jueves, 2 de febrero de 2017

Esta es la historia que los ideólogos de género no quieren que sepas



REDACCIÓN CENTRAL, 31 de enero de 2017 / 06:20 pm (ACI).

Los estudios del psicólogo y sexólogo Dr. John William Money en la década del 50 fueron los primeros que intentaron mostrar apoyo científico, médico y psicoanalítico acerca de que la diferencia entre hombre y mujer es un hecho social, una construcción antes que algo biológico, la esencia de la ideología de género.

Sin embargo, años más tarde, fue revelado que su “experimento” más famoso, con el que “comprobaba” su teoría, fue una farsa. El caso fue el “cambio de sexo” de Bruce Reimer, un niño que al llegar a la adultez acabó por suicidarse. 

Esta es su historia:

Bruce y su hermano gemelo Brian nacieron en Canadá en los años 60. A la edad de siete meses ambos fueron circuncidados, pero los doctores utilizaron un nuevo método de circuncisión en Bruce, utilizando una aguja cauterizadora eléctrica. Luego se produjo un accidente, quemando completamente el pene del niño.

La operación de Brian fue cancelada, pero los padres estaban devastados.

Los Reimer decidieron llevar a Bruce al Dr. John Money, psicólogo y sexólogo de la Universidad Johns Hopkins a quien habían visto en la televisión.

El Dr. Money ya sustentaba entonces la teoría de que, aparte de las funciones reproductivas y urinarias, el género era una construcción social, y ya había suscitado cierta polémica en los medios.

Hasta antes de atender a los gemelos Reimer, el sexólogo había trabajado en gran medida con casos de hermafroditismo, y sus investigaciones se centraban en el seguimiento de personas con anomalías sexuales congénitas.

Pero los hermanos –que eran dos niños sanos– fueron el experimento perfecto para poner a prueba su teoría de la “fluidez de género”, es decir, que el comportamiento está regido por la educación como varón o mujer y no por el sexo biológico dado al nacer.

Brian se criaría como un niño y Bruce, de ahora en adelante, sería llamado Brenda y pasaría a ser criado como niña.

Los Reimer estuvieron de acuerdo e insistieron en la ropa y la socialización con niñas para Brenda durante toda la infancia. Nunca le dijeron a los gemelos sobre el accidente, ni sobre el sexo biológico de Brenda.

Los gemelos eran llevados para una observación anual con el Dr. Money, que calificó el caso de “exitoso” cuando los gemelos tenían nueve años.

"Nadie más sabe que Brenda es la niña cuyo caso están leyendo en los medios. Su conducta es tan normal como la de cualquier niña y difiere claramente de la forma masculina como se comporta su hermano gemelo", escribió el Dr. Money en sus apuntes.

"No hay ninguna señal que provoque sacar conjeturas contrarias", añadió.

La verdad se abre paso

Sin embargo, cuando Brenda alcanzó la pubertad a los 13 años comenzó a mostrar sentimientos suicidas.

"Pude ver que Brenda no era feliz como niña. Era muy rebelde. Era muy masculina y no lograba persuadirla de que hiciera algo femenino. Brenda casi no tuvo amigos durante su infancia. Todos se burlaban de ella y la llamaban la mujer cavernícola", dijo Janet, la madre de Brenda, en una entrevista para el documental “El Dr. Money y el niño sin pene” producido por la BBC.

"Era una niña muy, muy sola", agregó.

En el documental se narra que durante el chequeo anual y la observación de los gemelos, el Dr. Money obligaba a los niños a desnudarse y participar en un juego sexual, posando en diferentes posiciones para que “identifiquen sus respectivos géneros”. En al menos una ocasión el especialista tomó fotos de estas sesiones.

En la adolescencia, los gemelos se oponían firmemente a ir a los chequeos con el Dr. Money. Por tal motivo, los Reimer dejaron de llevarlos cuando cumplieron 15 años y le revelaron la verdad a Brenda: en realidad era hombre.

Brenda, que recibió el nombre de Bruce al nacer, abrazó pronto y completamente su identidad masculina, eligiendo llamarse David. Luego comenzó la terapia hormonal y una reconstrucción genital quirúrgica. Al tiempo se casó con una mujer y adoptaron tres hijos.

No obstante, las heridas traumáticas de la infancia fueron muy profundas tanto para David como para su hermano. Ambos sufrieron una fuerte depresión.

Además, después de 14 años de casados, la esposa de David se divorció de él.

En el 2002 Brian murió por una sobredosis de drogas y dos años más tarde, en mayo de 2004, David se suicidó a los 38 años.

Lo que John Money nunca se atrevió a decir




A pesar de todo, el Dr. Money nunca se rectificó ni corrigió sus estudios.

"Nunca dijo una palabra, nunca se retractó", señaló recientemente el diácono, conferencista y cirujano plástico, Dr. Patrick Lappert, durante su charla “Transgender Surgery and Christian Anthropology” realizada para Courage en Estados Unidos entre el 9 y 11 de enero de 2017.

Aseguró que la decisión del Dr. Money fue “enormemente problemática” porque “su estudio sigue siendo citado frecuentemente como una transición de género exitosa por parte de la comunidad médica en general”.

El Dr. Lappert aseveró que se debe entender que “estamos hablando de la persona humana como una unidad de espíritu y forma, que hay una integridad en la masculinidad y feminidad con la que estamos hechos”.

Además, el especialista aseguró que uno de los mayores problemas con “las cirugías transgénero de cambio de sexo” es que son “permanentes e irreversibles”.

“No hay nada reversible en la cirugía genital: es una mutilación permanente e irreversible de la persona humana. Y no hay otra palabra para ello”.

"Se traduce en la esterilidad permanente. Es una disolución permanente de las funciones unitivas y procreadoras. E incluso el aspecto unitivo de la adherencia sexual se ve radicalmente obstaculizado si no totalmente destruido", agregó.

El experto explicó que esto se debe al inevitable daño nervioso que ocurre durante la cirugía y porque el cerebro siempre registrará los nervios genitales como procedentes de su órgano de origen.

“En otras palabras, los nervios conectados a una vagina siempre se registrarán con el cerebro como una vagina, incluso si ahora son parte de un pene construido quirúrgicamente y viceversa”.

“Otro problema importante es que las cirugías de cambio de sexo buscan resolver una disfunción interior con una solución externa. Debajo de todo, estás tratando de curar una herida interior con una cirugía exterior", concluyó el Dr. Lapper.

Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:
https://www.aciprensa.com/noticias/esta-es-la-historia-que-los-ideologos-de-genero-no-quieren-que-sepas-23540

San Blas - Obispo y Mártir - Año 316 - Fiesta Febrero 3


Blas significa: "arma de la divinidad"
San Blas fue obispo de Sebaste,
Armenia (al sur de Rusia)

Al principio ejercía la medicina, y aprovechaba de la gran influencia que le daba su calidad de excelente médico, para hablarles a sus pacientes en favor de Jesucristo y de su santa religión, y conseguir así muchos adeptos para el cristianismo. Al conocer su gran santidad, el pueblo lo eligió obispo.

Cuando estalló la persecución de Diocleciano, se fue San Blas a esconderse en una cueva de la montaña, y desde allí dirigía y animaba a los cristianos perseguidos y por la noche bajaba a escondidas a la ciudad a ayudarles y a socorrer y consolar a los que estaban en las cárceles, y a llevarles la Sagrada Eucaristía.

Cuenta la tradición que a la cueva donde estaba escondido el santo, llegaban las fieras heridas o enfermas y él las curaba. Y que estos animales venían en gran cantidad a visitarlo cariñosamente. Pero un día él vio que por la cuesta arriba llegaban los cazadores del gobierno y entonces espantó a las fieras y las alejó y así las libró de ser víctimas de la cacería. Entonces los cazadores, en venganza, se lo llevaron preso. Su llegada a la ciudad fue una verdadera apoteosis, o paseo triunfal, pues todas las gentes, aún las que no pertenecían a nuestra religión, salieron a aclamarlo como un verdadero santo y un gran benefactor y amigo de todos. El gobernador le ofreció muchos regalos y ventajas temporales si dejaba la religión de Jesucristo y si se pasaba a la religión pagana, pero San Blas proclamó que él sería amigo de Jesús y de su santa religión hasta el último momento de su vida. Entonces fue apaleado brutalmente y le desgarraron con garfios su espalda. Pero durante todo este feroz martirio, el santo no profirió ni una sola queja. Él rezaba por sus verdugos y para que todos los cristianos perseveraran en la fe.

El gobernador, al ver que el santo no dejaba de proclamar su fe en Dios, decretó que le cortaran la cabeza. Y cuando lo llevaban hacia el sitio de su martirio iba bendiciendo por el camino a la inmensa multitud que lo miraba llena de admiración y su bendición obtenía la curación de muchos. Pero hubo una curación que entusiasmó mucho a todos. Una pobre mujer tenía a su hijito agonizando porque se le había atravesado una espina de pescado en la garganta. Corrió hacia un sitio por donde debía pasar el santo. Se arrodilló y le presentó al enfermito que se ahogaba. San Blas le colocó sus manos sobre la cabeza al niño y rezó por él. Inmediatamente la espina desapareció y el niñito recobró su salud. El pueblo lo aclamó entusiasmado.

Le cortaron la cabeza (era el año 316). Y después de su muerte empezó a obtener muchos milagros de Dios en favor de los que le rezaban. Se hizo tan popular que en sólo Italia llegó a tener 35 templos dedicados a él. Su país, Armenia, se hizo cristiano pocos años después de su martirio. En la Edad Antigua era invocado como Patrono de los cazadores, y las gentes le tenían gran fe como eficaz protector contra las enfermedades de la garganta. El 3 de febrero bendecían dos velas en honor de San Blas y las colocaban en la garganta de las personas diciendo:
"Por intercesión de San Blas, te libre Dios de los males de garganta"
Cuando los niños se enfermaban de la garganta, las mamás repetían:
"San Blas bendito, que se ahoga el angelito"
A San Blas, tan amable y generoso,
pidámosle que nos consiga de Dios
la curación de las enfermedades
corporales de la garganta,
pero sobre todo que nos cure
de aquella enfermedad espiritual
de la garganta que consiste en hablar
de todo lo que no se debe de hablar
y en sentir miedo de hablar
de nuestra santa religión
y de nuestro amable
Redentor, Jesucristo.

Fuente - Texto tomado de EWTN: