sábado, 23 de marzo de 2019

Lectura del Santo Evangelio Según San Lucas 13, 1-9


1. En este mismo tiempo vinieron algunos, y contaron a Jesús lo que había sucedido a unos galileos, cuya sangre mezcló Pilatos con la de los sacrificios que ellos ofrecían.

2. Sobre lo cual les respondió Jesús:

"¿Pensáis que aquellos galileos eran entre todos los demás de Galilea los mayores pecadores, porque fueron castigados de esta suerte?

3. Os aseguro que no; y entended que si vosotros no hiciereis penitencia, todos pereceréis igualmente.


4. Como también aquellos dieciocho hombres, sobre los cuales cayó la torre de Siloé, y los mató, ¿pensáis que fuesen los más culpados de todos los moradores de Jerusalén?

5. Os digo que no; mas si vosotros no hiciereis penitencia, todos pereceréis igualmente".

6. Y añadióles esta parábola:

"Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y vino a ella en busca de fruto, y no lo halló.

7. Por lo que dijo al viñador:

'Ya ves que hace tres años seguidos que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala, pues; ¿para qué ha de ocupar terreno en balde?'


8. Pero él respondió:

Señor, déjala todavía este año, y cavaré alrededor de ella, y le echaré estiércol.

9. A ver si así dará fruto; cuando no, entonces la harás cortar".
Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

Tentaciones - Imitación de Cristo - Beato Tomás de Kempis


Jesucristo:

1. Hijo, nunca estás seguro en esta vida; porque mientras vivieres, tienes necesidad de armas espirituales. Entre enemigos andas; a diestra y a siniestra te combaten. Si pues no te vales del escudo de la paciencia a cada instante, no estarás mucho tiempo sin herida. Demás de esto, si no pones tu corazón fijo en Mí, con pura voluntad de sufrir por Mí todo cuanto viniere, no podrás pasar esta recia batalla, ni alcanzar la palma de los bienaventurados. Conviénete, pues, romper varonilmente con todo, y pelear con mucho esfuerzo contra lo que viniere. Porque al vencedor se da el maná, y al perezoso le aguarda mucha miseria.

2. Si buscas descanso en esta vida, ¿cómo hallarás entonces la eterna bienaventuranza? No procures mucho descanso, sino mucha paciencia. Busca la verdadera paz, no en la tierra, sino en el cielo: no en los hombres ni en las demás criaturas, sino en Dios solo. Por amor de Dios debes padecer de buena gana todas las cosas adversas; como son trabajos, dolores, tentaciones, vejaciones, congojas, necesidades, dolencias, injurias, murmuraciones, reprensiones, humillaciones, confusiones, correcciones y menosprecios. Estas cosas aprovechan para la virtud; estas prueban al nuevo soldado de Cristo; estas fabrican la corona celestial. Yo daré eterno galardón por breve trabajo, y gloria infinita por la confusión pasajera.

3. ¿Piensas tener siempre consolaciones espirituales al sabor de tu paladar? Mis Santos no siempre las tuvieron, sino muchas pesadumbres, diversas tentaciones y grandes desconsolaciones. Pero las sufrieron todas con paciencia y confiaron más en Dios que en sí; porque sabían que no son equivalentes todas las penas de esta vida, para merecer la gloria venidera. ¿Quieres hallar de pronto lo que muchos, después de copiosas lágrimas y trabajos, con dificultad alcanzaron? Espera en el Señor, trabaja y esfuérzate varonilmente; no desconfíes, no huyas; mas ofrece el cuerpo y el alma por la gloria de Dios con gran constancia.

Fuente - Texto tomado de ENCUENTRA.COM: