sábado, 25 de marzo de 2017

Lectura del Santo Evangelio Según San Juan 9, 1-41



1. Al pasar vió Jesús a un hombre ciego de nacimiento:

2. Y sus discípulos le preguntaron:
"Maestro, ¿qué pecados son la causa de que éste haya nacido ciego, los suyos, o los de sus padres?"
3. Respondió Jesús:
"No es por culpa de éste, ni de sus padres; sino para que las obras de el poder de Dios resplandezcan en él.
4. Conviene que Yo haga las obras de Aquel que me ha enviado, mientras dura el día: viene la noche de la muerte, cuando nadie puede trabajar.
5. Mientras estoy en el mundo, Yo Soy la luz del mundo".


6. Así que hubo dicho ésto, escupió en tierra, y formó lodo con la saliva, y aplicólo sobre los ojos del ciego.

7. Y díjole:
"Anda, y lávate en la piscina de Siloé (palabra que significa el Enviado)".
Fuése, pues, y lavóse allí, y volvió con vista.


8. Por lo cual los vecinos, y los que antes le habían visto pedir limosna, y decían:
"¿No es éste aquel que sentado allá, pedía limosna?  Este es, respondían algunos".
9. Y otros decían:
"No es él, sino alguno que se le parece".
Pero él decía:
"Sí, que soy yo".
10. Le preguntaban, pues:
"¿Cómo se te han abierto los ojos?"
11. Respondió:
"Aquel hombre que se llama Jesús, hizo un poquito de lodo, y lo aplicó a mis ojos, y me dijo:
Ve a la piscina de Siloé, y lávate allí.
Yo fui, me lavé, y veo".
12. Preguntáronle:
"¿Dónde está Ése?"
Respondió:
"No lo se".
13. Llevaron, pues a los fariseos al que antes estaba ciego.

14. Es de advertir que cuando Jesús formó el lodo y le abrió los ojos era día de sábado.

15. Nuevamente, pues, los fariseos le preguntaban también cómo había logrado la vista. Él les respondió:
"Puso lodo sobre mis ojos, me lavé, y veo".
16. Sobre lo que decían algunos de los fariseos:
"No es enviado de Dios, este hombre, pues no guarda el sábado".
Otros, empero, decían:
"¿Cómo un hombre pecador puede hacer tales milagros?"
Y había disensión entre ellos.

17. Dicen, pues, otra vez al ciego:
"Y tú ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?"
Respondió:
"Que es un profeta".
18. Pero por lo mismo no creyeron los judíos que hubiese sido ciego, y recibido la vista, hasta que llamaron a sus padres.

19. Y les preguntaron:
"Es éste vuestro hijo, de quien vosotros decís que nació ciego? Pues ¿cómo ve ahora?"
20. Sus padres les respondieron, diciendo:
"Sabemos que éste es hijo nuestro, y que nació ciego".
21. Pero como ahora ve, no lo sabemos; ni tampoco sabemos quién le ha abierto los ojos; preguntádselo a él: edad tiene, él dará razón de sí".
22. Esto dijeron sus padres por temor de los judíos; porque ya éstos habían decretado echar de la sinagoga, o excomulgar, a cualquiera que reconociese a Jesús por el Cristo, o Mesías.

23. Por eso sus padres dijeron:
"Edad tiene, preguntádselo a él".
24. Llamaron, pues, otra vez al hombre que había sido ciego, y dijéronle:
"Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es un pecador".
25. Mas él les respondió:
"Si es pecador, yo no lo se; sólo se que yo antes era ciego, y ahora veo".
26. Replicáronle:
"¿Qué hizo Él contigo?  ¿Cómo te abrió los ojos?"
27. Respondióles:
"Os lo he dicho ya, y lo habéis oído:  ¿a qué fin queréis oírlo de nuevo?  ¿Sí será que también vosotros queréis haceros discípulos suyos?"
28. Entonces le llenaron de maldiciones, y por fin le dijeron:
"Tú seas su discípulo, que nosotros somos discípulos de Moisés.
29. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios; mas éste no sabemos de dónde es". 
30. Respondió aquel hombre, y les dijo:
"Aquí está la maravilla, que vosotros no sabéis de dónde es éste, y con todo ha abierto mis ojos.
31. Lo que sabemos es que Dios no oye a los pecadores; sino que aquél que honra a Dios y hace su voluntad, éste es a quien Dios oye.
32. Desde que el mundo es mundo no se ha oído jamás que alguno haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento.
33. Si este hombre no fuese enviado de Dios, no podría hacer nada de lo que hace".
34. Dijéronle en respuesta: 
"Saliste del vientre de tu madre envuelto en pecado, ¿y tú nos das lecciones? 
Y le arrojaron fuera.
35. Oyó Jesús que le habían echado fuera; y haciéndose encontradizo con él, le dijo:
"¿Crees tú en el Hijo de Dios?"
 36. Respondió él y dijo:
"¿Quién es, Señor, para que yo crea en Él?"
37. Díjole Jesús:
"Le viste ya, y es Él mismo que está hablando contigo".
38. Entonces dijo él:
"Creo, Señor".
Y postrándose a sus pies, le adoró.

39. Y añadió Jesús:
"Yo vine a este mundo a ejercer un justo juicio, para que los que no ven, vean, y los que ven, o soberbios presumen ver, queden ciegos".
40. Oyeron esto algunos de los fariseos, que estaban con él, y le dijeron:
"Pues qué, ¿nosotros somos también ciegos?"
41. Respondióles Jesús:
"Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero por lo mismo que decís: Nosotros vemos, y os juzgáis muy instruidos, por eso vuestro pecado persevera en vosotros".
Palabra de Dios
Gloria a Ti, Señor Jesús

4a. Semana de Cuaresma - Marzo 26 a Abril 1 de 2017



Domingo de Israel
y del ciego de nacimiento

"El Señor me puso barro en los ojos, me lavé" (Antífona de Comunión Jn. 9, 11).

Reflexión

«Festejad a Jerusalén, gozad con ella todos los que la amáis, alegraos de su alegría» (Antífona de entrada).

Con esta invitación a la alegría, se abre la liturgia de hoy. Ella da un tono particularmente gozoso a este cuarto domingo de Cuaresma, llamado tradicionalmente domingo laetare. Sí, debemos alegrarnos, puesto que el auténtico espíritu cuaresmal es búsqueda de la alegría profunda, fruto de la amistad con Dios. Nos alegramos porque la Pascua ya está cerca, y dentro de poco celebraremos nuestra liberación del mal y del pecado, gracias a la vida nueva que nos trajo Cristo muerto y resucitado.

En este camino hacia la Pascua, la liturgia nos exhorta a recorrer el itinerario catecumenal con los que se preparan para recibir el bautismo. El domingo pasado meditamos en el don del agua viva del Espíritu (cf. Jn 4, 5-42); hoy nos detenemos con el ciego de nacimiento junto a la piscina de Siloé, para acoger a Cristo, luz del mundo (cf. Jn 9, 1-41).

El ciego fue, se lavó, y volvió con vista» (Jn 9, 7). Como él, debemos dejarnos iluminar por Cristo, y renovar la fe en el Mesías sufriente, que se revela como la luz de nuestra existencia: «Yo soy la luz del mundo; (...) quien me sigue tendrá la luz de la vida» (Aclamación antes del Evangelio).

El agua y la luz son elementos esenciales para la vida. Precisamente por eso, Jesús los elevó a la categoría de signos reveladores del gran misterio de la participación del hombre en la vida divina.

Caminad como hijos de la luz» (Ef 5, 8). Las palabras del apóstol San Pablo, en la segunda lectura, nos estimulan a recorrer este camino de conversión y renovación espiritual. En virtud del bautismo, los cristianos son «iluminados»; ya han recibido la luz de Cristo. Por tanto, están llamados a conformar su existencia con el don de Dios: ¡a ser hijos de la luz!

Amadísimos hermanos y hermanas, el Señor os abra los ojos de la fe, como hizo con el ciego de nacimiento, para que aprendáis a reconocer su rostro en el de vuestros hermanos, especialmente en los más necesitados.

María, que ofreció a Cristo a todo el mundo, nos ayude también a nosotros a acogerlo en nuestras familias, en nuestras comunidades y en todos los ambientes de vida y trabajo de nuestra ciudad. Amén.

Oración

Señor Dios, luz que alumbras a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestro espíritu con la claridad de tu gracia, para que nuestros pensamientos sean dignos de ti y aprendamos a amarte de todo corazón. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

MARZO 27 - ABRIL 1

Lunes, Marzo 27

"Yo confío en el Señor. Tu misericordia sea mi gozo".

Oración

Oh Dios, que renuevas el mundo por medio de sacramentos divinos; concede a tu Iglesia la ayuda de estos auxilios del cielo sin que le falten los necesarios de la tierra. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Martes, Marzo 28

"Sedientos, acudid por agua -dice el Señor- " (Antífona de Entrada, Cf. Is 55, 1).

Oración

Te pedimos, Señor, que las prácticas santas de esta Cuaresma dispongan el corazón de tus fieles para celebrar dignamente el misterio pascual y anunciar a todos los hombres la grandeza de tu salvación. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Miércoles, Marzo 29

"Mi oración se dirige hacia ti, Dios mío, el día de tu favor; que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude". (Antífona de Entrada, Sal 68, 14)".

Oración

Señor, Dios nuestro, que concedes a los justos el premio de sus méritos y a los pecadores que hacen penitencia les perdonas sus pecados, ten piedad de nosotros y danos, por la humilde confesión de nuestras culpas, tu paz y tu perdón. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Jueves, Marzo 30

"Que se alegren los que buscan al Señor. Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro". (Antífona de Entrada, Sal 104, 3-4).

Oración

Padre lleno de amor, te pedimos que, purificados por la penitencia y por la práctica de las buenas obras, nos mantengamos fieles a tus mandamientos, para llegar, bien dispuestos, a las fiestas de Pascua. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Viernes, Marzo 31

"Oh Dios, sálvame por tu nombre, sal por mí con tu poder. Oh Dios, escucha mi súplica, atiende a mis palabras". (Antífona de Entrada, Sal 53, 3-4).

Oración

Señor, tú que en nuestra fragilidad nos ayudas con medios abundantes, concédenos recibir con alegría la salvación que nos otorgas y manifiéstala a los hombres con nuestra propia vida. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Sábado, Abril 1

"Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. Soy un gusano, no un hombre; vergüenza de la gente, desprecio del pueblo". (Antífona de Entrada, Sal 21, 20. 7).

Oración

Señor, tú que realizas sin cesar la salvación de los hombres y concedes a tu pueblo, en los días de Cuaresma, gracias más abundantes, dígnate mirar con amor a tus elegidos y concede tu auxilio protector a los catecúmenos y a los bautizados. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Fuente - Texto tomado de EWTN.COM:
http://ewtn.com/espanol/cuaresma/2016/week4.asp