sábado, 11 de marzo de 2017

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo 17, 1-9



1. Seis días después tomó Jesús consigo a Pedro, y a Santiago, y a Juan su hermano; y subiendo con ellos solos a un alto monte.

2. Se transfiguró en su presencia; de modo que su rostro se puso resplandeciente como el sol, y sus vestidos blancos como la nieve.

3. Y al mismo tiempo les aparecieron Moisés y Elías conversando con Él de lo que debía padecer en Jerusalén.

4. Entonces Pedro, tomando la palabra, y dijo a Jesús:
"Señor, bueno es estarnos aquí; si te parece, formemos aquí tres pabellones, uno para ti, otro para Moisés y otro para Elías"
5. Todavía estaba Pedro hablando, cuando una nube resplandeciente vino a cubrirlos; y al mismo instante resonó desde la nube una voz que decía:


"Éste es mi querido Hijo, en quien tengo todas mis complacencias. A Él habéis de escuchar"
6. A esta voz los discípulos cayeron sobre su rostro en tierra, y quedaron poseídos de un grande espanto.

7. Mas Jesús se llegó a ellos, los tocó, y les dijo:
"Levantaos, y no tengáis miedo"
8.  Y alzando los ojos, no vieron a nadie, sino a sólo Jesús.

9. Y al bajar del monte, les puso Jesús precepto, diciendo:
"No digáis a nadie lo que habéis visto, hasta tanto que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos"
Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

2a. Semana de Cuaresma - Marzo 12 al 18 de 2017



Domingo de Abrahán
y de la Transfiguración

"Oigo en mi corazón: 'Buscad mi rostro.' Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro" (Antífona de Entrada, Sal 26, 8-9 ) 

Reflexión

Este es mi Hijo amado, en quien tengo mi complacencia; escuchadlo" (Mt 17, 5).

La invitación que el Padre dirige a los discípulos, testigos privilegiados del extraordinario acontecimiento de la transfiguración, resuena de nuevo hoy para nosotros y para toda la Iglesia. Como Pedro, Santiago y Juan, también nosotros estamos invitados a subir al monte Tabor junto con Jesús y a quedar fascinados por el resplandor de su gloria. En este segundo domingo de Cuaresma contemplamos a Cristo envuelto en luz, en compañía de los autorizados portavoces del Antiguo Testamento, Moisés y Elías. A Él le renovamos nuestra adhesión personal: es el «Hijo amado» del Padre.

Escuchadlo. Esta apremiante exhortación nos impulsa a intensificar el camino cuaresmal. Es una invitación a dejar que la luz de Cristo ilumine nuestra vida y nos comunique la fuerza para anunciar y testimoniar el Evangelio a nuestros hermanos. Como bien sabemos, es un compromiso que implica a veces muchas dificultades y sufrimientos. También lo subraya San Pablo, al dirigirse a su fiel discípulo Timoteo: «Toma parte en los duros trabajos del Evangelio» (2 Tm 1, 8).

La experiencia de la transfiguración de Jesús prepara a los Apóstoles para afrontar los dramáticos acontecimientos del Calvario, presentándoles anticipadamente lo que será la plena y definitiva revelación de la gloria del Maestro en el misterio pascual. Al meditar en esta página evangélica, nos preparamos para revivir también nosotros los acontecimientos decisivos de la muerte y resurrección del Señor, siguiéndolo por el camino de la cruz para llegar a la luz y a la gloria. En efecto «sólo por la pasión podemos llegar con Él al triunfo de la resurrección» (Prefacio). (Homilía de S.S. Juan Pablo II, Misa del Segundo Domingo de Cuaresma, 8 de abril de 2001).

Oración

Señor, Padre Santo, Tú que nos has mandado escuchar a tu Hijo, el predilecto, alimenta nuestro espíritu con tu palabra; así con mirada limpia contemplaremos gozosos la gloria de tu rostro. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

MARZO 13 - MARZO 18

Lunes, Marzo 13

"Sálvame, Señor, ten misericordia de mí. Mi pie se mantiene en el camino llano, en la asamblea bendeciré al Señor" (Antífona de Entrada, Sal 25, 11-12).

Oración

Señor, Padre Santo, que para nuestro bien espiritual nos mandaste dominar nuestro cuerpo mediante la austeridad; ayúdanos a librarnos de la seducción del pecado y a entregarnos al cumplimiento filial de tu santa ley. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Martes, Marzo 14

"Da luz a mis ojos para que no duerma en la muerte, para que no diga mi enemigo: 'Lo he podido'." (Antífona de Entrada, Sal 12, 4-5).

Oración

Señor, vela con amor continuo sobre tu Iglesia; y pues sin tu ayuda no puede sostenerse lo que se cimienta en la debilidad humana, protege a tu Iglesia en el peligro y mantenla en el camino de la salvación. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Miércoles, Marzo 15

"No me abandones, Señor, Dios mío, no te quedes lejos; ven aprisa a socorrerme, Señor mío, mi salvación" (Antífona de Entrada, Sal 37, 22-23).

Oración

Señor, guarda a tu familia en el camino del bien que Tú le señalaste; y haz que, protegida por tu mano en sus necesidades temporales, tienda con mayor libertad hacia los bienes eternos. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Jueves, Marzo 16

"Señor, sondéame y conoce mi corazón, ponme a prueba y conoce mis sentimientos, mira si mi camino se desvía, guíame por el camino recto" (Antífona de Entrada, Sal 138, 23-24).

Oración

Señor, Tú que guardas la inocencia y la devuelves a quien la ha perdido, atrae a ti nuestros corazones y abrázalos en el fuego de tu Espírtu, para que permanezcamos firmes en la fe y eficaces en el bien obrar. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Viernes, Marzo 17

"A Ti, Señor, me acojo; no quede yo nunca defraudado; sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo" (Antífona de Entrada, Sal 30, 2.5).

Oración

Concédenos, Dios todopoderoso, que, purificados por la penitencia cuaresmal, lleguemos a las fiestas de Pascua con perfecto espíritu de conversión. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Sábado, Marzo 18

"El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas" (Antífona de Entrada, Sal 144, 8-9).

Oración

Señor, Dios nuestro, que, por medio de los sacramentos, nos permites participar de los bienes de tu reino ya en nuestra vida mortal; dirígenos Tú mismo en el camino de la vida, para que lleguemos a alcanzar la luz en la que habitas con tus santos. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Fuente - Texto tomado de EWTN.COM:
http://www.ewtn.com/espanol/cuaresma/2017/week2.asp

San Abraham - Patriarca - Fiesta Marzo 12



La historia de Abraham se encuentra en el primer libro de la Biblia, el Libro del Génesis. Con Abraham fundó Dios en el mundo la verdadera religión.

Vivía en la ciudad de Ur, cerca de los ríos Tigris y Eufrates, cuando Dios le pidió el sacrificio de alejarse de su tierra, que era muy fértil, y de su hermosa ciudad e irse a un país desconocido y desértico, lejos de familiares y amigos, Abraham aceptó este sacrificio, y Dios en pago le prometió que sus descendientes poseerían por siempre aquel país.

Abraham deseaba tener un hijo que prolongara su familia, y Dios permitió que su esposa fuera estéril y que a la edad de 90 años Abraham todavía no lograra tener el hijo que tanto deseaba. Sin embargo, Nuestro Señor le prometió que su descendencia sería tan numerosa como las arenas del mar, y Abraham creyó a esta promesa de Dios, y esta fe le fue apreciada y recompensada.

Dios se le aparece en forma de viajero peregrino (acompañado de dos ángeles disfrazados también), y Abraham los atiende maravillosamente bien. Dios le promete que dentro de un año tendrá un hijo. Sara, la esposa, que está oyendo detrás de una cortina, se ríe de esta promesa, porque le parece imposible ya que ellos dos son muy viejos. Dios manda que al niño le pongan por nombre "Isaac"; que significa "el hijo de la sonrisa"


Y cuando el jovencito tiene 12 años, Dios pide a Abraham que vaya a un monte y le ofrezca el hijo en sacrificio. Abraham acepta ésto que le cuesta muchísimo y cuando ya va a matar a Isaac, un ángel le detiene la mano y oye una voz del cielo que le dice:


"He visto cuán grande es tu generosidad. Ahora te prometo que tu descendencia nunca se acabará en el mundo"
Y luego ve un cordero enredado entre unas matas de espinas y lo ofrece en sacrificio a Dios. Los enemigos atacaron a la ciudad donde vivía Lot, el sobrino de Abraham, llevándose a todos prisioneros. Entonces el patriarca reunió a sus obreros (318) y atacó por sorpresa a los enemigos y libertó a todos los cautivos.
En acción de gracias llevó a Melquisedec, sacerdote de Jerusalén, la décima parte de todo lo que había conseguido. Desde entonces quedó la costumbre de dar para Dios y para los pobres el diezmo, o sea la décima parte de lo que cada uno gana.


Nuestro Señor le comunicó a su amigo Abraham que iba a destruir a Sodoma, porque en esa ciudad se cometían pecados de homosexualidad. Abraham le rogó a Dios que no la destruyera si había allí siquiera 10 personas buenas. Pero como no las había, cayó una lluvia de fuego y los mató a todos. Sólo se salvó Lot, por ser sobrino de Abraham. Pero la mujer de Lot desobedeció la orden de los ángeles y al salir de la ciudad se puso a mirar hacia atrás y quedó convertida en estatua de sal.



Abraham fue padre de Isaac, del cual nacieron Esaú y Jacob. Los hijos de Jacob se llaman los Doce Patriarcas, de los cuales se formó el pueblo de Israel.

Dios le cambió el nombre de Abrán, que significa "padre", por el nombre de "Abraham", que significa: padre de muchos pueblos.

La S. Biblia alaba a Abraham porque creyó contra toda esperanza y porque nunca dudó de que Dios sí cumple lo que promete, aunque parezca imposible.

Santo Patriarca Abraham,
pídele a Dios que nos conceda
una fe tan grande como la tuya,
y el perseverar fieles a nuestra
religión hasta la muerte.

Fuente - Texto tomado de EWTN: