viernes, 22 de marzo de 2019

Exorcista Amorth: "Cómo prevenir la influencia del demonio"


Padre Gabriele Amorth

El exorcista Amorth habla de las «heridas del alma producidas por no saborear el amor de Dios».

El famoso exorcista Gabriele Amorth ayuda a entender qué es el mal pero también el inmenso amor de Dios por los hombres.


La lucha contra el mal comienza en la familia y la razón por la que muchos jóvenes actualmente se vuelven malos muy a menudo es que “viven sin la conciencia de la sacralidad de ser hijos y, por lo tanto, padres y madres”.

Se parte del ser “una sola carne” y “un solo espíritu” para “luego separarse a causa de atracciones diversas; y posteriormente volver a unirse y separarse de nuevo, en pareja, familias, hogares, países distintos y con hijos distintos".

"Muchos padres e hijos padecen, por lo tanto, soledad, rechazo, celos, traición, abandono, infelicidad, depresión, tristeza”. “De esta catástrofe provienen la delincuencia, la maldad”.

Lo afirma el padre Gabriele Amorth, uno de los exorcistas más reconocidos. Ordenado sacerdote en 1954, en 1986 obtuvo el cargo de exorcista en la diócesis de Roma por el cardenal Ugo Poletti.

Dios es más bello que el diablo


Angelo De Simone, que vive en su misma comunidad religiosa, la Sociedad San Pablo, ha recogido en una larga reflexión-entrevista las ideas del sacerdote exorcista en el libro Dios es más bello que el diablo. Testamento espiritual (Edizioni San Paolo, en italiano), en el que el Padre Amorth habla de la maldad pero más aún del bien.

Para el Padre Amorth, al día de hoy es fundamental redescubrir la relación filial, con el Padre celestial pero también con el terrenal, subrayando que la ausencia y, por lo tanto, el no conocimiento del padre “abren una herida dolorosa en los hijos que los expone a desviaciones, delincuencia, y acciones verdaderamente malas”.

Del mismo modo, debe recuperarse la relación con Dios, al cual (según el Padre Amorth) el fundamentalismo religioso de nuestro tiempo le hace “un pésimo servicio, oscureciendo su benévolo y tolerante rostro materno y paterno”.

Personas heridas
más que endemoniadas

Para el exorcista, muchas personas consideradas “endemoniadas” en realidad son “individuos heridos, con muchas heridas en el alma porque hacen referencia sólo a la ley de Dios, sin siquiera haber saboreado su amor”.

“Movido por la premura y la caridad sacerdotal, Amorth los invita a redescubrir en sí mismos, a pesar de los límites personales, la identidad, la dignidad y la sacralidad de ser hijos de Dios”, subraya De Simone.

“Gracias a esta liberadora identidad de hijo amado por Dios, el Padre Gabriele logra enfrentar al diablo, habiendo recibido la fuerza y la gracia divinas para someterlo con autoridad”.

En las almas infelices, el Padre Amorth “va en búsqueda de esa ‘imagen y semejanza’ divinas que ninguna fuerza demoníaca logra siquiera arañar. Da por sentado que Dios está más presente, es más bueno, más bello y más atractivo que el diablo”.

En sus respuestas a las preguntas de De Simone, el Padre Amorth recuerda que el bien también existe en nuestros días; “no siempre, sin embargo, aparece ni es publicitado. Se difunde más bien lo que hoy algunos llaman la “eufobia”, es decir, el rechazo del bien”.

Fe y oración como antídoto


Las noticias sobre Dios “son buenas noticias y, por lo tanto, son mayormente ignoradas. Las del diablo son malas noticias y obtienen más atención”. El maligno, subraya, “existe pero teme a nuestro Señor”. La verdadera fe y la oración son posiciones formidables para defendernos contra el demonio”.

“Tanto el exorcista como el bautizado están seguros en cuanto tienen mayor conciencia de ser amados por Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, protegidos por la Santa Virgen María, por los ángeles y los santos: finalmente, están de parte del Más Fuerte y el Más Atractivo”.

Cómo prevenir la influencia del demonio

¿Cuáles son las disposiciones interiores para prevenir la influencia del demonio?


El Padre Amorth aconseja principalmente “dejarse ayudar a interiorizar el posible malestar que está en nosotros” y que puede expresarse de muchas maneras –tristeza, rabia, violencia, rebeldía, incluso blasfemia, “abandonar un comportamiento indiferente, apático, desinteresado respecto al bien para vivir con profunda serenidad y buena conciencia”, estar “en comunión con Dios”, abandonando “un posible ateísmo práctico, una vida de pecado, pasando a una vida en Dios”, y también tener humildad, fe, orar, frecuentar los sacramentos, llevar una vida cristiana conforme al Evangelio, hacer obras de caridad, perdonar a los enemigos.


“Si existe una manera para alejar al diablo de nosotros”, observa, “consiste en dejarse atraer por la bondad y la belleza que emanan del bien y de nuestro Dios y Padre”.

El Señor, concluye Amorth, concede a los exorcistas y a los bautizados “toda la gracia para poder enfrentar y superar al diablo.

A sus amenazas
cada uno puede responder:


“Estoy envuelto en el manto de la Virgen, ¿qué puedes hacerme?


Tengo de mi parte al arcángel San Miguel, intenta luchar contra él.


Tengo a mi ángel de la guarda que vigila para que no sea tocado; tú no puedes hacer nada”.



Rezar el Santo Rosario

Oraciones: Contra el maleficio y todo mal - Curación Interior - Liberación - Padre Gabrielle Amorth


Fuente - Texto tomado de RELIGIONENLIBERTAD.COM:

ATENCIÓN - Las drogas son armas de destrucción masiva


El origen del problema no son las drogas, sino por qué las personas se drogan

Por: Javier Ordovàs | Fuente: Catholic.net 

El consumo de drogas causa 500.000 muertos anuales, según la OMS

Se consideran armas de destrucción masiva las nucleares, biológicas y químicas, ¿y por qué no las drogas?

La palabra droga hace referencia a cualquier sustancia química que es capaz de alterar la conciencia, la percepción, estado de ánimo y la conducta. Las condiciones que se han de dar para que una sustancia sea catalogada como droga son las siguientes:

• Cuando estas sustancias se introducen en el organismo modifican una o varias funciones psíquicas (por ejemplo, sensación de euforia).

• Provocan adicción, es decir, que la persona que lo consuma quiera repetir su uso, pues tienen un efecto potente sobre la región cerebral del refuerzo.

• Cuando el individuo deja de tomarlo, puede sentir un gran malestar, o síndrome de abstinencia.

• No tienen aplicación médica, y si la tienen pueden ser utilizadas con fines no terapéuticos.



Los mayores productores de droga del mundo son países latinoamericanos.

Los 22 países que forman parte de la 'lista negra' son: Afganistán, Bahamas, Belice, Bolivia, Birmania, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, India, Jamaica, Laos, México, Nicaragua, Pakistán, Panamá, Perú y Venezuela.

El 5% de la población mundial consumió drogas en 2017

Se calcula que 1 de cada 20 adultos, es decir, alrededor de 250 millones de personas de entre 15 y 64 años, consumieron por lo menos una droga en 2014. Sin embargo, dado que se calcula que más de 29 millones de personas que consumen drogas sufren trastornos relacionados con ellas, y que 12 millones de esas personas son consumidores de drogas por inyección, de los cuales el 14% viven con el VIH, el impacto del consumo de drogas en lo que respecta a sus consecuencias para la salud sigue siendo devastador.

Hay que añadir el enorme número de muertos y el clima de violencia producidos por el enfrentamiento entre distintos grupos para conquistar mercados.

Y no se puede olvidar que ese 5% de la población está destrozando su vida personal, familiar y profesional, creando verdaderas tragedias sociales en su entorno.

El mercado de las distintas drogas genera un gran margen de beneficios en los distintos escalones desde la producción pasando por el transporte y la distribución mayorista y al detalle. Las cantidades destinadas al uso farmacéutico son insignificantes comparadas con el consumo global.

Son negocios que escapan al control legal y fiscal de los mercados nacionales e internacionales. Las cantidades de dinero que mueve este mercado es tan grande que distorsiona el mecanismo controlable del mercado de manera que deteriora el manejo de las magnitudes macroeconómicas, sobre todo en países más pequeños o emergentes.

El blanqueo de todos los beneficios generados añade aún mayor distorsión en el mercado y descontrol económico.

La corrupción que genera para impedir el control del tráfico y sus beneficios afecta a gobiernos, partidos políticos, jueces, policía y entidades financieras.

Los fondos públicos y privados destinados a perseguir el tráfico y curar a los enfermos drogadictos son muy grandes aunque sean aún insuficientes.

Control de la producción, de la oferta

Con todos los recursos técnicos actuales como las imágenes satelitales y reconocimiento aéreo no hay dificultad en el control y localización de los campos de producción de la droga. Para controlar las últimas más sofisticadas, las químicas, también hay sistemas de control aunque sean más complejos. Todo parece indicar que los gobiernos están más interesados en controlar el mercado de las drogas que en eliminarlo. Todo parece indicar que algunos gobiernos, partidos políticos e instituciones financieras se benefician grandemente con las drogas. Es decir, hay una poderosa complicidad.

La legalización de las drogas no es la solución

Algunos países han comenzado a emplear la estrategia de la legalización de algunas drogas, como la marihuana, suponiendo que así se resuelve el problema. Eso no es cierto, el problema creado por las drogas solamente se resuelve de verdad, eliminando al máximo su consumo. La legalización solamente resuelve una parte del problema que es el control del mercado y la disminución de los beneficios que genera la clandestinidad. Eso, indudablemente es una mejora pero, el problema permanece, no se erradica, seguiría habiendo millones de consumidores, con todo el drama humano y perjuicio económico que eso supone.

San Juan Pablo II dijo a los ex toxicómanos que:



"La droga no se supera con la droga sino que es necesario un amplio trabajo de prevención para reemplazar la cultura de la muerte con la cultura de la vida. Se debe ofrecer a la gente joven y a sus familias razones concretas con las que comprometerse y un apoyo efectivo en sus problemas diarios".

Los países han tomado la iniciativa en ponerse de acuerdo para frenar y controlar la amenaza de los distintos tipos de armas de destrucción masiva como las nucleares, las químicas y las biológicas. Las drogas son armas de destrucción masiva que no son una amenaza sino una realidad que ya nos ha explotado en las sociedades y nos limitamos a registrarla como una enfermedad más, cuando en realidad está destrozando a nuestra juventud, al relevo generacional.

Es un arma de destrucción masiva que afecta al 5% de la población mundial, a más de 250 millones de personas.

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET: