jueves, 11 de abril de 2019

Viernes de Dolores o Viernes de Pasión - Abril 12 de 2019


El Viernes de Dolores o Viernes de Pasión, es el viernes anterior al Domingo de Ramos, comprendido dentro de la última semana de la Cuaresma, conocida por la Iglesia como Semana de Pasión. En algunas regiones es considerado como el inicio de la Semana Santa o Semana Mayor, al iniciarse en éste las procesiones.

Los católicos manifiestan su fervor religioso en la celebración de los Dolores de Nuestra Señora, incluyendo por ejemplo en la liturgia de la Misa la secuencia del Stabat Mater.

En algunos lugares se le denomina Viernes de Concilio, el cual es tomado como día de ayuno y abstinencia, quedando proscrito el consumo de carnes.

Historia de una festividad



Esta antigua celebración mariana tuvo mucho arraigo en toda Europa y América, y aún hoy muchas de las devociones de la Santísima Virgen del tiempo de Semana Santa, tienen su día festivo o principal durante el Viernes de Dolores, que conmemora los sufrimientos de la Madre de Cristo durante la Semana Santa.

El Concilio Vaticano II consideró, dentro de las diversas modificaciones al calendario litúrgico, suprimir las fiestas consideradas "duplicadas", esto es, que se celebren dos veces en un mismo año; por ello la fiesta primigenia de los Dolores de Nuestra Señora el viernes antes del Domingo de Ramos fue suprimida, siendo reemplazada por la moderna fiesta de Nuestra Señora de los Dolores el 15 de septiembre. Aún así, en la tercera edición del Misal Romano (2000), hay un recuerdo especial a los Dolores de la Santísima Virgen en la celebración ferial de ese día, introducida por San Juan Pablo II.

La Santa Sede y las normas del Calendario Litúrgico contemplan que, en los lugares donde se halle fervorosamente fecunda la devoción a los Dolores de María y en sus calendarios propios sea tenida como fiesta o solemnidad, este día puede celebrarse sin ningún inconveniente con todas las prerrogativas que le son propias. (Cf. Tabla de los días Litúrgicos, Misal Romano).

Celebración del Viernes de Dolores

Algunas de las manifestaciones de estos días son misas, peregrinaciones y procesiones de la Virgen Dolorosa.



Países donde se conmemora esta devoción

- Panamá
- Colombia
- España (Andalucía - Asturias - Cataluña - Castilla-La Mancha - Castilla y León - Extremadura - Región de Murcia).
México
Perú
- Venezuela (El Viernes de Concilio)
- Guatemala


Stabat Mater ("Estaba la Madre", en latín) es una secuencia (himno o tropo del Aleluya gregoriano) atribuida al papa Inocencio III y al franciscano Jacopone da Todi. Se la data en el siglo XIII. Comienza con las palabras Stabat Mater dolorosa ("estaba la Madre sufriendo"). Como plegaria medita sobre el sufrimiento de María, la madre de Jesús, durante la crucifixión de su hijo.


No se debe confundir con el himno Stabat Mater Speciosa, atribuido al mismo autor, que narra el gozo de María por el nacimiento de su hijo.



Fuente - Textos tomados de ES.WIKIPEDIA.ORG:
https://es.wikipedia.org/wiki/Stabat_Mater
https://es.wikipedia.org/wiki/Viernes_de_Dolores

Video tomado de YOUTUBE:
https://www.youtube.com/watch?v=9Tw4XFCELrQ

Recordemos: el cardenal Burke habla de la hipótesis del papa hereje


07/04/18 - 11:03 pm - Por Corrispondenza Romana

La ponencia de su eminencia el cardenal Leo Burke en el encuentro ¿Dónde va la Iglesia?, celebrado este 7 de abril en Roma, constituye una importante contribución al debate sobre el pontificado actual. El cardenal estadounidense trató de la plenitudo potestatis, esto es la fórmula tradicional con que los canonistas explican la plenitud de poderes del Romano Pontífice. ¿Cuál es la naturaleza de dicho primado? ¿Y cómo se armoniza la doctrina según la cual el Papa ejerce una autoridad suprema, plena, inmediata y universal sobre toda la Iglesia, con la posibilidad –admitida por la sana doctrina– de que pueda incurrir en error, e incluso en herejía? La respuesta del purpurado, amplia y documentada, se basa además de en el Evangelio en las enseñanzas de los teólogos y, sobre todo, de los canonistas.

La plenitud de poderes –explicó el purpurado en su intervención– no se ha entendido jamás como la posibilidad de modificar la constitución o el Magisterio de la Iglesia, sino como un poder discrecional de gobierno, necesario para mantener la plena fidelidad de la Iglesia a la misión que le encomendó Jesucristo. Citando un estudio del profesor John A. Watt, de la Universidad de Hull, el cardenal recordó que para los grandes canonistas medievales era axiomático que todo poder otorgado por Cristo a su Iglesia tenía por objeto cumplir el fin de la sociedad que Él había fundado, no contradecirlo. Por eso, si era cierto que la voluntad del príncipe tenía valor de ley, en el sentido de que no había otra autoridad que pudiera proclamarla, era también cierto en consecuencia que cuando esa voluntad socavaba los cimientos de la sociedad para cuyo bien existía esa voluntad, no tenía valor legal. La Iglesia es una sociedad que tiene por objeto la salvación de las almas, y el pecado y la herejía impiden la salvación. En el Medioevo, todo acto del Papa in quantum homo que fuera de por sí herético o pecaminoso, o que pudiera contribuir a la herejía o el pecado, socavaba los cimientos de la sociedad y era por tanto nulo.

Por lo que se refiere a corregir a un pontífice que abusara de su plenitud de poderes, el cardenal Burke invocó la abundancia de textos teológicos que tratan del tema, y en particular el tratado De Romano Pontífice, de San Roberto Belarmino. «Por el momento –decía–, podemos afirmar que, como demuestra la historia, es posible que el Romano Pontífice, en el ejercicio de la plenitud de poderes, incurra en herejía o en incumplimiento de su principal obligación de salvaguardar y promover la unidad de la fe, del culto y de la disciplina». Ahora bien, dado que el Papa no puede someterse a un proceso judicial, según el principio de Prima Sedis a nemine judicatur (nadie puede juzgar a la primera Sede), ¿cómo debemos encarar la cuestión? A esto el cardenal responde: «Una respuesta breve y preliminar, basada en el derecho natural, los Evangelios y la tradición canónica, aconsejaría proceder en dos etapas: primero, la corrección del presunto error o dejación de funciones iría dirigida al Sumo Pontífice. Luego, si persistiese en el error o no respondiese, se procedería a hacer una declaración pública».

Cristo mismo nos ha enseñado el método de la corrección fraterna, que se aplica a todos los miembros de su Cuerpo Místico (Mt. 18, 15-17). Vemos un ejemplo de ello encarnado en la corrección fraterna de San Pablo a San Pedro cuando este último no quiso reconocer la libertad de los cristianos ante ciertas normas rituales de la fe judaica (Gál. 2, 11,12). La tradición canónica –prosigue el purpurado– se plantea nuevamente en el canon 212 del Código de Derecho Canónico de 1983. Mientras la primera parte del canon mencionado señala la obligación de seguir «por obediencia cristiana, todo aquello que los pastores sagrados, en cuanto representantes de Cristo, declaran como maestros de la fe o establecen como rectores de la Iglesia», el tercer párrafo declara el derecho y deber de los fieles «de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores, y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas».

Tras haber examinado las decisiones del Concilio Vaticano I, de la constitución Lumen Gentium del Concilio Vaticano II y de un documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre el Primado de San Pedro, el cardenal declaró que «la plenitud de poderes del Romano Pontífice no puede entenderse y ejercerse bien sino como obediencia a la gracia de Cristo Cabeza y Pastor de la grey en todo tiempo y lugar». Tanto el Código de Derecho Canónico de 1917 como el de 1983 presentan la plenitud de poderes del Sumo Pontífice como un requisito esencial para el desempeño de su obligación suprema, ordinaria, plena y universal de salvaguardar la regla de la fe (regula fides) y la de la ley (regula iuris).

El purpurado recalcó que por encima del Pontífice no hay una autoridad humana más alta, ni siquiera la de un concilio, y que esa autoridad tiene unos límites precisos. «Al Papa le corresponden el poder y la autoridad de definir doctrinas y condenar errores, promulgar y abrogar leyes, ejercer como juez en toda cuestión de fe y de moral, decretar y aplicar sanciones punitivas y nombrar y destituir pastores en caso necesario. Como ese poder se lo ha conferido el propio Dios, está limitado por el derecho natural y el derecho divino, que son expresiones de la verdad y la bondad eterna e inmutable que proceden de Dios, y han sido plenamente reveladas en Cristo y transmitidas de modo ininterrumpido por la Iglesia. Por tanto, toda expresión de la doctrina o de la praxis que no se ajuste a la divina Revelación, contenida en las Sagradas Escrituras y la Tradición de la Iglesia, no puede ajustarse a un ejercicio auténtico del ministerio apostólico o petrino, y debe ser rechazada por los fieles».

Tras evocar las palabras de San Pablo, «aunque nosotros, o un ángel del Cielo, os anunciase otro evangelio distinto del que os hemos anunciado, sea anatema» (Gál. 1, 6-8), el cardenal declaró: «Como católicos devotos, debemos enseñar y defender siempre la plenitud de poderes que Cristo quiso conferir a su Vicario en la Tierra. Pero al mismo tiempo debemos enseñar y defender ese poder dentro de las enseñanzas de la Iglesia y la defensa de la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo, que es un cuerpo orgánico de origen divino y vida divina». Y para evitar toda sombra de duda en cuanto a su pensamiento, el cardenal Burke ha querido concluir su ponencia con estas palabras del Decreto de Graciano: «Ningún mortal debe tener la audacia de reprender a un papa con motivo de sus defectos, porque quien tiene el deber de juzgar a todos los hombres no puede ser juzgado por nadie, a menos que tenga que ser llamado al orden por haberse desviado de la fe; por cuyo perpetuo bien todos los fieles ruegan con insistencia al tiempo que le advierten que su salvación depende en tanta mayor medida de su integridad» (Decretum, 1a, dist. 40, c. 6, Si papa).

Emmanuele Barbieri

(Traducido por Bruno de la Inmaculada/Adelante la Fe)

Fuente - Texto tomado de ADELANTELAFE.COM:
https://adelantelafe.com/el-cardenal-burke-habla-de-la-hipotesis-del-papa-hereje/

Santa Gemma Galgani - (Año 1878) - Fiesta Abril 11


Sufrió la Pasión por amor a Jesús y a los pecadores. Nació en 1878. Sufrió grandemente por su precaria salud y el desprecio de quienes rechazaban sus prácticas de devoción, éxtasis y otros fenómenos. Vivió para Jesús, Su Santísima Madre y para rescatar a los pecadores. Tuvo periódicamente los estigmas de la Pasión y las llagas de la flagelación en todo su cuerpo.

Padeció ataques físicos del demonio y tuberculosis en la espina dorsal. Las pruebas no pudieron separarla de su comunión con Nuestro Señor, sino que más bien la fortalecieron. Queriendo ser pasionista, no se le permitió por su delicada salud. Murió en Lucca, ciudad donde vivió casi toda su vida. Era un Sábado Santo del año 1903. Tenía sólo 25 años. Fue beatificada en el año 1933 y canonizada en 1940 como santa pasionista.

Furiosa guerra infernal

Jesús dijo cierto día a Gemma:
"Prepárate, pues el demonio será quien dé la última mano a la obra que en ti deseo ejecutar"
Y estas palabras del Señor se cumplieron al pie de la letra. El demonio detestaba a Gemma; le daba golpes, la tentaba contra la pureza con pensamientos e imágenes sugestivas y grotescas; trataba de impedir que comulgase e incluso llegó a aparecérsele bajo la apariencia del mismo Jesús. Por todos los medios trataba de privarla de dirección espiritual, insinuándole cosas malas acerca de sus confesores, o haciéndose pasar por ellos. Era una guerra constante y continua que duró hasta su misma muerte. Era de esperar esta guerra de parte del demonio, ya que serían muchas las almas que se beneficiarían de los sufrimientos y oraciones de Santa Gemma, y más aún, ella sólo quería conformarse con la voluntad de Dios para su vida. Ésto hacía que el demonio se revolcara de rabia, porque no podía vencerla.

Tanta era la rabia que sentía hacia la pureza de Santa Gemma que un día la tentó visiblemente, de tal modo que, no pudiendo huir de él, hizo la señal de la Cruz y se arrojó en un pozo de agua helada en el jardín. Su ángel la sacó y la felicitó por su gran amor a la pureza, por su valentía y por su triunfo.

En otra ocasión, cuando la santa, por orden del P. Germán, escribía su vida: 'dándose cuenta el demonio del fruto que podía hacer (el libro de su vida), se lo robó gritando:
"¡Guerra, guerra a tu Padre!, tu escrito está en mis manos"
Y se relamía y se revolcaba en el suelo de la satisfacción'.

El P. Germán, enterado por una carta de Gemma, se fue al sepulcro de San Gabriel de la Dolorosa y allí, leyó los exorcismos, ordenando al demonio que volviese el manuscrito a su lugar. El demonio lo devolvió todo chamuscado, aunque perfectamente legible, como se conserva todavía hoy en el Convento de los Pasionistas de Roma, produciendo honda impresión en cuantos lo ven.


Escribe la santa:
"El demonio me hace sufrir mucho, pero siempre terminan por vencerle Jesús y María, o bien el ángel o San Pablo de la Cruz o el hermano Gabriel; siempre son estos tres. ¡Si viera cómo escapa tan luego como se presenta alguno de ellos!..."

Oración compuesta
por Santa Gemma




Aquí me tenéis postrada
a vuestros Pies Santísimos,
mi querido Jesús,
para manifestaros
en cada instante
mi reconocimiento y gratitud
por tantos y tan continuos favores
como me habéis otorgado
y que todavía queréis concederme.

Cuántas veces os he invocado, ¡oh Jesús!,
me habéis dejado siempre satisfecha;
he recurrido a menudo a Vos,
y siempre me habéis consolado.

¿Cómo podré expresaros
mis sentimientos amado Jesús?
Os doy gracias... pero otra gracia quiero de Vos.
¡Oh Dios mio!, si es de vuestro agrado...
(Aquí se manifiesta la gracia
que se desea conseguir).

Si no fuérais Todopoderoso
no os haría esta súplica.
¡Oh Jesús!, tened piedad de mí.
Hágase en todo vuestra santísima Voluntad.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
(Con licencia eclesiástica)

Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:

San Estanislao - Obispo y Mártir (Año 1079) - Fiesta Abril 11



Es un santo muy estimado y honrado en Polonia, su patria. Nació cerca de Cracovia, en el año 1030. Sus padres llevaban 30 años de casados sin lograr tener hijos y consideraron el nacimiento de Estanislao como un verdadero regalo de Dios. Lo educaron lo más piadosamente que pudieron.

Estudió en Polonia y en París y ordenado sacerdote por el obispo de Cracovia (que es la segunda ciudad de Polonia), fue nombrado Párroco de la catedral. Se distinguió por su gran elocuencia, por los impresionantes ejemplos de vida santa que brindaba a todos con su buen comportamiento y por la reforma de costumbres, que lograba conseguir con sus predicaciones y con su dirección espiritual. El señor obispo deseaba que Estanislao fuera su sucesor, pero él no aceptaba ser obispo porque se creía indigno de tan alta dignidad. Sin embargo, al morir el prelado, el pueblo lo aclamó como el más digno para ejercer el obispado, el cual ejerció por siete años, desde el año 1072 hasta su muerte en 1079.

Era muy estricto en exigir a cada sacerdote el cumplimiento exacto de sus deberes sacerdotales. Visitaba cada año a todas las parroquias y dedicaba mucho tiempo a la predicación y a la instrucción del pueblo. Su palacio episcopal vivía lleno de pobres, porque jamás negaba ayudas a los necesitados. Tenía la lista de las familias que estaban pasando por situaciones económicas más penosas, para enviarles sus generosas ayudas.

El rey de Polonia Boleslao, era un valiente guerrero pero se dejaba dominar demasiado por sus pasiones. Al principio se entendía muy bien con el obispo Estanislao, pero luego empezó a cometer faltas muy graves que escandalizaban y daban muy mal ejemplo al pueblo y entonces el obispo tuvo que intervenir fuertemente. San Estanislao recordaba muy bien aquel mandato de San Pablo:
"Es necesario reprender, aconsejar y hasta amenazar, con toda paciencia y doctrina, porque llega el tiempo en que los hombres arrastrados por sus propias pasiones ya no quieren oír las doctrinas verdaderas, sino las falsedades" (2 Tim. 4,2).

Este santo obispo era de carácter amable y humilde, pacífico y amigo de arreglar todos los asuntos por las buenas. Trataba de ser severo consigo mismo pero totalmente comprensivo con los demás. Era un alma que jamás demostraba orgullo y ponía gran cuidado para no dejarse dominar por la ira. Siempre estaba en disposición para ayudar a los necesitados. Pero conocía muy bien la famosa frase del profeta Isaías:
"Ay de los jefes espirituales que sean como perros mudos que no ladran cuando llegan los ladrones a robar en el campo del Señor"
Y él no quería ser perro mudo que se queda sin dar la voz de alerta ante los enemigos y los peligros. Varias veces había corregido a Boleslao cuando éste cometía crueldades o injusticias y el rey había mostrado cierto arrepentimiento y deseos de corregirse. Pero de pronto la medida de sus maldades rebosó cuando Boleslao se robó una mujer casada para llevársela como concubina a su palacio. Las gentes se escandalizaron. Ninguno de los altos empleados se atrevía a corregir al rey escandaloso. Y pidieron al obispo que se arriesgara a llamarle la atención al terrible monarca.

Estanislao se presentó valerosamente ante el rey, le echó en cara el pecado tan escandaloso que estaba cometiendo, y el pésimo ejemplo que estaba dando a todo ese pueblo tan católico. Boleslao se hizo el sordo y no le quiso hacer caso y entonces el obispo con toda la autoridad de su cargo lo amenazó con terribles castigos, si no se arrepentía de su pecado impuro y no dejaba aquella mala amistad. Boleslao creyó que el obispo no iba a proceder tan fuertemente, y se atrevió a asistir a una misa en la catedral. Pero Estanislao mandó suspender la misa, porque no aceptaba que un pecador tan rebelde y escandaloso estuviera allí dando mal ejemplo a todos. Entonces estalló ferozmente la ira del sanguinario rey.

Boleslao se propuso vengarse y un 11 de abril mientras San Estanislao estaba celebrando la Santa Misa, mandó el furibundo rey a sus soldados a que lo mataran allí mismo en el altar. Los soldados volvieron al atrio diciéndole que no se habían atrevido a tocar a aquel hombre de Dios que aparecía rodeado de resplandores. Entonces el mismo Boleslao subió al altar y, con sus propias manos asesinó al santo obispo el 11 de abril del año 1079. Fue un crimen que nunca pudo olvidar y que lo atormentó día y noche durante todo el resto de su vida.



El rey hizo que el cadáver del santo quedara en el campo sin sepultar, para que lo devoraran los cuervos. Pero entonces aparecieron dos águilas que no dejaron que ningún gallinazo se acercara al cuerpo del difunto. Hasta que llegaron unos devotos fervorosos y le dieron santa sepultura, en la capilla de San Miguel. Desde entonces las cosas comenzaron a suceder cada día más de mal en peor para el rey Boleslao, que tuvo que llorar muy amargamente el crimen tan espantoso que cometió. El pueblo empezó a venerar como a un gran santo a Estanislao, y el Papa Inocencio lo canonizó, o sea lo declaró santo en el año 1253.

San Estanislao, pídele a Dios que haya muchos obispos y sacerdotes que como tú a imitación de San Juan Bautista que se atrevió a enfrentársele al rey Herodes y decirle:



"No te es permitido vivir con una mujer que no es tu esposa"
Y no dejó de decírselo aunque ésto le llevó a ser asesinado por orden de tan malvado rey, que así también en este tiempo siempre haya muchos valerosos sacerdotes y obispos que se atrevan a oponerse a los que dan escándalo y mal ejemplo, aunque ésto los lleve a ser perseguidos y sufrir martirios.

Y a los que se atreven a atacar a los enviados de Dios, que no olviden las palabras del libro Santo:




"No toquéis a mis ungidos. No hagáis daño a los que Yo envío para comunicar mis mensajes (Salmo 105). Porque el que ataca a uno de mis enviados, es como si me hiriera a Mí en la pupila de mis ojos, dice el Señor"
Fuente - Texto tomado de EWTN:
http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Estanislao.htm