sábado, 13 de enero de 2018

Lectura del Santo Evangelio Según San Juan 1, 35-42



35. Al día siguiente otra vez estaba Juan allí con dos de sus discípulos.

36. Y viendo a Jesús que pasaba, dijo:
"He aquí el cordero de Dios"

37. Los dos discípulos al oírle hablar así, se fueron en pos de Jesús.

38. Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, díjoles:
"¿Qué buscáis?
Respondieron ellos:
"Rabbí (que quiere decir Maestro), ¿dónde habitas?"
39. Díceles:

"Venid y lo veréis"
Fueron, pues, y vieron dónde habitaba, y se quedaron con Él aquel día: era entonces como la hora de las diez.

40. Uno de los dos, que oído lo que dijo Juan, siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón Pedro.

41. El primero a quien éste halló fue Simón, su hermano, y le dijo:
"Hemos hallado al Mesías (que quiere decir El Cristo)
42. Y le llevó a Jesús. Y Jesús fijos los ojos en él, dijo:




"Tú eres Simón, hijo de Joná o Juan: tú serás llamado Cefas, que quiere decir Pedro, o piedra". 
Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

Un sacerdote con 6.000 exorcismos a sus espaldas advierte de las 7 puertas que no se deben abrir


ReL - 9 de enero de 2017

Francisco López Sedano es un religioso mexicano de los Misioneros del Espíritu Santo que a sus ochenta años ha pasado la mitad de su vida luchando contra Satanás como exorcista llegando a ser el coordinador de los exorcistas de la Arquidiócesis de México. Calcula que durante su extenso ministerio ha realizado al menos 6.000 exorcismos y no teme al demonio sino que afirma que el demonio le teme a él.

En una entrevista para el diario Hoy Los Ángeles, editado en lengua española en California (EE.UU.), este anciano sacerdote cuenta algunas de sus experiencias y advierte a la gente de las puertas que no hay que abrir para que el demonio no pueda entrar en sus vidas y alerta de la poca fe de algunos sacerdotes:

-¿El diablo existe?

-Por supuesto.

-¿Pero existe así como un ente maligno o es sólo la maldad del ser humano?

-Jesús se enfrentó muchas veces con Satanás mismo y habló con él. No se habla con una cosa, se habla con una persona.

-¿Cómo fue que se volvió exorcista?

-No fue por mi gusto, fue por necesidad, por ver casos muy serios, muy dolorosos y tener que entrarle al toro. Antes no creía que el demonio pudiera actuar tan agresivamente. Me parecía fantasioso, no realista.

-¿Y qué le hizo creer?

-Un compañero sacerdote que estaba metido en eso me hizo ver que combatir al Maligno era una obligación. Me dijo: "tienes que meterte en esto por mandato del Señor".

-¿Por mandato?

-Los tres mandatos son llevar la palabra de Dios, sanar enfermos y echar demonios. Los tres están vigentes en la iglesia, pero muchos sacerdotes no quieren entrarle al toro, le tienen miedo.

-¿A qué le tienen miedo?

-A la venganza del Otro.

-¿No será que esos sacerdotes simplemente no creen en el demonio?

-No creen, no intervienen y por eso no tienen experiencia. Me han tocado casos en los que, previamente, la gente fue con su párroco y éste les dijo: "usted está imaginándose cosas, eso no existe". Y la persona se va sin saber qué hacer, porque en la noche "alguien" lo molesta, lo golpea, lo tumba de la cama, lo golpea contra la pared.

-¿Usted ha hablado con el demonio?

-Muchas veces. El demonio habla a través de la gente, gente que se ha metido en sus terrenos. A mí. ¡cuántas veces! "¿Y tú quién eres para expulsarme?". Y le respondo: no soy nadie, pero vengo de parte de Cristo, tu Dios y Señor y te largas ahora mismo, te mando en nombre de Él que te vayas, ¡fuera!

La ouija es un juego extendido
entre los jóvenes
que abre la puerta al demonio

-¿Cómo distingue entre una persona que está fingiendo y una persona que está poseída?

-La persona en la que están los demonios empieza a gritar, empieza a ladrar como perro, empieza a vociferar o a retorcerse y a andar como culebras en el piso. Son mil formas.

-¿Y no le da miedo?

-No, porque Dios nos protege. Si no lo hiciera, nadie se metería en eso.

-¿Qué busca el diablo?

-El demonio lo que quiere es apartarnos de Dios, nos mete flojera, nos mete cansancio, nos mete sueño, desconfianza, nos mete desesperación, odio; todo lo negativo.

-Entonces, vivimos una época muy endemoniada.

-Así es. No he tenido buena salud y he dejado un poco de atender gente, pero normalmente antes atendía tres o cinco casos al día.

-¿Cómo sabe una persona que necesita un exorcismo?

-Oye voces, siente odio o rechazo por Dios, antes creía y ahora patea la Biblia. Es gente que tiene un dolor de espalda terrible, pero los médicos dicen que está perfectamente bien. Los daños de Satanás están fuera del orden médico clínico. Gente que vive con una diarrea permanente y con nada se le quita; gente que tiene dolor de ojos y los oftalmólogos no les encuentran nada. Son daños que la ciencia no detecta.

-Entonces, ¿estar poseído por un demonio no significa andar trepando las paredes como Linda Blair?

-No precisamente, pero puede ser. Cuando hay presencia del demonio puede suceder cualquier cosa.

-¿A usted le ha tocado ver algo así?

-Sí. En una iglesia, un muchacho de unos 18 años empujó cinco bancas de estas grandes, muy pesadas, que ni 10 personas lo habrían logrado. Tenía una fuerza terrible. Lo tuvimos que agarrar entre tres para practicarle el exorcismo. Habiendo presencia del Otro, ya se explica cualquier cosa. Que puedan subirse por las paredes, sí; y volar también.



Una de las escenas más conocidas de la película de El Exorcista


-¿Qué le gusta al diablo o a satanás?

-Lo que le gusta es separarnos de Dios, meternos miedo, amenazarnos, tenernos temblando y la gente así anda luego.

-¿Pero el diablo escoge a la gente o la gente lo deja entrar?

-La gente deja entrar al diablo. No se metería con nosotros si no le abriéramos puertas. Por eso Dios prohíbe practicar magia, superstición, brujería, hechicería, adivinación, consulta a muertos y espíritus y astrología. Esos son los 7 terrenos de la mentira y el engaño.

-Pero todos en México consultan su horóscopo.

-Que los astros influyan en nuestra vida es la mentira más grande. ¡Están a millonadas de kilómetros! Son cuerpos formados por metales y gases, ¿cómo van a influir en nosotros? Lo mismo pasa con la magia, que es atribuir a las cosas un poder que no tienen. Cargar una herradura porque me va a dar buena suerte, es mentira.

-¿No pasa lo mismo con algunos artículos de la Iglesia Católica? Los milagritos, por ejemplo.

-Bueno, no. Hay que saber distinguir. Si yo traigo una imagen de Cristo o de María Santísima como protección, detrás hay algo serio, auténtico, mientras que detrás de una herradura no hay nada, hay mentira.

-¿El diablo sabe más por viejo que por diablo?

-De acuerdo.

-¿Hay algún personaje público que usted crea que tiene tratos con el demonio o que esté poseído?

-Bueno, pues Hitler.

¿De los actuales?

-Pues a ratos (Enrique) Peña Nieto con sus cosas locas de los matrimonios gay y todo eso.

-¿Qué pasa con los narcos y los sicarios?

-Es difícil afirmar rotundamente si son satánicos o no, pero andan en la maldad, ciertamente.

-¿En algún momento ha sentido miedo?

-No, el diablo me tiene miedo a mí.

-¿Cómo se imagina el cielo?

-No lo podemos imaginar, está fuera de nuestro alcance.

-¿Usted piensa en la muerte?

-Sí, con frecuencia porque tengo que tratar enfermos o, a veces, muertos.

-¿Le preocupa?

-Ligeramente, porque es uno pecador y está uno en sangre pecadora.

-¿Cómo va a ser pecador si usted combate demonios?

-Sí, pero ¿acaso no puedo pensar en matarte ahorita?

-¡Espero que no!

-Jajajaja. Lo que quiero decir es que estamos en sangre pecadora y nadie puede decir "yo no soy pecador". Basta que estemos en carne humana para que seamos pecadores y fallemos en muchas cosas, el Papa y todos, somos humanos.

-¿Qué pasa, por ejemplo, con los sacerdotes pederastas?

-No tuvieron una formación suficiente como para luchar contra sus tendencias pederastas, no tuvieron fuerza espiritual para sobreponerse.

-¿Qué castigo merece alguien que abusa de un niño?

-Merecería que le corten sus partes.

-¿Cuál quiere que sea su epitafio?

-Simplemente: "Gracias, Señor, por la vida".

-Tanta maldad, ¿no le quita la esperanza?

-No, para mí se confirma la esperanza porque desde la cruz Cristo ya venció y ganó la guerra absoluta. Satanás trata de hacerle un poco la guerra, pero no le hace ni cosquillas.

Fuente - Texto tomado de RELIGIONENLIBERTAD.COM:

Divina Pastora - Patrona de Barquisimeto (Venezuela) - Fiesta Enero 14


La Divina Pastora de Barquisimeto es uno de los iconos religiosos más importantes de Venezuela, la imagen original que data de 1735, y es la que sale en procesión cada 14 de enero.

Historia

Según los libros de historia, esta devoción proviene de Sevilla (España). Un sacerdote capuchino de nombre Isidoro de Sevilla, recibió una revelación en uno de sus sueños. Era la imagen de la Divina Pastora. Días más tarde, le dio al artista Alonso Miguel de Tovar, una descripción detallada de su visión para que éste realizara un cuadro. La imagen de la virgen con sombrero pastoril, cubierta por un manto azul, sosteniendo en su mano izquierda al niño y apoyando la derecha sobre un cordero, fue llamada "Divina Pastora de las Almas".

Años más tarde, el escultor Francisco Ruiz Gijón, esculpió la imagen tamaño natural de la Divina Pastora. Y en el año 1705, la imagen fue llevada a su primera procesión en este país europeo.

La historia de la Divina Pastora en Venezuela se remonta al año 1736, fecha en la que el párroco de la población de Santa Rosa le encomendó a un escultor que le hiciera una imagen de la Inmaculada Concepción. Sin saber por qué, la figura que llegó al pueblo fue la de la Divina Pastora y aunque el sacerdote quiso devolverla, no pudieron, pues el cajón estaba muy pesado. El pueblo entero dedujo que este extraño hecho indicaba que la efigie religiosa deseaba quedarse en Santa Rosa.

Además de esta curiosa historia, en el siglo XIX ocurrió otro hecho fantástico que la consolidó como la patrona del estado Lara. En el año 1855 hubo una epidemia de cólera que afectó a Venezuela. Una gran cantidad de familias de Barquisimeto sufrió graves consecuencias por este mal y ya desesperados le imploraron a esta imagen religiosa que los ayudara. Se cuenta que el sacerdote José Macario Yépez, párroco de la barquisimetana iglesia de la Concepción, se ofreció ante la Virgen a ser la última víctima de la enfermedad. Algunas historias dicen que seis meses después del ofrecimiento, el sacerdote murió y la epidemia abandonó la ciudad; otras, indican que el mismo día de la petición cesó la epidemia

Procesión

File:Procesionpastora.jpg

El 14 de enero de cada año, se realiza en el estado Lara una procesión en honor a la Divina Pastora, en la que los fervorosos trasladan la imagen desde su iglesia en el pueblo de Santa Rosa hasta la Catedral Metropolitana de Barquisimeto, este recorrido tiene un poco más de 7.5 km. dando inicio con la última misa realizada en las afueras del templo de Santa Rosa a las 10:00 a.m. La Virgen comienza el peregrinar aproximadamente a las 11:30 a.m., la procesión tiene una duración de casi 7 horas, teniendo la tradicional parada en la plaza Macario Yépez. Culminando con la misa de llegada celebrada a lo largo y ancho de la Av. Venezuela, teniendo diferentes actos culturales y musicales que finalizan una jornada llena de fervor y fe Mariana. Luego la "Pastorcita" visita las 52 parroquias de la ciudad, 3 Vicarías y 2 Iglesias Filiales; para luego emprender de regreso a su santuario, donde permanecerá hasta el próximo 14 de enero. Es la primera procesión religiosa más importante de Latinoamérica.

Esta celebración constituye uno de los iconos religiosos más importantes de Venezuela, es una de las manifestaciones más seguidas en el país.

Milagros que aumentan la fe

Es la patrona de Barquisimeto, y es una de las vírgenes más queridas y seguidas de esa zona del país. Cada 14 de enero se celebra una multitudinaria procesión, que es considerada la más grande de Latinoamérica después de la Virgen de Guadalupe en México. Es la tercera concentración Mariana más grande del mundo, detrás de la Virgen de Guadalupe (México) y la Virgen de Fátima (Portugal), respectivamente primera y segunda.

El terremoto del 26 de marzo de 1812 (que devastó las ciudades de Caracas, Barquisimeto, Mérida, el Tocuyo y San Felipe), destruyó el templo donde se veneraba a la Divina Pastora, pero ella quedó intacta, lo que reforzó la creencia de los fieles de Santa Rosa de que la Virgen quería quedarse para protegerlos.

Otro hecho que consolidó la fe de los devotos ocurrió en 1855 al desatarse en Venezuela una terrible epidemia de cólera que diezmó a muchas familias de Barquisimeto. La enfermedad no cedía ante medicinas, lamentos ni plegarias, y la desesperada población decidió como último remedio sacar en procesión por las calles de Barquisimeto a la Divina Pastora, para implorar su misericordia, la cual se supone fue concedida, ya que a partir de ese mismo día, según se cuenta, cesó la epidemia de cólera.

Museo Arquidiocesano
de la Divina Pastora


Al lado del templo, está el Museo Arquidiocesano de la Divina Pastora, donde los visitantes pueden apreciar la imagen original que data de 1735, sus vestidos e innumerables ofrendas que allí conservan.

Más de 127 vestidos utilizados por la imagen.
Sombreros.
Bastones.
Zapatos.
Joyas.
Coronas.
Rosarios.
Condecoraciones otorgadas a la virgen.
Promesas y milagros plasmados en placas.
Cuadros.

Fuente - Texto tomado de OBLATOS.COM:
http://www.oblatos.com/dematovelle/index.php?option=com_content&view=article&id=4632:14-de-enero-fiesta-de-la-divina-pastora-patrona-de-barquisimeto-venezuela&catid=124:legion-de-maria&Itemid=166

Jesús me necesita



Ser Luz Brillante de Jesús es la misión de cada cristiano. Como el brillo de una estrella en medio de una noche oscura, así el cristiano debe dar luz y esperanza y levantar los corazones y las mentes de todo el mundo hacia el Amor y la Misericordia de Dios que es Padre y Señor.

Por: Madre Angélica | Fuente: www.ewtn.com 

Cada cristiano es una “carta de Cristo al mundo”, “escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo”, “escrita, no sobre tablas de piedra, sino en los corazones vivos” (2 Cor, 3, 2-3). Cada persona discapacitada, tullida, minusválida, deforme, o quizás senil, que ha sido bautizada, es una central eléctrica para el bien, gracias a la gracia de Dios en el alma, en un mundo perverso. Esa persona no necesita entender o ser capaz de explicar tal gracia. Es suficiente con que la posea y su presencia en el mundo hace que éste sea mejor y todos los que lo habitan también solo por el hecho de haber nacido, aunque tenga solo una poca capacidad de comunicación con aquel mundo, ya que él es una nave que porta la luz de Dios en un mundo oscuro.

Los ancianos y los que están solos, cuyas vidas son consideradas inútiles porque no pueden producir según el máximo de sus capacidades, son verdaderos dínamos de energía espiritual cuando sus almas poseen la presencia de la Trinidad por la gracia; sus mentes poseen la sabiduría que viene de la experiencia y sus espíritus poseen la serenidad de los que han luchado el buen combate y esperan con alegría la llamada del Maestro.

No hay barreras para el cristiano que trabaja junto con Cristo, su líder, para el bien de todos. Cada uno es parte importante y preciosa del todo. Ricos y pobres, enfermos y sanos, jóvenes y viejos, analfabetos y genios, todos trabajan juntos en presencia de Dios que mora en cada uno como en un Templo vivo.

Jesús los necesita a todos, mientras unos construyen enseñando, algunos enmiendan con el arrepentimiento, otros con el sufrimiento, y otros animan por medio de su alegría, algunos guían por medio del ministerio, y otros ocupándose de los demás, algunos trabajando y otros por medio del cariño. Cualquiera que sea su parte, ese cristiano es luz, una antorcha y una parte integral del Cuerpo Místico de Cristo.

Ningún cristiano puede sentirse inútil o solo. Él no busca ni aplausos ni valoración. La realización personal de poder llevar en su propia alma la Divina Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo le hace un instrumento poderoso para la salvación del mundo. Cada cristiano es una central eléctrica de gracia que extiende su mano y toca al vecino por medio del ejemplo y la oración. Es poderoso no importa donde esté o que haga, porque el poder que posee no le viene de él mismo, sino del Poder de Aquél que habita en él y en quien todos “vivimos, nos movemos y existimos”.

Somos parte del Cuerpo de Cristo sobre la tierra y todo lo que hacemos y somos tiene consecuencias sobre Él.

Un corazón quebrado llena el Cuerpo de una soledad palpitante. Una sonrisa lo hace feliz. Una alegría lo hace emocionarse y un dolor lo hace gritar.

El pecado lo hace retroceder hacia las contorsiones del rechazo y la santidad lo construye con un vigor renovado. La gracia es su sangre vivificante, que constantemente renueva sus células muertas revivificando los miembros sanos. La Cabeza del Cuerpo es Cristo y a cada uno de nosotros nos ha dado una función que cumplir, un papel que actuar y una trinchera que defender.

Cada uno de nosotros es vital para el funcionamiento apropiado del cuerpo entero y aunque nuestro deber particular permanezca oculto o inadvertido, el Cuerpo entero sufriría sin nosotros.



Necesitamos a Jesús, pero Él también nos necesita. No nos necesita porque podamos agregar algo a su obra, ya que Él es Infinito en todas sus perfecciones, nos necesita porque así lo quiere; quiere que cooperemos con Él para la salvación del mundo. A través de nuestro prójimo, Él extiende la mano y nos dice “te necesito…

Necesito tus palabras de consuelo en mi dolor, tu seguridad cuando estoy enfermo, tu esperanza cuando estoy desalentado y tu amor cuando el mundo es frío, porque aquello que hagan a uno de estos pequeños, a Mí me lo hacen”.



San Pablo se postra en tierra cuando oye la voz del Señor que le dice: “Saúl, Saúl, ¿Por qué me persigues?” (Hch 9, 4).


“¿Quién eres Tú?” Pablo contesta. Sí, sabía que la voz que lo había echado del caballo era la voz de Dios, pero el Dios que Pablo conocía era solo uno, Creador del Universo, Creador y Señor de los hombres, a quien había que obedecer y temer.

Pablo estaba confundido. “¿Señor?” Le contestó, y luego Pablo tuvo su primer encuentro con Dios hecho hombre, con Jesús, la Segunda Persona de la Trinidad. Su concepto de Dios habría de cambiar, Había sido creado para entender que Dios vivía en su prójimo, pronto sería consciente de esa presencia al ser bautizado por Ananías y en el momento en que el Espíritu Santo se derramó en su alma con gracia y luz. “Yo le mostraré”, le dijo Jesús a Ananías, “cuánto tendrá que sufrir por mi nombre”.

Y lo mismo pasó con Pedro. Jesús le dijo después de la Resurrección: “Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas” (Jn 21, 17). Jesús necesitaba de Pedro y de los demás apóstoles para edificar los cimientos de un nuevo estilo de vida, una vida totalmente entregada a Dios, una vida de alegría y sacrificio, una vida de amor por el prójimo.


Jesús necesitó su martirio para que atestiguaran por Él el poder de su Nombre. Les dio el poder de curar para revelar su preocupación por los enfermos. Les dio el poder de expulsar demonios para compartir su compasión con los pobres pecadores. Les dio el poder de soportar el dolor y alegrarse con él de modo que pudieran dar esperanza a otros.

Jesús necesitó a estos hombres en cada faceta de sus vidas para que lo ayudaran a salvar al mundo. Jesús nos redimió por su vida, por su sufrimiento y por su muerte. Necesitó de estos hombres y de muchos más para que lo siguieran enseñando, proclamando, sosteniendo y dando alegría.

Jesús necesitó a Juan, lo necesitó para que se hiciera cargo de su Madre cuando el tiempo de su regreso al Padre había llegado. “Viendo a su Madre y al discípulo que amaba, dijo Jesús a su Madre: “Mujer, éste es tu hijo, y dijo al discípulo: ésta es tu madre, y desde aquel momento, el discípulo hizo un lugar para ella en su casa.” (Jn 19, 26-27).



Jesús necesitó a María, de cuyo Cuerpo Inmaculado tomó su Humanidad. 



Necesitó a José, fuerte y apacible para protegerlo a Él y a su madre durante su estancia terrena.



Jesús los necesitó a todos porque el Amor extiende su mano hacia el compañerismo, no para recibir, sino para dar, no para crecer en algo, sino porque quiere que experimentemos la alegría de ser serviciales y de estar unidos a Dios que es amable y bueno.

Jesús Necesita mi servicio



Dios nos creó a cada uno con un objetivo definido en su mente infinita. Aunque siempre tenga una visión panorámica de nuestras vidas enteras, este conocimiento no le impide buscar nuestra voluntad y nuestros corazones.

Cuando nuestro prójimo nos necesita, es porque tenemos algo para darle que él no posee. Lo que tenemos para darle puede no ser tangible, pero igual podremos saciar alguna de sus necesidades.

Con Dios esto es diferente. Todo lo que tenemos en el cuerpo, el alma, talentos y bienes, son un regalo suyo. Lo que le damos a Él en estas dimensiones no es un regalo en absoluto ya que desde ya nosotros le pertenecemos.

Se hace necesario para nosotros dar a nuestro prójimo aquellas cosas que no le podemos dar a Dios, de la misma manera que Dios nos da sus dones a nosotros. Debemos darlos gratuitamente y desinteresadamente, no porque nuestro vecino merezca estas ventajas, sino únicamente porque queremos imitar al Padre.

Sea que nuestro servicio sea tangible, alimento o ropa, o intangible como el amor, la oración, la compasión y la paciencia, tenemos que servir a nuestro prójimo en aquello que no podemos servir a Dios. Es por eso que Jesús nos dirá en el último día. “Yo os digo que todo lo que hiciste al más pequeño de mis hermanos, me lo hiciste a mí. (Mt 25, 40).

Jesús Necesita mi debilidad



“Todo aquél que no cargue su Cruz y me siga no puede ser mi discípulo” (Lc 14, 27). Duras palabras para un Salvador, un Redentor, que debía de liberarnos del mal.

La Cruz era un escándalo entonces y lo sigue siendo hoy. Sin embargo, debemos entender que no es tanto un escándalo como un misterio, un misterio que nunca comprenderemos en esta vida. No entendemos el amor desinteresado, aquel amor que no quiere nada más que parecerse al Amado, que busca unirse a Él con la mente, el corazón, amor que dice: “No temáis, yo también he tenido dolor, persecución, sufrimiento, pobreza y hambre. Mirad, yo les muestro cómo perseverar, yo les muestro cómo rezar, cómo perdonar, cómo amar, cómo estar en paz, cómo conformarse con el Plan del Padre sin importar dificultad alguna”.



Él se desprendió de sí para que nosotros pudiéramos estar llenos, llenos no por nuestra conveniencia sino por el bien del prójimo. Nos enseñó a aceptar la indiferencia desde su infancia.



Nos mostró cómo aceptar la soledad durante su vida oculta.



Nos mostró cómo aceptar el éxito por su actitud ante la gente que lo proclamaba Rey.



Nos mostró cómo aceptar la voluntad de Dios en la Agonía en el Huerto.


Nos mostró cómo aceptar el dolor, los insultos, y la muerte, una muerte de Cruz.



Todo fue un signo de amor por el Padre y por nosotros, y todo debe ser también lo que nosotros testimoniemos al mundo. “Alégrense cuando os persigan”, nos dijo. Una y otra vez nos dijo que no temiéramos porque Él había conquistado el mundo. Él lo conquistó no cambiándolo, sino cambiando a los hombres que vivían en él.

Él lo dejó todo por nosotros, y quiere que sus discípulos hagan lo mismo. Vivir la privación fue parte de su testimonio ante el mundo y debe ser parte también del nuestro. Él instruyó a quienes lo seguían a no llevar nada para el camino salvo un bastón; ni pan, ni bolso, ni túnica, ni monedas para su bolsa. Debían usar sandalias pero al mismo tiempo los advirtió diciéndoles “no lleven túnica de repuesto”. (Mc 6, 8-9).



Nuestro testimonio no debe ser sano, rico y sabio, pero si debe ser el de aceptar todo lo que la Providencia pone en nuestro camino con alegría de corazón y paz en la mente: salud o enfermedad, pobreza o riqueza, éxito o fracaso. Nuestro testimonio debe ser realmente libre mentalmente, sin resentimientos; libre en el corazón, sin accesorios que nos puedan obstaculizar; libre en el cuerpo, que vive el autocontrol; y libre en el espíritu, siempre buscando la unión con Dios, su honor y su gloria.

Jesús Necesita mi amor



Su deseo de que seamos “completamente como Él” tiene un toque de urgencia, es un deseo ardiente de que lo amemos tanto como Él nos ama. Cuando dos personas se aman el uno al otro, ese mismo amor demuestra al mundo que se pertenecen el uno al otro. Ese amor prueba que algunas personas en nuestras vidas son nuestros amigos y la falta de ese amor demuestra que otros son simples conocidos e incluso enemigos.

El amor demuestra su poder derritiendo los corazones helados, dando seguridad, cambiando las personalidades, inculcando la alegría y provocando un sentimiento de bienestar que nada más puede causar.

El amor demuestra que podemos cuidar de otros incluso sacrificándonos por ellos, el amor necesita probarse a sí mismo que ama, se esfuerza por probarle al otro cuán intenso es y es ingenioso en su modo de suministrar aquella prueba.

Las pruebas que vienen del amor verdadero permanecen ocultas y pasan inadvertidas para aquél que ama. Y la razón de esto es que aquél que ama a Dios intensamente y continúa amándolo siempre está tan ocupado amando que no se da cuenta del testimonio que da, ese testimonio es el fruto de aquel profundo amor, no su causa.

Jesús nos transforma en hermosas imágenes suyas por el poder del Espíritu Santo que ha sido derramado en nuestros corazones.

Jesús me necesita



Todo lo que Jesús quiere de nosotros exige que confiemos en Él.

Las Bienaventuranzas son ocho escaños para confiar, porque demanda mucha confianza creer y vivir según el principio de que los pobres poseerán el Reino y de que los perseguidos estarán alegres.

Demanda mucha confianza comprender que, cuando todo parece desmoronarse, de algún modo todos los pedazos rotos están en Sus manos y Él volverá a unirlos.



Demanda mucha confianza ver el sufrimiento y comprender que Dios está educando a aquellos que ama y que el mismo Jesús sufre en ellos.

Demanda mucha confianza rezar fuerte y largo y no recibir la respuesta que uno quisiera.

Demanda mucha confianza pensar que Dios se valdrá de nuestras debilidades para nuestro bien mientras hagamos un sincero esfuerzo por vencerlas.

Demanda mucha confianza comprender que la muerte de alguien querido ocurre en el mejor momento de su vida.

Demanda mucha confianza abandonar a todos y todo en las manos de Dios sin preocuparnos.

Necesitamos confiar en Él en todo momento y toda nuestra vida, y esa confianza brillara como los rayos del sol, tocando a todos los que encontremos en el camino.

La confianza que Jesús demanda de sus seguidores parece imposible y este hecho demuestra que sólo Dios exigiría una confianza heroica.

Él nos pidió no preocuparnos por el mañana y cuando nuestro prójimo ve ese testimonio en nosotros, su corazón se eleva.

Él nos pidió saltar de alegría cuando somos perseguidos, porque cuando lo hacemos, le mostramos a los demás que hay un mundo mejor más allá de éste, un mundo en donde descansa nuestro verdadero tesoro.



Él nos pidió cumplir la voluntad del Padre con absoluta confianza en la Sabiduría de aquél plan, y el ver esta clase de confianza es una experiencia suficientemente poderosa como para fortalecer a nuestros hermanos en las circunstancias más difíciles.

Él nos pidió ser mansos y humildes de corazón para que encontremos descanso para nuestras almas; la serenidad, que es el fruto del señorío de uno mismo se vuelve la envidia del mundo.

Cada cristiano es importante, importante para Dios, para el mundo y para el Reino.

Luz Brillante de Jesús



Ser Luz Brillante de Jesús es la misión de cada cristiano. Como el brillo de una estrella en medio de una noche oscura, así el cristiano debe dar luz y esperanza y levantar los corazones y las mentes de todo el mundo hacia el Amor y la Misericordia de Dios que es Padre y Señor.



El esfuerzo constante del cristiano por hacerse una réplica exacta de Jesús es motivo de esperanza para el prójimo, lo llena con la convicción profunda de que existe una realidad invisible lo suficientemente fuerte como para vencer cualquier tentación, como para sobreponerse a cualquier indignidad, soportar todas las cruces y mantener el gozo no importa lo que pueda suceder.

Jesús necesita que aquella imagen, aquel cristiano, lo ayude a irradiar su poder y su Persona al mundo. Pablo lo dice hermosamente, “Dios nos hace, en Cristo, compañeros en su triunfo, y a través de nosotros expande su conocimiento como un dulce aroma en todo lugar” (2 Cor 2, 14). “Somos incienso de Cristo para Dios… Son una carta de Cristo, escrita con el Espíritu de Dios vivo.” “Somos embajadores de Cristo; como si Dios hablara por medio de nosotros”.(2 Cor 5, 21).

Debemos irradiar a Jesús y los rayos de aquella luz brillarán en los confines de la tierra, sobre cada nación y sus gentes, porque trabajamos junto con Jesús para la salvación de la humanidad.



“Os he amado con un amor eterno”
(Jer 31, 3)

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET: