Jean-Pascal Duloisy, exorcista en París, ve un caso real cada semana.
ReL - 12 de julio de 2018
El padre Jean-Pascal Duloisy, de la diócesis de París, difiere un poco de la imagen que uno puede tener de un exorcista. Este sacerdote con alzacuellos, a pesar de ser de pequeña estatura, delgado y jovial, tiene la talla espiritual necesaria para oponerse, una media de cuatro veces al mes, a las fuerzas demoníacas. Desde hace años, propone ayudar por medio de la oración a las personas que se sienten bajo la influencia de un espíritu maligno. Raphaël Zbinden lo entrevistó en el portal católico suizo Cath.ch con ocasión de una conferencia organizada en Friburgo por la parroquia de Cristo Rey.
-Recientemente, el Papa Francisco afirmó que la Cuaresma es un tiempo de "lucha contra el espíritu del mal". Como exorcista, ¿piensa usted lo mismo?
-El combate espiritual es, efectivamente, un aspecto esencial del tiempo de Cuaresma. El Papa, además, ha tomado esta palabra del misal del Miércoles de Ceniza. Con el ayuno, la penitencia, la caridad, podemos enmendar nuestra vileza y ruindad. Pero es necesario también luchar contra las ocasiones de pecado y fortalecerse para afrontar nuestras zonas de sombra.
»El problema es que el diablo no nos dejará hacerlo, porque considera que todo lo que se salva por Cristo es una pérdida para él. Como sucede desde la época del Génesis, actuará para que dudemos de Dios, de su amor absoluto por nosotros. Lo mejor en esos momentos es buscar de nuevo ese corazón de niño que va sin miedo hacia el Padre. Porque la tarea principal del demonio es intentar romper esta relación Padre-hijo. Y lo hace sobre todo poniendo en peligro la dicha de nuestra alma, oscureciendo nuestra conciencia respecto al bien y al mal, llevándonos al desaliento.
-El Papa Francisco habla mucho del diablo, que él percibe como una criatura que existe realmente. Otras voces de la Iglesia Católica consideran que se trata de una figura simbólica. ¿Está usted de acuerdo con el Papa argentino sobre este punto?
-Desde luego. En mi opinión, un cristiano no puede no creer en el diablo. La Biblia, del principio al fin, menciona la acción del demonio, o de los demonios. El libro explica que son ángeles que se negaron a servir y adorar a Dios. Se trata, por lo tanto, de figuras reales, aunque no tengan cuerpo, que poseen una inteligencia superior a la de los hombres.
»El Papa Francisco ha hablado del diablo desde el principio. De hecho, está muy presente en su retórica, y no como una figura mítica. Y no es el único Papa que piensa así. Pablo VI y Juan Pablo II han escrito textos que hablan del diablo como de una criatura real. Es necesario que recordemos, como dijo Charles Baudelaire, que una de las grandes artimañas del diablo es hacernos creer que no existe.
-¿Ha visto usted evidencias concretas de la existencia del diablo?
-Tenemos criterios muy concretos que determinan si una persona está bajo la influencia del demonio. Personalmente he podido darme cuenta de cuatro de estos cinco criterios. En primer lugar, tenemos los fenómenos corporales anormales. La persona empieza cambiando la voz. De repente cae al suelo, se retuerce y grita. Su rostro se transforma en el de una serpiente, o se pone a cuatro patas y te mira como un perro a punto de morderte.
Fragmento de la película El exorcista (1973), de William Friedkin
»Un segundo criterio es que la persona poseída habla en una lengua que no ha aprendido nunca. Una vez acompañé a una persona que se puso a hablar en holandés, lengua que ella desconocía. En otra ocasión, una francesa de pura cepa empezó a hablar en árabe.
»Otro criterio es que la persona poseída revela hechos que desconoce. Una vez hacía un exorcismo junto a un dominico. La persona que estaba siendo exorcizada empezó a decir: "¡Tú, el de los cruasanes de mantequilla, detente!". En ese momento no comprendí. El dominico me dijo después que recientemente se había atiborrado de cruasanes de mantequilla.
En la película El exorcista (1973), de William Friedkin, el demonio muestra saber cosas sobre la madre del padre Karras que nadie salvo el sacerdote podía conocer.
»Las personas poseídas rechazan violentamente todo lo que tiene relación con la fe y la Iglesia. Blasfeman e insultan a las figuras religiosas. El quinto criterio es que estas personas a veces demuestran una fuerza física fuera de lo común.
-El diablo, entonces, ¿está presente a nuestro alrededor?
-Hay que tener en cuenta varios factores. Algunos exorcistas no hacen nada sin la ayuda de un psicólogo, y otros ven el demonio en todas partes. Estos últimos quieren hacer del exorcismo una ciencia exacta. En cuanto a mí, no decido la munición según el tamaño del demonio. Tampoco hago un diagnóstico. Mi ministerio es un ministerio de oración y de imposición de manos. Soy sólo el intermediario de una gracia concedida por Cristo. Está claro que no todos los pecados de los hombres vienen del demonio.
-¿No hay una tendencia en la Iglesia a dejar de lado todo lo que tiene una connotación sobrenatural, incluyendo el exorcismo?
-Es una pena que la idea de combate espiritual sea cada vez más ignorada en la vida cristiana. Sin duda es debido a su connotación demasiado guerrera. Ahora bien, el combate forma parte de la vida. Este rechazo proviene del hecho de que tenemos tendencia a ignorar los desafíos de la vida y de la muerte en nuestra existencia. El progreso de la modernidad tal vez nos ha dado un sentimiento demasiado grande de seguridad.
El padre Duloisy, en un debate sobre lo sobrenatural en el canal católico KTO.
»Una vez dicho esto, nos alegramos de contar con el apoyo del Vaticano. En julio de 2014, la Santa Sede reconoció de manera especial la labor de la Asociación Internacional de Exorcistas.
»Sin duda, en muchas diócesis los servicios de exorcismo han sido reducidos. Es cierto también que en las Iglesias locales los exorcistas están un poco relegados, apartados. Y no hay muchos sacerdotes dispuestos a realizar esta función. Personas inadecuadas han sido designadas a veces a este puesto, y es preocupante, porque es una labor que debe ser llevada a cabo con seriedad y responsabilidad. Creo que la Iglesia se preocupa demasiado de su imagen en la sociedad. Hay un imaginario cultural que asocia el exorcismo a la magia negra, a las piras donde se quemaban a las brujas. Este ritual está asociado en la memoria colectiva a un pasado fantasmagórico-esotérico.
»Sin embargo, el exorcismo, como he dicho antes, es una parte integrante del cristianismo, y está muy presente en los Evangelios. De hecho, toda la Iglesia práctica el exorcismo. El Padre Nuestro es un exorcismo que realizan todos los sacerdotes. ¿Acaso no decimos "líbranos del mal"? La oración afirma la supremacía de Cristo y la derrota del demonio. Esto a pesar de que no pueda acceder al ritual del Gran Exorcismo. Porque me dirijo al diablo y, al hacerlo, corro riesgos...
-El miedo vinculado al exorcismo, ¿juega también un papel en este desafío?
-Ciertamente. Pero aquí hay una gran ambigüedad. Cuando me presento como un simple sacerdote diocesano, todo el mundo pasa de mí. Pero cuando digo que soy exorcista, me prestan una atención desmesurada. El hombre teme al mal, pero también está fascinado por él. El exorcismo da miedo, pero este miedo no es inútil. Es un poco como una madre que amenaza a su hijo para que se coma la sopa, es el primer estadio del amor. El miedo, sin embargo, puede ser también una trampa y un ardid del demonio. De hecho, el miedo es su victoria más grande, porque es la madre de todos los vicios. Por consiguiente, en lugar de estar fascinados por el mal, las personas deberían maravillarse del bien.
-El público sabe más sobre los exorcismos por el cine que por las prácticas de la Iglesia. ¿Qué problema plantea esto?
-El cine da una imagen bastante sesgada del exorcismo. Sólo muestra el exorcismo imperativo, es decir, la parte en la que el sacerdote se dirige directamente al demonio. Es necesario recordar que el ritual del exorcismo es, ante todo, una liturgia, que empieza con la letanía de los santos.
»La posesión diabólica es también más sutil de lo que el cine suele mostrar. Hay mucha gente poseída que vive muy bien. El poder del mal está muy sobreestimado. Debemos recordar que el diablo es un perdedor, que es débil. Pero hay que ser vigilantes. Satán espera que le abramos una puerta. Las personas que veo a menudo están muy dañadas por adicciones y vicios profundos. Muchas veces son personas que han recurrido a la videncia, el morabitismo, la brujería. Antes de saquear la casa, el diablo debe atar al propietario. Una persona firme en la fe no tiene que temer caer bajo la influencia de las fuerzas del mal. Es necesario recordar, siempre, que Cristo venció a la muerte.
Nació en Bañoreal, cerca de Vitervo (Italia) en 1221.
Un nombre profético
Se llamaba Juan, pero dicen que cuando era muy pequeño enfermó gravemente y su madre lo presentó a San Francisco, el cual acercó al niño de cuatro meses a su corazón y le dijo:
"¡BUENA VENTURA!" que significa: "¡BUENA SUERTE. BUEN ÉXITO!"
Y el niño quedó curado. Y por eso cambió su nombre de Juan por el de Buenaventura. Y en verdad que tuvo buena suerte y buen éxito en toda su vida.
Un doctor muy especial
En agradecimiento a San Francisco su benefactor, se hizo religioso franciscano. Estudió en la Universidad de París, bajo la dirección del famoso maestro Alejandro de Ales, y llegó a ser uno de los más grandes sabios de su tiempo. Se le llama "Doctor Seráfico", porque "Serafín" significa "el que arde en amor por Dios" y este santo en sus sermones, escritos y actitudes demostró vivir lleno de un amor inmenso hacia Nuestro Señor. Los que lo conocieron y trataron dicen que todos sus estudios y trabajos los ofrecía para gloria de Dios y salvación de las almas. A sus clases concurrían en grandes cantidades gente de todas las clases sociales, y sus oyentes afirmaban que mientras hablaba parecía estar viendo al invisible. Su inocencia y santidad de vida eran tales que su maestro, Alejandro de Ales, exclamaba:
"Buenaventura parece que hubiera nacido sin pecado original"
Escrúpulos peligrosos
Él no veía en sí mismo sino faltas y miserias y por eso empezó a padecer la enfermedad de los escrúpulos, que consiste en considerar pecado lo que no es pecado. Y creyéndose totalmente indigno empezó a dejar de comulgar. Afortunadamente la bondad de Dios le concedió un valor especial, y observó en visión que Jesucristo en la Santa Hostia se venía desde el copón, en el cual el sacerdote estaba repartiendo la Sagrada Comunión, y llegaba hasta sus labios. Con ésto reconoció que el dejar de comulgar por escrúpulos era una equivocación.
Escritor famoso
Buenaventura, además de dedicarse muchos años a dar clases en la Universidad de París, donde se formaban estudiantes de filosofía y teología de muchos países, escribió numerosos sermones y varias obras de piedad que por siglos han hecho inmenso bien a infinidad de lectores. Una de ellas se llama "Itinerario del alma hacia Dios". Allí enseña que la perfección cristiana consiste en hacer bien las acciones ordinarias y todo por amor de Dios. El Papa Sixto IV decía que al leer las obras de San Buenaventura se siente uno invadido de un fervor especial, porque fueron escritas por alguien que rezaba mucho y amaba intensamente a Dios.
Una noticia muy halagadora
San Buenaventura fue nombrado Superior General de los Padres Franciscanos, y el Papa le concedió el título de Cardenal. Y aunque era famoso mundialmente por su sabiduría, sin embargo seguía siendo muy humilde y se iba a la cocina a lavar platos con los hermanos legos (dicen que la noticia de su nombramiento como Cardenal le llegó mientras estaba un día lavando platos en la cocina) y Fray Gil, uno de los hermanos legos más humildes, le preguntó un día:
"Padre Buenaventura, ¿un pobre ignorante como yo, podrá algún día estar tan cerca de Dios, como su Reverencia que es tan inmensamente sabio?"
El gran sabio le respondió:
"Oh mi querido Fray Gil: si una pobre viejecita ignorante tiene más amor de Dios que Fray Buenaventura, estará más cerca de Dios en la eternidad que Fray Buenaventura"
Al oír semejante noticia, el humilde frailecito empezó a aplaudir y a gritar:
"Ay Fray Gil borriquillo de Dios, aunque seas más ignorante que la más pobre viejecita, si amas a Dios más que Fray Buenaventura, estarás en el cielo más cerca de Dios que el gran Fray Buenaventura"
Y de pura emoción se fue elevando por los aires, y quedó allí suspendido entre cielo y tierra en éxtasis. Es que había escuchado la más halagadora de las noticias:
Que el puesto en el cielo dependerá del grado de amor que hayamos tenido hacia el buen Dios
La simpatía de San Buenaventura
Este gran doctor, que por 17 años fue Superior General de los Padres Franciscanos, recorrió el mundo visitando las casas de su comunidad y animando a todos a dedicarse a la santidad, y que fue el hombre de confianza del Sumo Pontífice para resolver muchos casos difíciles, y que dirigió en nombre del Papa el Concilio de Lyon, y tuvo el honor de que la oración fúnebre el día de su entierro la hiciera el mismo Sumo Pontífice, tenía una cualidad especialísima: una exquisita bondad en su trato, una amabilidad que le ganaba los corazones, un modo conciliador que lo alejaba de los extremos, de la extrema rigidez que amarga la vida de los otros y de la relajación que deja a todos seguir por el camino del mal sin corregirlos.
Sus virtudes preferidas eran la humildad y la paciencia, y la meditación frecuente en la Pasión y Muerte de Cristo lo llevaba a esforzarse por cumplir aquel consejo de Jesús:
"Aprended de Mí que Soy manso y humilde de Corazón"
Su crucifijo lo tenía totalmente desgastado de tanto besarle las manos, los pies, la cabeza y la herida del costado. Su amor a la Virgen María era intenso y por todas partes recomendaba el rezo del Ángelus (o de las tres Avemarías).
Un santo elogia a otro santo
A San Buenaventura le recomendaron que escribiera la biografía de su gran protector San Francisco de Asís (la cual resultó muy hermosa), y dicen que cuando estaba redactándola, llegó a visitarlo el sabio más famoso de su tiempo, Santo Tomas de Aquino, el cual al asomarse a su celda y verlo sumido en la contemplación y como en éxtasis, exclamó:
"Dejemos que un santo escriba la vida de otro santo"
Y se fue. Así que estos dos sabios tan famosos no se trataron en vida pero se admiraron mutuamente.
Muerte solemne
En el año 1274 se celebró el Concilio de Lyon (o reunión de todos los obispos católicos del mundo). Terminando el Concilio con gran éxito, todo dirigido por San Buenaventura, por orden del Sumo Pontífice, el santo sintió que le faltaban las fuerzas, y el 15 de julio de 1274 murió santamente asistido por el Papa en persona. Todos los obispos del Concilio asistieron a sus funerales y caso único en la historia, el Santo Padre ordenó que todos los sacerdotes del mundo celebren una misa por el alma del difunto.
Un elogio muy especial
El Papa Inocencio V predicó la homilía en el entierro de San Buenaventura y dijo de él:
"Su amabilidad era tan grande que empezar a tratarlo era quedar ya amigos de él para siempre. Y su unción al predicar y escribir era tan admirable, que escucharlo o leer sus escritos, era ya empezar a sentir deseos de amar a Dios y conseguir la santidad"
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido. También me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno, ayudado de Vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para todos los Días
Oh Dios, que por amor a nosotros nos ha enviado a tu Divino Hijo como nuestro Salvador y Redentor, te pedimos que por mediación de los méritos de tu infancia, se acreciente nuestra fe y abundemos en buenas obras. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
QUINTO DÍA
La Palabra de Dios
"Al cabo de tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles: todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas.
Cuando le vieron quedaron sorprendidos y su madre le dijo: Hijo ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando. Él les dijo: ¿Y por qué me buscábais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre? Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.
"Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres". (Lc. 2, 46-52).
Reflexión
La sagrada familia es el modelo para las familias cristianas: los padres no solamente deben proveer el alimento, vestido e instrucción de sus hijos; sino que tengan en cuenta que son sus educadores especialmente en la fe. Enséñenlos a cumplir sus deberes para con Dios y para con el prójimo. Los hijos, por su parte, a ejemplo del Niño Jesús, tengan cariño a sus padres y sean dóciles a sus enseñanzas para que puedan formarse buenos ciudadanos y buenos cristianos.
Propósito
Me esforzaré para que en mi hogar reine el amor y la comprensión que reinaban en el hogar del Niño Jesús.
Oración Comunitaria
Por mediación de Jesús hagamos nuestras peticiones a Dios nuestro Señor:
Para que en nuestros hogares florezcan las virtudes del Niño Jesús. Escúchanos, Señor.
Para que, si Dios lo juzga conveniente, nos conceda la gracia que le pedimos en esta novena. Escúchanos, Señor.
(Pueden añadirse otras peticiones).
Gozos
Coro
Oh Divino Niño mi Dios y Señor, tú serás el dueño de mi corazón.
Estrofas
Aquí en tu Santuario con fe y oración, te pedimos todos nuestra conversión.
Pequeños y grandes en gran procesión, venimos alegres a hacerte oblación.
Los jóvenes todos con gran persuasión, radiantes de anhelos van al Salvador.
Que nuestras familias como Nazaret, sus grandes virtudes puedan conocer.
Que amemos a todos nos manda el Señor, con todas las fuerzas que amamos a Dios.
Que al fin de mi vida con tu protección, tenga yo la dicha de mi salvación.
Oración Final
Oh Jesús, bendice nuestras familias para que los padres sean más responsables de su delicada misión y para que reinen más amor y más comprensión entre padres e hijos. Amén.
Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A Ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío me has de perdonar mis culpas, y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la Santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en esta Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.
Oración para todos los días
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
(Rezar tres Avemarías)
Rezar a continuación
la oración del día que corresponda:
DÍA NOVENO
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que extendiendo tu amor hacia los Carmelitas, aún después de la muerte, como piadosísima Madre de los que visten tu Santo Escapulario consuelas sus almas, cuando están en el Purgatorio, y con tus ruegos consigues salgan cuanto antes de aquellas penas, para ir a gozar de Dios, Nuestro Señor, en la gloria. Te ruego, Señora, me alcances de su divina Majestad cumpla yo con las obligaciones de cristiano, y la devoción del Santo Escapulario, de modo que logre este singularísimo favor. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:
Dios te Salve, Reina y Madre
de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena
Oración final para todos los días
Virgen Santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de ésta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos cómo ofenden a tu divino Hijo, y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.
El exorcista (título original en inglés: The Exorcist) es una película de terror norteamericana de 1973 dirigida por el realizador William Friedkin, sobre un guión escrito por William Peter Blatty basado en la novela homónima del propio Blatty, publicada en 1971 y que solo en Estados Unidos llegó a vender cerca de trece millones de ejemplares.
Está protagonizada por Ellen Burstyn, Jason Miller, Linda Blair y Max von Sydow. La cinta relata los fatídicos hechos de la posesión diabólica de Regan MacNeil, una niña de doce años de edad, y del exorcismo al que más tarde fue sometida.
Su estreno en la década de 1970 provocó una abrumadora aceptación por parte del público y también de la crítica, que terminaron considerándola como una de las mejores películas de la historia en su género. Además de su aceptación, la película obtuvo un total de diez nominaciones para los Premios Oscar, incluyendo Mejor Película, de los cuales logró ganar finalmente dos; y siete nominaciones para los Premios Globo de Oro de los cuales ganó cuatro, incluyendo Mejor Película Dramática. Fue ganadora del Premio Saturn a la Mejor Película de Terror.
Blatty, el autor de la novela, explicó que el argumento se inspiró en un hecho verídico sobre el que empezó a trabajar cuando aún era estudiante universitario. El hecho fue un supuesto exorcismo ocurrido en 1949, del que informó The Washington Post. En el caso real, la persona supuestamente poseída era una niña de catorce años de edad que sufrió alteraciones en su personalidad, por lo cual se le practicaron varios exorcismos en un lapso de tres meses.
Mi Nota Personal:
Por la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, deseo que todos ustedes al ver esta película tomen conciencia del poder del demonio y las tinieblas, y puedan corregir sus vidas, enderezar su camino y buscar con prontitud la conversión y abrazar al Único, Verdadero y Amoroso Padre: Dios. Debido a que no se encuentran versiones autorizadas de la película, para compartirlas vía webs o blogs, sólo puedo mostrar el trailer:
Muchas gracias a ustedes por leer este artículo. Dios los colme de abundantes bendiciones y los proteja del maligno Satanás.