lunes, 1 de octubre de 2018

5 motivos para no alejar de tu vida a tu Ángel de la Guarda


¿Has olvidado a tu Ángel de la Guarda? Aquí 5 motivos para que no lo alejes de tu vida.

Por Abel Camasca

REDACCIÓN CENTRAL, 01 de octubre de 2015 / 08:27 p.m. (ACI).

“La Iglesia confiesa su fe en los Ángeles Custodios, venerándolos en la liturgia con una fiesta especial, y recomendando el recurso a su protección con una oración frecuente”, señaló una vez San Juan Pablo II en una de sus catequesis sobre los ángeles. Aquí 5 cosas que talvés no sabías o recordabas de tu Ángel de la Guarda, cuya fiesta es el 2 de octubre.

1. Te acompaña desde la concepción





Cada ser humano desde el momento de su concepción tiene un Ángel de la Guarda. Dice el Catecismo (336): “Desde su comienzo hasta la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión”. Asimismo, añade una frase de San Basilio Magno: “Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un Ángel como protector y pastor para conducir su vida”.

Con estas afirmaciones se entiende que la misión del Ángel de la Guarda es la de velar por cada uno, protegiéndonos de los peligros y alentando nuestra vida en Cristo. Por ello San Juan María Vianney (el Cura de Ars) indicaba: “Qué feliz es ese Ángel de la Guarda que acompaña al alma cuando va a Misa”.


2. Su existencia no es un invento
ni un cuento infantil,
se fundamenta en la Biblia





En la Biblia, desde el Antiguo Testamento hay numerosas citas que hablan de los ángeles que custodian, como en Éxodo (23, 20-21): “Yo voy a enviar un Ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado. Respétalo y escucha su voz”.

De igual manera en el Nuevo Testamento, Jesús dice (Mt. 18,10):

“Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus Ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial”.

3. Son compañeros cercanos de los Santos


Muchos santos han dado testimonio de la inseparable relación que tuvieron con sus Ángeles Custodios. Entre ellos tenemos a San Francisco de SalesSanta Teresita del Niño JesúsSan Pío de Pietrelcina, etc.

Se dice que Santa Francisca Romana (1384-1440), patrona de los conductores, tuvo la fortuna de ver a su Ángel de la Guarda, quien velaba por ella día y noche. La santa lo describe así: “Era de una belleza increíble, con un cutis más blanco que la nieve y un rubor que superaba el arrebol de las rosas”.

“Sus ojos, siempre abiertos tornados hacia el cielo, el largo cabello ensortijado tenía el color del oro bruñido. Su túnica llegaba al suelo y era de un blanco algo azulado y, otras veces, con destellos rojizos. Era tal la irradiación luminosa que emanaba de su rostro, que podía leer maitines en plena media noche”.

4. Es tu protector
en los momentos difíciles


En una ocasión San Juan Bosco narró que el día de la fiesta del Ángel de la Guarda, recomendó a sus muchachos que en los momentos de peligro invocaran a su Ángel Custodio. En aquella semana dos jóvenes obreros estaban en un andamio altísimo alcanzando materiales y de pronto se partió la tabla y ambos se vinieron abajo.

Uno de ellos recordó el consejo del santo y exclamó:


“¡Ángel de mi guarda!”

Cayeron sin sentido y cuando sus compañeros fueron a verlos, encontraron que uno había muerto, pero el que había invocado al Ángel Custodio recobró el conocimiento y subió la escalera del andamio como si nada le hubiera pasado. Luego el muchacho contó que al invocar a su ángel sintió que le ponían por debajo una sábana, que lo bajaban suavemente y que después de eso ya no recordaba más.

5. Son poderosos servidores de Dios


San Bernardo Abad en uno de sus sermones indicó: “Seamos, pues, devotos y agradecidos a unos guardianes tan eximios; correspondamos a su amor, honrémoslos cuanto podamos y según debemos”.

“Ellos, los que nos guardan en nuestros caminos, no pueden ser vencidos ni engañados, y menos aún pueden engañarnos. Son fieles, son prudentes, son poderosos: ¿por qué espantarnos? Basta con que los sigamos, con que estemos unidos a ellos, y viviremos así a la sombra del Omnipotente”.

La tradición de la Iglesia recomienda saludar e invocar al Ángel de la guarda durante el día, especialmente con las siguientes oraciones:

Oración I


Ángel de Dios,
que eres mi custodio,
pues la bondad divina
me ha encomendado a ti,
ilumíname, guárdame,
defiéndeme y gobiérname.
Amén.

Oración II


Ángel de mi guarda,
mi dulce compañía,
no me desampares
ni de noche ni de día.
No me dejes solo
que me perdería.
Hasta que amanezca
en los brazos de Jesús,
José y María.
Amén.

Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:

Santos Ángeles de la Guarda o Ángeles Custodios - Fiesta Octubre 2



Ángel de mi Guarda,
mi dulce compañía,
no me desampares
ni de noche ni de día,
hasta que me pongas
en los brazos de
Jesús, José y María


En la S. Biblia la palabra Ángel significa "Mensajero". Un espíritu purísimo que está cerca de Dios para adorarlo, y cumplir sus órdenes y llevar sus mensajes a los seres humanos.

Ya en el siglo II el gran sabio Orígenes decía: "Los cristianos creemos que a cada uno nos designa Dios un ángel para que nos guíe y proteja". Y se basa esta creencia en la frase del: 
Salmo 90:
"A sus ángeles ha dado órdenes Dios, para que te guarden en tus caminos"
Y en aquella otra frase tan famosa de Jesús:

"Cuidad de no escandalizar a ninguno de estos pequeñuelos, porque sus ángeles están siempre contemplando el rostro de mi Padre Celestial"
Y Judith en la Biblia al ser recibida como libertadora de Betulia exclamaba:
"El ángel del Señor me acompañó en el viaje de ida, en mi estadía allá, y en el viaje de venida"
En el Nuevo Testamento es tan viva la creencia de que cada uno tiene un ángel custodio, que cuando San Pedro al ser sacado de la cárcel llega a llamar a la puerta de la casa donde están reunidos los discípulos de Jesús, ellos creen al principio, que no es Pedro en persona y exclaman:
"Será su ángel" (Hechos 12, 15)
Ya en el año 800 se celebraba en Inglaterra una fiesta a los Ángeles de la Guarda y desde el año 1111 existe una oración muy famosa al Ángel de la Guarda. Dice así:
"Ángel del Señor, que por orden de su piadosa providencia eres mi guardián, custódiame en este día (o en esta noche) ilumina mi entendimiento, dirige mis afectos, gobierna mis sentimientos, para que jamás ofenda a Dios Señor. Amén"

Consejos de un santo


San Bernardo en el año 1010 hizo un sermón muy célebre acerca del Ángel de la Guarda, comentando estas tres frases:
  • Respetemos su presencia (portándonos como es debido).
  • Agradezcámosle sus favores (que son muchos más de los que nos podemos imaginar).
  • Y confiemos en su ayuda (que es muy poderosa porque es superior en poder a los demonios que nos atacan y a nuestras pasiones que nos traicionan).


San Juan Bosco narra que el día de la fiesta del Ángel de la Guarda, un dos de octubre, recomendó a sus muchachos que en los momentos de peligro, invocaran a su Ángel Custodio, y que en esa semana dos jóvenes obreros estaban en un andamio altísimo alcanzando materiales, y de pronto se partió la tabla y se vinieron abajo. Uno de ellos recordó el consejo oído y exclamó:
"¡Ángel de mi Guarda!"
Cayeron sin sentido. Fueron a recoger al uno y lo encontraron muerto, y cuando levantaron al segundo, al que había invocado al Ángel Custodio, éste recobró el sentido y subió corriendo la escalera del andamio como si nada le hubiera pasado. Preguntado luego exclamó:
"Cuando vi que me venía abajo invoqué a mi Ángel de la Guarda y sentí como si me pusieran por debajo una sábana y me bajaran suavecito. Y después ya no recuerdo más"
Así lo narra el santo.


En el año 1608 el Sumo Pontífice extendió a toda la Iglesia universal la fiesta de los Ángeles Custodios y la colocó el día 2 de octubre.

Los Ángeles en los relatos bíblicos

El ángel del fuego. Cuando los tres jóvenes hebreos Misaj, Sidraj y Abed-Nego, fueron echados al horno de fuego en Babilonia por el rey Nabucodonosor, el fuego no los quemó y se paseaban entre el fuego cantando y alabando a Dios, pero se veían cuatro en vez de tres. Por eso el rey preguntó a sus consejeros: ¿No hemos echado al fuego a estos tres hombres atados? Pero yo estoy viendo cuatro hombres que se pasean libremente por el fuego sin sufrir daño alguno, y el cuarto tiene el aspecto de un hijo de los dioses. Y Nabucodonosor exclamó: Bendito sea el Dios de Sidraj, Misaj y Abed-Nego, que ha enviado a su ángel a librar a sus siervos, que confiando en Él quebrantaron la ley y entregaron su cuerpo antes de servir y adorar a ningún otro fuera de su Dios.

El ángel los libró del fuego y se paseaba con ellos, cantando y alabando a Dios. En caso de catástrofes naturales, incendios o desgracias de cualquier tipo, Dios nos puede ayudar y salvar por medio de nuestro ángel. Incluso, nos puede salvar de animales peligrosos, como salvó a Daniel del foso de los leones.


El ángel proveedor. En una oportunidad, el profeta Elías estaba en pleno desierto, después de haber huido a Jezabel y estaba hambriento y sediento, y quería morirse. Deseó la muerte, se acostó y se durmió bajo una retama, pero un ángel lo tocó y dijo: "levántate y come". Miró y vio a su cabecera una torta cocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. Comió y bebió y se volvió a acostar. Volvió por segunda vez el Ángel de Dios, le tocó y le dijo: "levántate y come, porque el camino es demasiado largo para ti". Se levantó, comió, bebió y con la fuerza de aquella bebida, caminó 40 días y 40 noches hasta el monte de Dios, el Horeb.

Así como el ángel le dio de comer y beber a Elías, también Dios nos puede dar de comer y beber por medio de nuestro ángel, cuando estamos en momentos angustiosos. Puede hacerlo con un milagro o por medio de otras personas que compartan su pan y su comida con nosotros. Por eso, Jesús nos dice en el Evangelio: Dadles vosotros de comer. Nosotros también somos como ángeles proveedores para otros que están en necesidad.


El ángel protector. Dios nos dice en el Salmo 91: "Aunque a tu lado caigan mil y a tu derecha diez mil, a ti no te alcanzará. No ha de alcanzarte el mal ni la plaga llegará hasta tu tienda. Porque ha dado órdenes a sus ángeles para que te guarde en todos tus caminos. Te llevarán en sus palmas para que tu pie no tropiece en la piedra. Pisotearás leones y dragones. A ti no te alcanzará". En medio de las dificultades más extremas, aún en plena guerra, cuando las balas silben a nuestro alrededor o la peste se extienda por la vecindad, Dios puede salvarnos por medio de sus ángeles. "En lo más duro de la pelea, se les aparecieron en el cielo a los adversarios cinco varones resplandecientes, montados en caballos con frenos de oro, que poniéndose a la cabeza de los judíos y tomando en medio de ellos al Macabeo, lo protegían con sus armas, le guardaban incólume y lanzaban flechas y rayos contra el enemigo, que herido de ceguera y espanto caía".


El ángel liberador. "Metieron a los apóstoles en la cárcel pública. Pero el Ángel del Señor les abrió de noche las puertas de la prisión". También San Pedro estaba en la cárcel y se le presentó el Ángel del Señor. La celda se llenó de luz y el Ángel despertó a Pedro, a quien dijo: "Cíñete y cálzate las sandalias". Así lo hizo. Añadió: "Ponte el manto y sígueme". Y salió siguiéndole... Salieron (de la cárcel), y anduvieron hasta el fin de una calle. Y de pronto, el Ángel lo dejó. El ángel lo libró de las cadenas y también nos puede librar a nosotros de la cadena de la droga, del alcohol, de la pornografía o de cualquier otro vicio. Pidamos ayuda a Dios y a nuestro ángel, sin olvidar a María, que es nuestra Madre.




El ángel de la predicación. El profeta Isaías tiene una experiencia que cambia su vida. Él la relata así: "El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor, sentado sobre su trono alto y sublime. Había ante Él serafines... Uno de los serafines voló hacia mí, teniendo en sus manos un carbón y tocando con él mi boca, dijo: "Mira, Ésto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido quitada y borrado tu pecado". Y oí la voz del Señor, que me decía: "¡A quién enviaré y quién irá de nuestra parte?" Y yo le dije: "Aquí estoy yo, envíame a mí"Un serafín de los que estaban adorando ante el trono de Dios, le tocó los labios con fuego divino para que sus palabras fueran puras, purificándolas de todos sus pecados anteriores. Y entonces, Dios mismo, le pregunta si está dispuesto a ir de su parte a evangelizar. Isaías se pone a su disposición y es bendecido por Dios como profeta y evangelizador. Nosotros también necesitamos purificar nuestra boca de todas las malas palabras por la confesión, y pedir a Dios que el fuego del Espíritu Santo nos purifique para que todas nuestras palabras sean puras y puedan llegar al corazón de nuestros hermanos. Todos estamos llamados a ser misioneros y predicar la palabra de Dios. ¿Tú estás dispuesto a ponerte al servicio de Dios para esta gran misión? Dios quiere purificarte. Tú eres más que el carbón de Isaías y tú puedes ser instrumento de Dios para purificar y santificar la vida de los demás.


La existencia de los Ángeles Custodios es una verdad, continuamente profesada por la Iglesia, que forma parte desde siempre del tesoro de piedad y de doctrina del pueblo cristiano.  Estos Ángeles, explica el Catecismo:
"No han sido enviados solamente en algún caso particular, sino que han sido designados desde nuestro nacimiento para nuestro cuidado y constituidos para defensa de la salvación de cada uno de los hombres"
Jesucristo mismo
dijo a sus discípulos:



"Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque Yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos" (Mt. 18, 10)

Todo ser humano, desde el comienzo de su vida hasta el momento en que pasa a la eternidad, cuenta con la protección e intercesión de un ángel designado por Dios para guiarlo, cuidarlo y orientarlo constantemente. Así, cada uno de nosotros tiene un Ángel de la Guarda. Los ángeles pueden influir profundamente en los hombres, aunque lo hagan siempre con discreción, porque la humildad también es una virtud angelical.  ¡Cuántas veces una buena inspiración tiene su origen en un ángel! O cuándo el presentimiento de algún peligro grave hace que las personas tomen medidas que las libran de un accidente o de un gran daño, ciertamente un ángel solícito estaba cuidando el bien de su protegido.

Son innumerables los beneficios de orden espiritual y corporal que brindan sobre sus custodiados:



  1. Nos libran y defienden constantemente de multitud de males y peligros, así del alma como del cuerpo.
  2. Contienen a los demonios para que no nos hagan todo el daño que ellos quisieran, sino únicamente el que Dios les permita para nuestro mayor bien.
  3. Inspiran con frecuencia a nuestras almas pensamientos santos y consejos saludables.
  4. Ofrecen a Dios nuestras oraciones e imploran el auxilio divino sobre nosotros.
  5. Iluminan nuestro entendimiento, proponiéndoles las verdades de manera más fácil a través de la imaginación y de los sentidos, en los que pueden actuar directamente.
  6. Nos asisten de una manera particular a la hora de la muerte, que es cuando más lo necesitamos.
  7. Nos consuelan en el purgatorio y nos acompañan eternamente en el cielo como ángeles correinantes.

Fuente - Texto tomado de EWTN:

Texto tomado del Libro: Los Santos Ángeles - Caballeros de la Virgen 

Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA:

La Virgen María nos invita a rezar el Santo Rosario


La Virgen María nos invita
a rezar el Santo Rosario
Algunas de las muchas ocasiones en que nuestra Madre nos invita a rezar:


En Lourdes

Es durante el rezo del Santo Rosario cuando la Santísima Virgen se le aparece a Bernardita Soubirous, en Lourdes, y lo reza con ella.



La Santísima Virgen se le apareció por primera vez a Bernardita Soubirous, de 14 años, el 11 de Febrero de 1858. El hecho tuvo lugar en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave.

Nos cuenta la propia Bernardita:

-“… Al levantar la cabeza mirando a la gruta vi a una Señora toda vestida de blanco, con un cinturón azul y en cada pie una rosa amarilla del color de la cadena de su rosario; las cuentas de éste eran blancas.

“…Entonces metí la mano en el bolsillo y saqué el rosario… La Señora tomó el rosario que tenía entre sus manos e hizo la señal de la cruz… Me arrodillé y recé el Rosario en presencia de la hermosa Señora… Ella pasaba las cuentas de su rosario entre sus dedos, pero sin mover los labios. Únicamente al final de cada decena repetía conmigo el Gloria.

“… La segunda vez fue el domingo siguiente (14 de Febrero)… Llegadas allí, cogimos cada una el rosario y nos pusimos de rodillas para rezarlo. Apenas terminado el primer misterio, vi a la Señora…”

“…Llegada a la gruta (el 25 de Febrero) y después de rezar el Rosario, le pregunté su nombre de parte del Señor Párroco… Ella, con los brazos inclinados al suelo, levantó su mirada al cielo y me dijo entonces, juntando las manos a la altura del pecho:
-Yo soy la Inmaculada Concepción
El Papa Pío IX había proclamado el dogma de la Concepción Inmaculada de María el 8 de Diciembre de 1854.

La Virgen se le apareció a Bernardita un total de 18 veces. La Virgen le habló a Bernardita en Patois (dialecto). Bernardita nació el 7 de Enero de 1844 y murió el 16 de Abril de 1879. Fue canonizada por Pío XI en 1933.


En Fátima

En las 6 apariciones de Fátima, la Virgen pidió el rezo diario del Rosario, y en la última se identificó como la Señora del Rosario.

En la primera aparición en Fátima, el 13 de Mayo de 1917, les dice la Virgen a los 3 pastorcitos:



-“Recen el Rosario cada día para obtener la paz en el mundo y el fin de la guerra

En la 2a. aparición, el 13 de Junio del mismo año, le dice la Virgen a Lucía:

-“Quiero que reces el Rosario cada día

En la 3a. aparición, el 13 de Julio, la Virgen le recomienda a Lucía:

-“Yo quiero que continúes rezando el Rosario cada día, en honor de Nuestra Señora del Rosario, para obtener la paz en el mundo y el fin de la guerra, porque sólo Ella puede ayudarte

El 19 de Agosto, en la 4a. aparición, la Virgen le insiste:

-“Quiero que continúes rezando el Rosario todos los días

En la 5a. aparición, el 13 de Septiembre:

-“Continúen rezando el Rosario para obtener el fin de la guerra” (la muchedumbre rezaba el Rosario mientras esperaba la aparición).


En la 6a. y última aparición a los 3 pastorcitos, el 13 de Octubre de 1917, les dice la Virgen María:

-“Yo soy la Señora del Rosario. Continúen siempre rezando el Rosario cada día. La guerra va a su fin y los soldados pronto regresarán a sus casas”.

En Akita - Japón

En el país castigado con 2 bombas atómicas, la Virgen habla del terrible castigo que nos aguarda, y del Rosario, como único remedio eficaz para evitarlo.


En 1973, una imagen de la Santísima Virgen que derramó "lágrimas humanas (101 veces)", le habló a la Hermana Agnes Sasagawa, religiosa del Instituto de las Siervas de la Eucaristía, en Akita, Japón. El 13 de Octubre, en el tercer mensaje, la voz procedente de la imagen "resplandeciente con una luz deslumbrante", le dijo:

-“Como ya lo había anunciado anteriormente, si los hombres no se convierten el Padre dejará caer sobre toda la raza humana un gran castigo. Sin duda alguna será un castigo terrible, como jamás se ha visto. El fuego caerá del cielo. Por este castigo una gran parte de la Humanidad será aniquilada. Morirán por igual los sacerdotes y los fieles. Los hombres que sean perdonados y exceptuados tendrán grandes sufrimientos y desolación tal que envidiarán a los que estén muertos. La única arma que queda es el Rosario, y el signo dejado por mi Hijo. Cada día recen el Rosario por el Papa, los Obispos y los sacerdotes.

-“El demonio se filtra hasta en el interior de la Iglesia. Se levantarán Cardenales contra Cardenales, Obispos contra Obispos,… Recen mucho el Rosario. Sólo Yo puedo salvarlos de la desgracia anunciada. El que me presta su plena confianza será salvado”.

Padre Gobbi
cita sobre sus locuciones marianas

La Virgen misma nos ha ilustrado muchísimo acerca del Santo Rosario, a través del Padre Gobbi.



“No se asombren si en esta batalla caen los que no han querido o no han sabido usar el arma que Yo misma les he dado: la oración sencilla, humilde y mía del Santo Rosario. Es oración sencilla y humilde y, por lo tanto, es la más eficaz para combatir a Satanás, que hoy los seduce, sobre todo, con el orgullo y la soberbia” (28 de Mayo de 1976).

“Nunca dejen el rezo del Santo Rosario, esta oración que Yo quiero con predilección y que he venido del Cielo a pedirles. Yo les he enseñado a rezarlo bien, haciendo pasar entre mis dedos las cuentas del rosario, mientras me unía a la oración de aquella pequeña hija mía a la que me aparecí en la Gruta de Massabielle”.

“Cuando rezan el Rosario me invitan a orar con ustedes y Yo, cada vez que lo hacen, me uno verdaderamente a su oración. Así, ustedes son los pequeños hijos que rezan en torno a la Madre Celestial. Por ello, el Santo Rosario es el arma más poderosa que pueden usar en la terrible batalla que están llamados a librar contra Satanás y su ejército del mal” (11 de Febrero de 1978, aniversario de la aparición de la Virgen en Lourdes).

“Con la oración… podrán liberar un número inmenso de almas que Satanás ha logrado hacer prisioneras. La oración es una fuerza poderosa y suscita en el bien reacciones en cadena más fuertes que las reacciones atómicas”.

“La oración que Yo prefiero es el Santo Rosario. Por eso en mis numerosas apariciones, Yo siempre invito a rezarlo, me uno a los que lo rezan, lo pido a todos con ansia y preocupación maternal”.

“¿Por qué el Santo Rosario es tan eficaz? Porque es una oración sencilla, humilde, y los forma espiritualmente en la pequeñez, en la mansedumbre, en la sencillez del corazón”.

“Hoy, Satanás logra conquistarlo todo con el espíritu de soberbia y de rebelión contra Dios, y les tiene terror a todos los que siguen a su Madre Celestial en el camino de la pequeñez y de la humildad”.

“La soberbia de Satanás volverá a ser vencida por la humildad de los pequeños, y el Dragón rojo se sentirá definitivamente humillado y derrotado, cuando Yo lo ate, no con una gruesa cadena, sino con una cuerda fragilísima: la del Santo Rosario” (Fort Lauderdale, Florida, 7 de Octubre de 1983).

“Ustedes me veneran como la Virgen del Santo Rosario. El Rosario es mi oración, es la oración que Yo vine a pedirles desde el Cielo, porque es el arma que deben usar en estos tiempos de la gran batalla y es el signo de mi victoria segura”.

“… La cadena con la cual el gran Dragón debe ser atado es formada por la oración hecha conmigo y por mi medio. Esta oración es el Santo Rosario… La cadena del Santo Rosario tiene ante todo la tarea de limitar la acción de mi adversario”.

“Cada Rosario que ustedes rezan conmigo tiene el efecto de reducir la acción del Maligno, de sustraer las almas de su influencia maléfica… La cadena del Santo Rosario tiene también el efecto de encadenar a Satanás, es decir, de hacer impotente su acción y de disminuir y debilitar cada vez más la fuerza de su poder diabólico. Por esto cada Rosario bien rezado es un duro golpe infligido al poder del mal, es una parte de su reino que es destruída. La cadena del Santo Rosario logra finalmente hacer a Satanás totalmente inofensivo” (Blumenfeld, Alemania, 7 de Octubre de 1992).



“El Rosario, que ustedes rezan, tiene una potencia fuertísima contra el mal y las numerosas seducciones de mi adversario”.

“Al dominio de Satanás que se extiende, a la esclavitud del pecado que somete a tantos de mis hijos, al mal que pone su veneno en los corazones, a las insidias del Maligno que se vuelven engañosas y peligrosas, a la fuerza potente de la masonería que logra insinuarse dondequiera, al culto satánico que se difunde, respondan con la oración del Santo Rosario. Esta es mi oración, es su oración” (Roma, 1 de Mayo de 1994).