jueves, 21 de diciembre de 2017

IDENTIFIQUE: ¿Cómo actúa el demonio en la vida de las personas?


BOGOTÁ, 20 de diciembre de 2017 / 09:38 p.m. (ACI).

El demonio actúa de diferentes formas en la vida del hombre principalmente porque es un “ser vivo, espiritual y perverso”, según precisa el P. Doriam Rocha Vergara, uno de los exorcistas más jóvenes del mundo.

En una entrevista con ACI Prensa, el presbítero explica las dos formas en las que el demonio actúa para interferir en la relación entre el hombre y Dios.

El sacerdote nacido en Colombia indicó que, en primer lugar, el demonio actúa por una acción ordinaria a través de la tentación, que es la incitación a pecar ya sea por la persuasión o por la propuesta de algún bien o placer.

Y en segundo lugar actúa a través de una acción extraordinaria, la cual se subdivide en cuatro:

1. Opresión demoníaca



“La primera se llama opresión demoníaca que es crear una dependencia. Por ejemplo, dependencia del alcohol, drogas, sexo desenfrenado, ludopatía, obsesión por el dinero, que parte de heridas emocionales, desórdenes, situaciones que marcaron de muy pequeño”, indicó el P. Rocha.

2. Infestaciones



También reciben el nombre de “contaminaciones”. Por ejemplo, el presbítero asegura que suelen contaminarse “lugares, ropa, vestidos o alimentos a través de entierros, vudú, muñecos que representen el cuerpo de la persona o alimentos para que crear trastornos”.

“Afectan la cabeza con migrañas continuas, insomnio, pesadillas, miedos, fatigas excesivas, asco a todo, tristeza sin causa, angustia, problemas para dirigir, anorexia, bulimia, tentativas de vómito desordenado, espuma blanca, aversión a lo sagrado, se distraen en Misa, imposibilidad de rezar, fatigas, somnolencias, bostezos, desagrado a encontrarte en un lugar santo”, indica el P. Rocha.

En ese sentido, afirma que todo eso lo hace el demonio para interferir en la vida espiritual.

“El demonio ataca las emociones y el espíritu con inquietudes, depresión, cólera, odio, miedo, obsesión, celos, tristeza, confusión, indecisión, pérdida de memoria, imposibilidad de concentrarse”, etc.

3. Vejaciones




El P. Doriam indica que una vejación “es la presencia de un espíritu o de un demonio en la vida de una persona”.

“Son dos cosas distintas, un demonio es un ángel que se rebeló cuando se rebeló Satanás, y el espíritu es el alma de una persona que había sido mala y que el demonio la está trabajando. Esta última es colocada en una persona causando accidentes, enfermedades, hay espíritus de ruina, muerte, depresión, de sin sentido, eso lo hace el demonio”, sostuvo.

4. Posesiones


El sacerdote detalla que en su tiempo de actividad, con lo más duro que se ha tenido que enfrentar son las posesiones demoníacas.

“Tuve el caso de un chico que participó del rito Niño en Cruz, pertenecía a un cartel y que le había preparado para que venda su alma al demonio y las balas no le hicieran daño. Le pidieron que mate a un familiar, él se resistió y de ahí vino un proceso de posesión”, aseveró el P. Rocha.

Las mejores armas contra el poder del demonio

El P. Doriam apuntó las siguientes vías para frenar la acción demoníaca:


  • Oración
  • Vida de gracia
  • Vida sacramental
  • Amor profundo a la Santísima Virgen María

“El demonio no soporta la presencia de María por cuatro razones:



1. La primera por la humildad de María, no soporta que Dios se haya encarnado en ella, eso lo humilla mucho.

2. Lo segundo es su pureza, como él es un ser sucio y bajo, no lo soporta. 

3. Tercero, no soporta la obediencia y sumisión total de María a Dios, él es un ser desobediente.

4. Cuarto. Finalmente, no soporta que María lo venza en todo”

Precisó el sacerdote.

Acerca de los santos que los demonios “no soportan”, el presbítero se refirió a San Benito, San Juan Pablo II y San Pío de Pietrelcina.

“Yo he podido liberar a personas solamente con la presencia con María y terminar con el Magníficat”, concluyó el P. Rocha.

Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:

Novena de Navidad (Día Séptimo) - Diciembre 22 de 2017



Consideración

Representémonos el viaje de María y José hacia Belén, llevando consigo aún no nacido, al creador del universo, hecho hombre. Contemplemos la humildad y la obediencia de ese Divino Niño, que aunque de raza judía y habiendo amado durante siglos a su pueblo con una predilección inexplicable, obedece así a un príncipe extranjero que forma el censo de población de su provincia, como si hubiese para Él en esa circunstancia algo que le halagase, y quisiera apresurarse a aprovechar la ocasión de hacerse empadronar oficial y auténticamente como súbdito en el momento en que venía al mundo.

El anhelo de José, la expectativa de María son cosas que no puede expresar el lenguaje humano. El Padre Eterno se halla, si nos es lícito emplear esta expresión, adorablemente impaciente por dar a su Hijo Único al mundo y verle ocupar su puesto entre las criaturas visibles.

El Espíritu Santo arde en deseos de presentar a la luz del día esa Santa Humanidad, que Él mismo ha formado con divino esmero.


A continuación se reza:

Oración para todos los días
Oración a la Santísima Virgen María
Oración a San José
Gozos para la llegada del Niño Dios
Oración al Niño Jesús

Oración para todos los días


Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de Él, te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu Hijo humanado, suplicándote por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.

(Se reza tres veces el Gloria)

Oración a la Santísima Virgen María
(para todos los días)


Soberana María, que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera por Madre suya: te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo hacen esta novena, para el nacimiento espiritual de tu adorado Hijo. ¡Oh, dulcísima Madre!, comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que Tú lo guardaste, para que nos hagas menos indignos de verlo, amarlo y adorarlo por toda la eternidad. Amén.

(Se reza tres veces el Avemaría)

Oración a San José
(para todos los días)


¡Oh santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te ruego, por el amor que tuviste al Divino Niño, que me llenes de fervorosos deseos de verlo y recibirlo sacramentalmente, mientras, en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.

(Se reza Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

Gozos para la llegada del Niño Dios
(para todos los días)


Dulce Jesús mío,
mi Niño adorado, 
¡ven a nuestras almas!
¡ven no tardes tanto!

(Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto)

¡Oh Sapiencia suma del Dios soberano,
que a nivel de un niño te hayas rebajado!
¡Oh Niño Divino, ven para enseñarnos
la prudencia que hace verdaderos sabios!

(Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto)

¡Oh Adonaí potente que a Moisés hablando,
de Israel al pueblo diste los mandatos!
¡Oh ven prontamente para rescatarnos,
y que un niño débil muestre fuertes brazos!

(Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto)

¡Oh raíz sagrada de Jesé que en lo alto
presentas al orbe tu fragante nardo!
¡Dulcísimo Niño que has sido llamado
lirio de los valles, bella flor del campo!

(Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto)

¡Llave de David que abre al desterrado
las cerradas puertas del regio palacio!
¡Sácanos, oh Niño, con tu blanca mano,
de la cárcel triste que labró el pecado!

(Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto)

¡Oh lumbre de Oriente, Sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas tu esplendor veamos!
¡Niño tan precioso, dicha del cristiano,
luzca la sonrisa de tus dulces labios!

(Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto)

¡Espejo sin mancha, Santo de los santos,
sin igual imagen del Dios soberano!
¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado
y en forma de niño, da al mísero amparo!

(Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto)

¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro
de Israel anhelo, Pastor del rebaño,
Niño que apacientas con suave cayado,
ya la oveja arisca, ya el cordero manso!

(Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto)

¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto,
bienhechor rocío como riego santo,
ven, hermoso Niño, ven Dios humanado,
luce hermosa estrella, brota flor del campo!

(Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto)

¡Ven que ya María previene sus brazos,
de un Niño vean en tiempo cercano!
¡Ven, que ya José, con anhelo sacro,
se dispone a hacerse de tu amor sagrario!

(Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto)

¡Del débil auxilio, del doliente amparo,
consuelo del triste, luz del desterrado!
¡Vida de mi vida, mi Dueño adorado,
mi constante amigo, mi Divino Hermano!

(Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto)

¡Ve ante mis ojos, de Ti enamorado!
¡Bese ya tus plantas, bese ya tus manos,
postrado yo en tierra te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases, te dice mi llanto!

(Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto)

¡Ven Salvador nuestro,
por quien suspiramos!

(Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto)


Oración al Niño Jesús
(para todos los días)


Acordaos ¡Oh dulcísimo Niño Jesús! Que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: "Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi Infancia y nada te será negado". Llenos de confianza en Ti ¡Oh Jesús, que eres la misma verdad! Venimos a exponerte toda nuestra miseria. Ayudadnos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada.

Concédenos, por los méritos de tu Encarnación y de tu Infancia, la gracia... de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a Ti ¡Oh Niño omnipotente! Seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica. Amén.

Fuente - Textos tomados de la Novena de Navidad - Arquidiócesis de Medellín