domingo, 1 de abril de 2018

Novena a la Divina Misericordia - Día Cuarto - Abril 2 de 2018

Por los que no creen
y todavía no conocen
la Divina Misericordia
(Diario, N° 1216)


Jesús compasivo, que eres la luz del mundo entero. Acoge en la morada de tu piadosísimo Corazón a las almas de aquellos que no creen en Dios y de aquellos que todavía no te conocen, pero que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús.

Atráelas hacia la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellas alaben la generosidad de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

Invocación para todos
los días de la Novena

Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como manantial de misericordia para nosotros, en ti confío.
Coronilla de la Divina Misericordia

Video tomado de Youtube: http://youtu.be/4vTMS0uvDWc

Texto tomado del Libro: Novena del Señor de la Divina Misericordia - Caballeros de la Virgen

PSICOLOGÍA: es mejor estar solos que con alguien que nos haga sentir solos



Hay determinados momentos en los que podemos sentirnos solos, aunque estemos rodeados de personas. Estar con los demás no implica conectar con ellos. Por ejemplo, en una fiesta en la que no encajamos, no solo nos aburriremos sino que podemos sentirnos excluidos, raros y solos. Sin embargo, tarde o temprano esa fiesta llegará a su fin y todo terminará ahí. Regresaremos a nuestro hogar y nos deshacemos de esas sensaciones desagradables.

El problema comienza cuando las personas con las que nos relacionamos todos los días, las personas que deberían estar más cercanas a nuestro corazón, nos hacen sentir solos. Si no nos damos cuenta de esa “soledad acompañada” a tiempo o simplemente no sabemos cómo acabar con esa situación, nos invadirá un enorme vacío y sufriremos heridas emocionales que serán difíciles de sanar.

Las señales que indican que estamos solos, aunque estemos acompañados

Solemos pensar que al encontrar una pareja o tener un hijo, nunca más nos sentiremos solos. Por desgracia, no siempre es así. El tipo de relación que se establece y los conflictos que surgen a lo largo del tiempo pueden hacer que, estando acompañados, nos sintamos solos e incomprendidos. Sin embargo, a veces tardamos demasiado en comprender de dónde proviene esa sensación de vacío y dejamos pasar años antes de tomar cartas en el asunto. Para ese entonces, nuestro equilibrio emocional se habrá deteriorado mucho.

La buena noticia es que es posible evitar que esta situación empeore, basta saber reconocer las señales que indican que en realidad estamos solos, aunque tengamos a alguien a nuestro lado:

  • La persona que debe motivarte en tus nuevos proyectos e ideas, te desmotiva y crea obstáculos.
  • La persona que debe apoyarte en los momentos difíciles te echa la culpa de lo ocurrido y se lava las manos.
  • La persona que debe compartir tus intereses, te critica constantemente y no tiene en cuenta tus gustos y necesidades.
  • La persona que debe estar a tu lado no te dedica tiempo de calidad, por lo que no te sientes comprendido/a ni amado/a.
  • La persona que debe ayudarte a crecer y mejorar, te hace sentir inferior.

Las heridas emocionales que deja la "soledad acompañada"

Pasar tiempo con la persona equivocada puede llegar a ser una experiencia muy negativa que abrirá graves heridas emocionales. En estos casos suele aparecer una profunda sensación de culpa, además de un enorme vacío. De hecho, el problema es que a menudo esa soledad se experimenta como un rechazo. Así, poco a poco, esa persona se sentirá cada vez más inadecuada e indigna de afecto, por lo que su autoestima terminará resintiéndose. Si no resuelve esta situación a tiempo, la depresión puede acechar a la vuelta de la esquina ya que la persona se va sumiendo en un estado de apatía y pierde la alegría de vivir. 

En otros casos, la persona que se siente sola puede hacer todo lo posible por acercarse al otro y conectar emocionalmente. Sin embargo, al no encontrar la respuesta esperada, esa búsqueda de conexión puede transformarse en una búsqueda de aprobación, que terminará generando una dependencia emocional. En este punto, el estado de ánimo y la autoestima de la persona dependerá de la atención, los elogios o las críticas del otro, lo cual la subirá a bordo de una montaña rusa emocional que terminará causándole grandes desequilibrios.

¿Por qué es tan difícil romper con todo?

Tomar la decisión de acabar con una relación que en realidad nos hace sentir solos puede llegar a ser muy complicado, por varios factores.

Nada es en blanco y negro

En las relaciones interpersonales nada es en blanco y negro. Esto significa que quizá esa persona que hoy nos hace sentir solos, en otro momento fue una fuente de alegría, apoyo y satisfacción. Esos recuerdos hacen que permanezcamos atados al pasado, obviando los problemas del presente.

Miedo a salir de la zona de confort

Aunque seamos conscientes de que no estamos atravesando precisamente por nuestro mejor momento, es probable que nos hayamos acostumbrado a esa situación, que hayamos encontrado un equilibrio dentro de ese malestar, y tenemos miedo a que nuestra decisión empeore las cosas. El hábito y las rutinas son motivos muy poderosos que nos mantienen atados a situaciones que nos lastiman.

Rechazo al “fracaso”

En muchas ocasiones, cuando decidimos darle una segunda, tercera o cuarta oportunidad a la otra persona, en realidad nos las estamos dando a nosotros mismos. Hay quienes creen, por ejemplo, que el divorcio implica que han fracasado, y se resisten a aceptarlo, empeñándose en insuflarle vida a una relación que ya ha muerto.

La soledad elegida: Disfrutar de tu compañía es un regalo extraordinario

Abandonar una relación en la que nos sentimos solos, una relación que en vez de satisfacer nuestras necesidades genera problemas y crea carencias, es un acto de amor propio y, en muchas ocasiones, incluso de supervivencia. Apostar por tu equilibrio psicológico y darte otra oportunidad, esta vez de verdad, es el mejor regalo que puedes hacerte.

En este punto, no se trata de correr a buscar a otra persona que supla ese vacío sino de aprender a estar bien con nosotros mismos, disfrutar de nuestra compañía y hacer las cosas que nos agradan y nos hacen sentir vivos. Se trata de asumir esta etapa como una fase de crecimiento y descubrimiento, para lograr aceptarnos y cerrar las heridas que ha dejado esa relación.


Ya lo había dicho el poeta inglés John Milton en el siglo XVII:

"La soledad es a veces la mejor compañía, y un corto retiro trae un dulce retorno"

Fuente - Texto tomado de RINCONPSICOLOGIA.COM:

Pobres los malos, ¡qué bien les va!


El malo no sabe que cada vez que “triunfa” está fracasando, porque se convierte en algo semejante a lo que hace.

Por: P. Fernando Pascual L.C. | Fuente: Catholic net 

A veces se escuchan comentarios de envidia ante el “triunfo” de los malos. Ver a alguien que engaña, que roba, que trampea, que usa mil mañas para conseguir un trabajo, un dinero, un contrato, un puesto de gobierno. Ver a un esposo que se ufana de engañar a la esposa, a una esposa que hace lo mismo respecto de su esposo, a un hijo que presume de haber quitado el dinero de la herencia a sus familiares...

Nace, entonces, un extraño sentimiento de envidia: ¡qué bien les va a los malos! Hacemos propias las palabras de uno de los Salmos:

“Por poco mis pies se me extravían,
nada faltó para que mis pasos resbalaran,
celoso como estaba de los arrogantes,
al ver la paz de los impíos.
No, no hay congojas para ellos,
sano y rollizo está su cuerpo;
no comparten la pena de los hombres,
con los humanos no son atribulados.
Por eso el orgullo es su collar,
la violencia [es] el vestido que los cubre;
la malicia les cunde de la grasa,
de artimañas su corazón desborda.
Se sonríen, pregonan la maldad,
hablan altivamente de violencia;
ponen en el cielo su boca,
y su lengua se pasea por la tierra.
Por eso mi pueblo va hacia ellos:
aguas de abundancia les llegan.
Dicen: « ¿Cómo va a saber Dios?
¿Hay conocimiento en el Altísimo? »
Miradlos: ésos son los impíos,
y, siempre tranquilos, aumentan su riqueza”
(Sal 73,2-12)

Los malos no saben, sin embargo, que su mayor desgracia consiste precisamente en sus triunfos. Si el malo descubriese el daño que se hace a sí mismo al hacer el mal, no lo haría. Pero piensa que gana, que triunfa, que conquista cosas largamente anheladas, que le “va bien”.

En realidad, cada maldad lo destruye internamente. Aunque no se dé cuenta, aunque siga engordando, aunque le feliciten los aduladores de turno, aunque le lleguen aplausos y premios de los amigos y de asociaciones nacionales e internacionales, aunque le aplaudan los principales periódicos, aunque su foto aparezca en cada rincón de su ciudad, de su país o del mundo entero.

El malo no sabe que cada vez que “triunfa” está fracasando, porque se convierte en algo semejante a lo que hace. Porque al final sólo tendrá por amigos a los malos y a algunos buenos ingenuos que no descubran su vileza. Porque sus riquezas y sus placeres le cegarán, le impedirán ver cómo su corazón cada día baja a los abismos. Porque no mirará al cielo para invocar ayuda ni para pedir perdón, porque creerá que con su dinero y su poderío será capaz de casi todo...

De casi todo... menos de vencer su propio mal, de romper las cadenas de la soberbia o la lujuria, de defender al pobre y al indefenso frente a otros malhechores que viven como viven los injustos. No es capaz de ver la fealdad de su corazón, esa miseria que lo corroe y que a veces, en breves momentos de lucidez, le permite intuir que algo no funciona en su vida.

Pobres los malos... ¡qué bien les va! Quizá algún día una desgracia, una sorpresa, un amigo sincero que les quite las vendas de los ojos, les ayudarán a ver que están en el desfiladero, al borde del precipicio, que avanzan hacia la muerte y la miseria.

Podemos dar gracias a Dios por evitarnos un mal paso, por permitirnos descubrir que la vida es hermosa sólo en la justicia que lleva al amor, que los bienes de esta tierra son caducos y frágiles como una sencilla hierba del campo, que de nada sirve tener riquezas ganadas a costa de injusticias desgraciadas.

Podemos hacer propias las palabras del salmo, para pedir a Dios ese corazón prudente que descubra, de verdad, que es triste la victoria del malo, porque es una victoria que destruye y que daña, que empobrece y que fracasa.

“Sí, cuando mi corazón se exacerbaba,
cuando se torturaba mi conciencia,
estúpido de mí, no comprendía,
una bestia era ante ti.
Pero a mí, que estoy siempre contigo,
de la mano derecha me has tomado;
me guiarás con tu consejo,
y tras la gloria me llevarás.
¿Quién hay para mí en el cielo?
Estando contigo no hallo gusto ya en la tierra.
Mi carne y mi corazón se consumen:
¡Roca de mi corazón, mi porción, Dios por siempre!
Sí, los que se alejan de ti perecerán,
tú aniquilas a todos los que te son adúlteros.
Mas para mí, mi bien es estar junto a Dios;
he puesto mi cobijo en el Señor,
a fin de publicar todas tus obras”
(Sal 73,21-28)

Sí: pobres los malos, ¡qué bien les va!

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:
http://es.catholic.net/op/articulos/30595/cat/884/pobres-los-malos-que-bien-les-va.html

¿Por qué hoy la Iglesia Católica celebra el "Lunes del Ángel"? - Abril 2 de 2018



Hoy (Abril 2 de 2018), lunes de Pascua, la Iglesia celebra el llamado “Lunes del Ángel”, que recibe ese nombre porque fue precisamente un ángel que, en el sepulcro, anunció a las mujeres que el Señor Jesús había resucitado.



Radio Vaticano recuerda la explicación que dio San Juan Pablo II en 1994.

“¿Por qué se le llama así?”, se preguntaba el Pontífice, poniendo en evidencia la necesidad de destacar la figura de aquel ángel, que dijo desde lo más profundo del sepulcro: “Ha resucitado”.

Estas palabras “eran muy difíciles de pronunciar, de expresar, para una persona. También, las mujeres que fueron al sepulcro lo encontraron vacío, pero no pudieron decir "ha resucitado"; solo afirmaron que el sepulcro estaba vacío. El ángel dice más: "no está aquí, ha resucitado”.



Así lo narra el Evangelio según San Mateo:

"El ángel tomó la palabra y les dijo a las mujeres: 'Vosotras no tengáis miedo; ya sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como había dicho. Venid a ver el sitio donde estaba puesto. Marchad enseguida y decid a sus discípulos que ha resucitado de entre los muertos; irá delante de vosotros a Galilea: allí le veréis. Mirad que os lo he dicho'". (Mt 28, 5-7)



Los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Como criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales e inmortales. Superan en perfección a todas las criaturas visibles.



El resplandor de su gloria da testimonio de ello: Cristo es el centro del mundo de los ángeles y estos le pertenecen, más aún, porque los hizo mensajeros de su designio de salvación.

Desde hoy, hasta el final de la Pascua en Pentecostés, se recita la oración del Regina Coeli en vez del Ángelus.

El Sumo Pontífice Emérito Benedicto XVI en 2009 señaló que el “alégrate” María pronunciado por el ángel resuena en una invitación a la alegría: “Gaude et laetare, Virgo Maria, alleluia, quia surrexit Dominus vere, alleluia”, “Alégrate y regocíjate, Virgen María, aleluya, porque verdaderamente el Señor ha resucitado, aleluya”.

Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:
https://www.aciprensa.com/noticias/por-que-la-iglesia-celebra-el-lunes-del-angel-50218/

DESCUBRIMIENTO: Identifican herida de lanza en cuerpo envuelto por Sábana Santa y Sudario de Oviedo


MADRID, 31 de marzo de 2017 / 03:45 pm (ACI).

La Sábana Santa de Turín y el Sudario de Oviedo no solo envolvieron a la misma persona, sino que ésta además “sufrió una herida” en uno de sus costados cuando ya era un cadáver, lo que concuerda con el Evangelio de San Juan cuando relata el momento en que un centurión romano atravesó el costado de Cristo, informó la Universidad Católica de Murcia (España).

La Universidad Católica de Murcia (UCAM), indicó este 31 de marzo que a esta conclusión llegó el estudio médico-forense dirigido por Alfonso Sánchez Hermosilla, investigador de este centro de estudios.

Sánchez Hermosilla es médico forense del Instituto de Medicina Legal de Murcia, director del Equipo de Investigación del Centro Español de Sindonología (EDICES) y asesor científico del Centro de Internacional de Sindonología de Turín.



El estudio fue “realizado conjuntamente sobre el Sudario de Oviedo y la Síndone de Turín” y “no solo reafirma que ambas prendas envolvieron a la misma persona, sino que además ésta, cuando ya era cadáver y estando en posición vertical, sufrió una herida penetrante que le atravesaría el hemitórax derecho, con entrada por el quinto espacio intercostal y salida por el cuarto, próxima a la columna vertebral y la escápula derecha, dejando marcas de coágulos de sangre y de líquido pleuro-pericárdico en ambas prendas (en la síndone por su contacto con los orificios de entrada y salida, y en el sudario con el de salida)”.

Esto, indicó la UCAM, “concuerda con lo reflejado en el Evangelio de Juan, que en el Capítulo 19, Versículos 33-34 recoge: ‘pero cuando llegaron a Jesús, como vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas; pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua’”.

Para llegar a esta conclusión se realizaron “estudios antropométricos, criminalísticos, anatómicos y anatomo-patológicos de la Síndone y el Sudario”. “Sus resultados suponen nuevos avances del equipo de investigación de la UCAM que viene estudiando el Sudario de Oviedo y que ya anteriormente encontró otras evidencias de que ambas prendas envolvieron a la misma persona”, indicó en su sitio web.

La UCAM informó que se hicieron “estudios de la sangre, presencia de pólenes, conservación del material textil (lino) y determinación de contaminantes orgánicos e inorgánicos”.

“Las manchas de sangre en las que hemos trabajado siempre han estado ahí, pero nadie las había estudiado, y son las únicas de esas características. Hasta el momento se habían atribuido a marcas ocasionadas por heridas de flagelación”, señaló por su parte Sánchez Hermosilla.

En ese sentido, la universidad explicó que “las manchas advertidas por los investigadores y en las que se centra el estudio comparten características comunes y son muy diferentes del resto, tanto por su morfología y complejidad tras su análisis macroscópico, con una alta concentración hemática en el centro y un cerco más claro y perfilado”.

“Esta mancha además se vuelve invisible si se observa bajo un filtro infrarrojo, como es habitual en las manchas ocasionadas por sangre cadavérica, al contrario de lo que ocurre con la sangre vital (…). Solo hay en el Sudario otra mancha de similares características, denominada ‘Mancha en acordeón’, atribuida al mismo origen maculante y consecuencia de haberse plegado el tejido varias veces en forma de ‘presilla’, quedando sobre el anverso de la gran mancha central”, añadió.

La UCAM informó que el estudio describe con detalle “los tejidos y órganos que atravesó el objeto punzante en su hipotética trayectoria” y avala “la hipótesis de que quien administró este ‘golpe de gracia’ tenía experiencia, pues al colocar la hoja del arma en posición horizontal podía evitar fácilmente las costillas, sin tener que intentarlo en varias ocasiones, algo que aparentemente no ocurrió, pues no aparecen lo que se denomina en la Medicina Forense ‘lesiones de tanteo’”.

La universidad recordó que “anteriormente a este nuevo hallazgo, y también en el marco de esta investigación, se descubrió en el Sudario de Oviedo un grano de polen de una planta que, según la palinóloga del EDICES, Marzia Boi, es compatible con la especie botánica Helicrysum Sp., también identificado en la Sábana Santa (Síndone de Turín)”.

“En la misma, se descartó que se tratara de una contaminación posterior, ya que se encuentra adherido a la sangre; es decir, que llegó a la reliquia a la misma vez que la sangre, no de forma aleatoria”, afirmó.

El equipo liderado por Sánchez Hermosilla estuvo formado por Jesús García Iglesias, catedrático de Minas en la Universidad de Oviedo, así como los miembros del EDICES Marzia Boi, palinóloga y bióloga; Juan Manuel Miñarro, catedrático en el Área de Escultura de la Universidad de Sevilla; Antonio Gómez Gómez y Felipe Montero Ortego.

Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:
https://www.aciprensa.com/noticias/identifican-herida-de-lanza-en-cuerpo-envuelto-por-sabana-santa-y-sudario-de-oviedo-22145/

Novena a la Divina Misericordia - Día Tercero - Abril 1 de 2018


Por las almas devotas y fieles

(Diario, N° 1214)


Jesús misericordioso, que desde el tesoro de tu misericordia les concedas a todos tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca nos dejes escapar de Él. Te lo suplicamos por el inconcebible amor tuyo con que tu Corazón arde por el Padre celestial.

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de tu Hijo y por su dolorosa pasión, concédeles tu bendición y rodéalas con tu protección constante, para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

Invocación para todos
los días de la Novena

Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como manantial de misericordia para nosotros, en ti confío.

Coronilla de la Divina Misericordia

Video tomado de Youtube: http://youtu.be/4vTMS0uvDWc

Texto tomado del Libro: Novena del Señor de la Divina Misericordia - Caballeros de la Virgen

Al término de mi vida... ¿Cómo será el juicio particular y el juicio final?


El Juicio particular y el Juicio final

Por: Evangelizadores de Tiempo Completo.

Todos hemos deseado en algunos momentos de nuestra vida, ser jueces de los demás. Opinamos con facilidad acerca de su vida juzgando si hicieron bien o mal. Sin embargo, nos cuesta trabajo pensar que nosotros también vamos a ser juzgados al final de nuestra vida y que nuestros actos, por más secretos que hayan sido, van a trascender más allá del momento en el que los hicimos.

¿Qué sucede con el alma después de la muerte?


Los cristianos encontramos en el Evangelio algunos pasajes que nos hablan acerca del destino del alma. Específicamente, en la parábola del pobre Lázaro (Lucas 16, 22) y en las palabras que Cristo dirige al buen ladrón, crucificado junto a Él (Lucas 23, 43).


Al morir, nuestra alma se separará de nuestro cuerpo. Se presentará ante Dios para recibir, de acuerdo con lo que nosotros mismos hayamos elegido en la vida terrena, la recompensa o el castigo eterno.

El Juicio Particular



Al morir, tendremos un Juicio Particular. En este juicio nos encontraremos ante Jesucristo y ante nuestra vida: todos nuestros actos, palabras, pensamientos y omisiones quedarán al descubierto.

Suena dramático, pero es real. Si nos encontramos en gracia de Dios, nuestra eternidad feliz empezará en ese momento. Si morimos en una actitud de rechazo total y voluntario a Dios, en pecado mortal, entonces empezará para nosotros el castigo eterno, el infierno.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos habla de la “retribución inmediata después de la muerte de cada uno como consecuencia de sus obras y de su fe” (n. 1021). El destino del alma será diferente para cada uno de nosotros, de acuerdo a cómo hayamos utilizado nuestro tiempo de vida en la Tierra.

Hay muchas personas que dicen: “Yo me voy a salvar, pues nunca he hecho el mal a nadie”. Hay que tener cuidado, pues ese día no se nos juzgará sólo por el mal que no hayamos hecho, sino también por el bien que hayamos dejado de hacer. Debemos preocuparnos no sólo por evitar hacer el mal, sino por hacer el bien a todo el que nos rodea. Si no hacemos el bien a los demás, llegaremos al juicio con las manos vacías y “no aprobaremos el examen”.

El Juicio Particular, como su nombre lo dice, será para cada uno de nosotros en lo personal. En éste, Dios nos preguntará:


“¿Cuánto amaste?”



Y cada uno de nosotros tendrá que responder a esta pregunta. Dios espera que cada uno de nuestros actos sea hecho por amor.

San Juan de la Cruz tiene una frase que dice:


“Al atardecer de la vida, seremos examinados en el amor”

El Juicio Final



El Juicio Final lo tendremos al final de los tiempos, cuando Jesús vuelva a venir glorioso a la Tierra. En él, todos los hombres seremos juzgados de acuerdo a nuestra fe y a nuestras obras.

La resurrección de todos los muertos, “de los justos y de los pecadores”, precederá al Juicio Final. Los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación (Juan 5, 28-29).



En la Biblia podemos leer cómo será este juicio en Mateo 25, 31.32.46: Lo que sucederá ese día, de acuerdo con la narración de Jesucristo, será como un examen de aquello que nos caracteriza como personas humanas: nuestra capacidad de amar.

En ese día saldrán a la luz todas nuestras acciones y se verá el amor hacia los demás que pusimos en cada una de ellas.

Este amor será el que nos juzgará:
"Venid benditos de mi Padre… porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber…"

"Id malditos al fuego eterno… porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber…"

El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice:


“El Juicio Final revelará hasta sus últimas consecuencias lo que cada uno haya hecho de bien o haya dejado de hacer durante su vida terrena” (n. 1039).




El juicio final es la prueba de que Dios es infinitamente justo y ha dispuesto todo con sabiduría para que la verdad se conozca y se aplique la justicia en cada hombre con el destino eterno que él mismo se haya merecido.

Algunas personas piensan que no hay que preocuparse por eso de los juicios, pues creen que Dios va a salvar a todos los hombres al final de los tiempos porque es infinitamente bueno y nos ama.

Es verdad que Dios es muy bueno, pero también es muy justo y respeta nuestra libertad. Cuando nosotros estamos en pecado mortal, libremente le hemos dicho a Dios que “no nos interesa salvarnos”. Si morimos en este estado, Dios respetará nuestra decisión. El hombre, con su libertad, alcanza la recompensa o el castigo eterno.

Frente a Cristo se conocerá la verdad de la relación de cada hombre con Dios. El Juicio Final revelará que la justicia de Dios triunfa sobre todas las injusticias cometidas por sus criaturas y que su amor es más fuerte que la muerte.

Reflexionar tanto en el Juicio Particular como en el Juicio Final nos recuerda que mientras tengamos vida, tenemos oportunidad de alcanzar nuestra salvación. Cada día nos ofrece la posibilidad de amar a Dios y a los que nos rodean, de perdonar a los que nos ofenden, de vivir cristianamente.

¿Cuándo será el juicio final?


El mismo Jesucristo nos aclaró que ni siquiera Él conoce el día ni la hora en que se llevará a cabo este acontecimiento, sino sólo Dios Padre. Así que no debemos dejarnos engañar por personas que pretenden conocer la fecha del fin del mundo. No debemos preocuparnos por intentar conocer esa fecha, sino sólo por estar siempre bien preparados, pues no sabemos en qué momento sucederá.

Para profundizar, puedes leer el Catecismo de la Iglesia Católica:
Núm. 668 - 682, 1021-1023, 1038-1042, 2831.

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET: