jueves, 17 de noviembre de 2016

Dedicación de las Basílicas de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo - Fiesta Noviembre 18



Propongámonos tener siempre
el más grande respeto
y veneración por nuestros templos

La actual Basílica de San Pedro en Roma fue consagrada por el Papa Urbano VIII el 18 de noviembre de 1626, aniversario de la consagración de la Basílica antigua.

La construcción de este grandioso templo duró 170 años, bajo la dirección de 20 Sumos Pontífices. Está construida en la colina llamada Vaticano, sobre la tumba de San Pedro.


Tumba de San Pedro en Roma
Allí en el Vaticano fue martirizado San Pedro (crucificándolo cabeza abajo) y ahí mismo fue sepultado. Sobre su sepulcro hizo construir el emperador Constantino una Basílica, en el año 323, y esa magnífica iglesia permaneció sin cambios durante dos siglos. Junto a ella en la colina llamada Vaticano fueron construyéndose varios edificios que pertenecían a los Sumos Pontífices. Durante siglos fueron hermoseando cada vez más la Basílica.


Cuando los Sumos Pontífices volvieron del destierro de Avignon el Papa empezó a vivir en el Vaticano, junto a la Basílica de San Pedro (hasta entonces los Pontífices habían vivido en el Palacio, junto a la Basílica de Letrán) y desde entonces la Basílica de San Pedro ha sido siempre el templo más famoso del mundo.

La Basílica de San Pedro mide 212 metros de largo, 140 de ancho, y 133 metros de altura en su cúpula. Ocupa 15.000 metros cuadrados. No hay otro templo en el mundo que le iguale en extensión.

Su construcción la empezó el Papa Nicolás V en 1454, y la terminó y consagró el Papa Urbano VIII en 1626 (170 años construyéndola). Trabajaron en ella los más famosos artistas como Bramante, Rafael, Miguel Angel y Bernini. Su hermosura es impresionante.






Hoy recordamos también la consagración de la Basílica de San Pablo, que está al otro lado de Roma, a 11 kilómetros de San Pedro, en un sitio llamado "Las tres fontanas", porque la tradición cuenta que allí le fue cortada la cabeza a San Pablo y que al cortársela cayó al suelo y dio tres golpes y en cada golpe salió una fuente de agua (y allí están las tales tres fontanas).



La antigua Basílica de San Pablo la habían construido el Papa San León Magno y el emperador Teodosio, pero en 1823 fue destruida por un incendio, y entonces, con limosnas que los católicos enviaron desde todos los países del mundo se construyó la nueva, sobre el modelo de la antigua, pero más grande y más hermosa, la cual fue consagrada por el Papa Pío Nono en 1854. En los trabajos de reconstrucción se encontró un sepulcro sumamente antiguo (de antes del siglo IV) con esta inscripción:


"A San Pablo, Apóstol y Mártir"


Estas Basílicas nos recuerdan lo generosos que han sido los católicos de todos los tiempos para que nuestros templos sean lo más hermoso posible, y cómo nosotros debemos contribuir generosamente para mantener bello y elegante el templo de nuestro barrio o de nuestra parroquia.

Fuente - Texto tomado de EWTN:

Presencia del demonio es más fuerte que nunca y juega a que no existe: alerta Cardenal


LIMA, 14 de noviembre de 2016 / 11:27 am (ACI).

Durante la Misa de clausura del Año de la Misericordia en la Catedral de Lima este 13 de noviembre, el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, alertó que es importante darse cuenta de la necesidad que tienen las personas de Cristo para vencer al demonio que hoy está más presente que nunca en el mundo.

“No seamos ingenuos, la presencia del mal es más fuerte que nunca, el demonio se pasea, se pasea jugando a que no existe, se pasea jugando a que todo es opinable, se pasea negando su presencia y nos engaña”, dijo ante la presencia de miles de fieles de parroquias, movimientos y hermandades de la Arquidiócesis que llegaron a la Catedral de Lima.

El Arzobispo recordó que “toda esta misericordia infinita del Señor se encuentra con la astucia del padre de la mentira”.

“Misericordia -precisó el Purpurado- no es pacifismo, misericordia no es vivir pensando que no hay pecado y somos todos buenos, misericordia no es criticar a los demás, misericordia es cruz, muerte, perdón, y el maligno se disfraza de perdón, se disfraza de la persona comprensiva”.

Por eso, añadió, “hasta por ese motivo de conveniencia necesito Jesús de Ti para vencer al maligno que anda en el mundo destrozando las almas, las familias, los jóvenes, creando aparentemente un mundo mejor en el que hay frialdad, mentira, odio, calumnia”.

“No te dejes vencer por el desánimo, Dios puede más. Esa abundancia que tiene es el Espíritu Santo que no te abandona nunca. Lo dice el Papa repitiéndolo: ‘Dios no nos abandona nunca. Dios no nos abandona nunca, Jesús en Ti confío’. Hay que repetirlo para convencernos de su presencia y de su acción’”, enfatizó el Purpurado

Asimismo, afirmó que “solamente esa presencia de Dios permitirá que el mundo cambie. Podemos hacer muchas cosas pero si no cambia el corazón, no cambia nada”.

“No podemos dejar, que ni un instante de pesimismo, de crítica invada nuestra vida, no podemos dejar que nos invada la falta de fe”, advirtió.

Por otro lado, el Primado del Perú reflexionó sobre el término del Año Jubilar asegurando que al término del mismo, se empieza un nuevo modo de caminar, en que la misericordia esté siempre en el centro del alma”.

“Que sepan comprender a los que están alejados, perdonar al que te ofende, visitar al que está sólo, corregir, enseñar al ignorante, al que está equivocado pero siempre con esa comprensión, con esa ternura, con esos ojos en el que Cristo se vuelve en cada uno, misericordia”, añadió.

Finalmente, el Arzobispo de Lima agradeció a los sacerdotes, religiosos y religiosas y a todos los fieles por el esfuerzo realizado en el año jubilar, y los invitó a encontrar a Dios en las cosas ordinarias del día que se encuentran en medio de nosotros, en el trabajo, en la calle, en las comunidades, en la enseñanza”.

La Santa Misa fue concelebrada por los obispos auxiliares de Lima, Mons. Adriano Tomasi y Mons. Raúl Chau; el obispo emérito de Chachapoyas, Mons. José Ignacio Alemany; los vicarios de la Arquidiócesis, sacerdotes y diáconos.

Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM: