su padre lo llevó con su hermano Rodolfo a Florencia, Italia, dejándolos al cargo de varios tutores, para que aprendiesen el latín y el idioma italiano puro de la Toscana. Cualesquiera que hayan sido sus progresos en estas ciencias seculares, no impidieron que Luis avanzara a grandes pasos por el camino de la santidad y, desde entonces, solía llamar a Florencia, "la escuela de la piedad". Un día que la marquesa contemplaba a sus hijos en oración, exclamó:
"Si Dios se dignase escoger a uno de vosotros para su servicio, ¡qué dichosa sería yo!"
Luis le dijo al oído:
"Yo seré el que Dios escogerá"
Desde su primera infancia se había entregado a la Santísima Virgen. A los nueve años, en Florencia, se unió a Ella haciendo el voto de virginidad. Después resolvió hacer una confesión general, de la que data lo que él llama "su conversión". A los 12 años había llegado al más alto grado de contemplación. A los 13, el obispo San Carlos Borromeo, al visitar su diócesis, se encontró con Luis, maravillándose de que en medio de la corte en que vivía, mostrase tanta sabiduría e inocencia, y le dio él mismo la primera comunión.

Su director espiritual fue el gran sabio jesuita San Roberto Belarmino, el cual le aconsejó tres medios para llegar a ser santo:
  1. Frecuente confesión y comunión.
  2. Mucha devoción a la Santísima Virgen.
  3. Leer vidas de santos.
Ante una imagen de la Santísima Virgen en Florencia hizo juramento de permanecer siempre puro; eso se llama "Voto de Castidad". Cuando iba a hacer o decir algo importante se preguntaba:
"¿De qué sirve esto para la eternidad?"
Y si no le servía para la eternidad, ni lo hacía ni lo decía.

Fue muy puro y exigente
consigo mismo

Obligado por su rango a presentarse con frecuencia en la corte del gran ducado, se encontró mezclado con aquellos que, según la descripción de un historiador, "formaban una sociedad para el fraude, el vicio, el crimen, el veneno y la lujuria en su peor especie"Pero para un alma tan piadosa como la de Luis, el único resultado de aquellos ejemplos funestos, fue el de acrecentar su celo por la virtud y la castidad.

A fin de librarse de las tentaciones, se sometió a una disciplina rigurosísima. En su celo por la santidad y la pureza, se dice que llegó a hacerse grandes exigencias como, por ejemplo, mantener baja la vista siempre que estaba en presencia de una mujer. Lo admirable es la disponibilidad de su corazón, dispuesto a todo para librarse del pecado y ser plenamente para Dios. Además, hay que saber que algunos vicios e impurezas requieren grandes penitencias. San Luis quiso, al principio, imitar los remedios que leía de los padres del desierto. Sin duda a Luis le atraían las aventuras militares de las tropas entre las que vivió sus primeros años, y la gloria que se le ofrecía en su familia, pero de muy joven comprendió que había un ideal más grande y que requería más valor y virtud.

Hacía poco más de dos años que los jóvenes Gonzaga vivían en Florencia, cuando su padre los trasladó con su madre a la corte del duque de Mántua, quien acababa de nombrar a Ferrante gobernador de Montserrat. Esto ocurría en el mes de noviembre de 1579, cuando Luis tenía 11 años. En el viaje Luis estuvo a punto de morir ahogado al pasar el río Tessin, crecido por las lluvias. La carroza se hizo pedazos y fue a la deriva. Providencialmente, un tronco detuvo a los náufragos. Un campesino que pasaba vio el peligro en que se hallaban y les salvó.

En Casale-Monferrato, donde pasaba el invierno, se refugiaba durante horas enteras en las iglesias de los capuchinos y los barnabitas; en privado comenzó a practicar las mortificaciones de un monje: ayunaba tres días a la semana a pan y agua, se azotaba con el látigo de su perro, se levantaba a mitad de la noche para rezar de rodillas sobre las losas desnudas de una habitación, en la que no permitía que se encendiese fuego, por riguroso que fuera el tiempo. Fue inútil que su padre le combatiese en estos deseos.

En la misma corte, Luis vivía como un religioso, sometiéndose a grandes penitencias. A pesar de que ya había recibido sus investiduras de manos del emperador, mantenía la firme intención de renunciar a sus derechos de sucesión sobre el marquesado de Castiglione en favor de su hermano.

Resuelto a unirse a
la Compañía de Jesús


Una vez arrodillado ante la imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo, le parecía que la Santísima Virgen le decía:
"¡Debes entrar en la compañía de mi Hijo!"
Con esto entendió que su vocación era entrar en la "Comunidad Compañía de Jesús", o sea hacerse Jesuita.

El día de la Asunción del año 1583, en el momento de recibir la Sagrada Comunión en la iglesia de los padres jesuitas, de Madrid, oyó claramente una voz que le decía:
"Luis, ingresa en la Compañía de Jesús"
Primero, comunicó sus proyectos a su madre, quien los aprobó enseguida, pero en cuanto ésta los participó a su esposo, éste montó en cólera a tal extremo, que amenazó con ordenar que azotaran a su hijo hasta que recuperase el sentido común. Le pidió permiso al papá para hacerse religioso, pero él no lo dejó. Y lo llevó a grandes fiestas y a palacios y juegos para que se le olvidara su deseo de ser sacerdote. Después de varios meses le preguntó:
"¿Todavía sigue deseando ser sacerdote?"
Y el joven le respondió:
"En eso pienso noche y día"
Ferrante persistía en su negativa hasta que, por mediación de algunos de sus amigos, accedió de mala gana a dar consentimiento provisional. Entonces el papá le permitió entrar de jesuita. (En un desfile de orgullosos jinetes en caballos elegantes, Luis desfiló montado en un burro y mirando hacia atrás. Lo silbaron pero con eso dominó su orgullo). San Luis Gonzaga tuvo que hacer muchos sacrificios para poder mantenerse siempre puro, y por eso la Santa Iglesia Católica lo ha nombrado Patrono de los Jóvenes que quieren conservar la santa pureza. Él repetía la frase de San Pablo:
"Domino mi cuerpo y lo reduzco a servidumbre, no sea que enseñando a otros a salvarse, me condene yo mismo"
El Noviciado


Luis partió hacia Roma y, el 25 de noviembre de 1585, ingresó al Noviciado en la casa de la Compañía de Jesús, en Sant'Andrea. Acababa de cumplir los 18 años. Al tomar posesión de su pequeña celda, exclamó espontáneamente:
"Éste es mi descanso para siempre; aquí habitaré, pues así lo he deseado" (Salmo CXXXI-14)
Sus austeridades, sus ayunos, sus vigilias habían arruinado ya su salud hasta el extremo de que había estado a punto de perder la vida. Sus maestros habían de vigilarlo estrechamente para impedir que se excediera en las mortificaciones. Al principio, el joven tuvo que sufrir otra prueba cruel: las alegrías espirituales que el amor de Dios y las bellezas de la religión le habían proporcionado desde su más tierna infancia, desaparecieron. Seis semanas después murió Don Ferrante. Desde el momento en que su hijo Luis abandonó el hogar para ingresar en la Compañía de Jesús, había transformado completamente su manera de vivir. El sacrificio de Luis había sido un rayo de luz para el anciano.

Durante los dos años siguientes San Luis dio pruebas de ser un novicio modelo. Al quedar bajo las reglas de la disciplina, estaba obligado a participar en los recreos, a comer más y a distraer su mente. Además, por motivo de su salud delicada, se le prohibió orar o meditar fuera de las horas fijadas para ello: Luis obedeció, pero tuvo que librar una recia lucha consigo mismo para resistir el impulso a fijar su mente en las cosas celestiales. Por consideración a su precaria salud, fue trasladado de Milán para que completase en Roma sus estudios teológicos. Sólo Dios sabe de qué artificios se valió para que le permitieran ocupar un cubículo estrecho y oscuro, debajo de la escalera y con una claraboya en el techo, sin otros muebles que un camastro, una silla y un estante para los libros.

Luis suplicaba que se le permitiera trabajar en la cocina, lavar los platos y ocuparse en las tareas más serviles. Cierto día, hallándose en Milán, en el curso de sus plegarias matutinas, le fue revelado que no le quedaba mucho tiempo por vivir. Aquel anuncio le llenó de júbilo y apartó aún más su corazón de las cosas de este mundo. Durante esa época, con frecuencia en las aulas y en el claustro se le veía arrobado en la contemplación; algunas veces, en el comedor y durante el recreo caía en éxtasis. Los atributos de Dios eran los temas de meditación favoritos del santo y, al considerarlos, parecía impotente para dominar la alegría desbordante que le embargaba.

Una epidemia

En 1591, atacó con violencia a la población de Roma una epidemia de fiebre. Los jesuitas, por su cuenta, abrieron un hospital en el que todos los miembros de la orden, desde el padre general hasta los hermanos legos, prestaban servicios personales. Luis iba de puerta en puerta con un zurrón, mendigando víveres para los enfermos. Muy pronto, después de implorar ante sus superiores, logró cuidar de los moribundos. Luis se entregó de lleno, limpiando las llagas, haciendo las camas, preparando a los enfermos para la confesión. Luis contrajo la enfermedad. Había encontrado un enfermo en la calle y, cargándolo sobre sus espaldas, lo llevó al hospital donde servía.


Pensó que iba a morir y, con grandes manifestaciones de gozo (que más tarde lamentó por el escrúpulo de haber confundido la alegría con la impaciencia), recibió el viático y la unción. Contrariamente a todas las predicciones, se recuperó de aquella enfermedad, pero quedó afectado por una fiebre intermitente que, en tres meses, le redujo a un estado de gran debilidad.

En todas las ocasiones que le fue posible, se levantaba del lecho, por la noche, para adorar al crucifijo, para besar una tras otra, las imágenes sagradas que guardaba en su habitación y para orar, hincado en el estrecho espacio entre la cama y la pared. En una de aquellas ocasiones, el joven cayó en un arrobamiento que se prolongó durante toda la noche, y fue entonces cuando se le reveló que habría de morir en la octava del Corpus Christi. Durante todos los días siguientes, recitó el "Te Deum" como acción de gracias. Luis vio que su fin se acercaba y escribió a su madre:
"Alegraos, Dios me llama después de tan breve lucha. No lloréis como muerto al que vivirá en la vida del mismo Dios. Pronto nos reuniremos para cantar las eternas misericordias"
Algunas veces se le oía gritar las palabras del Salmo:
"Me alegré porque me dijeron: ¡Iremos a la casa del Señor!" (Salmo CXXI-1)
En una de esas ocasiones, agregó:
"¡Ya vamos con gusto, Señor, con mucho gusto!"

Luis afirmaba que iba a morir antes de que despuntara el alba del día siguiente y recibió de nuevo el viático. Al padre provincial, que llegó a visitarle, le dijo:
"¡Ya nos vamos, padre; ya nos vamos...!"
"¿A dónde, Luis?"
"¡Al Cielo!"
"¡Oigan a este joven! -exclamó el provincial- Habla de ir al Cielo como nosotros hablamos de ir a Frascati"
En sus últimos momentos no pudo apartar su mirada de un pequeño crucifijo colgado ante su cama. El enfermo quedó inmóvil en su lecho y sólo en ocasiones murmuraba:
"En tus manos, Señor..."
Murió a los 23 años el 21 de junio de 1591. Fue canonizado en 1726. El Papa Benedicto XIII lo nombró protector de estudiantes jóvenes. El Papa Pío XI lo proclamó patrón de la juventud cristiana.

Murió mirando el crucifijo y diciendo:
"Qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor"
Su confesor San Roberto, que lo acompañó en la hora de la muerte, dice que Luis Gonzaga murió sin haber cometido ni un sólo pecado mortal en su vida. Santa Magdalena de Pazzi vio en éxtasis o visión a San Luis en el cielo, y decía:
"Yo nunca me había imaginado que Luis Gonzaga tuviera un grado tan alto de gloria en el paraíso"
La mamá logró asistir en 1621 a la beatificación de su hijo. Apenas el hijo se hizo religioso, su padre empezó a volverse mucho más piadoso de lo que era antes y murió después santamente. Luis renunció a todas las grandes herencias que le correspondían con tal de poder hacerse religioso y santo. Después de muerto se apareció a un jesuita enfermo, y lo curó y le recomendó que no se cansara nunca de propagar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Texto tomado de EWTN:

10 hechos sobre la cohabitación o vivir juntos ¿Desastre?



Cohabitación

Se llama cohabitar a vivir juntos como pareja sin casarse. Es contrario al orden de Dios porque la intimidad sexual es su don exclusivamente para un hombre y una mujer que han unido sus vidas en el matrimonio. La unión sexual es signo del matrimonio: entrega total, fiel, para siempre y disponibilidad para formar una familia con hijos. La cohabitación es un pecado grave que atenta contra el Sexto Mandamiento

10 hechos sobre la cohabitación

Estudios demuestran que la cohabitación es un desastre

La cohabitación es mala para los hombres, peor para las mujeres y horrible para los hijos. Es una toxina mortífera para el matrimonio, la familia y la cultura, según un artículo del doctor A. Patrick Schneider II, publicado en la revista New Oxford Review, que se basa en las conclusiones de más de una docena de estudios a fondo sobre el tema.

El artículo expone el elevado riesgo de divorcio, inestabilidad, problemas psiquiátricos, enfermedades de transmisión sexual, pobreza o drogadicción para las parejas que cohabitan en vez de casarse. Y sus hijos sufren problemas emocionales y de conducta, expulsión escolar, abuso y delincuencia en una proporción muy superior a la de los niños de padres casados.

El Papa Benedicto XVI ha dicho en su Encíclica Sacramentum Caritatis (March 13, 2007) que entre los cuatro “valores fundamentales” que “no son negociables”, el segundo después del respeto a la vida es “la familia edificada sobre un matrimonio entre un hombre y una mujer”. 

“La cohabitación es un entrenamiento para el divorcio” Chuck Colson (1995).

10 hechos sobre la cohabitación

1. La cohabitación está aumentando

Hace 35 a 40 años apenas existía, era un tabú social. En la década del 60 creció un 19 por ciento; en los 70 se multiplicó un 204 por ciento; en la década del 80 aumentó un 80 por ciento; en los 90 subió un 66 por ciento. Sin embargo entre el año 2000 y el 2004 sólo creció un 7.7. En total, la cohabitación es en la actualidad once veces superior, de acuerdo al Buró del Censo ("Unmarried-Couple Households, by Presence of Children: 1960 to Present", June 12, 2003). 

2. Las relaciones son inestables

Una sexta parte de las parejas que cohabitan sólo permanecen unidas por tres años; una de cada diez sobrevive junta más de cinco años. Son datos extraídos del libro de Bennett, W.J., The Broken Hearth: Reversing the Moral Collapse of the American Family (2001).

3. El riesgo de divorcio es mayor

El porcentaje de divorcio entre quienes cohabitan antes del matrimonio es de casi el doble -39 por ciento frente a 21 por ciento- que el de las parejas que se casan sin haber vivido juntos.

4. Las mujeres sufren desproporcionadamente

Las mujeres que cohabitan con sus parejas acaban asumiendo las responsabilidades del matrimonio pero sin la protección legal, particularmente en lo referido al cuidado de los hijos, al tiempo que aportan más de 70 por ciento a la economía de la pareja (datos del estudio realizado por Crouse, J.C., "Cohabitation: Consequences for Mothers and Children," (Oct. 2004).

5. Mayor riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual o ETS (STD por sus siglas en inglés)

Los hombres en relaciones de cohabitación tienen cuatro veces más probabilidades de ser infieles que los casados. En 1960 había sólo tres tipos de ETS, mientras que ahora hay dos docenas que son además incurables. Los casos de ETS se han triplicado en los últimos seis años. El porcentaje de ETS entre las parejas que cohabitan es seis veces superior al de las mujeres casadas (Crouse, J.C., Gaining Ground: A Profile of American Women in the Twentieth Century, 2000).

6. Mayor riesgo de abuso de drogas y de problemas psiquiátricos

Una revisión de 130 estudios realizada por la universidad UCLA halló que los matrimonios precedidos por cohabitación eran más propensos a problemas de drogas y alcohol (Coombs, R.H., "Marital Status and Personal Well-Being: A Literature Review," Family Relations, 1991). La depresión es tres veces más probable entre parejas que cohabitan que entre matrimonios (Robbins, L., Rieger, D., Psychiatric Disorders in America, 1990).

7. Mayor índice de pobreza

La situación económica de las parejas que conviven pero nunca se casan es un 78 por ciento inferior que la de los casados (Cohabitation Facts website).

8. Los niños sufren

El índice de pobreza entre los niños de parejas que cohabitan es de cinco veces que el de los hogares de casados (Bennett, op. cit.). En comparación con los hijos de matrimonios, los adolescentes de 12 a 17 años de padres que cohabitan son seis veces más propensos a padecer problemas emocionales y de conducta (Booth, A., Crouter, A.C., eds., Just Living Together: Implications of Cohabitation on Families, Children and Social Policy, 2002).

Igualmente, los adolescentes de parejas no casadas tienen un 122 por ciento más de probabilidades de ser expulsados de la escuela (Manning, W.D., Lamb, K.A., "Adolescent Well-Being in Cohabiting, Married and Single-Parent Families," Journal of Marriage and Family, Nov. 2003).

9. La sociedad paga el precio

Estados Unidos tiene el índice más alto de encarcelamientos del mundo, con dos millones de presos. Un 70 por ciento de los jóvenes en las cárceles de los Estados son de hogares sin padre (Drake, T., "The Father Factor: Crime on Increase in ‘Dad Free' Zones" National Catholic Register, 2007). Y tres cuartas partes de los niños involucrados en actos delictivos son hijos de parejas que cohabitan (Crouse).

10. La cohabitación engendra abuso, violencia y asesinato


Datos sobre el abuso de niños:

Los porcentajes más bajos de abuso se registran entre hijos de matrimonios que viven en armonía; es seis veces superior en familias adoptivas; 14 veces superior en los hogares de madres solteras; 20 veces mayor en hijos biológicos de parejas que cohabitan; y 33 veces mayor cuando la madre cohabita con un novio que no es el padre biológico de los hijos (Crouse, op. cit.).


Datos de abuso de mujeres:

En comparación con las mujeres casadas, las que cohabitan tiene tres veces más probabilidades de sufrir agresiones físicas de su pareja (Salari, S.M., Baldwin, B.M., "Verbal, Physical, and Injurious Aggression Among Intimate Couples Over Time," Journal of Family Issues, May 2002): y nueve veces más probabilidades de ser asesinadas por ellos (Shackelford, T.K., "Cohabitation, Marriage, and Murder: Woman-Killing by Male Romantic Partners," Aggressive Behavior, vol. 27, 2001).

Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:
http://www.corazones.org/diccionario/cohabitacion.htm

Novena al Sagrado Corazón de Jesús - Día Primero - Junio 20 de 2019



La Señal del Cristiano

Por la señal de la Santa Cruz, + de nuestros enemigos, + líbranos, Señor Dios nuestro. + En el nombre del Padre, + y del Hijo, + y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de Contrición

Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas, y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

Oración Preparatoria

¡Oh Corazón divinísimo de mi amado Jesús, en quien la Santísima Trinidad depositó tesoros inmensos de celestiales gracias! Concededme un corazón semejante a vos mismo, y la gracia que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, vuestro sagrado culto y bien de mi alma. Amén.



Rezar a continuación la oración
del día que corresponda:

Día Primero - Oración


Oración. ¡Oh Corazón sacratísimo y melifluo de Jesús, que, con ferventísimos deseos y ardentísimo amor, deseáis corregir y desterrar la sequedad y tibieza de nuestros corazones! Inflamad y consumid las maldades e imperfecciones del mío, para que se abrase en vuestro amor; dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra Vos, ¡oh amantísimo Corazón!, y la que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.

Rezar Tres Padrenuestros

y tres Avemarías,
en reverencia de las

tres insignias de la Pasión
con que se mostró
el divino Corazón

a Santa Margarita de Alacoque
Rezar Oraciones Finales




Oraciones Finales

Al Padre eterno. ¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con Vos eternamente. Amén.

Hacer aquí la petición
que se desea obtener
con esta novena

Oración. ¡Oh Corazón divinísimo de Jesús, dignísimo de la adoración de los hombres y de los ángeles! ¡Oh Corazón inefable y verdaderamente amable, digno de ser adorado con infinitas alabanzas, por ser fuente de todos los bienes, por ser origen de todas las virtudes, por ser el objeto en quien más se agrada toda la Santísima Trinidad entre todas las criaturas! ¡Oh Corazón dulcísimo de Jesús! Yo profundísimamente os adoro con todos los espíritus de mi pobre corazón, yo os alabo, yo os ofrezco las alabanzas todas de los más amantes serafines y de toda vuestra corte celestial y todas las que os puede dar el Corazón de vuestra Madre Santísima. Amén.

Novena tomada del Devocionario Católico:

Novena al Sagrado Corazón de Jesús


La Señal del Cristiano

Por la señal de la Santa Cruz, + de nuestros enemigos, + líbranos, Señor Dios nuestro. + En el nombre del Padre, + y del Hijo, + y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de Contrición

Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas, y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

Oración Preparatoria

¡Oh Corazón divinísimo de mi amado Jesús, en quien la Santísima Trinidad depositó tesoros inmensos de celestiales gracias! Concededme un corazón semejante a vos mismo, y la gracia que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, vuestro sagrado culto y bien de mi alma. Amén.

Rezar a continuación la oración
del día que corresponda:

Días:  1 - 2 - 3 - 4 - 5 - 6 - 7 - 8 - 9




Oraciones Finales

Al Padre eterno. ¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con Vos eternamente. Amén.


Hacer aquí la petición
que se desea obtener
con esta novena

Oración. ¡Oh Corazón divinísimo de Jesús, dignísimo de la adoración de los hombres y de los ángeles!  ¡Oh Corazón inefable y verdaderamente amable, digno de ser adorado con infinitas alabanzas, por ser fuente de todos los bienes, por ser origen de todas las virtudes, por ser el objeto en quien más se agrada toda la Santísima Trinidad entre todas las criaturas!  ¡Oh Corazón dulcísimo de Jesús! Yo profundísimamente os adoro con todos los espíritus de mi pobre corazón, yo os alabo, yo os ofrezco las alabanzas todas de los más amantes serafines y de toda vuestra corte celestial y todas las que os puede dar el Corazón de vuestra Madre Santísima. Amén.

Novena tomada del Devocionario Católico:

Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro - Día Tercero - Junio 20 de 2019



Día Tercero

Venerar a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es un medio seguro para conseguir todos los tesoros del cielo.

Consideremos cada una de las palabras de esta advocación: Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, María es Señora, es decir; Madre de Dios, Reina poderosa del cielo y de la tierra. María es nuestra: nuestra, por ser Madre del Redentor de los hombres, Abogada de los pecadores, Madre de misericordia y nuestra, sobre todo, por su maravillosa ternura de Madre. María es nuestro socorro, porque con él nos libra de la mayor de las desgracias de esta vida, o sea del pecado, por eso, María vela por nosotros, quita las ocasiones y disminuye la vehemencia de las tentaciones; María conserva en sus hijos la gracia santificante y el amor de Dios, y les consigue la perseverancia; María suaviza nuestras penas temporales y espirituales.

Pedir la gracia
que se desea conseguir.
Rezar 3 Avemarías
y la oración correspondiente

Oración

¡Oh Señora Nuestra, Madre del Perpetuo Socorro! ¡Cuántos tesoros de gracias y bendiciones proporcionáis a los individuos y a las familias que a Vos se consagran! ¡Oh Madre mía! Dignaos recibirnos a todos como a hijos vuestros y derramar sobre todas las familias de los que aquí estamos vuestros insignes favores.

Fuente - Texto tomado del Libro "Acudamos a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro" - Heraldos del Evangelio (Caballeros de la Virgen)