jueves, 1 de diciembre de 2016

Receta para curar la depresión


"Mi papá está deprimido". "Mi tía está con depresión". "Mi amigo está con el mismo mal". "Está en tratamiento médico pues sufre de fuerte depresión". “Tengo un colega en tal estado de depresión que hasta intentó suicidarse".

¿Quién no oyó alguna de estas frases en sus círculos familiares o en otros ambientes? Creemos que serán bien pocos.

Ese mal está avanzando con la fuerza de una epidemia. Y va haciendo cada vez más víctimas, sobre todo en los países considerados civilizados. Lo que antes era un “privilegio” de la edad madura, fue poco a poco alcanzando a las nuevas generaciones, para finalmente llegar a la infancia. Amitriptilina, nortriptilina, imipramina, mirtazapina, paroxetina, venlafaxina, sertralina, fluoxetina, clomipramina, entre otros, componen la relación de antidepresivos, a los cuales se debería acrecentar una enorme lista de tranquilizantes que con ellos constituyen el gran arsenal antidepresión. El arsenal crece continuamente… la depresión también. ¿Será que esos medicamentos resuelven el problema? En un cierto número de casos, seguramente, con la ayuda profesional de un médico o un psicólogo o congéneres.

No obstante, cabe aquí una pregunta: ¿Cuál es la causa más profunda de tan grande mal?

La respuesta no es simple. Muchas veces esa enfermedad puede tener raíces genéticas, orgánicas o psicológicas que, una vez diagnosticadas, podrán y deberán tener un tratamiento adecuado. En nuestro entender, la depresión, nube negra que va cubriendo el mundo, tiene como causa, en la casi totalidad de sus víctimas, una inmensa crisis de afecto, que por su vez se origina en el hecho de que Dios viene siendo, paulatina e inexorablemente, expulsado de la Tierra. Donde no hay amor de Dios, no puede haber verdadero amor al prójimo. La falta de afecto mutuo se instaló en las familias, en las escuelas, en los ambientes de trabajo, por todas partes.

En los primeros tiempos de la Iglesia, causaba en los paganos extrema admiración (y sirvió para convertir multitudes) el modo profundamente caritativo como los cristianos se trataban los unos a los otros. Esos paganos exclamaban:
“Ved como ellos se aman” 
Hoy en día, casi se podría sustituir esta frase por otra:
“Ved como ellos se desaman”
El sentirse objeto de afecto, de afecto verdadero (que tiene su fundamento en Dios), es algo absolutamente necesario para el equilibrio del ser humano.

“Está bien”, dirá un deprimido al leer estas líneas, “pero, ¿para solucionar mi problema personal, dónde encuentro el remedio, ahora, ya, en este instante?”


Es necesario amar a Dios, seguir sus Mandamientos, recurrir a su Santísima Madre. Sin embargo, esto no basta. Se requiere creer, en lo más íntimo del alma, con convicción profunda, aunque la sensibilidad nada nos diga, que Dios nos ama, y nos ama con un amor infinito. Es preciso creer de la misma manera, sin ningún asomo de duda, aún en medio de la mayor aridez, que María, la manifestación más sublime de la misericordia divina, nos ama con un amor insondable.

Aunque nadie nos amase (lo que probablemente no es verdadero, pues el afecto, a pesar de todo, aún no ha desaparecido totalmente del mundo), Dios nos ama, María nos ama.


El remedio que proponemos es de uso interno y continuo. Interno, en este caso, quiere decir que debe alcanzar lo más profundo del corazón.

Justificando el título de este artículo, sigue a continuación la receta anunciada.

Receta de uso interno:


Mi Jesús, yo os amo con todas las fuerzas de mi alma, y sé que soy infinitamente amado por Vos. María, mi Madre, yo os amo con todas las fuerzas de mi alma, y sé que soy insondablemente amado por Vos.

Repetir tres veces al día (mañana, tarde y noche), hasta el desaparecimiento de los síntomas.

Vivir en la presencia de Dios

Cuando alguien nos hace una pregunta, intentamos transmitir al máximo lo que sabemos. Entretanto, hay algo que muchas veces nos deja con dudas y con dificultad de explicitar: hablar respecto a Dios. Cuanto más profundizamos sobre el asunto, más interrogaciones surgen.

Recurriendo a las Sagradas Escrituras, donde está contenida toda palabra revelada por el propio Dios, encontramos el episodio de la zarza ardiente en que Dios se revela a Moisés diciendo:


"Yo soy aquel que Soy" (Ex. 3, 4)


Con todo, esta respuesta del propio Dios nos deja pensativos. Apelando a los doctores de la Iglesia, encontramos lo que nos enseña Santo Tomás respecto a esta frase: que Dios siempre fue, es y siempre será.

Entretanto, nuestra naturaleza humana no se contenta solamente con esa explicación e intenta profundizar un poco más. De hecho, cuando tomamos conocimiento que algo existe, sentimos una lógica curiosidad en saber quién es o qué es. Bien sabemos que Dios es un Ser infinito, al cual no conseguimos atribuir ninguna cualidad, y que, para conocerlo, podemos hacerlo de dos formas: una por la vía negativa, o sea, diciendo todo aquello que Él no es, y por la vía de las afirmaciones, atribuyéndole las perfecciones de las criaturas en grado infinito. Y de la posesión de todos los bienes, resultan los atributos de Dios que Santo Tomás expone en la Suma Teológica:
"Se puede demostrar como Dios no es, alejando de Él lo que no le puede convenir, como: ser compuesto, estar en movimiento, etc., así, pregúntese primero sobre la simplicidad de Dios, por la cual se excluye la composición. Como, por ejemplo, en las cosas corporales, las simples son las menos perfectas y forman parte de las otras, se pregunte en segundo, sobre su perfección; en tercero, sobre su infinidad; en cuarto, sobre su inmutabilidad; y en quinto, sobre su unidad"
Estando ahora un poco más empapados en el asunto, detengámonos en uno de sus atributos, que es la inmensidad divina.

Inmensidad de Dios


Uno de los atributos esenciales de Dios es la inmensidad: Dios está realmente presente en todas partes y en todas las cosas, sin que pueda existir lugar o criatura alguna donde no se encuentre a Dios. Es lo que nos dice el Salmista:
"¿Adónde iré para estar lejos de tu espíritu? ¿Adónde huiré de tu presencia? Si yo subo al cielo, allá estás, si desciendo al abismo, ahí te encuentro" (Sl 138,7)
Él está presente en todas partes, sin embargo, no se deja ver en todo lugar; solamente en el Cielo. Apenas en la Visión Beatífica Él se manifiesta cara a cara a los bienaventurados.

Debemos "entender" ese atributo de Dios, como propiamente nos sugiere el nombre inmenso: que abarca todo y contiene en sí todas las cosas. Ningún ser existe ni podrá existir sin que Dios esté íntimamente presente en él por esencia (dando el ser que tiene), por presencia, (permaneciendo siempre ante su divina mirada) y por potencia (sometido enteramente a su divino poder). Él es aquel que por sí solo subsiste y sustenta a los demás.


Nos cabe, entretanto, tomar cuidado y no dejarnos llevar por una idea panteísta, viendo una partícula de Dios en todo lo creado; pero sí, estar conscientes de que es Dios quien todo sustenta.


Realmente, de cara a todas las maravillas de la creación, quedamos deslumbrados con tanto amor, perfección y sabiduría con que todo fue creado. Muchas veces, Dios se sirve de medios aparentemente sin importancia para la salvación del hombre. Recordemos un hecho narrado en una predicación del padre Raniero Cantalamessa ocurrido con el soldado Aleksander Zacepa, muerto en la Segunda Gran Guerra.


Estando él de noche, dentro de la trinchera, en medio del sonar de las armas bélicas, preparándose para el ataque contra los enemigos, se deparó con un luminoso cielo estrellado. Conmovido con tamaña grandeza y pulcritud, sintió en sí algo que le conmovía, haciéndolo reflexionar sobre aquello que estaba delante de sus ojos. Escribió, entonces, una carta, que fue encontrada en medio del campo de batalla donde estaba este soldado. Estas son las conmovedoras palabras del guerrero:


¡Escucha, oh Dios! En mi vida no hablé ni una sola vez contigo, pero hoy tengo ganas de hacer fiesta. Desde pequeño me dijeron siempre que Tú no existes… Y yo, como un idiota, creí.

Nunca contemplé tus obras, pero esta noche vi, desde el cráter de una granada, el cielo lleno de estrellas y quedé fascinado por su esplendor. En ese instante comprendí qué terrible es el engaño… No sé, oh Dios, si me darás tu mano, pero te digo que Tú me entiendes…

¿No es algo raro que, en medio a un espantoso infierno, la luz se me haya aparecido y yo te haya descubierto a Ti?

No tengo nada más para decir. Me siento feliz, pues te conocí. A la medianoche tenemos que atacar, pero no tengo miedo, Tú nos ves.

¡Dieron la señal! Tengo que ir. ¡Qué bien estaba contigo! Quiero decirte, y Tú lo sabes, que la batalla será dura: tal vez esta noche vaya a golpear tu puerta. ¿Y si hasta ahora no fui tu amigo, cuando llegue, Tú me dejarás entrar?

Pero, ¿qué sucede conmigo? ¿Estoy llorando? Mi Dios, mira lo que me ocurrió. Solo ahora comencé a ver con claridad… Mi Dios, me voy… será difícil regresar. Qué raro, ahora la muerte no me da miedo.



¡Qué gran ejemplo nos dio este soldado! En el último instante de su vida, recibió (por la misericordia de Dios) esa gracia de, contemplando las bellezas creadas, remitirlas a Quien las creó y, en el reflejo de una granada, conoció a Dios y a Él se entregó en el último momento de la vida.

Pasemos para nuestra vida particular y reflexionemos. ¿Cómo vivo yo en la presencia de Dios? De hecho, Mons. João Clá Dias, EP, nos enseña que, a cada momento, debemos estar de tal modo compenetrados en la presencia de Dios que, desde el despertar, hasta el momento de acostarme de noche y hasta incluso en el instante en que me duermo, debo acordarme de que mi sueño a la noche está siendo asistido por Él, y que todo eso está siendo memorizado por Dios.

De ese modo, debo hacer un examen de consciencia y analizar mi vida. ¿Cuándo peco, es porque juzgo muchas veces al estar a solas? ¿El demonio me lleva a pecar, a ofender a Dios, porque no vivo constantemente en la presencia de Dios? ¿Me olvido que Dios es Todopoderoso e Inmenso, y está en todas partes?


Pidamos a la Virgen Santísima y a nuestros santos intercesores, que nos haga siempre sentir la presencia de Dios en nuestras vidas, compenetrados de que estamos dentro de Él, y que Él ve todo: nuestras intenciones, nuestros deseos, nuestras inspiraciones y nuestros sentimientos.

Reconozcamos su presencia en todo el universo creado, sea en la naturaleza o en las almas por Él creadas y estemos convencidos, también, de que Él todo puede y que, estando en todo lugar, estará siempre dispuesto a ayudarnos a trillar el camino de la perfección.

Fuente - Texto tomado de CABALLEROSDELAVIRGEN.ORG:
http://caballerosdelavirgen.org/articulos/receta-para-curar-depresion/

MILAGRO: Estatua de Jesús fue lo único que quedó en pie tras voraz incendio en Tennessee

La estatua de Jesús fue lo único que sobrevivió al mortal incendio en Gatlinburg, Tennessee

Por Doug Criss, CNN - 14:57 ET (19:57 GMT) 1 diciembre, 2016

(CNN) - Las imágenes que llegan del incendio forestal de Gatlinburg, Tennessee, son devastadoras. Acres de bosques ennegrecidos. Fila tras fila de hogares y negocios reducidos a cenizas.

Pero un equipo de la cadena WVLT, afiliada de CNN, grabó algo extraordinario en medio de tanta destrucción. Este miércoles, la reportera Kelsey Leyrer y su equipo capturaron un video de lo que vieron en una casa en el condado de Sevier. Era una estatua de Jesús cubierta con hollín y cenizas, pero aún de pie. Fue lo único que quedaba luego de que la casa quedara totalmente destruida por el incendio.

La estatua de Jesús es el segundo artículo religioso que sobrevivió esta semana a los incendios.

Más temprano esta semana, Isaac McCord, un empleado del parque temático Dollywood, dijo que encontró una página parcialmente quemada del libro de Joel de la Biblia. La parte del pasaje que podía leerse en esa página decía: “A ti clamo, oh Señor, porque el fuego ha devorado los pastos del desierto, y la llama ha consumido todos los árboles del campo”.

McCord tomó inmediatamente una foto de lo que encontró y lo publicó en su página de Facebook donde se volvió viral y ha sido compartido miles de veces. Muchos de los comentarios decían que era una señal de Dios.


Joel 1:15

¡Ah, qué Día! Porque está cerca el Día del Señor, y viene del Devastador como una devastación.

Joel 1:19

Señor, yo clamo a Ti, porque el fuego ha devorado los pastizales de la estepa, las llamas han consumido todos los árboles del campo.

Joel 1:20

Hasta los animales del campo suspiran por Ti, porque los cauces de agua se han secado, y el fuego ha devorado los pastizales de la estepa.

Y en el fondo apenas visible está:

Joel 2:1

¡Toquen la trompeta en Sión, hagan sonar la alarma en mi Montaña santa! ¡Tiemblen todos los habitantes del país, porque llega el Día del Señor, porque está cerca!
“Da esperanza y fe”, dijo McCarod. “Por eso lo compartí”
Al menos siete personas perdieron sus vidas en los incendios forestales que han devastado el condado de Sevier y Gatlinburg en Tennessee esta semana.

Los incendios forestales dañaron o destruyeron cientos de edificios al este y en los alrededores de Gatlinburg y Pigeon Forge (Tennessee), zonas turísticas, durante unas 24 horas bastante vertiginosas, señalaron las autoridades.

“Básicamente, la gente está corriendo para salvar su vida”, sostuvo el alcalde de Gatlinburg, Mike Werner, quien aparentemente perdió su casa en medio de los incendios, según dijo cuando describió la escena de la ciudad.

Fuente - Texto tomado de CNNESPANOL.CNN.COM:

Carta de Jesús en Navidad (invitación al cumpleaños del Niño Dios)




"Como sabrás nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños, todos los años se hace una gran fiesta en mi honor y creo que en este año sucederá lo mismo. En estos días la gente hace muchas compras, hay anuncios en la radio, en la televisión, y en todas partes no se habla de otra cosa, sino de lo poco que falta para que llegue ese día. La verdad, es agradable saber que, al menos un día del año algunas personas piensan un poco en mí.

Como tú sabes, hace muchos años empezaron a festejar mi cumpleaños. Al principio no parecían comprender y agradecer lo mucho que hice por ellos, pero hoy en día pocos saben para qué lo celebran, la gente se reúne y se divierte mucho pero no sabe de qué se trata. Recuerdo que el año pasado al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta en mi honor, había cosas muy deliciosas en la mesa, todo estaba decorado y recuerdo también que habían muchos regalos, ¿pero sabes una cosa? A mí ni siquiera me invitaron...

Yo era el invitado de honor y ni siquiera se acordaron de invitarme. La fiesta era para mí y cuando llegó el gran día me dejaron afuera, me cerraron la puerta... y yo quería compartir la mesa con ellos. La verdad no me sorprendió, porque en los últimos años todos me cierran la puerta.


Como no me invitaron, se me ocurrió entrar sin hacer ruido, entré y me quedé en el rincón, estaban todos bebiendo, había algunos ebrios contando chistes, carcajeándose, la estaban pasando en grande, para colmo llegó un viejo gordo vestido de rojo, de barba blanca y gritando jo-jo-jo-jo, parecía que había bebido de más; se dejó caer pesadamente en un sillón y todos los niños corrieron hacia él, diciendo: Santa Claus, Santa Claus y ¡como si la fiesta fuese en su honor!

Llegaron las doce de la noche y todos comenzaron a abrazarse, yo extendí mis brazos esperando que alguien me abrazara y ¿sabes? Nadie me abrazó... de repente todos empezaron a repartirse los regalos, uno a uno los fueron abriendo, hasta que se abrieron todos, me acerqué para ver si de casualidad había alguno para mí.


¿Qué sentirías si el día de tu cumpleaños se hicieran regalos unos a otros y a ti no te regalaran nada?

Comprendí entonces que yo sobraba en esa fiesta, salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me retiré. Cada año que pasa es peor, la gente sólo se acuerda de la cena, de los regalos y de las fiestas, y de mí nadie se acuerda. Quisiera que esta Navidad me permitieras entrar en tu vida, quisiera que reconocieras que hace dos mil años vine a este mundo para dar mi vida por ti en la Cruz y de esa forma poder salvarte.


Hoy sólo quiero que tú creas ésto con todo tu corazón. Voy a contarte algo:

He pensado que como muchos no me invitaron a su fiesta, voy a hacer la mía propia, una fiesta grandiosa como la que jamás nadie se imaginó, una fiesta espectacular.

Todavía estoy haciendo los últimos arreglos, por lo que este año estoy enviando muchas invitaciones y en este día, hay una invitación para ti, sólo quiero que me digas si quieres asistir, te reservaré un lugar, y escribiré tu nombre con letras de oro en mi gran libro de invitados.

Prepárate porque cuando todo esté listo daré la gran fiesta.

Hasta pronto... Tu Amigo: Jesús

P.D. Anexo la invitación:

INVITACIÓN


  
Maria y José de Nazaret
invitan a usted y familia
a la fiesta del Cumpleaños
de su Hijo Jesús



Fecha: 25 de diciembre

Lugar: Tu Corazón

Los participantes a la fiesta de Cumpleaños de Nuestro Hijo, serán contemplados con un crédito infinito de gracias para todo el año, pudiendo recibir diariamente sin límite de horario ni de suma las bendiciones que necesiten.

Y más aún, recibirán el ciento por uno, si sus oraciones son por un hermano, que lo necesita.

Por favor confirmad vuestra presencia a través de la oración.

Agradecemos todo el esfuerzo que haréis por la preparación espiritual de la fiesta en honor de Nuestro Adorado Hijo.

Abrazos en todas sus almas,

María y José"

Fuente - Texto tomado de PERIODISTADIGITAL.COM:

Día Mundial del SIDA: recemos con la Iglesia por todos los que sufren - Diciembre 1 de 2016


REDACCIÓN CENTRAL, 1 de diciembre de 2016 / 12:09 a.m. (ACI)

Cada 1 de diciembre se celebra el Día Mundial de la lucha contra el SIDA, una enfermedad que continúa cobrando muchas vidas. La Iglesia Católica es la institución que más hace por las víctimas, atendiendo a uno de cada cuatro enfermos en todo el mundo.

Según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA o UNAIDS en inglés), en el 2014, 36.9 millones de personas vivían con el VIH. Es decir, seres humanos que tienen el virus, pero que aún no han desarrollado la enfermedad y para quienes es importante el uso de los retrovirales.

En junio de 2015 solo 15.8 millones tenían acceso al tratamiento antirretroviral y más del 50 por ciento no podían acceder al mismo, entre ellos aproximadamente 1.8 millones de niños.

Asimismo sólo en 2014, “alrededor de 2 millones de personas se infectaron con el VIH y 1.2 millones de personas murieron de enfermedades relacionadas con el SIDA”, indica UNAIDS.

Un dato preocupante que dan a conocer los expertos es que la cantidad de personas que no saben que están infectadas asciende a 17. 1 millones.

A diferencia de muchos organismos e instituciones que proponen métodos anticonceptivos como el uso del preservativo (condón) para frenar el SIDA, la Iglesia destaca que la fidelidad en los esposos y la castidad hasta el matrimonio es el medio más seguro para evitar todo tipo de enfermedad de transmisión sexual.

San Juan Pablo II, con motivo de la Jornada Mundial del enfermo 2005, envió un mensaje al mundo y recordó que para combatir el SIDA de modo responsable “es preciso aumentar su prevención mediante la educación en el respeto del valor sagrado de la vida y la formación en la práctica correcta de la sexualidad”.

“En efecto, aunque son numerosas las infecciones que se transmiten por contagio a través de la sangre especialmente durante la gestación (infecciones que hay que combatir con todo empeño), mucho más numerosas son las que se producen por vía sexual, y que pueden evitarse sobre todo con una conducta responsable y la observancia de la virtud de la castidad”, enfatizó.

Hasta el año 2010, del total de personas infectadas en el mundo con el VIH/SIDA, aproximadamente el 25 por ciento era atendida por alguna institución de la Iglesia Católica. Este porcentaje aumentaba en el caso de África, en donde la Iglesia cuidaba de casi el 50 por ciento de los afectados por este flagelo.

En los últimos años, con el impulso del Papa Francisco, esta ayuda caritativa y de amor al prójimo ha ido en aumento, lo que convierte a la Iglesia en una de las instituciones más importantes a nivel mundial en este tema.

Por ello, en este día especial de lucha contra el SIDA, unidos a miles de cristianos, proponemos la siguiente oración para que Dios dé fortaleza a los que sufren de este mal.

Oración por los enfermos de SIDA


Oh Dios, Padre nuestro, escucha nuestra oración por los que están enfermos por el SIDA, por los que están en peligro de muerte. Concédeles el consuelo de tu presencia, haz que busquen tu rostro, y encuentren la fuerza en ti que eres la fuente de la vida. Señor Jesús, escucha nuestra oración por los que acaban de enterarse que están infectados por el virus VIH pero que no están aún enfermos. Recuérdales que tienen aún una vida ante ellos: haz que encuentren en ti la Vida, el Camino y la Verdad. Espíritu Santo de Dios, escucha nuestras oraciones por los que se ocupan de las personas enfermas de SIDA. Concédeles la certeza de la presencia del Padre y el amor de Jesús. Concédeles tu consuelo, dales tu paz. Padre, te rogamos para que todos oigamos tu llamada en estas circunstancias, una llamada de arrepentimiento, una llamada de ayuda a los otros. Ayúdanos para que podamos vivir de manera responsable, no pensando solamente en nosotros sino también en los que están en nuestro entorno. Te rogamos por los científicos y los médicos para que encuentren un remedio al Sida. Guíanos para que podamos dar tu consuelo a los que tienen necesidad de ayuda. Eleva nuestros corazones de compasión para que los enfermos de Sida tengan la certeza de que la Iglesia los ayudará; guíanos para que sepamos cómo ayudar a los que tienen necesidad. Esto te lo pedimos porque tu misericordia por nosotros es inmensa. Señor de misericordia, escucha nuestra oración. Amén.

Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM: