sábado, 12 de noviembre de 2016

Lectura del Santo Evangelio Según San Lucas 21, 5-19



5. Como algunos de sus discípulos dijesen del templo que estaba fabricado de hermosas piedras, y adornado de ricos dones, replicó:
6. "Días vendrán en que todo ésto que veis será destruido de tal suerte que no quedará piedra sobre piedra, que no sea demolida"
7. Preguntáronle ellos:
"Maestro, ¿cuándo será eso, y qué señal habrá de que tales cosas están próximas a suceder?"
8. Jesús les respondió:
"Mirad que no os dejéis engañar; porque muchos vendrán en Mi Nombre, diciendo:


'Yo soy el Mesías y ya ha llegado el tiempo': guardaos, pues, de seguirlos.
9. Antes cuando sintieres rumor de guerras y sediciones, no queráis alarmaros; es verdad que primero han de acaecer estas cosas, mas no por eso será luego el fin"
10. Entonces añadió Él:
"Se levantará un pueblo contra otro pueblo, y un reino contra otro reino.
11. Y habrá grandes terremotos en varias partes, y pestilencias, y hambres, y aparecerán en el cielo cosas espantosas y prodigios extraordinarios.

12. Pero antes que sucedan todas estas cosas se apoderarán de vosotros, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas, y meterán en las cárceles, y os llevarán por fuerza a el tribunal de los reyes y gobernadores, por causa de Mi Nombre. 
13. Lo cual os servirá de ocasión para dar testimonio de Mí.
14. Por consiguiente, imprimid en vuestros corazones la máxima de que no debéis discurrir de antemano cómo habéis de responder.
15. Pues yo pondré las palabras en vuestra boca, y una sabiduría a que no podrán resistir, ni contradecir todos vuestros enemigos.


16. Y lo que es más, seréis entregados a los magistrados por vuestros mismos padres, y hermanos, y parientes, y amigos, y harán morir a muchos de vosotros.
17. De suerte que seréis odiados de todo el mundo por amor de Mí.
18. No obstante, ni un cabello de vuestra cabeza se perderá.


19. Mediante vuestra paciencia salvaréis vuestras almas".
Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

Imitación de Cristo y desprecio de vanidades - Tomás de Kempis


...Quien me sigue no anda en tinieblas (Jn., 8, 12), dice el Señor



Estas palabras son de Cristo, con las cuales nos amonesta que imitemos su vida y costumbres, si queremos verdaderamente ser alumbrados y libres de toda la ceguedad del corazón. Sea, pues, nuestro estudio pensar en la vida de Jesucristo. La doctrina de Cristo excede a la de todos los Santos, y el que tuviese espíritu hallará en ella maná escondido.

...1. Mas acaece que muchos, aunque a, menudo oigan el Evangelio, gustan poco de él, porque no tienen el espíritu de Cristo. El que quiera entender plenamente y saborear las palabras de Cristo, conviene que procure conformar con Él toda su vida.



...2. ¿Qué te aprovecha disputar altas cosas de la Trinidad, si careces de humildad, por donde desagradas a la Trinidad? Por cierto, las palabras subidas no hacen santo ni justo; mas la virtuosa vida hace al hombre amable a Dios. Más deseo sentir la contrición que saber definirla. Si supieses toda la Biblia a la letra y los dichos de todos los filósofos, ¿qué te aprovecharía todo sin caridad y gracia de Dios? Vanidad de vanidades y todo vanidad (Eccl., l, 2), sino amar y servir solamente a Dios. Suma sabiduría es, por el desprecio del mundo, ir a los reinos celestiales.



...3. Vanidad es, pues, buscar riquezas perecederas y esperar en ellas. También es vanidad desear honras y ensalzarse vanamente. Vanidad es seguir el apetito de la carne y desear aquello por donde después te sea necesario ser castigado gravemente. Vanidad es desear larga vida y no cuida, que sea buena. Vanidad es mirar solamente a esta presente vida y no prever lo venidero. Vanidad es amar lo que tan presto se pasó y no buscar con solicitud el gozo perdurable.



...4. Acuérdate frecuentemente de aquel dicho de la Escritura: No se harta la vista de ver ni el oído de oír (Eccl., 1, 8). Procura, pues, desviar tu corazón de lo visible y traspasarlo a lo invisible, porque los que siguen su sensualidad manchan su conciencia, y pierden la gracia de Dios.

Leer Beato Tomás de Kempis:
Beato Tomás de Kempis

Fuente - Texto tomado de ENCUENTRA.COM:
http://encuentra.com/imitacion_de_cristo/imitacion_de_cristo_y_desprecio_de_vanidades13706/

San Diego (Didacus) de Alcalá - Patrono de los Hermanos Legos Franciscanos - Fiesta Noviembre 13



San Diego era un hermano lego franciscano OFM. Hizo muchos milagros. Murió en Alcalá de Henares, España, el 12 de noviembre de 1463. Se le conoció por su humildad, caridad, milagros, penitencia y contemplación. Es patrón de los hermanos franciscanos legos (no sacerdotes).

Nació de familia pobre en San Nicolás del Puerto, Sevilla. De muy joven se consagró al Señor como ermitaño en la capilla de San Nicolás de Bari, en su pueblo natal y después en la ermita de Albaida del Aljarafe (Sevilla), bajo la dirección de un sacerdote ermitaño. Diego fue recibido como hermano lego en los franciscanos frailes menores de la observancia, en Arruzafa, Córdoba (España). Hoy se encuentra en el lugar el parador de Arruzafa.

En 1441 fue enviado de misionero a las Islas Canarias donde ejerció en el convento de Arrecife como portero. Los hermanos de la comunidad llegaron a pensar que su generosidad era excesiva. En 1445 lo nombraron guardián del convento de San Buenaventura en Fuenteventura. El nombramiento era algo excepcional por tratarse de un hermano lego.


Fue de peregrino a Roma con ocasión del jubileo del 1450 y de la canonización de Bernardino de Siena ese año. Una epidemia azotó la ciudad de Roma. San Diego sirvió de enfermero de convento de Ara Coeli durante tres meses. Muchos se sanaron milagrosamente.

Otro milagro fue la curación de un niño que se había quedado dormido dentro de un horno, el cual, al ser encendido, le causó graves quemaduras. Tras la intercesión del santo, el niño apareció sin quemaduras. San Diego solía atribuir los milagros a la Santísima Virgen María.


De regreso en España, lo asignaron al convento de Santa María de Jesús en Alcalá de Henares (1456) donde ejerció como portero y jardinero por siete años, hasta su muerte el 12 de Noviembre de 1463. La infección de su cuerpo emitía una milagrosa fragancia y su cuerpo estuvo incorrupto, no sufrió rigor mortis y continuó exudando fragancia.

San Diego vivió entre los más humildes pero muerto fue visitado por los más poderosos. Cardenales, reyes y príncipes acudieron ante sus restos. Enrique IV de Castilla vino a pedirle la curación de Beltraneja. Felipe II llevó el cuerpo de San Diego al palacio para pedirle la curación de su hijo que se había accidentado. El milagro de la curación del príncipe Carlos sería introducido en el proceso de canonización e inmortalizado por Lope de Vega.

Sus restos se encuentran en la catedral de Alcalá de Henares, en una urna de plata. Su cuerpo incorrupto se expone cada año: el 13 de noviembre. Canonizado en 1588, San Diego fue el único santo canonizado por Sixto VI.

Polémica del toponímico: Fray Diego siempre llevó en vida el nombre de su humilde pueblo, llamándose Fray Diego de San Nicolás. Con ese nombre se le conoce en la bula de su canonización. Sin embargo en el santoral apareció como San Diego de Alcalá. En nombre de San Diego los franciscanos establecieron una misión en el sur de California que dio nombre a la ciudad que creció junto a ella.

Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG: