domingo, 3 de febrero de 2019

13 cosas que tal vez no sabías del diablo y sus demonios: exorcista Fortea


REDACCIÓN CENTRAL, 30 de octubre de 2015 / 07:03 p.m. (ACI).

El reconocido exorcista P. José Antonio Fortea en su “Summa Daemoniaca” menciona un gran conjunto de cuestiones relativas al demonio que es importante que todo cristiano lo tome en cuenta para el combate espiritual por alcanzar el cielo.


13 cosas que tal vez no sabías
del diablo y sus demonios

1.- El enemigo tiene varios nombres


En el Antiguo Testamento se le llama “Satán” que significaría “adversario, enemigo, opositor”. Así mismo, en el Nuevo Testamento se le nombra como “Diablo”, que viene del verbo griego “diaballo” (acusar). En cambio la palabra demonio, del griego “daimon” (genio), es usado para designar a seres espirituales malignos.

Lucifer es un nombre que no está en las Sagradas Escrituras y que significa “estrella de la mañana” o “el que lleva la luz”. Lo cual “recuerda la pena tan grande que es que siendo tan bello, cayera”, indica el P, Fortea. Sin embargo, el presbítero sigue la misma idea de otro renombrado exorcista, P. Gabriele Amorth, quien considera que Lucifer es el nombre propio del segundo demonio en importancia en la jerarquía demoníaca.

2.- La gran prueba



Todos los ángeles al ser creados por Dios, sabían que Él era su creador, pero pasaron por una prueba “antes de la visión de la esencia de la Divinidad”. A modo de comparación, el sacerdote explica que sería como decir que “veían a Dios como una luz, que le oían como una voz majestuosa y santa, pero que su rostro seguía sin desvelarse”.

“En esa prueba unos obedecieron, otros desobedecieron. Los que desobedecieron de forma irreversible se transformaron en demonios. Ellos mismos se transformaron en lo que son. Nadie les hizo así”.

3.- La batalla en el cielo fue intelectual



Al respecto, el exorcista indica que los ángeles desobedientes empezaron a odiar a Dios y a verlo como una cadena que oprimía su libertad. La batalla entre Miguel y Lucifer, cada uno con sus ángeles, no fue con armas, ya que no tienen cuerpo, “las únicas armas que pueden blandir son los argumentos intelectuales”, explica.

“Unos se hicieron más soberbios, otros no tanto. Cada ángel rebelde fue deformándose más y más, cada uno en unos pecados específicos. Así como, por el contrario, los ángeles fieles se fueron santificando progresivamente. Unos ángeles se santificaron más en una virtud otros en otra… los ángeles fueron admitidos a la presencia divina, y a los demonios se les dejó que se alejaran”.

4.- La razón de su rebeldía



Sólo en este punto se toma como referencia el libro “Historia del Mundo Angélico”, también del P. Fortea. Allí sugiere, a modo de novela, que la prueba por la que habrían pasado los ángeles es la revelación que les hizo Dios sobre crear el mundo material con la humanidad, que Él se haría hombre para salvar a los pecadores y que nacería de una mujer, la cual sería la reina de los ángeles.

Lucifer no pudo soportar esta idea, creía que él debería engendrarlo al ser la “obra maestra” del Creador. Más adelante con otros ángeles acusaron que Dios estaba equivocado y se rebelaron por completo. Los ángeles que acataron la voluntad de Dios se postraron a adorar a su creador, aún sin ver todavía su esencia. Mientras que los rebeldes se alejaron del amor de Dios.

5.- Son seres espirituales



“Un demonio es un ser espiritual de naturaleza angélica condenado eternamente”. Es decir, no tienen cuerpo, no sienten inclinación a ningún pecado que se cometa con el cuerpo, pero pueden tentar a los hombres a pecar en esas materias. Comprenden esos pecados de un modo meramente intelectual y sus faltas son sólo espirituales.

En este sentido el exorcista precisa que Satán “sigue siendo un bellísimo ángel en su naturaleza, aunque repugnante en su aspecto moral… Su ser personal se ha deformado, pero su naturaleza permanece y permanecerá intacta haga lo que haga. Dado que ambas cosas son inseparables, él auténticamente es un monstruo, un ser deforme, alguien que produce repugnancia y aversión”.

6.- Entre los demonios también hay tiempo



Su tiempo no es material como el de los humanos, sino que es un tiempo propio de los espíritus, que es llamado “evo” (“aevum” en latín) y que es la sucesión de actos de entendimiento y voluntad en un ser espiritual.

El Creador, en cambio, vive en un eterno presente. “Sólo en Él no hay sucesión de tiempo de ninguna clase. En Él no ha transcurrido nunca ni un solo segundo, ni un solo antes ni después. La eternidad de Dios es cualitativamente distinta de la eternidad del tiempo material (con un principio, pero sin final) y de la eternidad del evo (también con un principio, también sin final)”, puntualiza Fortea.

7.- Sufren al considerar a Dios



Cada ángel caído “en el conocer encuentra placer, pero también sufrimiento. Sufre cada vez que ese conocimiento le lleva a considerar a Dios. Y el demonio percibe continuamente el orden y la gloria del Creador en todas las cosas. Hasta en las cosas aparentemente más neutras, él encuentra el reflejo y el recuerdo de los atributos divinos”.

Sin embargo, el exorcista plantea que “el demonio no está siempre en cada instante sufriendo. Muchas veces simplemente piensa. Sólo sufre en ciertos momentos, cuando se acuerda de Dios, cuando se vuelve a hacer consciente de su miserable estado, de su separación de Dios”.

8.- No conocen el futuro, ni pueden leer los pensamientos



Los demonios no ven el futuro, pero con su inteligencia muy superior a la del ser humano pueden deducir por sus causas algunas cosas que sucederán. No saben lo que uno decidirá porque “la libertad humana es el gran factor de indeterminación en sus previsiones”, sostiene el P. Fortea.

“Los demonios pueden tentarnos pero no pueden leer nuestros pensamientos. Aunque dada su gran inteligencia pueden conjeturar lo que pensamos. Al ser seres más inteligentes que nosotros, deducen muchas más cosas y con más seguridad con muy pocos signos externos que lo que deduciríamos nosotros. Pero siempre hay que recordar que ellos están fuera de nuestra alma, sólo Dios puede leer nuestra alma”.

9.- Cuidado con las tentaciones


“El demonio nos puede introducir pensamientos, imágenes o recuerdos, pero no puede introducirse en nuestra voluntad. Podemos ser tentados, pero al final hacemos lo que queremos. Ni todos los poderes del infierno pueden forzar a alguien a cometer ni el más pequeño pecado”, sostiene el sacerdote.

De igual manera puntualiza que “si uno es tentado y ora, la tentación desaparece. Es incompatible la tentación con la oración. La oración crea primero una barrera contra la tentación, pues nuestra voluntad y nuestra inteligencia se centran en Dios. Y si insistimos un poco más, el demonio no puede resistirla y huye”.

10.- Odian más a los ascetas



El exorcista Fortea afirma con seguridad que de todos los cristianos que están en la Iglesia, al que más odia el demonio es al que se dedica a la ascesis (disciplina, ayuno, meditación, oración, sacrificios, etc. para alcanzar la virtud).

“El demonio odia mucho más al asceta que a la jerarquía eclesiástica o a los mismos exorcistas. El exorcista expulsa a uno, dos, una docena de demonios... El hombre que se mortifica, quebranta de un modo mucho más poderoso la influencia demoníaca en este mundo por el mero hecho de sobrellevar sobre su cuerpo y su espíritu la pasión cotidiana de su vida crucificada”.

11.- El significado de la cruz para los demonios



El presbítero describe que “todos y cada uno de los demonios estaban allí, rodeando la Cruz, contemplando con delectación su triunfo”. No obstante, ellos no podían imaginar que era la mayor victoria del Reino de los Cielos que los dejó “sin habla” con la Resurrección.

“Dios Padre no había perdonado la Pasión ni a su mismo Hijo… La Pasión en la Cruz suponía la prueba palpable de que la Justicia Divina no era trasgredida en vano. Fue en ese momento cuando se hicieron plenamente conscientes todos los demonios de que su condenación no tendría indulto alguno por los siglos de los siglos”.

“Por eso ellos de estar contemplando la Cruz con la alegría de su victoria maligna, pasaron a entender que para ellos sería para siempre el recuerdo terrible de la Justicia Divina. Y por eso por encima de todo, los demonios odian la imagen de la cruz, más que la imagen de la Santísima Virgen María o la imagen de cualquier otro santo o la representación de otro misterio sagrado”.

12.- Los objetos que atormentan a los demonios



“La Iglesia con el poder que ha recibido de Cristo puede unir un efecto espiritual a un objeto”, explica el P. Fortea. Cuenta que en una ocasión no había agua durante un exorcismo y bendijo el contenido de una botella de limonada, pero el efecto que producía era mucho menor.

“Al cabo de unos minutos ordené en el nombre de Jesús al demonio que me dijera por qué era eso así. Se resistió, pero al final dijo que el agua era símbolo de pureza y limpieza. Si bien, dijo que aquel otro líquido bendito también le producía algún efecto, pero menos”.

Otros objetos que atormentan a los demonios son las reliquias de los santos y la cruz. Así mismo, las imágenes religiosas también los atormentan, más si están bendecidas, y con mayor fuerza “si en la bendición expresamente se pidió a Dios que repelieran a los demonios”.

13.- No es el 666



El exorcista afirma que identificar la figura bíblica del Anticristo con la del diablo es un error ya que el “666” que menciona el Apocalipsis es número de un ser humano. Por lo tanto es un hombre que propaga el odio, la guerra y el mal. “Nerón, Napoleón, y especialmente Hitler, son figura y bosquejo del Anticristo definitivo y perfecto”, señala.

“También nos aclara mucho la figura del Anticristo su mismo nombre ANTI-CRISTO. Es decir, se trata de la figura contraria a Cristo. Cristo era un hombre, el Anticristo también. Cristo extendió el amor, la paz, la misericordia. El Anticristo extenderá el odio, la guerra, la venganza”.

Oraciones: Contra el maleficio y todo mal - Curación Interior - Liberación - Padre Gabrielle Amorth

Oraciones contra los poderes de las tinieblas - Apéndice II - Ritual Romano de Exorcismos


Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:

Esta es la historia que los ideólogos de género no quieren que sepas



REDACCIÓN CENTRAL, 31 de enero de 2017 / 06:20 pm (ACI).

Los estudios del psicólogo y sexólogo Dr. John William Money en la década del 50 fueron los primeros que intentaron mostrar apoyo científico, médico y psicoanalítico acerca de que la diferencia entre hombre y mujer es un hecho social, una construcción antes que algo biológico, la esencia de la ideología de género.

Sin embargo, años más tarde, fue revelado que su “experimento” más famoso, con el que “comprobaba” su teoría, fue una farsa. El caso fue el “cambio de sexo” de Bruce Reimer, un niño que al llegar a la adultez acabó por suicidarse. 

Esta es su historia:

Bruce y su hermano gemelo Brian nacieron en Canadá en los años 60. A la edad de siete meses ambos fueron circuncidados, pero los doctores utilizaron un nuevo método de circuncisión en Bruce, utilizando una aguja cauterizadora eléctrica. Luego se produjo un accidente, quemando completamente el pene del niño.

La operación de Brian fue cancelada, pero los padres estaban devastados.

Los Reimer decidieron llevar a Bruce al Dr. John Money, psicólogo y sexólogo de la Universidad Johns Hopkins a quien habían visto en la televisión.

El Dr. Money ya sustentaba entonces la teoría de que, aparte de las funciones reproductivas y urinarias, el género era una construcción social, y ya había suscitado cierta polémica en los medios.

Hasta antes de atender a los gemelos Reimer, el sexólogo había trabajado en gran medida con casos de hermafroditismo, y sus investigaciones se centraban en el seguimiento de personas con anomalías sexuales congénitas.

Pero los hermanos –que eran dos niños sanos– fueron el experimento perfecto para poner a prueba su teoría de la “fluidez de género”, es decir, que el comportamiento está regido por la educación como varón o mujer y no por el sexo biológico dado al nacer.

Brian se criaría como un niño y Bruce, de ahora en adelante, sería llamado Brenda y pasaría a ser criado como niña.

Los Reimer estuvieron de acuerdo e insistieron en la ropa y la socialización con niñas para Brenda durante toda la infancia. Nunca le dijeron a los gemelos sobre el accidente, ni sobre el sexo biológico de Brenda.

Los gemelos eran llevados para una observación anual con el Dr. Money, que calificó el caso de “exitoso” cuando los gemelos tenían nueve años.

"Nadie más sabe que Brenda es la niña cuyo caso están leyendo en los medios. Su conducta es tan normal como la de cualquier niña y difiere claramente de la forma masculina como se comporta su hermano gemelo", escribió el Dr. Money en sus apuntes.

"No hay ninguna señal que provoque sacar conjeturas contrarias", añadió.

La verdad se abre paso

Sin embargo, cuando Brenda alcanzó la pubertad a los 13 años comenzó a mostrar sentimientos suicidas.

"Pude ver que Brenda no era feliz como niña. Era muy rebelde. Era muy masculina y no lograba persuadirla de que hiciera algo femenino. Brenda casi no tuvo amigos durante su infancia. Todos se burlaban de ella y la llamaban la mujer cavernícola", dijo Janet, la madre de Brenda, en una entrevista para el documental “El Dr. Money y el niño sin pene” producido por la BBC.

"Era una niña muy, muy sola", agregó.

En el documental se narra que durante el chequeo anual y la observación de los gemelos, el Dr. Money obligaba a los niños a desnudarse y participar en un juego sexual, posando en diferentes posiciones para que “identifiquen sus respectivos géneros”. En al menos una ocasión el especialista tomó fotos de estas sesiones.

En la adolescencia, los gemelos se oponían firmemente a ir a los chequeos con el Dr. Money. Por tal motivo, los Reimer dejaron de llevarlos cuando cumplieron 15 años y le revelaron la verdad a Brenda: en realidad era hombre.

Brenda, que recibió el nombre de Bruce al nacer, abrazó pronto y completamente su identidad masculina, eligiendo llamarse David. Luego comenzó la terapia hormonal y una reconstrucción genital quirúrgica. Al tiempo se casó con una mujer y adoptaron tres hijos.

No obstante, las heridas traumáticas de la infancia fueron muy profundas tanto para David como para su hermano. Ambos sufrieron una fuerte depresión.

Además, después de 14 años de casados, la esposa de David se divorció de él.

En el 2002 Brian murió por una sobredosis de drogas y dos años más tarde, en mayo de 2004, David se suicidó a los 38 años.

Lo que John Money nunca se atrevió a decir





A pesar de todo, el Dr. Money nunca se rectificó ni corrigió sus estudios.

"Nunca dijo una palabra, nunca se retractó", señaló recientemente el diácono, conferencista y cirujano plástico, Dr. Patrick Lappert, durante su charla “Transgender Surgery and Christian Anthropology” realizada para Courage en Estados Unidos entre el 9 y 11 de enero de 2017.

Aseguró que la decisión del Dr. Money fue “enormemente problemática” porque “su estudio sigue siendo citado frecuentemente como una transición de género exitosa por parte de la comunidad médica en general”.

El Dr. Lappert aseveró que se debe entender que “estamos hablando de la persona humana como una unidad de espíritu y forma, que hay una integridad en la masculinidad y feminidad con la que estamos hechos”.

Además, el especialista aseguró que uno de los mayores problemas con “las cirugías transgénero de cambio de sexo” es que son “permanentes e irreversibles”.

“No hay nada reversible en la cirugía genital: es una mutilación permanente e irreversible de la persona humana. Y no hay otra palabra para ello”.

"Se traduce en la esterilidad permanente. Es una disolución permanente de las funciones unitivas y procreadoras. E incluso el aspecto unitivo de la adherencia sexual se ve radicalmente obstaculizado si no totalmente destruido", agregó.

El experto explicó que esto se debe al inevitable daño nervioso que ocurre durante la cirugía y porque el cerebro siempre registrará los nervios genitales como procedentes de su órgano de origen.

“En otras palabras, los nervios conectados a una vagina siempre se registrarán con el cerebro como una vagina, incluso si ahora son parte de un pene construido quirúrgicamente y viceversa”.

“Otro problema importante es que las cirugías de cambio de sexo buscan resolver una disfunción interior con una solución externa. Debajo de todo, estás tratando de curar una herida interior con una cirugía exterior", concluyó el Dr. Lappert.

Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:
https://www.aciprensa.com/noticias/esta-es-la-historia-que-los-ideologos-de-genero-no-quieren-que-sepas-23540