sábado, 10 de diciembre de 2016

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo 11, 2-11



2. Pero Juan, habiendo en la prisión oído las obras maravillosas de Cristo, envió dos de sus discípulos a preguntarle:
3. "¿Eres Tú el Mesías que ha de venir, o debemos esperar a otro?"
4. A lo que Jesús les respondió:
"Id y contad a Juan lo que habéis oído y visto:

5. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia el Evangelio a los pobres.

6. Y bienaventurado aquel que no tomare de mí ocasión de escándalo"
7. Luego que se fueron éstos, empezó Jesús a hablar de Juan, y dijo al pueblo:
"¿Qué es lo que salisteis a ver en el desierto?  ¿Alguna caña que a todo viento se mueve?


8. Decidme si no, ¿qué salisteis a ver?  ¿A un hombre vestido con lujo y afeminación?  Ya sabéis que los que visten así, en palacios de reyes están.


9. En fin, ¿qué salisteis a ver?  ¿A algún profeta?  Eso sí, Yo os lo aseguro, y aún mucho más que profeta.


10. Pues él es de quien está escrito: Mira que Yo envío mi Ángel ante tu presencia, el cual irá delante de Ti dispóniéndote el camino.




11. En verdad os digo que no ha salido a la luz entre los hijos de mujeres alguno mayor que Juan Bautista; si bien el que es menor en el Reino de los Cielos, es superior a Él".
Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

Tercer Domingo de Adviento - Diciembre 11 de 2016




Liturgia de las Horas:
Tercera Semana del Salterio

Color: Rosado

Lecturas de la liturgia


Primera Lectura: Isaías 35: 1-6, 10

Que el desierto y el sequedal se alegren, regocíjese la estepa y la florezca como flor; estalle en flor y se regocije hasta lanzar gritos de júbilo. La gloria del Líbano le ha sido dada, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Se verá la gloria de Yahveh, el esplendor de nuestro Dios. Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas vacilantes. Decid a los de corazón intranquilo: ¡Animo, no temáis! Mirad que vuestro Dios viene vengador; es la recompensa de Dios, él vendrá y os salvará. Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrirán. Entonces saltará el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzará gritos de júbilo. Pues serán alumbradas en el desierto aguas, y torrentes en la estepa, los redimidos de Yahveh volverán, entrarán en Sión entre aclamaciones, y habrá alegría eterna sobre sus cabezas. ¡Regocijo y alegría les acompañarán! ¡Adiós, penar y suspiros!

Salmo Responsorial: Salmo 146: 6-10

R/. Ven, Señor, a salvarnos.

Que hizo los cielos y la tierra, el mar y cuanto en ellos hay; que guarda por siempre lealtad, hace justicia a los oprimidos, da el pan a los hambrientos, Yahveh suelta a los encadenados. R/.

Yahveh abre los ojos a los ciegos, Yahveh a los encorvados endereza. Ama Yahveh a los justos. R/.

Yahveh protege al forastero, a la viuda y al huérfano sostiene. Mas el camino de los impíos tuerce. Yahveh reina para siempre, tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.

Segunda Lectura: Santiago 5: 7-10

Tened, pues, paciencia, hermanos, hasta la Venida del Señor. Mirad: el labrador espera el fruto precioso de la tierra aguardándolo con paciencia hasta recibir las lluvias tempranas y tardías. Tened también vosotros paciencia; fortaleced vuestros corazones porque la Venida del Señor está cerca. No os quejéis, hermanos, unos de otros para no ser juzgados; mirad que el Juez está ya a las puertas. Tomad, hermanos, como modelo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.

Evangelio: San Mateo 11: 2-11

Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle: «¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?». Jesús les respondió: «Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva. ¡Y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!». Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: «¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes. Entonces ¿a qué salisteis? ¿A ver un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta. Éste es de quien está escrito: He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino. En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él».

Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:
https://www.aciprensa.com/calendario/calendario.php?dia=14&mes=12&ano=2014