jueves, 22 de febrero de 2018

San Policarpo - Obispo y Mártir (Año 155) - Fiesta Febrero 23


Policarpo significa: el que produce muchos
frutos de buenas obras
(Poli = mucho; Carpo = fruto)

San Policarpo tuvo el inmenso honor de ser discípulo del apóstol San Juan Evangelista. Los fieles le profesaban una gran admiración. Y entre sus discípulos tuvo a San Irineo y a varios varones importantes más. En una carta a un cristiano que había dejado la verdadera fe y se dedicaba a enseñar errores, le dice así San Irineo:
"Ésto no era lo que enseñaba nuestro venerable maestro San Policarpo. Ah, yo te puedo mostrar el sitio en el que este gran santo acostumbraba sentarse a predicar. Todavía recuerdo la venerabilidad de su comportamiento, la santidad de su persona, la majestad de su rostro y las santísimas enseñanzas con que nos instruía. Todavía me parece estarle oyendo contar que él había conversado con San Juan y con muchos otros que habían conocido a Jesucristo, y repetir las palabras que había oído de ellos. Y yo te puedo jurar que si San Policarpo oyera las herejías que ahora están diciendo algunos, se taparía los oídos y repetiría aquella frase que acostumbraba decir:
"Dios mío, ¿por qué me has hecho vivir hasta hoy para oír semejantes horrores? Y se habría alejado inmediatamente de los que afirman tales cosas"
San Policarpo era obispo de la ciudad de Esmirna, en Turquía, y fue a Roma a dialogar con el Papa Aniceto para ver si podían ponerse de acuerdo para unificar la fecha de fiesta de Pascua entre los cristianos de Asia y los de Europa. Y andando por Roma se encontró con un hereje que negaba varias verdades de la religión católica. El otro le preguntó:
"¿No me conoces?"
Y el santo le respondió:
"¡Sí te conozco. Tú eres un hijo de Satanás!"
Cuando San Ignacio de Antioquía iba hacia Roma, encadenado para ser martirizado, San Policarpo salió a recibirlo y besó emocionado sus cadenas. Y por petición de San Ignacio escribió una carta a los cristianos del Asia, carta que según San Jerónimo, era sumamente apreciada por los antiguos cristianos. Los cristianos de Esmirna escribieron una bellísima carta poco después del martirio de este gran santo, y en ella nos cuentan datos muy interesantes, por ejemplo los siguientes:

"Cuando estalló la persecución, Policarpo no se presentó voluntariamente a las autoridades para que lo mataran, porque él tenía temor de que su voluntad no fuera lo suficientemente fuerte para ser capaz de enfrentarse al martirio, y porque sus fuerzas no eran ya tan grandes pues era muy anciano. Él se escondió, pero un esclavo fue y contó dónde estaba escondido y el gobierno envió un piquete de soldados a llevarlo preso. Era de noche cuando llegaron. Él se levantó de la cama y exclamó:
'Hágase la santa voluntad de Dios'
Luego mandó que les dieran una buena cena a los que lo iban a llevar preso y les pidió que le permitieran rezar un rato. Pasó bastantes minutos rezando y varios de los soldados, al verlo tan piadoso y tan santo, se arrepintieron de haber ido a llevarlo preso. El populacho estaba reunido en el estadio y allá fue llevado Policarpo para ser juzgado. El gobernador le dijo:
'Declare que el César es el señor'
Policarpo respondió:
'Yo sólo reconozco como mi Señor a Jesucristo, el Hijo de Dios'
Añadió el gobernador:
'¿Y qué pierde con echar un poco de incienso ante el altar del César? Renuncie a su Cristo y salvará su vida'.
A lo cual San Policarpo dio una respuesta admirable. Dijo así:



'Ochenta y seis años llevo sirviendo a Jesucristo y Él nunca me ha fallado en nada. ¿Cómo le voy a fallar a Él ahora? Yo seré siempre amigo de Cristo'
El gobernador le grita:
'Si no adora al César y sigue adorando a Cristo lo condenaré a las llamas'
Y el santo responde:
'Me amenazas con fuego que dura unos momentos y después se apaga. Yo lo que quiero es no tener que ir nunca al fuego eterno que nunca se apaga'

En ese momento el populacho empezó a gritar:
'¡Éste es el jefe de los cristianos, el que prohíbe adorar a nuestros dioses. Que lo quemen!'
Y también los judíos pedían que lo quemaran vivo. El gobernador les hizo caso y decretó su pena de muerte, y todos aquellos enemigos de nuestra santa religión se fueron a traer leña de los hornos y talleres para encender una hoguera y quemarlo. Hicieron un gran montón de leña y colocaron sobre él a Policarpo. Los verdugos querían amarrarlo a un palo con cadenas pero él les dijo:
'Por favor: déjenme así, que el Señor me concederá valor para soportar este tormento sin tratar de alejarme de él'
Entonces lo único que hicieron fue atarle las manos por detrás. Policarpo, elevando los ojos hacia el cielo, oró así en alta voz:
'Señor Dios, Todopoderoso, Padre de Nuestro Señor Jesucristo: yo te bendigo porque me has permitido llegar a esta situación y me concedes la gracia de formar parte del grupo de tus mártires, y me das el gran honor de poder participar del cáliz de amargura que tu propio Hijo Jesús tuvo que tomar antes de llegar a su resurrección gloriosa. Concédeme la gracia de ser admitido entre el grupo de los que sacrifican su vida por Ti, y haz que este sacrificio te sea totalmente agradable. Yo te alabo y te bendigo Padre Celestial por tu Santísimo Hijo Jesucristo, a quien sea dada la gloria junto al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos'

'Tan pronto terminó Policarpo de rezar su oración, prendieron fuego a la leña, y entonces sucedió un milagro ante nuestros ojos y a la vista de todos los que estábamos allí presentes (sigue diciendo la carta escrita por los testigos que presenciaron su martirio):
Las llamas, haciendo una gran circunferencia, rodearon el cuerpo del mártir, y el cuerpo de Policarpo ya no parecía un cuerpo humano quemado sino un hermoso pan tostado, o un pedazo de oro sacado de un horno ardiente. Y todos los alrededores se llenaron de un agradabilísimo olor como de un fino incienso. Los verdugos recibieron la orden de atravesar el corazón del mártir con un lanzazo, y en ese momento vimos salir volando desde allí hacia lo alto una blanquísima paloma, y al brotar la sangre del corazón del santo, enseguida la hoguera se apagó'
'Los judíos paganos le pidieron al jefe de la guardia que destruyeran e hicieran desaparecer el cuerpo del mártir, y el militar lo mandó quemar, pero nosotros alcanzamos a recoger algunos de sus huesos y los veneramos como un tesoro muy valioso que las más ricas joyas, y los llevamos al sitio donde nos reunimos para orar'.
El día de su martirio fue el 23 de febrero del año 155. Esta carta, escrita en el propio tiempo en que sucedió el martirio, es una narración verdaderamente hermosa y provechosa.

Fuente - Texto tomado de EWTN:
http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Policarpo.htm

ESPIRITUALIDAD: Cómo ser una persona profunda


Carlos Padilla Esteban | Febrero 22 de 2018

No quisiera engañarme con caminos cortos para llegar a cumbres demasiado lejanas.

Una persona me comentaba que no hablaba con su esposo de cosas profundas. Que no había hondura en sus encuentros. Eso pasa con frecuencia. También en las relaciones entre padres e hijos, entre hermanos, entre amigos. Es más fácil quedarse en la superficie de las cosas. La hondura exige esfuerzo.

Me pregunto sobre la hondura de mis amores. Miro los amores de mi vida. Miro su profundidad.

Miro en lo profundo de mi corazón. Para callar y escuchar el silencio del alma. Para renunciar a todo lo que me saca de mi mundo interior con Dios. Me falta interioridad. Quiero hundirme allí donde descanso y soy yo mismo. Donde soy verdad.

Me han sacado con tanta fuerza fuera de mí mismo. Me han arrastrado a la vida diciéndome que lo que me hará feliz no está en mi interior, sino fuera. Me lo han dicho de tantas maneras que me lo he acabado creyendo.

¡Cuántas cosas me ofrecen que son mentiras! Me hacen creer verdades que no tienen que ver con mi felicidad. Me embarcan en caminos que no responden a mi sed más profunda.

El mundo me ofrece a veces medias verdades. Soluciones fáciles a problemas imposibles. Caminos cortos para llegar a cumbres demasiado lejanas.

Me convence de lo pleno que seré si me embarco en sus sueños y dejo de lado el esfuerzo, una vida verdadera y unos principios firmes.

Miro la verdad escondida detrás de tantas pretensiones. Miro dentro de mi alma, en profundidad. Tengo una oportunidad para dar un salto de fe. Y correr por el camino de santidad al que Dios me invita.

Decía el padre José Kentenich: “Lo que le hace falta a nuestra época son santos nuevos. Santos que sean grandes, que convenzan, que arrastren. Y si no santos, al menos hombres nuevos, hombres cabales, cristianos nuevos, cristianos verdaderos, espirituales, íntegros”.

Santos nuevos, grandes, íntegros. Personas enamoradas de Dios, del hombre, de la vida. No santos perfectos e inmaculados. Sino hombres enamorados, apasionados, llenos de luz. Con pecados, pero libres.

La Cuaresma es un taller en el corazón de Jesús y de María. Allí encuentro esperanza a mi desesperanza. Y paz en medio de mis guerras.

Quiero dejarme tocar por Dios en estos días. Una oportunidad. Un camino de luz. Eso es la Cuaresma.

Me gusta prepararme para la vida cuidando el tiempo que Dios me da. Se lo entrego. Cuarenta días para Él. No es mucho tiempo el que invierto para recibir a cambio su presencia que me salva y me devuelve la alegría perdida.

La Cuaresma me invita a profundizar. Y a frecuentar esos lugares en los que soy amado como soy. Allí donde amo siendo yo mismo. Allí donde me entrego. Donde toco a Dios en el amor humano. Son momentos de gracia en los que lo veo escondido detrás de la carne que toco.

¿Cómo no voy a temer que pase todo y se acabe lo que más amo? Es verdad. El miedo a perder lo que amo siempre acaricia con sus garras mi corazón. Tengo miedo a perder cuando amo. Y temo perder la vida sin llegar a amar.

Temo la ausencia de amor en mi vida que me deja vacío, mustio y seco. ¿Qué puedo hacer cuando en mi vida no hay amor? ¿Cómo crecer y madurar para aprender a amar bien? ¿Qué puedo hacer cuando no me siento amado por los que me rodean?

No es tan fácil vivir sin ser amado. Lo deseo y lo busco. Lo fuerzo y no lo logro. Me entrego queriendo dar plenitud a lo que Dios ha puesto en mí.

Quiero aprender a darme sin esperar nada. Amar sin exigir. Dios ha sembrado en mi alma una capacidad muy grande para amar.

Hoy vuelvo la mirada hacia Aquel que me ama con un amor incondicional y me recuerda: “El amor es eterno”. Su amor es para siempre. Me ama para siempre. Estará conmigo siempre. Incluso cuando no lo merezca. Porque el amor no se merece. Es gracia.

Sólo merece la pena mi vida si amo a fondo. Si me entrego sin reservas. Si no me guardo egoístamente. Los días son vacíos si no los lleno de algo más grande.

Y al final del camino lo importante será lo que habré amado. La pasión que habré puesto al enterrar en la tierra las semillas. Y la fidelidad al pacto sellado entre Dios y yo para siempre.

Fuente - Texto tomado de ES.ALETEIA.ORG:
https://es.aleteia.org/2018/02/22/como-ser-una-persona-profunda/

El cardenal Müller advierte que la Iglesia no puede admitir un cambio de paradigma en la fe y la moral


ES UNA FORMA MODERNISTA DE REINTERPRETAR LA FE CATÓLICA

El cardenal Müller advierte que la Iglesia no puede admitir un cambio de paradigma en la fe y la moral.

El cardenal Gerhard Müller, Prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha advertido que la Iglesia Católica no puede admitir «cambios de paradigma» en la interpretación del depósito de le fe.

20/02/18 - 6:07 p.m. (Catholic Herald/InfoCatólica)

El purpurado alemán recuerda que aunque el conocimiento de la doctrina de la Iglesia sí se desarrolla, solo puede hacerlo cuando se basa en lo que ha sido transmitido con anterioridad.

«El desarrollo de la doctrina ... se refiere al proceso por el cual la Iglesia, en su conciencia de la fe, llega a una comprensión conceptual e intelectual cada vez más profunda de la autorrevelación de Dios», escribió el cardenal en First Things.

«El desarrollo de la doctrina es posible porque en la única verdad de Dios todas las verdades de fe reveladas están conectadas, y las que están más implícitas pueden hacerse explícitas». Por el contrario, los modernistas buscan reinterpretar la doctrina y, al hacerlo, «la corrompen» en lugar de desarrollarla.

Sus palabras llegan después de que el Cardenal Blase Cupich diera una charla titulada «Revolución de la misericordia del Papa Francisco: Amoris Laetitia como un nuevo paradigma de la catolicidad». En esa charla, pidió un «cambio importante en nuestro enfoque ministerial que sea revolucionario».

Este «cambio de paradigma» implicaría pasar de un enfoque centrado en «la aplicación automática de principios universales» a uno que esté «continuamente inmerso» en «situaciones concretas».

Cuando se le preguntó si esto debería ser reconocido como un intento de imponer un cambio doctrinal radical en la Iglesia, el cardenal dijo que quienes manifiestan tal preocupación deberían preguntarse a sí mismos: «¿Realmente creemos que el Espíritu ya no está guiando a la Iglesia?»

Sin embargo, el cardenal Müller escribe que cuando la gente habla de un «cambio de paradigma» en relación con Amoris Laetitia, «esto parece ser una recaída en una forma modernista y subjetivista de interpretar la fe católica».

Explicando el origen del término, escribe:

Fue en 1962 que Thomas Kuhn introdujo su controvertido y al mismo tiempo influyente concepto de «cambios de paradigma» en el debate interno de la filosofía de la ciencia, cuando la expresión recibió un significado preciso y técnico. Sin embargo, aparte de este contexto, este término también tiene un uso cotidiano, refiriéndose a cualquier forma de cambio fundamental en las formas teóricas de pensamiento y comportamiento social. 

«Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos» (Hebreos 13: 8); este es, en contraste, nuestro paradigma, que no intercambiaremos por ningún otro. «Porque ningún otro fundamento puede poner otro que el que está puesto, que es Jesucristo» (1 Cor 3, 11).

También advirtió que aquellos que buscan reinterpretar la doctrina estaban en peligro de seguir la herejía gnóstica. 

«La Iglesia Romana en general y sus obispos en particular deberían ser los últimos en seguir la demanda gnóstica al introducir un principio novedoso de interpretación por el cual dar una dirección completamente diferente a todas las enseñanzas de la Iglesia», escribió.

En cuanto a la idea de que el Espíritu Santo está liderando un desarrollo en la doctrina, el Cardenal Müller dijo: «El desarrollo significa un crecimiento en la comprensión de las realidades espiritual y teológica, guiado por el Espíritu Santo» (Dei Verbum, n.8). Este crecimiento no ocurre por ningún tipo de necesidad natural, y no tiene nada que ver con la creencia liberal en el progreso».

El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, fue el primero en proponer que Amoris Laetitia supone un «cambio de paradigma» en una entrevista con el Vaticano el mes pasado.

Dijo que el documento resultó de un «nuevo paradigma que el Papa Francisco está llevando adelante con sabiduría, con prudencia y también con paciencia».

«Es un cambio de paradigma, y ​​el texto mismo insiste en esto, eso es lo que se nos pide: este nuevo espíritu, este nuevo enfoque. Obviamente cada cambio siempre trae dificultades, pero estas dificultades deben ser resueltas y enfrentadas responsablemente», indicó el purpurado italiano.

Fuente - Texto tomado de INFOCATOLICA.COM:
http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=31659

8 Síntomas del alcohólico


Javier Fiz Pérez | Febrero 21 de 2018

Tomar en nuestras manos la propia vida e impedir al alcohol que nos gobierne es el primer paso para empezar a pensar en un nuevo estilo de vida.

Estar bien informado es el primer paso para evitar malas costumbres que pueden llevarnos al alcoholismo. La dependencia del alcohol se refleja en la necesidad de beber de forma habitual cantidades excesivas de alcohol durante un período prolongado de tiempo hasta transformarse en adicción.

La dependencia puede asociarse con problemas de salud psicológicos y físicos que tienden a afectar gravemente las relaciones con los demás en todos los contextos: familiares, amigos, trabajo. 

Algunos síntomas de la dependencia del alcohol son:
  1. La necesidad de beber controla la propia vida: La dependencia del alcohol generalmente se caracteriza por la necesidad imperiosa de beber alcohol y la incapacidad para limitar la cantidad o dejar de beber.
  2. Tolerancia alcohólica: Cuando se bebe habitualmente, el cuerpo se acostumbra a tener mucha cantidad de alcohol experimentando la necesitad de beber cada vez más para sentir sus efectos.
  3. Desinterés: Negar otros intereses en favor de actividades que implican beber alcohol.
  4. Ocupado: Aumentar constantemente el tiempo que se dedica a beber y a recuperarse de los efectos del alcohol.
  5. También por la mañana: Empezar a beber antes del mediodía.
  6. Ansiedad o irritabilidad.
  7. No poder dejarlo: Sentir que no se puede dejar de beber a pesar de experimentar los síntomas negativos físicos y psicológicos.
  8. Experimentar los síntomas físicos de la abstinencia: temblores, sudoración excesiva, dificultad para dormir, ansiedad, sensación de malestar desde las primeras horas de la mañana.
Graves consecuencias para la salud

La dependencia del alcohol afecta gravemente a la salud. La intoxicación alcohólica tiene implicaciones de todo tipo:

  • Cognitivas: disminución de la percepción de riesgo, alteración de la percepción viso-espacial.
  • Comportamentales: agresividad, deterioro actividad laboral y social.
  • Lenguaje farfullante.
  • Descoordinación motora, marcha inestable.
  • Deterioro de la atención o memoria.
  • Estupor.
  • Coma.
  • Enfermedad hepática (hígado graso alcohólico, hepatitis alcohólica o cirrosis alcohólica).
  • Presión arterial alta y problemas cardiacos.
  • Pérdida gradual de la memoria hasta la demencia alcohólica.
  • Depresión.
  • Pancreatitis.
  • Delirium por intoxicación por alcohol.
  • Delirium por abstinencia de alcohol.
  • Trastorno psicótico inducido por alcohol, con ideas delirantes.
  • Trastorno psicótico inducido por alcohol, con alucinaciones.
  • Trastorno del estado de ánimo inducido por el alcohol.
  • Trastorno de ansiedad inducido por el alcohol.
  • Disfunción sexual inducido por el alcohol.
  • Trastornos del sueño inducido por el alcohol.
¿Por qué beber?

Las personas que consumen alcohol de manera excesiva lo hacen por diversas razones encontrando cada una sus propias motivaciones o aparente justificaciones.

Con frecuencia se cae en el engaño de pensar que sea un modo eficaz para tratar la ansiedad y la depresión.

Aunque puede ayudar a disminuir sus problemas a corto plazo, el alcohol, por lo general, empeora la ansiedad y la depresión.

Lo hace al interactuar con sustancias químicas llamadas neurotransmisores que están en el cerebro, que inicialmente ayudan naturalmente a combatir la depresión y la ansiedad.

Entre otras causas, también influyen mucho los factores sociales como la presión del grupo, el estilo de vida de las amistades, la disponibilidad de alcohol etc. Son elementos que pueden condicionar sobre todo las personas con menos personalidad y base de valores.

Por todo ello, tomar en nuestras manos la propia vida es crucial. para impedir al alcohol que tome las riendas de nuestra vida. 

Fuente - Texto tomado de ES.ALETEIA.ORG:
https://es.aleteia.org/2018/02/21/8-sintomas-del-alcoholico/