sábado, 13 de abril de 2019

SEMANA SANTA: Una guía para cada día de la última semana de Jesús


Camina junto al Señor
desde el Domingo de Ramos
al Domingo de Pascua

Monseñor Charles Pope | Marzo 30 de 2015

En el corazón de la fe cristiana está el Misterio Pascual: la Pasión, la Muerte, la Resurrección, y la Ascensión de Jesucristo. Toda la historia de la salvación nos conduce y se pone en marcha desde estos eventos salvadores.

El propósito de este artículo es describir la última semana de Jesús. A esta semana la llamamos “Semana Santa” pues el ministerio público de Jesús culmina con su sufrimiento, muerte y resurrección.

A continuación una breve descripción de cada día de la Semana Santa. Espero que puedas imprimirlo y lo leas cada día de esta semana. Camina en oración con Jesús en su semana más difícil y, sin embargo, gloriosa.

Me doy cuenta de que algunos exegetas se burlan de la idea que podamos construir un diario de cada día sobre la última semana de Jesús. Existen lagunas históricas y cosas en las narraciones que no coinciden perfectamente.

Además, San Juan plantea un escenario completamente diferente (quizá como una interpretación teológica) de la Última Cena y cómo se relaciona con la Pascua Judía. La secuencia a continuación sigue principalmente la narración sinóptica (Mateo, Marcos y Lucas), en términos de ritmo.

A pesar de las dudas de algunos exegetas, la narración realmente coincide muy bien si usamos un poco de imaginación y vemos las diferencias no como diferencias en sí, sino sólo en los detalles.

Lee esta cronología como un posible, aunque no seguro, escenario de la última semana de Jesús. Sigue siendo una gran bendición tomar en cuenta la última semana del Señor y caminar con Él.

Planea asistir a algunas o todas las celebraciones litúrgicas del Domingo de Ramos, Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo en tu parroquia. Al celebrarlas en comunidad, las hacemos presentes hoy y volvemos a aprender, de una manera nueva, la realidad de nuestro Salvador Jesucristo, vivo entre nosotros.

Domingo de Ramos: Nuestra celebración de la Semana Santa comienza este domingo, como sabemos, donde hacemos presente la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén que da comienzo a su semana final y al inicio de su Pasión.

Los cuatro evangelios relatan esta entrada triunfal ese domingo por la mañana de hace tanto tiempo, pero que conmemoramos nosotros hoy.

Al recibir las palmas, toma en cuenta que eres parte de esa multitud. ¿Cómo caminarás esta semana con Jesús? Deja que la palma te recuerde de alabarlo con tu devota presencia durante el sagrado Triduo.

De acuerdo a Mc 11,11 Jesús regresó esa tarde a Betania, un suburbio de Jerusalén. Quizá se quedó con sus amigos Marta, María y Lázaro. Ora con Jesús esta tarde de cara a los difíciles días que le esperan.

Lunes Santo: Según Mt 21, Mc 11 y Lc 19, Jesús regresó a Jerusalén este día y, al ver una serie de prácticas vergonzosas alrededor del Templo, lo limpió. El Evangelio de Juan también cuenta que reprendió la incredulidad de la multitud. Mc 11,19 describe que regresó a Betania esta noche. Ora con Jesús pues está deseoso de purificarnos.

Martes Santo: De acuerdo con Mateo, Marcos y Lucas, Jesús nuevamente regresa a Jerusalén donde es confrontado por el líder del Templo por lo que hizo el día anterior. Cuestionan su autoridad. Él también enseña ampliamente con parábolas y otras formas. Está la parábola de la viña (cf Mt 21,33-46), la parábola del banquete de bodas, (cf Mt 22,1). También está la enseñanza del pago de impuestos (cf Mt 22,15) y la reprimenda a los saduceos que negaban la resurrección (cf Mt 22,23). También está la temerosa profecía sobre la destrucción de Jerusalén si los habitantes no se convierten.

Advierte que no quedará piedra sobre piedra (cf Mt24). Sigue rezando con Jesús y escucha detenidamente sus enseñanzas finales justo antes de su Pasión.

Miércoles Santo: Tradicionalmente, este día era llamado Miércoles del espía pues fue este miércoles antes de la crucifixión que Judas conspiró para entregar a Jesús. Por ello, fue pagado con 30 monedas de plata (cf Mt 26,14). Jesús posiblemente pasó el día en Betania. Por la tarde, María de Betania ungió a Jesús con un costoso perfume. Judas objetó pero Jesús lo reprendió y le dijo que María lo había ungido para su entierro (cf Mt 26,6). Los malvados están acorralando a Jesús y conspirando contra él. ¿Estás orando?

Jueves Santo: Este día marca el comienzo del sagrado Triduo, o “tres días”. Al inicio del día, Jesús dio instrucciones a los discípulos sobre cómo prepararse para la comida más sagrada, que será su última cena. A lo largo del día hicieron los preparativos (cf Mt 26,17).

En la misa de la Cena del Señor llevada a cabo en nuestras parroquias, recordamos y celebramos esa Última Cena que Jesús compartió con sus discípulos. Estamos en el Cenáculo con Jesús y los apóstoles haciendo lo que ellos hicieron.

A través del ritual de lavar los pies (Jn 13,1) de los 12 parroquianos, nos unimos en servicio unos a otros. A través de nuestra celebración de esta primera misa y santa eucaristía (Mt 26,26), nos unimos a Jesús y recibimos su Cuerpo y su Sangre como si fuera la primera vez.

En esta eucaristía, agradecemos especialmente a Dios por el don del sacerdocio ministerial. Tras la Última Cena (Primera Misa) los apóstoles y Jesús hicieron un corto viaje a lo largo del Valle de Cedrón al jardín donde les pidió orar y experimenta su agonía (cf Mt 26,30).

Nosotros también realizamos una procesión en la iglesia con Jesús Sacramentado a un jardín (el altar de reposo) que ha sido preparado. La liturgia termina en silencio.

Es una costumbre antigua pasar esta noche una hora frente al reposado Santísimo Sacramento. Estamos con Jesús en el jardín y oramos mientras atraviesa su agonía.

Muchas de nuestras parroquias permanecen abiertas hasta la medianoche. Fue cerca de la medianoche cuando Jesús fue traicionado por Judas, arrestado y llevado a la casa del Sumo Sacerdote (cf Mt 26,47).

Viernes Santo: Jesús pasó toda la noche en el calabozo de la casa del Sumo Sacerdote. En la mañana temprano fue llevado frente a Pilato quien lo mandó con Herodes. Herodes lo mandó de regreso a Pilato quien, en algún momento de la mañana, se sometió ante la presión del líder del Templo y la multitud, y condenó a Jesús a la horrible muerte en la cruz.

Al final de la mañana, Jesús fue llevado por los soldados a través de la ciudad hasta el monte Gólgota. Al mediodía fue clavado en la cruz donde estuvo colgado en agonía durante tres horas. Murió alrededor de las tres de la tarde. Es bajado de la cruz y colocado en la tumba rápidamente antes del atardecer.

Hoy es un día para la oración, el ayuno y la abstinencia. Cuando es posible, los cristianos son instados a quedar libres de trabajar, de los compromisos sociales, de la diversión y dedicarse a una oración y adoración comunitaria.

Al mediodía muchas parroquias se reúnen para las estaciones de la cruz y para rememorar las últimas siete palabras de Jesús. Muchas parroquias también ofrecen las estaciones de la cruz a las tres de la tarde, la hora de la muerte de Jesús.

En la tarde, nos reunimos en silencio en nuestras parroquias para entrar en el tiempo de oración mientras reflexionamos sobre la muerte de Jesús en la cruz.

También rezamos por las necesidades del mundo. Reconocemos el poder de la cruz en nuestras vidas hoy, uno por uno nos acercamos a venerar la cruz con un beso. Nuestra hambre por este día de ayuno es satisfecho con la Sagrada Comunión distribuida al final de la liturgia.

Contempla también cómo los apóstoles se reunieron esa noche con miedo y en oración reflexionando sobre todo lo que había ocurrido.

Sábado Santo: El cuerpo de Jesús está en la tumba pero su alma está entre los muertos para anunciar el reino. “En verdad, en verdad os digo: llega la hora (ya estamos en ella), en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán” (Jn 5,25). Ten en cuenta lo que debió ser para los muertos en el Sheol despertar con la voz de Jesús.

Mientras tanto, los discípulos, con el corazón roto por la muerte de Jesús, observaron el Sabatt judío con tristeza. Se habían olvidado de la promesa de Jesús que resucitaría. Nosotros no podemos olvidar su promesa. No podemos olvidar.

Esta noche en nuestras parroquias después del atardecer nos reunimos para la Vigilia Pascual donde viviremos la resurrección de Jesús de entre los muertos.

Nos reunimos en la oscuridad. Él es la luz del mundo. Entramos a la iglesia y atentamente escuchamos las historias bíblicas que describen la salvación de Dios en el pasado. Repentinamente, las luces de la iglesia se encienden y se canta el Gloria mientras celebramos el momento de la resurrección de Cristo. ¡Vive!

En la alegría de la resurrección celebramos el sacramento del Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía para nuestros catecúmenos y los candidatos que se han preparado durante muchas semanas para esta noche.

Como iglesia cantamos el Aleluya por primera vez en cuarenta días. Haz lo que puedas por estar presente en esta noche e invita a tus amigos y familia a unirse también.

¡Nuestra vigilia que marca el inicio de una Pascua gozosa que no termina nunca!

Mons. Charles Pope es sacerdote de Holy Comforter-St Cyprian en Washington, DC. Asistió al Seminario Mount Saint Mary y tiene una maestría en Teología y Teología Moral. Fue ordenado sacerdote en 1989 y nombrado monseñor en 2005. Ha dirigido un estudio bíblico semanal en el Congreso y la Casa Blanca, durante dos y cuatro años, respectivamente.
Fuente - Texto tomado de ES.ALETEIA.ORG:

Semana Santa y Pascua de Resurrección (Abril 14 al 21 de 2019)



Domingo de Ramos
(Abril 14)

Conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén


En este día la Iglesia recuerda la entrada de Cristo, el Señor, en Jerusalén para consumar su misterio pascual. Por esa razón, en todas las misas se hace memoria de esta entrada del Señor: por la procesión o entrada solemne antes de la Misa principal, o por la entrada simple antes de las restantes misas.

El Domingo de Ramos

La liturgia de este día expresa por medio de dos ceremonias, una de alegría y otra de tristeza, los dos aspectos del misterio de la Cruz.

Se trata primero de la bendición y procesión de las Palmas en que todo respira un santo júbilo, el cual nos permite, aún después de veinte siglos, revivir la escena grandiosa de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

Luego viene la Misa, cuyos cantos y lecturas se relacionan exclusivamente con el doloroso recuerdo de la Pasión del Salvador.

Bendición de los Ramos y Procesión

En Jerusalén, y en el siglo IV, se leía en este domingo, y en el lugar mismo en que se realizó, el relato evangélico que nos pinta a Cristo aclamado por las turbas como rey de Israel, y tomando posesión de la capital de su reino. Y, en efecto, Jerusalén era imagen del reino de la Jerusalén celestial.

Luego, el obispo cabalgando sobre un jumento, iba desde la cima del Monte de los Olivos hasta la Iglesia de la Resurrección, rodeado de la muchedumbre que llevaba en la mano ramos y cantaba himnos y antífonas.

Semejante ceremonia iba precedida de la lectura del paso del Éxodo, relativo a la salida de Egipto. El pueblo de Dios, acampado a la sombra de las palmeras, junto a las doce fuentes en que Moisés les prometió el maná, era figura del pueblo cristiano que corta ramas de palmeras y manifiesta que su Rey, Jesús, viene a liberar las almas del pecado y a conducirlas a las fuentes bautismales para alimentarlas después con el Maná eucarístico.

La iglesia romana, al adoptar uso tan bello hacia el siglo IX, añadió los ritos de la bendición de los Ramos. En esa bendición, la Iglesia implora sobre «los que moran en las habitaciones en que se guardan, la salud del alma y cuerpo».

Este cortejo de cristianos que, con palmas en la mano y entonando triunfantes hosannas, aclama todos los años en el mundo entero y a través de todas las generaciones la realeza de Cristo.

"Viendo por la fe ese hecho y su significación roguemos al Señor que, lo que aquél pueblo hizo exteriormente, nosotros lo cumplamos también espiritualmente, ganando la victoria sobre el demonio".

Conservemos religiosamente en nuestras casas uno de los ramos bendecidos. Este sacramental nos alcanzará gracias, por virtud de la oración de la Iglesia, y afianzará nuestra fe en Jesús vencedor del pecado y de la muerte.

ABRIL 15 - ABRIL 20


Lunes Santo (Abril 15)

"Yahveh es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer? Yahveh, el refugio de mi vida, ¿por quién he de temblar?"
 (Antífona de Entrada, Sal 27, 1-3, 13-14).

Oración

Dios todopoderoso, mira la fragilidad de nuestra naturaleza, y, con la fuerza de la pasión de tu Hijo, levanta nuestra débil esperanza. Por Nuestro Señor Jesucristo.

Martes Santo (Abril 16)

"A ti, Yahveh, me acojo, ¡no sea confundido jamás! - ¡Por tu justicia sálvame, libérame! tiende hacia mí tu oído y sálvame! (Antífona de Entrada, Sal 71, 1-6, 15, 17).

Oración

Dios todopoderoso y eterno, concédenos participar tan vivamente en las celebraciones de la pasión del Señor, que alcancemos tu perdón. Por Nuestro Señor Jesucristo.

Miércoles Santo (Abril 17)

"Pues por ti sufro el insulto, y la vergüenza cubre mi semblante; para mis hermanos soy un extranjero, un desconocido para los hijos de mi madre; pues me devora el celo de tu casa, y caen sobre mí los insultos de los que te insultan" 
(Antífona de Entrada, Sal 69, 8-10, 21-22, 31, 33-34).

Oración

Oh Dios, que, para librarnos del poder del enemigo; quisiste que tu Hijo muriera en la cruz; concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo.

Jueves Santo (Abril 18)


La liturgia del Jueves Santo está toda embebida en el recuerdo de la Redención. La función antiguamente de tres misas: La primera, en que se reconciliaban a los públicos penitentes, la segunda, en la cual se consagraban los Santos Óleos, y la tercera, para conmemorar muy especialmente la institución de la Sagrada Eucaristía en la Última Cena.

La Iglesia, celebra en la Eucaristía durante el curso del año todos los misterios de la vida de Jesús, se apega hoy al recuerdo de la institución misma de este Sacramento inefable y del Sacerdocio Católico.

Esta misa realiza de un modo muy especial la orden dada por Jesús a sus sacerdotes de renovar la Última Cena en que Jesús, en los momentos mismos en que tramaban su muerte, instituyó el misterio de perpetuar entre nosotros su presencia. Por eso la Iglesia, suspendiendo un instante su duelo, celebra el Santo Sacrificio en este día con santo júbilo, reviste a sus ministros con ornamentos blancos y festivos, y canta el Gloria como a vuelo de campanas, las cuales enmudecerán hasta la Vigilia Pascual.

En la Epístola nos dice el Apóstol que la Misa es el "Memorial de la muerte de Jesús". Era necesario el sacrificio del altar para que pudiésemos comulgar la Víctima del Calvario y aplicarnos sus méritos. Y así la Eucaristía, que toma todo su valor del sacrificio de la cruz, comunica a su vez una universalidad de tiempo y de lugares. El mismo Salvador se encarga de hacer las abluciones prescritas por los judíos en el curso del festín (Ev), mostrándose con ello cuál es la pureza y la caridad que Dios exige a los que quieren comulgar, para no exponerse como Judas a ser reos del Cuerpo y Sangre del Señor (Ep).

Participemos todos hoy de este Ágape, de este festín de la Caridad. Ésa es la intención de nuestra Santa Madre Iglesia. No dejemos de ir a recibir en este Jueves Santo la Sagrada Víctima que se inmola en el altar, y así cumpliremos santamente con nuestro deber; precisamente en este día se nos recuerdan todos los detalles de la institución del Sacerdocio y del Sacrificio Eucarístico.

Viernes Santo (Abril 19)


El Viernes Santo es un día de duelo, el mayor de todos. Cristo muere. El dominio de la muerte, consecuencia del pecado, sobre todas nuestras vidas humanas alcanza incluso al jefe de la humanidad, el Hijo de Dios hecho hombre.

Pero, como todos los cristianos saben, esta muerte que Jesús ha compartido con nosotros y que fue tan atroz para él, respondía a los designios de Dios sobre la salvación del mundo y aceptada por el Hijo para nuestra redención. Desde entonces la cruz de Cristo es la gloria de los cristianos. "Para nosotros toda nuestra gloria está en la cruz de nuestro Señor Jesucristo" y, hoy, lo repite la Iglesia y presenta la misma cruz para nuestra adoración: "He aquí el madero de la cruz, del cual pendió la salvación del mundo". Por ello, el Viernes Santo es al mismo tiempo que un día de luto, el día que ha devuelto la esperanza a los hombres; él nos lleva a la alegría de la resurrección.

La acción litúrgica con que la Iglesia celebra, por la tarde, la redención del mundo, debería ser amada de todos los cristianos. En este día, el recuerdo solemne de la Pasión, las grandes oraciones en que la Iglesia ora confiada por la salvación de todos los hombres, la adoración de la cruz y el canto de los improperios son algo más que ritos emocionantes; es la oración y el hacinamiento de gracias de los rescatados que, en comunidad, adquieren conciencia ante Dios de todo lo que el misterio de la cruz representa para ellos.

Sábado de Gloria (Abril 20)


Durante el día sábado, como una viuda, la Iglesia llora la muerte de su Esposo.

La Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y muerte y aquél "descenso a los infiernos" –al lugar de los muertos– que confesamos en el Credo y que prolonga la humillación de la cruz, manifestando el realismo de la muerte de Jesús, cuya alma conoció en verdad la separación del cuerpo y se unió a las restantes almas de los justos. Pero el descenso al reino de muerte es también el primer movimiento de la victoria de Cristo sobre la misma.

Hoy no se celebra sacrificio de la Misa ni se recibe comunión –a no ser el caso de viático-, aunque se reza la liturgia de las Horas. El altar permanece por todo ello desnudo hasta que, después de la solemne Vigilia o expectación nocturna de la Resurrección, se inauguren los gozos de la Pascua, cuya exuberancia inundará los cincuenta días pasados.

Domingo de Resurrección (Abril 21)


Cristo verdaderamente resucitó de la muerte, ganando para nosotros nueva vida. (Secuencia del Domingo de Resurrección).

Reflexión

En el Domingo de Resurrección, la Iglesia contempla a Cristo resucitado. Así revive la experiencia primordial en que descansa la base de su existencia. Ella experimenta la misma maravilla que María Magdalena y las otras mujeres que fueron a la tumba de Cristo en la mañana de Pascua y la encontraron vacía. Esa tumba llegó a ser la matriz de la vida. Quienquiera que había condenado a Jesús, creyó que Él había enterrado su causa bajo una lápida helada. Los mismos discípulos experimentaron el sentimiento del fracaso irreparable. Entendemos su sorpresa, entonces, e incluso su desconfianza ante las noticias de la tumba vacía. Pero el Resucitado no demoró en dejarse ver Él mismo y ellos se rindieron a la realidad. ¡Ellos vieron y creyeron! Dos mil años más tarde, nosotros sentimos todavía la emoción indecible que los venció cuando ellos oyeron el saludo del Maestro: "la Paz esté con ustedes..." La Resurrección de Cristo es la fuerza, el secreto de la Cristiandad. No es una pregunta de la mitología ni de mero simbolismo, sino un acontecimiento concreto. Es confirmado por pruebas seguras y convincentes. La aceptación de esta verdad, aunque es fruto de la gracia de Espíritu Santo, descansa al mismo tiempo en una base histórica sólida. En el umbral del tercer milenio, el nuevo esfuerzo por la evangelización puede empezar sólo de una experiencia renovada de este Misterio, aceptado en la fe y presenciado en la vida. ... Papa Juan Pablo II.

Actos

La Misa deberá ser celebrada en el Día de Pascua con gran solemnidad. Es apropiado que el rito penitencial en este día se acompañe con rocío de agua bendita en la Vigilia, durante la cual se debe cantar la antífona del Vidi Aquam, o alguna otra canción de carácter bautismal. Las fuentes en la entrada de la iglesia deben llenarse también con la misma agua. La tradición de celebrar Vísperas bautismales en el Día de Pascua cantando salmos durante la procesión a la fuente se debe mantener donde está todavía vigente, o ser reestablecida debidamente. El Cirio Pascual tiene su lugar apropiado cerca del púlpito o en el altar y debe ser encendida por lo menos en todas las celebraciones litúrgicas más solemnes de la temporada hasta el domingo de Pentecostés, lo mismo en Misa que en la oración Matutina y Nocturna. Después del tiempo de Pascua el Cirio se debe guardar con respeto en el baptisterio, así que en la celebración del Bautismo la vela del bautizado pueda ser encendida de él. En la celebración de funerales, el Cirio Pascual debe estar cerca del ataúd para indicar que la muerte de un cristiano es su propia Pascua. El Cirio Pascual no debe encenderse ni colocarse en el santuario fuera de la temporada de Pascua.

Oración

Dios nuestro Padre, creador de todo, hoy es el día de la alegría de Pascua. Esta es la mañana en que el Señor apareció a los hombres que habían comenzado a perder su esperanza y abrieron sus ojos a lo que las escrituras predijeron: que primero Él debió morir, y entonces Él resucitaría y subiría en la presencia gloriosa del Padre. Que el Señor resucitado inspire a nuestras mentes y abra nuestros ojos para que lo podamos reconocer en la fracción del pan, y seguirlo en su Resurrección. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.

Fuente - Texto tomado de EWTN.COM:

6 Preguntas clave para entender la Semana Santa


La Semana Santa es uno de los momentos más importantes para los católicos. Sin embargo, no todos conocen cada detalle sobre este tiempo, como por qué se celebra o de qué se compone exactamente. Recogemos las 6 preguntas básicas para entender la Semana Santa.

1. ¿Qué es la Semana Santa?

La Semana Santa es el período en el que se prepara y conmemora la Pasión y Muerte de Jesucristo.

Comienza con su entrada en Jerusalén y termina con su crucifixión.

2. ¿Cómo celebran los católicos la Semana Santa?

Hay cuatro ceremonias importantes durante la Semana Santa.

El Domingo de Ramos recuerda la llegada de Jesús a Jerusalén. Los católicos ese día organizan procesiones con ramas de olivo y palmas bendecidas.

El Jueves Santo se conmemora la traición de Judas y la Última Cena, donde Jesús instituyó la Eucaristía. Por la mañana, los obispos se reúnen con los sacerdotes de sus diócesis y bendicen los santos óleos. El lavatorio de los pies tiene lugar más tarde ese día durante la Misa de la Última Cena.

El Viernes Santo es el día más triste del año para los católicos. Rememora la agonía y el sufrimiento del prendimiento, el juicio y la muerte de Jesús. Ese día no hay Misa. Jesús ha muerto.

Al anochecer del Sábado Santo tiene lugar la principal celebración cristiana del año: la Vigilia Pascual. Se conmemora la Resurrección de Jesús.

3. ¿Por qué adornan las iglesias de esa manera?

Durante el Viernes y el Sábado Santo, las iglesias están adornadas de manera distinta que el resto del año. Muchas de ellas, utilizan el negro o el morado para la decoración. En Italia, cubren los crucifijos una semana antes de que comience la Semana Santa y durante el Viernes y el Sábado Santo, no hay Eucaristía ni Agua Bendita.

4. ¿Desde cuándo celebran los católicos la Semana Santa?

La Semana Santa se celebra desde los comienzos de la Iglesia. Hay documentos que datan que ya en el siglo IV, cristianos en Egipto, Palestina, y la actual Turquía y Armenia, conmemoraban la Pasión de Cristo. Es probable que estas celebraciones se llevaran a cabo durante algunos años antes. A Europa esta costumbre llegó en el siglo V.

5. ¿Cuándo se celebra la Semana Santa?

La Semana Santa es la última semana de Cuaresma. Comienza con el Domingo de Ramos y termina el Sábado Santo. Este año 2019, la Semana Santa dura desde el 14 de abril hasta el 20 de abril. Cada año se celebra en una fecha distinta, se fija el domingo siguiente de la primera luna llena de la primavera.

6. ¿Cuándo ocurrió verdaderamente la Semana Santa?

Se calcula que la Resurrección de Jesús se produjo el Domingo 9 de abril. De manera que el Jueves Santo tuvo lugar el 6 de abril.

Fuente - Texto tomado de ROMEREPORTS.COM: