sábado, 12 de marzo de 2016

Lectura del Santo Evangelio Según San Juan 8, 1-11


1. Jesús se retiró al Monte de los Olivos.


2. Y al romper el día volvió según costumbre al templo; y como todo el pueblo concurría a Él, sentándose se puso a enseñarlos.

3. Cuando he aquí que los escribas y fariseos traen a una mujer cogida en adulterio y, poniéndola en medio.

4. Dijeron a Jesús:

"Maestro, esta mujer acaba de ser sorprendida en adulterio.
5. Moisés en la ley nos tiene mandado apedrear a las tales. Tú ¿qué dices a ésto?"
6. Lo cual preguntaban para tentarle y poder acusarle. Pero Jesús, como desentendiéndose, inclinóse hacia el suelo, y con el dedo escribía en la tierra.










7. Mas como porfiasen ellos en preguntarle, se enderezó, y les dijo:
"El que de vosotros se halla sin pecado, tire contra ella el primero la piedra"
8. Y volviendo a inclinarse otra vez, continuaba escribiendo en el suelo.

9. Mas, oída tal respuesta, se iban descabullendo uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta que dejaron solo a Jesús y a la mujer que estaba en medio.

10. Entonces Jesús, enderezándose, le dijo:
"Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Nadie te ha condenado?"
11. Ella respondió:
"Ninguno, Señor"
Y Jesús compadecido le dijo:
"Pues tampoco Yo te condenaré: Anda, y no peques más en adelante"

Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

5 Semana de Cuaresma - Marzo 13 al 19 de 2016



Domingo de los profetas
y de Lázaro

"El Señor me puso barro en los ojos, me lavé" (Antífona de Comunión Jn. 9, 11).

Reflexión

«Señor Dios, Luz que alumbras a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestro espíritu con la claridad de tu gracia, para que nuestros pensamientos sean dignos de ti y aprendamos a amarte de todo corazón. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén».

Oración

Señor Dios, luz que alumbras a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestro espíritu con la claridad de tu gracia, para que nuestros pensamientos sean dignos de ti y aprendamos a amarte de todo corazón. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

MARZO 14 - MARZO 19

Lunes, Marzo 14

"Yo confío en el Señor. Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. Te has fijado en mi aflicción"(Antífona de Entrada, Sal 30, 7-8).

Oración

Oh Dios, que renuevas el mundo por medio de sacramentos divinos; concede a tu Iglesia la ayuda de estos auxilios del cielo sin que le falten los necesarios de la tierra. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Martes, Marzo 15

"Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor".

Oración

Concédenos, Señor, perseverar en el fiel cumplimiento de tu santa voluntad, para que, en nuestros días, crezca en santidad y en número el pueblo dedicado a tu servicio. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Miércoles, Marzo 16

"Dios, me libró de mis enemigos, me levantó sobre los que resistían y me salvó del hombre cruel". (Antífona de Entrada, Sal 17, 48-49).

Oración

Ilumina, Señor, el corazón de tus fieles purificado por las penitencias de Cuaresma; y tú, que nos infundes el piadoso deseo de servirte, escucha paternalmente nuestras súplicas. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Jueves, Marzo 17

"Cristo es mediador de una alianza nueva; en ella ha habido una muerte, y así los llamados pueden recibir la promesa de la herencia eterna". (Antífona de Entrada, Heb 9, 15).

Oración

Escucha nuestras súplicas, Señor, y mira con amor a los que han puesto su esperanza en tu misericordia; límpialos de todos sus pecados, para que perseveren en una vida santa y lleguen de este modo a heredar tus promesas. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Viernes, Marzo 18

"Piedad, Señor, que estoy en peligro; líbranos de los enemigos que me persiguen, Señor, que no me avergüence de haberte invocado". (Antífona de Entrada, Sal 30, 10. 16. 18).

Oración

Perdona las culpas de tu pueblo, Señor, y que tu amor y tu bondad nos libren del poder del pecado, al que nos ha sometido nuestra debilidad. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Sábado, Marzo 19

"Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. Soy un gusano, no un hombre; vergüenza de la gente, desprecio del pueblo". (Antífona de Entrada, Sal 21, 20. 7).

Oración

Señor, tú que realizas sin cesar la salvación de los hombres y concedes a tu pueblo, en los días de Cuaresma, gracias más abundantes, dígnate mirar con amor a tus elegidos y concede tu auxilio protector a los catecúmenos y a los bautizados. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Fuente - Texto tomado de EWTN.COM:
http://ewtn.com/espanol/cuaresma/2016/week5.asp

San Humberto - Cazador y Obispo (727) - Fiesta 13 de Marzo



Es patrono de los cazadores y de los obispos que tienen que gobernar regiones muy problemáticas. Las antiguas tradiciones cuentan de él lo siguiente:

Humberto era hijo del rey Bertrand de Aquitania. De joven era muy aficionado a la cacería y valientísimo para luchar contra las fieras. Un día en un bosque, su padre fue atacado por un oso furioso que lo iba a matar, pero el joven Humberto llegó a tiempo y arremetió tan fuertemente a la fiera feroz, que ésta tuvo que soltar a Bertrand y así el rey salvó su vida.

Fue enviado a estudiar al palacio del rey de Neustria (Bélgica), pero allá había malas costumbres y salió huyendo para no volverse vicioso. Fue entonces al palacio del rey de Austrasia, donde recibió una buena educación, y se casó con una hija del rey y tuvo un hijo a quien llamó Floriberto. Humberto olvidó los sabios consejos de su santa madre, y se dedicó únicamente a fiestas y deportes, y dejó de asistir al templo.

Y un Viernes Santo en vez de ir a las ceremonias religiosas se fue de cacería. Peor sucedió que yendo en pleno bosque persiguiendo un venado, éste se detuvo repentinamente y los perros y los caballos saltaron asustados hacia atrás. Entre los cuernos del venado apareció una cruz luminosa y Humberto oyó una voz que le decía:


"Si no vuelves hacia Dios, caerás en el infierno"
El joven príncipe se fue en busca del obispo San Lamberto, ante el cual pidió de rodillas perdón por sus pecados. El santo obispo le concedió el perdón y se dedicó a instruirlo muy esmeradamente en la religión. Poco después murió la esposa y entonces Humberto quedó libre para dedicarse totalmente a la vida espiritual. Renunció al derecho que tenía de ser heredero del trono, repartió sus bienes a los pobres y fue ordenado de sacerdote. Entró de monje en el convento de los Padres Benedictinos y se dedicó a la oración, a la lectura y meditación y a humildes trabajos en el convento, como hortelano, y pastor de ovejas.

Deseaba ir a Roma a visitar la tumba de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, y a escuchar al Sumo Pontífice. Y se fue a pie escalando montañas cubiertas de hielo y atravesando en barcas pequeñas ríos crecidísimos, hasta que logró llegar, después de mil peligros, a la Ciudad Eterna.

Estando un día en un templo de Roma orando muy devotamente, fue mandado llamar por el Sumo Pontífice Sergio, el cual le contó que a su santo obispo Lamberto lo habían asesinado los enemigos de la religión, y que al Papa le parecía que el mejor para reemplazar al obispo muerto era él, el monje Humberto. Aunque tenía miedo de aceptar tan alto cargo, una visión sobrenatural lo convenció de que debía aceptar, y fue consagrado obispo de la Iglesia Católica.

El territorio que le correspondió gobernar a San Humberto estaba poblado por gentes que adoraban ídolos y eran muy crueles. Él fue recorriendo todas las regiones enseñando la verdadera religión y alejando a la gente de las falsas creencias y dañosas supersticiones. Dios le concedió el don de hacer milagros. Los que tenían malos espíritus, al encontrarse con el santo recobraban la paz, y el mal espíritu se les alejaba. Los que antes adoraban ídolos y dioses falsos, al oírlo predicar tan hermosamente acerca del Dios del cielo que hizo la tierra, y todo cuanto existe, exclamaban:
"Nunca nos habían hablado así"
Y se convertían y se hacían bautizar. Por ríos tormentosos y cruzando selvas tenebrosas y haciendo viajes muy agotadores, y recorriendo los campos en procesión cantando y rezando, visitó todo el territorio de su diócesis, ofreciendo, los sacrificios de sus viajes, por la conversión de los pecadores, y Dios le respondió concediéndole que miles y miles se convirtieran a la verdadera fe.


Un día vio que ardía en llamas la casita de una pobre mujer. Se puso a rezar con toda fe y el incendio se apagó milagrosamente. Le construyó un templo al santo obispo asesinado, San Lamberto, y llevó allá las reliquias del mártir (el cuerpo de Lamberto, al abrir su sepulcro después de varios años de enterrado, estaba incorrupto, como recién sepultado). Al paso de los restos del santo obispo varios paralíticos quedaron sanados y empezaron a andar, y varios ciegos recobraron la vista.

Un día mientras Humberto celebraba la misa entró al templo un hombre loco porque lo había mordido un perro con hidrofobia (o enfermedad de la rabia). Toda la gente salió corriendo a la plaza, pero el santo le dio una bendición al loco enfermo y éste quedó instantáneamente sano y salió a la plaza gritando:
"Vuelvan tranquilos al templo que el santo obispo me ha curado con su bendición"
Por ésto las gentes han invocado a San Humberto contra las mordeduras de perros rabiosos. Otro día se acercó a la orilla del mar y vio que una terrible tempestad hundía una barca llena de gente y que todos los pasajeros caían entre las embravecidas olas. El santo se arrodilló a orar por ellos y milagrosamente los náufragos salieron a la orilla sanos y salvos. Por eso los marineros le han tenido mucha fe a San Humberto. En el año 727 Dios le anunció que pronto iba a morir, y al terminar una misa les dijo a los fieles:
"Ya no volveré a beber este cáliz entre vosotros"
Poco después se enfermó y murió santamente, dejando entre las gentes el recuerdo de una vida dedicada totalmente al bien de los demás.

Fuente - Texto tomado de EWTN:
http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Humberto.htm