lunes, 9 de abril de 2018

San Ezequiel - Profeta y Mártir del Antiguo Testamento - Fiesta Abril 10

Ezequiel significa "Dios es Fuerte"
Profeta (598 a. de C.)
Oración

San Ezequiel profeta, pídele a Dios que nunca se nos vayan a olvidar los males que nos pueden venir si desobedecemos las leyes del Señor, y que siempre recordemos con gran provecho los inmensos bienes que vamos a conseguir si permanecemos fieles al amor de nuestro Dios y obedecemos sus divinos mandatos.

Historia

Ezequiel era hijo de un sacerdote y él también fue sacerdote (recuerden que en el Antiguo Testamento en Israel los sacerdotes se casaban). Fue el profeta encargado por Dios para animar al pueblo cuando los israelitas fueron llevados cautivos a Babilonia. Durante 22 años predicó al pueblo de Israel en el desierto. Dios le avisó que muchos no le iban a hacer caso:
"No querrán hacerte caso a ti porque tampoco quisieron hacerme caso a Mí, porque tienen cabeza orgullosa y corazón terco. Pero no les tengas miedo, pues Yo te doy una voluntad aún más fuerte que la de ellos y tan dura como el diamante"
Al principio Ezequiel predicó en Jerusalén, avisando a las gentes que si no dejaban su vida de pecado vendrían terribles castigos y la destrucción de la ciudad. No le hicieron caso y llegó el rey Nabucodonosor y destruyó la ciudad de Jerusalén y se llevó prisioneros y desterrados a sus habitantes, incluyendo a Ezequiel.


En el desierto este gran profeta mantiene viva la fe de los deportados y los anima constantemente a confiar en Dios. Les enseña que este castigo no significa que Dios los haya abandonado, sino que los quiere purificar y volver mejores. Dios le habló a Ezequiel por medio de visiones muy misteriosas:

Junto al río Quebar se le aparece el Señor en un carro de fuego, llevado por cuatro seres vivientes, los cuales tenían forma de león, de toro, de águila y de hombre (el león significaba valor, el toro, la fuerza, el águila, la elevación hasta muy alto, y el hombre, la inteligencia). Esto significaba que toda la creación representada por los cuatro seres, le servirá y le obedecerá al Creador.



Dios también le presentó en visión un campo lleno de esqueletos. Le mandó darles una bendición, y los esqueletos se llenaron de carne. Le ordenó darles otra bendición y los cuerpos adquirieron vida y resucitaron. Y Dios le dijo:



"Ésto es lo que voy a hacer con mi pueblo. Ahora están como muertos y desamparados, pero Yo les daré nueva vida y los llenaré de bendiciones"
En otra visión, Ezequiel contempló que una carroza bellísima donde viajaba la gloria de Dios se alejaba de Jerusalén y se dirigía hacia Babilonia. Con ésto el Señor le anunciaba que iba a abandonar por un tiempo a esta famosa ciudad y así sucedió. Unos años después Jerusalén fue destruida.



Más tarde vio el profeta que la carroza con la gloria de Dios volvía otra vez a Jerusalén. Con ésto se le anunciaba que la ciudad santa iba a ser reedificada otra vez y allí se le seguiría dando gloria a Dios. Y así sucedió. El pueblo desterrado volvió a Tierra Santa y en Jerusalén se volvió a construir el templo y a darle allí gloria al Señor.

A Ezequiel se le murió la esposa y Dios le dijo:
"No llores ni lleves luto, porque con ésto les quiero avisar que cuando les destruyan la ciudad no les van a dar tiempo para dedicarse a lamentaciones"
Todo sucedió de esa manera. Un día le dijo Dios:
"Échate al hombro el bulto con toda tu ropa y tus utensilios de trabajo, y sal por la ciudad como quien viaja para el destierro. Y si alguno te pregunta qué significa eso, les dirás que eso es lo que a ellos les va a suceder si siguen pecando: tendrán que irse al destierro con sus ropas y sus utensilios al hombro"
Todo sucedió después, tal cual como Dios se lo había anunciado. En una visión le dijo el Señor:
"Le voy a mostrar cómo será en el futuro la religión verdadera de mi pueblo"

Y le mostró un río pequeño. El agua apenas llegaba hasta las rodillas y se podía atravesar fácilmente hasta el otro lado. Luego el río creció y el agua ya llegaba hasta la cintura. El río siguió creciendo y ya el agua llegaba hasta el cuello y era difícil atravesarlo. Al fin, el río creció tan inmensamente que no se podía atravesar. Y sus aguas refrescantes regaron todos los campos de las orillas, los cuales se llenaron de árboles llenos de muy buenos frutos y llegaron las aguas al Mar Muerto (que es super salado y espeso y no tiene vida de ninguna clase), y cambiaron aquellas aguas y las volvieron muy aptas para la vida, y se llenaron de peces. Y Dios le explicó:
"Que éste iba a ser el futuro de la Santa Religión: iría creciendo poco a poco hasta regar el mundo entero y llenar todas las regiones de frutos de buenas obras y convertir aquello que antes era maldad y daño, en algo provechoso y lleno de bondad"
Y así ha sucedido, gracias a Dios. La religión crece cada día más y más, y sus frutos de virtudes y de obras buenas, son maravillosos. Y muchos ambientes que eran como el Mar Muerto se volvieron llenos de vida espiritual, gracias a la religión. Las gentes decían desanimadas:
"Nuestros antepasados fueron los que cometieron las maldades y ahora somos nosotros los que las tenemos que pagar"
Pero Dios le dijo a Ezequiel:
"No es así como dicen. Cada uno paga por sus propias maldades"

Y le añadió una noticia muy importante:



"Si uno que era malo se vuelve bueno, se olvidarán sus antiguas maldades y se le premiará por la vida virtuosa que empieza a vivir. Pero si uno que era bueno, se vuelve malo, se olvidará lo bueno que hizo antes y se le castigará por sus maldades"
Fuente - Texto tomado de EWTN:
http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Ezequiel_4_15.htm

Solemnidad de la Anunciación del Señor. La encarnación del Hijo de Dios (Abril 9 de 2018)


La Anunciación del Señor es una de las fiestas más antiguas de la Iglesia. El Hijo de Dios, se encarnó en la Virgen María por el Espíritu Santo.

La Anunciación del Señor inaugura el evento en el que el Hijo de Dios hecho carne para consumir su sacrificio redentor en obediencia al Padre y ser el primero de la resucitada. La Iglesia, como María, está asociado a la obediencia a Cristo, viviendo sacramentalmente en la fe el significado de la Anunciación pascual. María es la hija de Sión, que corona la larga espera, da la bienvenida a su "Fiat" y concibe por el Espíritu al Santo Salvador. En ella, la promesa dada a la Virgen Madre y al pueblo, se transforma en el nuevo Israel, la Iglesia de Cristo. Los nueve meses entre la concepción y el nacimiento del Salvador explican la fecha de hoy de la solemnidad del 25 de diciembre.

Fiesta: 25 de marzo (9 de abril)

Este año, la Solemnidad de la Anunciación del Señor se trasladó al 9 de Abril pues su fecha de celebración habitual coincidió con el Domingo de Ramos

Martirologio Romano

Solemnidad de la Anunciación del Señor, cuando en la ciudad de Nazaret, el ángel del Señor hizo el anuncio a María: "He aquí, concebirás y darás a luz a un hijo, y será llamado Hijo del Altísimo", y María respondiendo dijo: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra". Y así, logra la plenitud de los tiempos, el que era antes de los siglos, el unigénito Hijo de Dios, quien por nosotros los hombres y por nuestra salvación, se encarnó en el seno de la Virgen María por el Espíritu Santo, y se hizo hombre.

Solemnidad de la Anunciación del Señor

La Fiesta de la Anunciación del Señor, es una de las más antiguas de la Iglesia. En ella se conmemora la Encarnación del Hijo de Dios en el seno de María, nueve meses antes de su nacimiento.

El relato evangélico dice que el arcángel Gabriel se aparece a María y le anuncia que va a ser la madre del Salvador. María acepta la misión que Dios le confía respondiendo al ángel: "Hágase en mí según tu palabra".

Esta fiesta tuvo diversas denominaciones tradicionales: Anunciación de Cristo, Fiesta de la Encarnación, Inicio de la Redención, Anunciación de la Santísima Virgen María. Con esta última fue celebrada desde tiempo inmemorial hasta la reforma de 1970, en que se llama Anunciación del Señor.

La solemnidad de la Anunciación del Señor nos narra el encuentro maravilloso entre Dios y el hombre, representado en María que acepta la voluntad del Señor.

El Creador, con este acto, nos invita a colaborar en la transformación de la sociedad, pues Él mismo sabe que la derrota inicial del hombre no podía ser duradera.

La fidelidad de Dios, en el momento de la anunciación del Señor, viene a transformar o reconstruir a la sociedad y lo seguirá realizando cuantas veces sea necesario mediante su amor infinito.

En el relato de los orígenes, narrado sobre todo en el libro del Génesis, la primera pareja (Adán y Eva) aunque escuchando a Dios, también escuchó con agrado al Tentador, y sin preguntas aclaratorias se dejó engañar.

Ahora, la generación de María, que corresponde al tiempo del Nuevo Testamento, escucha a Dios y, clarificando sus dudas, evita seguir los pasos de la primera generación.

Recorrido por la Anunciación

Para comprender más a fondo el maravilloso momento de la Anunciación del Señor, es necesario tener en consideración el proyecto de Dios: enviar a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a la humanidad.

Recordemos que en el Antiguo Testamento, el pueblo experimentaba lejana la presencia de Dios, por ello encontramos mediadores como Abraham, Moisés y los Profetas, quienes comunicaban al pueblo la voluntad divina.

Pero aquella presencia lejana llegará a su culmen cuando la elegida de Dios, la Virgen María, acepte ser la Madre de Aquél que llega a redimir una humanidad sedienta de amor y paz.

La Anunciación: Fiesta para la humanidad

Gracias a la respuesta positiva de María, la sociedad, en Jesucristo, conoce el plan de Dios para el hombre.

Este es un día de fiesta porque recordamos el inicio de la divinización del hombre y la humanización de Dios; es un momento privilegiado porque nos adentramos en el misterio de Dios que quiere expresarse en nuestro lenguaje haciéndose uno de tantos.

San Lucas nos narra, con un maravilloso género literario, el momento cuando María aceptó la misión que Dios le pedía: "ser la Madre del Salvador" (Lucas 1,30-38).

Respuesta de María al anuncio del Ángel

Después de las aclaraciones oportunas de María con el Ángel aparece el "Sí (fiat)" de la Madre de Dios:

"Yo soy la esclava del Señor: que se cumpla en mí tu palabra" (Lc 1,38)

Con el sí de María se cumple aquello que el apóstol Pablo describe en la carta a los Gálatas (4, 4): Al cumplirse el tiempo, mandó Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para redimir a los que estábamos bajo la Ley, para que recibiéramos la adopción de hijos.

Desde el momento del "Sí (fiat)" de María, su vida cotidiana cambió: abraza con plena responsabilidad la maternidad divina e inicia una nueva época en que la Iglesia y toda la humanidad se encuentra con Dios mediante la persona de Jesucristo.

A pesar de que María dio, con plena libertad, su sí total, humanamente siguió un proceso oscuro de fe, ya que muchas cosas no las comprendía, sino que las guardaba en su corazón. (Lc 2,19)

Hoy, todos debemos preguntarnos cuál es la respuesta que doy al llamado de Dios. ¿Tenemos miedo de lo que el Señor pueda pedirnos? Dejémonos sorprender por Dios, con su entrada sorpresiva en nuestra vida estaríamos afirmando como María ese "Sí" rotundo y ese "Hágase" en plan de Salvación que Jesús tiene para cada uno de nosotros.

Oración

Oh amado Señor, como María quiero estar abierto siempre a la acción del Espíritu Santo, configurarme completamente a tu amor y tu misericordia.

Soy también tu esclavo, tu siervo, atento siempre a escuchar tu Palabra y hacerla una acción de vida.

Acepto tus mandatos y tu voluntad en la mía. Dame la humildad para reconocerte siempre en la pequeñez de mis actos.

Quiero permitir que Jesús nazca en mi corazón, que lo transforme y obre según su voluntad.

Oh Señor, quiero adorarte en Espíritu y verdad, adorar tu gran misterio de encarnación y de salvación.

Tanto es tu amor que te hiciste como uno de nosotros. Debo responder a ese gran misterio con generosidad y sencillez, como lo hizo María, nuestra madre, quien supo escucharte y obedecerte desde siempre.

Por Jesucristo, Nuestro Señor.

Amén

Fuente - Texto tomado de PildorasDeFe.Net: