lunes, 21 de agosto de 2017

Santísima Virgen María - Reina del Universo - Fiesta Agosto 22





Fiesta Litúrgica del Reinado de María instituida por el Santo Padre Pío XII el 1° de noviembre de 1954, al coronar a la Virgen en Santa María La Mayor, Protectora de Roma. En ese momento, se levantó un fuerte llanto de entre la gran multitud congregada en Santa María La Mayor:
"¡Viva la Reina!"
En esta ocasión el Papa también promulgó el documento principal del Magisterio acerca de la dignidad y realeza de María, la Encíclica Ad Coeli Reginam (Oct. 11, 1954). Se celebra ahora en la octava de la Asunción para manifestar la conexión entre la realeza de María y su Asunción a los cielos.


El Papa nombró a la Virgen Reina de cielos y tierra, y decretó que se celebrara una fiesta especial para honrarla bajo ese título. No era éste un nuevo privilegio para la Madre de Dios. Ella siempre ha sido considerada nuestra Reina, como lo testifica el arte Mariano desde los primeros siglos y las oraciones, especialmente la Letanía de Loreto. Sin embargo, no había hasta entonces fiesta en particular que lo conmemorara. En la actualidad esta fiesta se celebra el 22 de agosto.

Fundamento Teológico
de la Realeza de la Virgen María






La razón por la que la Santísima Virgen María es Reina, se fundamenta teológicamente en su divina Maternidad y en su función de ser Corredentora del género humano.
  • Por su divina Maternidad: Es el fundamento principal, pues la eleva a un grado altísimo de intimidad con el Padre celestial y la une a su divino Hijo, que es Rey Universal por derecho propio.
En la Sagrada Escritura se dice del Hijo que la Virgen concebirá:
"Hijo del Altísimo será llamado y a Él le dará el Señor Dios por trono de David su padre y en la casa de Jacob reinará eternamente y su reinado no tendrá fin" (Lc. 1, 32-33). Y a María se le llama "Madre del Señor" (Lc. 1, 43); de donde fácilmente se deduce que Ella es también Reina, pues engendró un Hijo que era Rey y Señor de todas las cosas. Así, con razón, pudo escribir San Juan Damasceno: "Verdaderamente fue Señora de todas las criaturas cuando fue Madre del Creador" (cit. en la Enc. Ad Coeli Reginam, de Pío XII, 11-X-1954)
  • Por ser Corredentora del género humano: La Virgen María, por voluntad expresa de Dios, tuvo parte excelentísima en la obra de nuestra Redención. Por ello, puede afirmarse que el género humano sujeto a la muerte por causa de una virgen (Eva), se salva también por medio de una Virgen (María). En consecuencia, así como Cristo es Rey por título de conquista, al precio de Su Sangre, también María es Reina al precio de su Compasión dolorosa junto a la Cruz.
"La Beatísima María debe ser llamada Reina, no sólo por razón de su Maternidad divina, sino también porque cooperó íntimamente a nuestra salvación. Así como Cristo, nuevo Adán, es Rey nuestro no sólo por ser Hijo de Dios sino también nuestro Redentor, con cierta analogía, se puede afirmar que María es Reina, no sólo por ser Madre de Dios sino también, como nueva Eva, porque fue asociada al nuevo Adán" (cfr. Pío XII, Enc. Ad Coeli Reginam).


Naturaleza del Reino de María


El reino de Santa María, a semejanza y en perfecta coincidencia con el reino de Jesucristo, no es un reino temporal y terreno, sino más bien un reino eterno y universal: "Reino de verdad y de vida, de santidad, de gracia, de amor y de paz" (cfr. Prefacio de la Misa de Cristo Rey).
  1. Es un reino eterno porque existirá siempre y no tendrá fin (cfr. Lc. 1, 33) y, es universal porque se extiende al Cielo, a la tierra y a los abismos (cfr. Fil. 2, 10-11).
  2. Es un reino de verdad y de vida. Para ésto vino Jesús al mundo, para dar testimonio de la verdad (cfr. Jn. 18, 37) y para dar la vida sobrenatural a los hombres.
  3. Es un reino de santidad y justicia porque María, la llena de gracia, nos alcanza las gracias de su Hijo para que seamos santos (cfr. Jn. 1, 12-14); y de justicia porque premia las buenas obras de todos (cfr. Rom. 2, 5-6).
  4. Es un reino de amor porque de su eximia caridad nos ama con corazón maternal como hijos suyos y hermanos de su Hijo (cfr. 1 Cor. 13, 8).
  5. Es un reino de paz, nunca de odios y rencores; de la paz con que se llenan los corazones que reciben las gracias de Dios (cfr. Is. 9, 6).


La oración colecta de la Memoria de
Santa María Reina dice:

"Oh Dios, que nos has dado como Madre
y como Reina, a la Madre de tu Unigénito; concédenos, por su intercesión,
el poder llegar a participar
en el Reino celestial
de la gloria reservada a tus hijos"



Características del reinado
de María Santísima

Preeminencia: "Su honor y dignidad sobrepasan toda la creación; los ángeles toman segundo lugar ante tu preeminencia". San Germán.

Poder Real: Que la autoriza a distribuir los frutos de la redención. La Virgen María no sólo ha tenido el más alto nivel de excelencia y perfección después de Cristo, pero también participa del poder de Su Hijo Redentor ejercita sobre las voluntades y mentes.


Inagotable eficacia de Intercesión con su Hijo y el Padre: Dios ha instituido a María como Reina del cielo y tierra, exaltada sobre todos los coros de ángeles y todos los santos. Estando a la diestra de su Hijo, ella suplica por nosotros con corazón de Madre, y lo que busca, encuentra, lo que pide, recibe.

Reinado de Amor y Servicio: Su reinado no es de pompas o de prepotencia como los reinos de la tierra. El reino de María es el de su Hijo, que no es de este mundo, no se manifiesta con las características del mundo. María tiene todo el poder como reina de cielo y tierra, y a la vez, la ternura de ser Madre de Dios. En la tierra ella fue siempre humilde, la sierva del Señor. Se dedicó totalmente a su Hijo y a su obra con Él, y sometida con todo su corazón, con toda su voluntad a Él, colaboró en el Ministerio de la Redención. Ahora en el Cielo, ella continúa manifestando su amor y su servicio para llevarnos a la salvación.

Respuesta
a los hermanos separados



Hay quienes rechazan el reinado de María Santísima, alegando que ella no puede ser reina ya sólo Jesús es rey.

Estos hermanos no comprenden la naturaleza del Reino. El reino de María Santísima no es un reino aparte al de su Hijo. Es el mismo reino. Donde Jesús reina, María su Madre reina también. Se trata de dos corazones eternamente unidos en el amor divino. Dios ha dispuesto que así fuese. María, lejos de quitarle al reinado de su Hijo, lo propicia. Ella es la más sumisa, la más fiel en el reino y por eso también la más exaltada.

Lucas 1:48 "porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada".


SALVE



Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura
y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A Tí llamamos
los desterrados hijos de Eva;
a Tí suspiramos,
gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora,
abogada nuestra,
vuelve a nosotros
esos tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro,
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Amén.


Fuente - Textos tomados de CORAZONES.ORG:
http://www.corazones.org/maria/reina_maria.htm

Fuente - Texto tomado de EWTN.COM:
http://www.ewtn.com/spanish/saints/Mar%C3%ADa_Reina.htm

Fuente - Texto tomado de CATOLICO.ORG:

¿Profecía? Signos del poder diabólico en el mundo: Desnudez - Violencia - División



Un discurso que adquiere hoy tintes proféticos. Desnudez, violencia, división: signos del poder diabólico en el mundo, avanzó el obispo Fulton Sheen.




Fulton Sheen llegó con su mensaje a millones de norteamericanos gracias a su dominio del medio radiofónico y televisivo.


Carmelo López-Arias / ReL - 21 de agosto de 2017


Una vez que ya ha sido presentado un milagro obtenido por su intercesión, la beatificación del arzobispo Fulton John Sheen (1895-1979) solo espera el final del conflicto judicial por sus restos que enfrenta a las diócesis de Peoria y Nueva York. Mientras tanto, sus enseñanzas siguen demostrando tanto poder iluminador sobre la realidad actual como a lo largo de su vida, cuando millones de personas seguían su voz a través de la radio y su voz y su mirada (al decir de los expertos, clave en su éxito como orador) a través de la televisión.

Un ejemplo muy claro es el corte de uno de sus discursos sobre el diablo, rescatado recientemente por monseñor Charles Pope, párroco en la archidiócesis de Washington y uno de los más influyentes creadores de opinión en el catolicismo norteamericano. (En ReL hemos recogido algunas de sus opiniones, por ejemplo sobre la sotana o sobre las fotos durante la misa).

Todo el discurso del arzobispo Sheen sobre el demonio es excelente. El corte al que hace referencia el artículo de monseñor Pope va entre los minutos 5:40 y 11:35.

Pope, en un artículo titulado Tres características de lo diabólico que hoy son ampliamente evidentes, se centra en cinco minutos de ese discurso. En ellos, el arzobispo Sheen se basa en las teorías del psicólogo Rollo May (1909-1994), del Rockefeller Institute, sobre las manifestaciones de lo demoníaco en la personalidad humana para, basándose en el pasaje evangélico del endemoniado geraseno o gadareno, señalar:

Tres signos que caracterizan lo diabólico en el mundo:
Desnudez, Violencia, División

Sheen comienza recordando que la palabra diabólico viene del griego diaballein, que significa "desunir, separar, encizañar". Y apunta como un "aumento de lo diabólico" las "discordias en la Iglesia", que estaban en su punto álgido en la debacle postconciliar de los años 60-70, época de esta grabación:

"La discordia en las comunidades religiosas, la discordia entre los laicos, discordias en el clero... todo ello son manifestaciones del espíritu de lo diabólico entre nosotros".

El entonces obispo de Rochester recuerda que, según Rollo May (quien había publicado en 1969 su célebre Amor y voluntad, donde abordaba la cuestión), hay tres formas en las que, desde el punto de vista de la psique humana, actúa lo diabólico:

"Primera, el gusto por la desnudez; segunda, la violencia, la agresividad; tercera, disocia la personalidad, anula la paz interior, desarticula la mente".

(Respecto a la desnudez, monseñor Sheen cuenta una anécdota. Años atrás le preguntó al capellán de una institución si percibía alguna señal de lo diabólico en ella, y éste le contestó: "Sí, a veces, cuando llevo el Santísimo Sacramento, hay gente que se desnuda a mi paso").

El obispo acude a la historia del endemoniado geraseno, y destaca que los Evangelios hablan de "tres características de este joven: primero, que estaba desnudo; segundo, que era violento y agresivo, no podían ni siquiera encadenarlo; y tercero, su mente estaba dividida", y de hecho "cuando Jesucristo le pregunta su nombre, responde que su nombre es Legión" (unidad formada por seis mil hombres).

"Soy yo, y no este psiquiatra", aclara Sheen, "quien relaciona esas tres manifestaciones de lo diabólico con el joven del Evangelio, pero es que no podía dejar de percibir estas semejanzas... Así que os dejo estas características de lo diabólico desde un punto de vista psiquiátrico: la ruptura de la unidad, la ruptura de las familias, la ruptura de las instituciones, la ruptura de las comunidades religiosas... la ruptura de la unidad de Cristo".

Medio siglo después...

"Tres características de lo diabólico", reitera en su artículo Charles Pope: "Gusto por la desnudez, violencia y división. ¿Qué pensáis? ¿Está el príncipe de este mundo llevando a cabo su agenda? Lo que es más importante: ¿estamos colaborando con él? El primer paso para derrotar la agenda del enemigo es reconocer sus tácticas, definirlas y luego rechazarlas en el nombre de Jesús. ¡Gracias, arzobispo Sheen! ¡Tu sabiduría, la sabiduría de Dios, nunca envejece!", exclama.

Monseñor Pope consagra su artículo a mostrar cómo las señales de lo diabólico que apuntaba el arzobispo Fulton J. Sheen a finales de los 60 y principios de los 70 (consagró más de un discurso al tema) han ido a más desde entonces.

Explosión de desnudez

Monseñor Pope recuerda que modestia proviene del latín modestus, que significa "moderado", y ambos de la palabra modus, que significa "medida": "Por tanto, al tiempo que quiero evitar ideas opresivamente puritanas sobre el vestido, que imponen pesadas cargas (especialmente sobre las mujeres) y miran el cuerpo como algo malo, también debemos criticar muchas formas modernas de vestirse que están en el otro extremo".

"Hay una tendencia al vestido inmodesto", modas que "dirigen la atención hacia aspectos del cuerpo que son privados y reservados para la unión sexual dentro del matrimonio", vestidos "que parecen dirigidos más a llamar la atención sobre esas partes privadas del cuerpo que a esconderlas": "Ese afán por desvelar y a excitar es seguramente un aspecto del gusto del Maligno por la desnudez".

Pope añade en este punto, obviamente, la pornografía, de "proporciones epidémicas gracias a Internet": "Lo que antes obligaba a acudir a una apartada librería para adultos, hoy está a la distancia de un clic", y "el hecho de que los hábitos de navegación puedan descubrirse fácilmente importa poco a los adictos de esta nueva forma de esclavitud".

También está vinculado "al gusto de Satanás por la desnudez" la "absoluta sexualización de nuestra cultura", incluso de la cultura infantil: "Las series de televisión muestran inacabables conversaciones sobre el sexo. Nos comportamos colectivamente como adolescentes hipersexualizados y obsesionados por algo que no comprendemos".

Y está también "la absoluta confusión que celebra la actividad homosexual": "Lo que las Escrituras consideran gravemente pecaminoso, desordenado y 'contrario a la naturaleza' (Rom 1, 26), lo celebran muchos en nuestra cultura. Quienes experimentan esos deseos se identifican abierta y orgullosamente con aquello que les tienta... En vez de ofrecerles amor, apoyo y la verdad de que deben vivir célibes (como están llamados a hacer todas las personas no casadas), nuestra cultura saturada de sexo, cegada y oscurecida por su propia lujuria, les reafirma e incluso anima a satisfacer lo que solo puede producir más daño a ellos y a otros".

"No es sorprendente", concluye, "que como resultado de esa celebración de la confusión y de la oscuridad, haya echado raíces la aún más profundamente confusa idea de 'transgenerismo'".

El gran siglo de la violencia

"Hemos convertido la violencia en una forma de entretenimiento", dice Pope, apuntando desde el cine a los videojuegos. Pero hay cosas peores: la cultura de la muerte.

"La violencia comienza en el útero, donde los inocentes son atacados invocando 'elección [choice]' y 'derechos'", y continúa en formas diversas: "La anticoncepción, la actividad de las bandas criminales, el frecuente recurso a la guerra, la pena capital".

Pope recuerda que el siglo XX fue el más sangriento de la historia, con sus guerras mundiales y regionales y sus genocidios: "Con cada muerte, Satanás hace su 'baile de Snoopy'. A Satanás le encanta la violencia. Le encanta prender fuegos y luego ver cómo nos culpamos unos a otros mientras todos ardemos".

Unos contra otros

"Vemos divididas nuestras familias, la Iglesia, nuestro país...", afirma Monseñor Charles al pasar al tercer punto citado por el obispo Sheen. Y eso "en casi todas las facetas de nuestra vida: raza, sexo, religión, política, economía".

Lo peor: "Nuestras familias se rompen. El divorcio se dispara. Se rechazan los compromisos de cualquier clase como algo demasiado difícil o incluso imposible. La Iglesia está rota, dividida en facciones. Allí donde en tiempos coincidíamos en lo esencial, ahora se considera intolerante apelar a una verdad compartida".

Y remata: "Es una esquizofrenia, tanto en sentido figurado como literal... Sabemos lo que está bien, pero deseamos lo que está mal. Buscamos el amor, pero caemos en el odio y la venganza. Admiramos la inocencia, pero gozamos destruyéndola o sustituyéndola por el cinismo".

Una beatificación "atascada"

Fulton John Sheen, auxiliar de Nueva York (1951-1966) y luego titular de Rochester (1966-1969, año en el que se retiró) es sin duda el obispo estadounidense más célebre del siglo XX. Doctor en Filosofía y en Sagradas Escrituras, además de autor de libros apostólicos de gran venta fue un auténtico fenómeno de la comunicación radiofónica y televisiva y responsable de numerosas e importantes conversiones entre políticos del país (entre otras muchas). Podría estar ya fijada su fecha de beatificación, porque Benedicto XVI reconoció en 2012 sus virtudes heroicas, y en 2014 una comisión de siete expertos médicos de su diócesis natal de Peoria informó favorablemente a la Santa Sede, de forma unánime, sobre el carácter naturalmente inexplicable de la resucitación en 2010 de un neonato que estuvo 61 minutos sin respirar tras nacer ahorcado por el cordón umbilical.

¿Qué ha sucedido, entonces? Que dos diócesis, aquella donde nació (Peoria) y aquella donde murió (Nueva York), mantienen una disputa legal por sus restos mortales. La diócesis de Peoria inició el proceso de beatificación en 2002, con el visto bueno del cardenal Edward Egan, a la sazón arzobispo de Nueva York, en el sobreentendido de que su cuerpo, enterrado por voluntad del difunto en Nueva York, sería llevado a Illinois al finalizar la causa. En 2014 el obispo de Peoria, Daniel Jenky, reclamó el cuerpo para ser examinado, tomar reliquias y estar presente en la ceremonia de beatificación en la catedral de Peoria. Pero en ese momento el cardenal Timothy Dolan, sucesor del cardenal Egan, decidió que debía primar la voluntad de Sheen, y que la ceremonia debía hacerse en la catedral neoyorquina de San Patricio. Tras lo cual monseñor Jenky suspendió la causa de beatificación, lamentando que, tras doce años de trabajos, los esfuerzos resultasen baldíos.

Cualquier pretexto es bueno para volver a escuchar este pasaje de la célebre homilía del obispo de Peoria, Daniel Jenky, el 14 de abril de 2012. Pronunciada bajo el título Llamamiento a los hombres de fe católicos, desgranó con claridad y valentía extraordinarias la necesidad de heroísmo en los católicos de nuestro tiempo, señalando con nombres y apellidos a los enemigos de la Iglesia, en los momentos álgidos de la anticristiana presidencia de Barack Obama. 

En el verano de 2016, una sobrina-nieta de Fulton J. Sheen acudió a los tribunales de Nueva York en defensa de la posición de Peoria, y los jueces le dieron la razón, pero la diócesis de Nueva York ha apelado y el caso continúa pendiente de una resolución definitiva. Peoria no puede concluir el proceso sin el cuerpo, y Nueva York tampoco puede concluirlo sin que Peoria le pase el proceso.

Una situación en la que, más allá de las razones jurídicas canónicas y civiles que unos y otros puedan aportar, está retardando algo que todos los católicos norteamericanos desean: el reconocimiento público de la santidad de uno de sus obispos más queridos. Como diría monseñor Pope, "alguien" está haciendo el baile de Snoopy...

Fuente - Texto tomado de RELIGIONENLIBERTAD.COM: