sábado, 1 de diciembre de 2018

Lectura del Santo Evangelio Según San Lucas 21, 25-28; 34-36



25. Veránse, empero, antes fenómenos prodigiosos en el sol, la luna y las estrellas, y en la tierra estarán consternadas y atónitas las gentes por el estruendo del mar y de las olas.

26. Secándose los hombres de temor y de sobresalto, por las cosas que han de sobrevenir a todo el universo; porque las virtudes de los cielos o esferas celestes estarán bambaleando.



27. Y entonces será cuando verán al Hijo del hombre venir sobre una nube con grande poder y majestad.


28. Como quiera, vosotros, fieles discípulos míos, al ver que comienzan a suceder estas cosas, abrid los ojos, y alzad la cabeza, estad de buen ánimo, porque vuestra redención se acerca.

34. Velad, pues, sobre vosotros mismos, no suceda que se ofusquen vuestros corazones o entendimientos con el libertinaje, la embriaguez, y las preocupaciones de esta vida, y os sobrecoja de repente aquel día.

35. Que será como un lazo que sorprenderá a todos los que moran sobre la superficie de toda la tierra.



36. Velad, pues, orando en todo tiempo, a fin de merecer el evitar todos estos males venideros, y comparecer con confianza ante el Hijo del hombre.

Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

Primer Domingo de Adviento - Diciembre 2 de 2018


CORONA DE ADVIENTO



Liturgia de las Horas:
Primera Semana del Salterio
Color: Morado

Lecturas de la liturgia

Primera Lectura: Jeremías 33:14-16

Mirad que días vienen -oráculo de Yahveh- en que confirmaré la buena palabra que dije a la casa de Israel y a la casa de Judá.

En aquellos días y en aquella sazón haré brotar para David un Germen justo, y practicará el derecho y la justicia en la tierra.

En aquellos días estará a salvo Judá, y Jerusalén vivirá en seguro. Y así se la llamará: «Yahveh, justicia nuestra».

Salmo Responsorial 25:4-5, 8-10, 14

Muéstrame tus caminos, Yahveh, enséñame tus sendas.

Guíame en tu verdad, enséñame, que tú eres el Dios de mi salvación. En ti estoy esperando todo el día.

Bueno y recto es Yahveh; por eso muestra a los pecadores el camino; conduce en la justicia a los humildes, y a los pobres enseña su sendero.

Todas las sendas de Yahveh son amor y verdad para quien guarda su alianza y sus dictámenes.

El secreto de Yahveh es para quienes le temen, su alianza, para darles cordura.

Segunda Lectura: I Tesalonicenses 3:12--4:2

En cuanto a vosotros, que el Señor os haga progresar y sobreabundar en el amor de unos con otros, y en el amor para con todos, como es nuestro amor para con vosotros, para que se consoliden vuestros corazones con santidad irreprochable ante Dios, nuestro Padre, en la Venida de nuestro Señor Jesucristo, con todos sus santos.

Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús a que viváis como conviene que viváis para agradar a Dios, según aprendisteis de nosotros, y a que progreséis más.

Sabéis, en efecto, las instrucciones que os dimos de parte del Señor Jesús.

Evangelio: San Lucas 21:25-28, 34-36

«Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación».

«Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra.

Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre».

Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:
https://www.aciprensa.com/calendario/calendario.php?dia=2&mes=12&ano=2018

Receta para curar la depresión


"Mi papá está deprimido". "Mi tía está con depresión". "Mi amigo está con el mismo mal". "Está en tratamiento médico pues sufre de fuerte depresión". “Tengo un colega en tal estado de depresión que hasta intentó suicidarse".

¿Quién no oyó alguna de estas frases en sus círculos familiares o en otros ambientes? Creemos que serán bien pocos.

Ese mal está avanzando con la fuerza de una epidemia. Y va haciendo cada vez más víctimas, sobre todo en los países considerados civilizados. Lo que antes era un “privilegio” de la edad madura, fue poco a poco alcanzando a las nuevas generaciones, para finalmente llegar a la infancia. Amitriptilina, nortriptilina, imipramina, mirtazapina, paroxetina, venlafaxina, sertralina, fluoxetina, clomipramina, entre otros, componen la relación de antidepresivos, a los cuales se debería acrecentar una enorme lista de tranquilizantes que con ellos constituyen el gran arsenal antidepresión. El arsenal crece continuamente… la depresión también. ¿Será que esos medicamentos resuelven el problema? En un cierto número de casos, seguramente, con la ayuda profesional de un médico o un psicólogo o congéneres.

No obstante, cabe aquí una pregunta: ¿Cuál es la causa más profunda de tan grande mal?

La respuesta no es simple. Muchas veces esa enfermedad puede tener raíces genéticas, orgánicas o psicológicas que, una vez diagnosticadas, podrán y deberán tener un tratamiento adecuado. En nuestro entender, la depresión, nube negra que va cubriendo el mundo, tiene como causa, en la casi totalidad de sus víctimas, una inmensa crisis de afecto, que por su vez se origina en el hecho de que Dios viene siendo, paulatina e inexorablemente, expulsado de la Tierra. Donde no hay amor de Dios, no puede haber verdadero amor al prójimo. La falta de afecto mutuo se instaló en las familias, en las escuelas, en los ambientes de trabajo, por todas partes.

En los primeros tiempos de la Iglesia, causaba en los paganos extrema admiración (y sirvió para convertir multitudes) el modo profundamente caritativo como los cristianos se trataban los unos a los otros. Esos paganos exclamaban:
“Ved como ellos se aman” 
Hoy en día, casi se podría sustituir esta frase por otra:
“Ved como ellos se desaman”
El sentirse objeto de afecto, de afecto verdadero (que tiene su fundamento en Dios), es algo absolutamente necesario para el equilibrio del ser humano.

“Está bien”, dirá un deprimido al leer estas líneas, “pero, ¿para solucionar mi problema personal, dónde encuentro el remedio, ahora, ya, en este instante?”


Es necesario amar a Dios, seguir sus Mandamientos, recurrir a su Santísima Madre. Sin embargo, esto no basta. Se requiere creer, en lo más íntimo del alma, con convicción profunda, aunque la sensibilidad nada nos diga, que Dios nos ama, y nos ama con un amor infinito. Es preciso creer de la misma manera, sin ningún asomo de duda, aún en medio de la mayor aridez, que María, la manifestación más sublime de la misericordia divina, nos ama con un amor insondable.

Aunque nadie nos amase (lo que probablemente no es verdadero, pues el afecto, a pesar de todo, aún no ha desaparecido totalmente del mundo), Dios nos ama, María nos ama.


El remedio que proponemos es de uso interno y continuo. Interno, en este caso, quiere decir que debe alcanzar lo más profundo del corazón.

Justificando el título de este artículo, sigue a continuación la receta anunciada.

Receta de uso interno:


Mi Jesús, yo os amo con todas las fuerzas de mi alma, y sé que soy infinitamente amado por Vos. María, mi Madre, yo os amo con todas las fuerzas de mi alma, y sé que soy insondablemente amado por Vos.

Repetir tres veces al día (mañana, tarde y noche), hasta el desaparecimiento de los síntomas.

Vivir en la presencia de Dios

Cuando alguien nos hace una pregunta, intentamos transmitir al máximo lo que sabemos. Entretanto, hay algo que muchas veces nos deja con dudas y con dificultad de explicitar: hablar respecto a Dios. Cuanto más profundizamos sobre el asunto, más interrogaciones surgen.

Recurriendo a las Sagradas Escrituras, donde está contenida toda palabra revelada por el propio Dios, encontramos el episodio de la zarza ardiente en que Dios se revela a Moisés diciendo:


"Yo soy aquel que Soy" (Ex. 3, 4)


Con todo, esta respuesta del propio Dios nos deja pensativos. Apelando a los doctores de la Iglesia, encontramos lo que nos enseña Santo Tomás respecto a esta frase: que Dios siempre fue, es y siempre será.

Entretanto, nuestra naturaleza humana no se contenta solamente con esa explicación e intenta profundizar un poco más. De hecho, cuando tomamos conocimiento que algo existe, sentimos una lógica curiosidad en saber quién es o qué es. Bien sabemos que Dios es un Ser infinito, al cual no conseguimos atribuir ninguna cualidad, y que, para conocerlo, podemos hacerlo de dos formas: una por la vía negativa, o sea, diciendo todo aquello que Él no es, y por la vía de las afirmaciones, atribuyéndole las perfecciones de las criaturas en grado infinito. Y de la posesión de todos los bienes, resultan los atributos de Dios que Santo Tomás expone en la Suma Teológica:
"Se puede demostrar como Dios no es, alejando de Él lo que no le puede convenir, como: ser compuesto, estar en movimiento, etc., así, pregúntese primero sobre la simplicidad de Dios, por la cual se excluye la composición. Como, por ejemplo, en las cosas corporales, las simples son las menos perfectas y forman parte de las otras, se pregunte en segundo, sobre su perfección; en tercero, sobre su infinidad; en cuarto, sobre su inmutabilidad; y en quinto, sobre su unidad"
Estando ahora un poco más empapados en el asunto, detengámonos en uno de sus atributos, que es la inmensidad divina.

Inmensidad de Dios


Uno de los atributos esenciales de Dios es la inmensidad: Dios está realmente presente en todas partes y en todas las cosas, sin que pueda existir lugar o criatura alguna donde no se encuentre a Dios. Es lo que nos dice el Salmista:
"¿Adónde iré para estar lejos de tu espíritu? ¿Adónde huiré de tu presencia? Si yo subo al cielo, allá estás, si desciendo al abismo, ahí te encuentro" (Sl 138,7)
Él está presente en todas partes, sin embargo, no se deja ver en todo lugar; solamente en el Cielo. Apenas en la Visión Beatífica Él se manifiesta cara a cara a los bienaventurados.

Debemos "entender" ese atributo de Dios, como propiamente nos sugiere el nombre inmenso: que abarca todo y contiene en sí todas las cosas. Ningún ser existe ni podrá existir sin que Dios esté íntimamente presente en él por esencia (dando el ser que tiene), por presencia, (permaneciendo siempre ante su divina mirada) y por potencia (sometido enteramente a su divino poder). Él es aquel que por sí solo subsiste y sustenta a los demás.


Nos cabe, entretanto, tomar cuidado y no dejarnos llevar por una idea panteísta, viendo una partícula de Dios en todo lo creado; pero sí, estar conscientes de que es Dios quien todo sustenta.


Realmente, de cara a todas las maravillas de la creación, quedamos deslumbrados con tanto amor, perfección y sabiduría con que todo fue creado. Muchas veces, Dios se sirve de medios aparentemente sin importancia para la salvación del hombre. Recordemos un hecho narrado en una predicación del padre Raniero Cantalamessa ocurrido con el soldado Aleksander Zacepa, muerto en la Segunda Gran Guerra.


Estando él de noche, dentro de la trinchera, en medio del sonar de las armas bélicas, preparándose para el ataque contra los enemigos, se deparó con un luminoso cielo estrellado. Conmovido con tamaña grandeza y pulcritud, sintió en sí algo que le conmovía, haciéndolo reflexionar sobre aquello que estaba delante de sus ojos. Escribió, entonces, una carta, que fue encontrada en medio del campo de batalla donde estaba este soldado. Estas son las conmovedoras palabras del guerrero:


¡Escucha, oh Dios! En mi vida no hablé ni una sola vez contigo, pero hoy tengo ganas de hacer fiesta. Desde pequeño me dijeron siempre que Tú no existes… Y yo, como un idiota, creí.

Nunca contemplé tus obras, pero esta noche vi, desde el cráter de una granada, el cielo lleno de estrellas y quedé fascinado por su esplendor. En ese instante comprendí qué terrible es el engaño… No sé, oh Dios, si me darás tu mano, pero te digo que Tú me entiendes…

¿No es algo raro que, en medio a un espantoso infierno, la luz se me haya aparecido y yo te haya descubierto a Ti?

No tengo nada más para decir. Me siento feliz, pues te conocí. A la medianoche tenemos que atacar, pero no tengo miedo, Tú nos ves.

¡Dieron la señal! Tengo que ir. ¡Qué bien estaba contigo! Quiero decirte, y Tú lo sabes, que la batalla será dura: tal vez esta noche vaya a golpear tu puerta. ¿Y si hasta ahora no fui tu amigo, cuando llegue, Tú me dejarás entrar?

Pero, ¿qué sucede conmigo? ¿Estoy llorando? Mi Dios, mira lo que me ocurrió. Solo ahora comencé a ver con claridad… Mi Dios, me voy… será difícil regresar. Qué raro, ahora la muerte no me da miedo.



¡Qué gran ejemplo nos dio este soldado! En el último instante de su vida, recibió (por la misericordia de Dios) esa gracia de, contemplando las bellezas creadas, remitirlas a Quien las creó y, en el reflejo de una granada, conoció a Dios y a Él se entregó en el último momento de la vida.

Pasemos para nuestra vida particular y reflexionemos. ¿Cómo vivo yo en la presencia de Dios? De hecho, Mons. João Clá Dias, EP, nos enseña que, a cada momento, debemos estar de tal modo compenetrados en la presencia de Dios que, desde el despertar, hasta el momento de acostarme de noche y hasta incluso en el instante en que me duermo, debo acordarme de que mi sueño a la noche está siendo asistido por Él, y que todo eso está siendo memorizado por Dios.

De ese modo, debo hacer un examen de consciencia y analizar mi vida. ¿Cuándo peco, es porque juzgo muchas veces al estar a solas? ¿El demonio me lleva a pecar, a ofender a Dios, porque no vivo constantemente en la presencia de Dios? ¿Me olvido que Dios es Todopoderoso e Inmenso, y está en todas partes?


Pidamos a la Virgen Santísima y a nuestros santos intercesores, que nos haga siempre sentir la presencia de Dios en nuestras vidas, compenetrados de que estamos dentro de Él, y que Él ve todo: nuestras intenciones, nuestros deseos, nuestras inspiraciones y nuestros sentimientos.

Reconozcamos su presencia en todo el universo creado, sea en la naturaleza o en las almas por Él creadas y estemos convencidos, también, de que Él todo puede y que, estando en todo lugar, estará siempre dispuesto a ayudarnos a trillar el camino de la perfección.

Fuente - Texto tomado de CABALLEROSDELAVIRGEN.ORG:
http://caballerosdelavirgen.org/articulos/receta-para-curar-depresion/

Carta de Jesús en Navidad (invitación al cumpleaños del Niño Dios)




"Como sabrás nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños, todos los años se hace una gran fiesta en mi honor y creo que en este año sucederá lo mismo. En estos días la gente hace muchas compras, hay anuncios en la radio, en la televisión, y en todas partes no se habla de otra cosa, sino de lo poco que falta para que llegue ese día. La verdad, es agradable saber que, al menos un día del año algunas personas piensan un poco en mí.

Como tú sabes, hace muchos años empezaron a festejar mi cumpleaños. Al principio no parecían comprender y agradecer lo mucho que hice por ellos, pero hoy en día pocos saben para qué lo celebran, la gente se reúne y se divierte mucho pero no sabe de qué se trata. Recuerdo que el año pasado al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta en mi honor, había cosas muy deliciosas en la mesa, todo estaba decorado y recuerdo también que habían muchos regalos, ¿pero sabes una cosa? A mí ni siquiera me invitaron...

Yo era el invitado de honor y ni siquiera se acordaron de invitarme. La fiesta era para mí y cuando llegó el gran día me dejaron afuera, me cerraron la puerta... y yo quería compartir la mesa con ellos. La verdad no me sorprendió, porque en los últimos años todos me cierran la puerta.


Como no me invitaron, se me ocurrió entrar sin hacer ruido, entré y me quedé en el rincón, estaban todos bebiendo, había algunos ebrios contando chistes, carcajeándose, la estaban pasando en grande, para colmo llegó un viejo gordo vestido de rojo, de barba blanca y gritando jo-jo-jo-jo, parecía que había bebido de más; se dejó caer pesadamente en un sillón y todos los niños corrieron hacia él, diciendo: Santa Claus, Santa Claus y ¡como si la fiesta fuese en su honor!

Llegaron las doce de la noche y todos comenzaron a abrazarse, yo extendí mis brazos esperando que alguien me abrazara y ¿sabes? Nadie me abrazó... de repente todos empezaron a repartirse los regalos, uno a uno los fueron abriendo, hasta que se abrieron todos, me acerqué para ver si de casualidad había alguno para mí.


¿Qué sentirías si el día de tu cumpleaños se hicieran regalos unos a otros y a ti no te regalaran nada?

Comprendí entonces que yo sobraba en esa fiesta, salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me retiré. Cada año que pasa es peor, la gente sólo se acuerda de la cena, de los regalos y de las fiestas, y de mí nadie se acuerda. Quisiera que esta Navidad me permitieras entrar en tu vida, quisiera que reconocieras que hace dos mil años vine a este mundo para dar mi vida por ti en la Cruz y de esa forma poder salvarte.


Hoy sólo quiero que tú creas ésto con todo tu corazón. Voy a contarte algo:

He pensado que como muchos no me invitaron a su fiesta, voy a hacer la mía propia, una fiesta grandiosa como la que jamás nadie se imaginó, una fiesta espectacular.

Todavía estoy haciendo los últimos arreglos, por lo que este año estoy enviando muchas invitaciones y en este día, hay una invitación para ti, sólo quiero que me digas si quieres asistir, te reservaré un lugar, y escribiré tu nombre con letras de oro en mi gran libro de invitados.

Prepárate porque cuando todo esté listo daré la gran fiesta.

Hasta pronto... Tu Amigo: Jesús

P.D. Anexo la invitación:

INVITACIÓN


  
Maria y José de Nazaret
invitan a usted y familia
a la fiesta del Cumpleaños
de su Hijo Jesús



Fecha: 25 de diciembre

Lugar: Tu Corazón

Los participantes a la fiesta de Cumpleaños de Nuestro Hijo, serán contemplados con un crédito infinito de gracias para todo el año, pudiendo recibir diariamente sin límite de horario ni de suma las bendiciones que necesiten.

Y más aún, recibirán el ciento por uno, si sus oraciones son por un hermano, que lo necesita.

Por favor confirmad vuestra presencia a través de la oración.

Agradecemos todo el esfuerzo que haréis por la preparación espiritual de la fiesta en honor de Nuestro Adorado Hijo.

Abrazos en todas sus almas,

María y José"

Fuente - Texto tomado de PERIODISTADIGITAL.COM: