jueves, 12 de julio de 2018

San Enrique - Santo Emperador - Fiesta Julio 13




Martirologio Romano

San Enrique, emperador de los romanos, que, según la tradición, de acuerdo con su esposa Cunegunda puso gran empeño en reformar la vida de la Iglesia y en propagar la fe en Cristo por toda Europa, donde, movido por un celo misionero, instituyó numerosas sedes episcopales y fundó monasterios. Murió en este día en Grona, cerca de Göttingen, en Franconia (1024).

Etimológicamente

Enrique = Aquel que es jefe de hogar, es de origen germánico.

Fecha de canonización

4 de marzo de 1146 por el Papa Beato Eugenio III.

Breve Biografía

Nacido en el año 972 y fallecido en 1024. Nieto de Carlomagno y sucesor de los tres Otones, fue el más grande apóstol de la paz en el segundo decenio del siglo XI y uno de los más destacados promotores de la civilización occidental, colaborando a la labor del Papado y de los monjes de Cluny, de cuyo abad San Odilón fue gran amigo.

Seguramente, a la primera impresión nadie habría creído que bajo la pesada armadura de aquel caballero que cabalgaba con sus numerosas tropas por las grandes llanuras del imperio alemán, se escondía un santo.

Pasada ya la gloriosa restauración de Carlomagno, Europa, en el siglo X, vive una época de dejadez y brutalidad. Empiezan a aparecer los desastrosos efectos del feudalismo, la jerarquía eclesiástica está corroída por las investiduras y por doquier impera la ley del más fuerte.

Parece imposible que aún vivan personas santas, y menos aún que lo sea uno de los numerosos príncipes feudales.

Nos hallamos en la corte del duque de Baviera Enrique el Batallador y de su esposa Gisela de Borgoña. En el castillo ducal se celebran grandes festejos porque ha nacido el príncipe heredero. Se le impone, como a su padre, el nombre de Enrique.

Los primeros años pasan plácidamente, pero pronto es víctima de la persecución; su padre ha sido vencido en una de las interminables guerras familiares y se ha visto obligado a huir. Sin embargo, las cosas volverán a su lugar; el padre recobrará el ducado con todas sus posesiones y Enrique podrá dedicarse al cultivo de las Letras, bajo la dirección de Wolfgang, el santo obispo de Ratisbona.

Wolfgang no sólo forma su inteligencia, sino también su voluntad, dándole una esmerada educación cristiana y una sólida piedad.

A la muerte de su padre, hereda el ducado y se convierte en uno de los príncipes de más porvenir de Alemania. Con su carácter recto y justiciero atiende a las necesidades de su pueblo, gobierna con mano al mismo tiempo fuerte y suave.

Sabe comprender y no es vengativo. Prefiere perdonar que castigar y busca antes el provecho de sus súbditos que sus propios intereses.


En el año 1002, los electores del Sacro Imperio Romano-Germánico le nombran para el cargo imperial. Acaba de morir Otón III, sin sucesión directa.

La fama de Enrique, su sinceridad y nobleza, son reconocidas por todos, y saben que será el emperador ideal.

La ascensión al trono imperial es para el duque de Baviera una empresa difícil. Surgen contrincantes que ha de vencer, sublevaciones para dominar, querellas entre los señores feudales, que ha de sofocar, pero Enrique con su fiel ejército atiende a todo.

Vence al rey de Polonia, rechaza a los bizantinos, interviene en los Estados Pontificios defendiendo los derechos de Benedicto VIII, el legítimo sucesor de Pedro.

Con su prodigioso genio militar sabe triunfar, pero, diferente de muchos otros de su tiempo, no abusa de la victoria. La justicia rige todos sus actos.

Su actividad se extiende también a la reforma espiritual del clero.

En el año 1007 convoca, de acuerdo con las costumbres de su tiempo, un Concilio general en Francfort. Acuden los numerosos obispos del Imperio, que dictan severas normas disciplinarias. Después, Enrique procurará que se cumplan.


Restablecido el orden en el Imperio y protegidas las fronteras, Enrique empezó a reinar con todo su poder. En el año 1014, junto con su esposa, fue ungido y coronado rey por el propio pontífice, en Roma.

Seguramente pocos reyes tuvieron, ya en vida, tan buena fama y muchos menos fueron venerados y gozaron del amor de sus súbditos como este nieto de Carlomagno.

Muestra de su gran virtud es este ejemplo: Al sentirse morir llamó junto a sí a los grandes del reino y, tomando la mano de su esposa Cunegunda, también santa, dijo a los padres de ésta:
"He aquí a la que vosotros me habéis dado por esposa ante Cristo; como me la disteis virgen, virgen la pongo otra vez en las manos de Dios y vuestras"
Sus restos reposan en la catedral de Bamberg.

San Enrique realizó lo que a muchos puede parecer imposible: ser emperador, vivir continuamente ocupado en los problemas públicos y entre guerras, y llegar a santo.

Si Enrique de Baviera lo llevó a término fue porque en el ejercicio de su cargo vio un servicio al prójimo y a Jesucristo. La historia de Europa nos ofrece pocas vidas tan bellas y útiles como la de Enrique II, el Santo.

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

Beato Padre Mariano de Jesús Eusse Hoyos - Fiesta Julio 13


Beato Padre Mariano de Jesús Eusse Hoyos
Primogénito de los siete hijos de Pedro José Eusse, de ascendencia francesa y María Rosalía de Hoyos, el beato Mariano de Jesús Eusse Hoyos nació en Yarumal (Antioquia - Colombia), el 14 de octubre de 1845. Para esquivar el influjo de la escuela laica de entonces, Pedro y Rosalía prefirieron ser ellos mismos los maestros de sus hijos, educándolos en el temor de Dios. En 1868 ingresa al Seminario de Medellín, recién fundado. Entre sus condiscípulos se encontraron muchos que fueron luego honra de la Iglesia y de las letras, como el futuro presidente de Colombia don Marco Fidel Suárez.

A comienzos de 1870 es recibido como clérigo y el 14 de julio de 1872, ordenado presbítero por el obispo Valerio Antonio Jiménez, con quien lo unía algún parentesco. Inicia su ministerio Sacerdotal como Vicario Parroquial en San Pedro (1872 - 1875), y en varios lugares de la extensa diócesis. En marzo de 1876 llega a la población de Angostura, para ayudar al anciano párroco, el padre Rudesindo Correa, a quien cuida con desvelo y dedicación.

Fue un celoso evangelizador, con sus catequesis y pláticas doctrinales sencillas sobremanera. Sabía salpicarlas además con provechosas anécdotas, al alcance de sus oyentes. Tuvo especiales cuidados de padre para con los niños. Profesó especial afecto a los campesinos, en cuyo ambiente se había levantado. Sentía y vivía todos sus problemas y trataba de solucionarlos. Continuamente iba en busca de las ovejas descarriadas, por quienes oraba y hacía orar. Su ilimitada caridad no le consentía dejar miseria alguna sin remediar.

Quebrantada su salud por los trabajos, los años y las penitencias, ya cercano a la muerte pidió ser confortado con la Eucaristía y la Unción, antes de perder el conocimiento. Cerca de la medianoche del 12 de julio de 1926, murió en la mayor pobreza, pues hasta la ropa de cama era prestada por haberlo repartido todo entre los pobres.
"Ya he vivido bastante. Ahora mi mayor deseo es ir a unirme con Jesús"
Fueron sus últimas palabras. Muchos favores se cuentan del Padre Marianito durante su vida. Con su visita y una breve oración, sanó muchos enfermos, arregló variados litigios entre campesinos por asuntos de linderos, protegió de catástrofes a su feligresía. Todas estas circunstancias hicieron de él una copia del Santo Cura de Ars. Es el primer Párroco de América cuya santidad es reconocida por la Iglesia. Fue beatificado en Roma, por el Papa Juan Pablo II, el 9 de abril de 2000. Llamado patrono de la paz para Colombia por San Juan Pablo II.

Semblanza
del Beato Padre Marianito

  • Nacimiento: El 14 de octubre de 1845, en Yarumal.
  • Muerte: El 13 de julio de 1926.
  • Sepultado: En la capilla de El Carmen en Angostura, el 13 de julio de 1926.
  • Exhumación: De su cadáver, el cual se encuentra actualmente momificado.
Beato Padre Mariano de Jesús Eusse Hoyos
Cuerpo momificado



Milagros del Beato Padre Marianito

Son incontables, en realidad, los favores alcanzados; la sola enumeración llevaría muchas páginas. Los milagros más notables fueron de orden físico, intelectual y moral:

Iglesia en Angostura (Antioquia - Colombia)
donde reposan los restos mortales
Beato Padre Mariano de Jesús Eusse Hoyos
Milagros

Extingue el fuego

Prendiéndose en un fuerte verano un rastrojo cercano a la población. Las llamas avanzaron amenazantes hasta los primeros solares del poblado. Llamado el Padre Marianito acudió enseguida; hizo una breve oración y asperjó con agua de San Ignacio y el fuego se detuvo enseguida.

En otra ocasión, por no haber tomado las debidas precauciones, los dueños de una rocería, el día de la quema el fuego llegó con furia hasta los primeros ranchos de la población y en un instante los redujo a cenizas. Al llegar Marianito leyó un exorcismo y el fuego se apagó.

Cerdo que muere

No citamos nombres por respeto a parientes que aún viven. En un campo cercano a la población, sucedió que una madre de familia salió a una fuente un poco distante a lavar ropa y dejó a un niño de poca edad, dormido en una estera tirada en el suelo. Cuando regresó a darle vuelta al niño, encontró un espectáculo desgarrador: un cerdo había entrado y se había comido al niño del que sólo quedaban pequeños trozos de carne y hueso. A los gritos de dolor de la madre, acudió el marido que no estaba lejos. Éste, desesperado, azotó a la señora por descuidada y la condenó a llevar el cerdo en todo momento atado a una pierna. La noticia se propagó, y al saberlo Marianito acudió al lugar de la tragedia a consolar a los afligidos padres. Al llegar, encontró a la señora sola, bañada en lágrimas y con el cerdo amarrado que halando la martirizaba de tal manera que ya tenía la pierna llagada. Después de derramar el Padre Marianito el bálsamo de sus consuelos sobre la pobre señora, se acercó al animal; con saliva le tocó las orejas y se despidió para regresar a su casa; pero aún no había montado en su caballo, cuando el cerdo dio un chillido y cayó muerto.

Castigo

En alguna ocasión, dos señoras, por cualquier causa, se burlaron del Padre y sacaron de él ridículas caricaturas. Poco tiempo después una de ellas se enloqueció y la otra contrajo un dolor de cabeza que le duró ocho meses; al cabo de ellos humillada acudió al Padre Marianito a pedirle perdón, y éste haciéndole en la frente la señal de la Cruz la curó para siempre de ese dolor.

Hinchazón

Francisco Luis Trujillo Roldán, de 49 años refiere: en 1922 tenía yo una hinchazón muy grande en la mejilla derecha. El médico dijo que tenía que operarme porque se trataba de una infección en el hueso. Mi madre muy confundida acudió al Padre Marianito, quien le dijo:
"No sufra hija; el niño se le cura sin necesidad de operación"
Me untó saliva; me acosté enfermo y al día siguiente amanecí deshinchado.

Sorda de nacimiento

María Rosa Gómez era sorda de nacimiento. No obstante la pusieron en manos de los médicos; más, como era natural, sin éxito alguno. Estando de seis años se la llevaron al Padre Marianito; le metió los dedos humedecidos en saliva en los oídos y los retiró rápidamente. La niña quedó curada y oyendo perfectamente.

Serenateros

Una noche ya muy tarde, y estando enfermo el Padre, unos borrachos se dieron a la tarea de dar serenatas y hacer bulla cerca de la casa cural, impidiendo así el sueño a todos los vecinos. Entre ellos estaba Nicolás, hermano del Padre Marianito, quien salió a la ventana y los reprendió diciendo:
"¡Sinvergüenzas! No nos dejan dormir, cuidado les canta el búho"
Al momento la calle se llenó de búhos y los trasnochadores salieron despavoridos.

¿Veía al demonio?


Cuentan que había en Campamento un matrimonio que vivía muy mal. Alguna vez pasó el Padre por esa población y se hospedó adrede en casa de esta pareja. Por la noche se apareció un perro negro; el Padre lo conjuró y el matrimonio quedó libre del poder del demonio.

Lo acompañaba yo un día, dice Agustín Misas, a confesar un enfermo a Santa Ana. Al pasar frente a una casita que había en el camino, encontramos dos niñas que hacían huecos en una barranca. El Padre se detuvo y se encaró con un individuo invisible y le dijo en tono severo:
"¿Qué haces ahí?"
Una voz rara que no supe de dónde salía contestó:
"Estoy cuidando estas niñas"
"Retírate de aquí" -agregó él a tiempo que bendecía- "Y ustedes niñitas, váyanse a la casa que las necesita la mamá"
Las niñas obedecieron y no habían caminado veinte pasos cuando cayó un enorme alud que segó por completo el camino.

Tumor desaparecido

La señora María Jesús Sosa dice: en vida curó a un hijo mío que padecía de un tumor localizado sobre una arteria. Lo sobó con saliva y ésto bastó para curarlo.

Parto difícil

Refiere don Roberto Henao: la señora Ana Felisa de Rada se vio en tan grave peligro de muerte al dar a luz un niño que el médico que la atendía, listo a operar, preguntó al esposo qué prefería, si la vida de la esposa o la del hijo. En tan tremendo trance el Padre Marianito llegó a confesarla y pidió al médico que esperara un poco. Con el dedo pulgar humedecido en saliva y sobre el vientre de la señora pero sobre las ropas, trazó el signo de la Cruz. Antes de cinco minutos nació sin dificultad la criatura y se salvaron madre e hijo.

Cáncer en la laringe

Una señora sufría de un cáncer en la laringe. Los médicos de Yarumal y Santa Rosa que la reconocieron anunciaron la muerte próxima, y afirmaron que no se le podía operar. Llamó a Marianito a que la confesara para prepararse a la muerte. La confesó y luego con saliva, como solía hacerlo, le hizo la señal de la Cruz en la garganta. Esa noche, la señora tuvo un fuerte acceso de vómito y arrojó algo como del tamaño de una mosca grande con largas patas, que parecía hilos de seda. Quedó completamente curada.

Rogativas

Caso referido por muchos testigos: un largo verano había aniquilado cementeras y potreros. Las gentes aterradas por la amenaza del hambre que se cernía sobre la población, pidieron al Padre Marianito que hiciera una procesión de rogativa. Cantando las letanías mayores y llevando las imágenes de Nuestra Señora de Chiquinquirá y de San José, salieron a la plaza. Unos forasteros que habían llegado, informados de lo que acontecía, se rieron a carcajadas y apostaron que no llovería. Mas el cielo se encargó de probarles lo contrario: antes de que la procesión terminara de recorrer la plaza, se descargó un aguacero tal que fue preciso dejar la imagen de San José, que era pesada, en la alcaldía; la de la Virgen, más liviana, pudo llegar al templo.

Una caída

Muy comentado por toda la ciudadanía fue el caso siguiente: estaba un día el Padre Marianito empezando las ceremonias del bautismo de un infante en la puerta del templo, cuando de un alto balcón, a una cuadra de distancia, se cayó una niña de tres años de edad. Antes de que se estrellara contra el empedrado, el Padre que la vio ya en el aire, le dio la bendición. ¡Y cosa rara! La niña Gabriela Trujillo no sufrió lesión alguna, quien luego se hizo religiosa misionera de Santa Teresita en Yarumal.

Quiste

Llegó un día una señora con una niña de unos cinco años de edad, que tenía un grano (quiste) debajo del párpado y le impedía cerrar el ojo. El Padre tomó un poco de agua, introdujo en ella la medalla de San Ignacio y la bendijo. Luego aplicó al ojo de la niña un algodón humedecido; como el agua le fastidiara, la niña se restregó el ojo y al instante cayó al suelo un tumor del tamaño de un fríjol.


Su jaculatoria preferida





"Oh María concebida sin pecado original, rogad por nosotros que recurrimos a Vos" 

Dicen que se le oía repetir con frecuencia en momento difíciles de la vida de Colombia, como las guerras civiles y la persecución contra el clero en la que el sacerdote tuvo que esconderse. Vivir en una cueva, que era también su cocina, su altar, su alcoba y desde donde atendía a sus fieles.

Oración al Padre Marianito

Oh Dios, que otorgaste
a tu siervo Mariano de Jesús,
la gracia del sacerdocio ministerial
y lo hiciste modelo de párrocos,
dotándolo de preclaras virtudes,
especialmente de celo infatigable
por tu gloria y solicitud
amorosa por los hermanos,
concédenos seguir su ejemplo
y gozar de su valiosa intercesión.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén

Fuente - Texto tomado de SANTUARIOMARIANITO.ORG:

Novena al Divino Niño Jesús - Tercer Día - Julio 13 de 2018


Tercer Día de la Novena al Divino Niño

Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de Contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido. También me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno, ayudado de Vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Oración para todos los Días

Oh Dios, que por amor a nosotros nos ha enviado a tu Divino Hijo como nuestro Salvador y Redentor, te pedimos que por mediación de los méritos de tu infancia, se acreciente nuestra fe y abundemos en buenas obras. Por Cristo nuestro Señor. Amén.



TERCER DÍA

La Palabra de Dios


"Cuando según la Ley de Moisés, se cumplieron los días de purificación de ellos, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor". (Lc. 2, 22).


Reflexión


Es muy cristiano la costumbre de llevar los niños al templo para presentarlos al Señor, pero que esta presentación sea para confirmar más nuestro solemne compromiso contraído cuando los mandamos bautizar, o sea de enseñarles a ser buenos cristianos, con la palabra y de manera especial con el buen ejemplo.


Propósito


Procuraré colaborar con Dios anunciando el Evangelio a las personas con quienes vivo primero con el buen ejemplo y si fuere necesario con algunas palabras.

Oración Comunitaria

Confiadamente hagamos nuestras peticiones a Dios.

Para que los padres de familia y los padrinos cumplan con su solemne compromiso de educar cristianamente a los niños. Escúchanos, Señor.

Para que Jesús nos conceda la gracia que le pedimos en esta novena, si es de su agrado. Escúchanos, Señor.

(Pueden añadirse otras peticiones).

Gozos

Coro

Oh Divino Niño mi Dios y Señor, tú serás el dueño de mi corazón.

Estrofas

Aquí en tu Santuario con fe y oración, te pedimos todos nuestra conversión.

Pequeños y grandes en gran procesión, venimos alegres a hacerte oblación.

Los jóvenes todos con gran persuasión, radiantes de anhelos van al Salvador.

Que nuestras familias como Nazaret, sus grandes virtudes puedan conocer.

Que amemos a todos nos manda el Señor, con todas las fuerzas que amamos a Dios.

Que al fin de mi vida con tu protección, tenga yo la dicha de mi salvación.

Oración Final

Oh, Jesús, Maestro Divino de los hombres, ilumina a los padres de familia y a todos los encargados de la educación cristiana de los niños y de los jóvenes, para que cumplan con la solemne misión que Él les ha encargado. Amén.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

Amén

Fuente - Texto e imagen tomado de ACIPRENSA.COM:

Novena a Nuestra Señora Virgen del Carmen - Día Séptimo - Julio 13 de 2018



Acto de Contrición
para todos los días

Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A Ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío me has de perdonar mis culpas, y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la Santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en esta Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.

Oración para todos los días

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:

(Rezar tres Avemarías)

Rezar a continuación
la oración del día que corresponda:



DÍA SÉPTIMO

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que en tu santo Escapulario diste a los que devotamente lo visten, un firmísimo escudo para defenderse de todos los peligros de este mundo y de las asechanzas del demonio, acreditando esta verdad con tantos y tan singulares milagros. Te ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta vida mortal, para que en todas las tribulaciones y peligros encuentre la seguridad, y en las tentaciones salga con victoria, logrando siempre tu especial asistencia para conseguirlo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:

Dios te Salve, Reina y Madre 
de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena

Oración final para todos los días

Virgen Santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de ésta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección.

Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos cómo ofenden a tu divino Hijo, y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.

Fuente - Texto tomado de DEVOCIONARIO.COM: