sábado, 5 de marzo de 2016

Lectura del Santo Evangelio Según San Lucas 15, 1-3; 11-32


1. Solían los publicanos y pecadores acercarse a Jesús para oírle.

2. Y los fariseos y escribas murmuraban de eso diciendo:
"Mirad cómo se familiariza con los pecadores, y come con ellos"
3. Entonces les propuso esta parábola:

11. Añadió también:
"Un hombre tenía dos hijos.
12. De los cuales el más mozo dijo a su padre:
"Padre, dame la parte de la herencia que me toca"
Y el padre repartió entre los dos la hacienda.
13. No se pasaron muchos días que aquel hijo más mozo, recogidas todas sus cosas, se marchó a un país muy remoto, y allí malbarató todo su caudal, viviendo disolutamente.

14. Después que lo gastó todo, sobrevino una grande hambre en aquel país, y comenzó a padecer necesidad.

15. De resultas púsose a servir a un morador de aquella tierra, el cual le envió a su granja a guardar cerdos.

16. Allí deseaba con ansia henchir su vientre de las algarrobas y mondaduras que comían los cerdos; y nadie se las daba.

17. Y volviendo en sí, dijo:

"¡Ay cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo estoy aquí pereciendo de hambre!

18. No, yo iré a mi padre y le diré:

Padre mío, pequé contra el cielo, y contra ti

19. Ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros".

20. Con esta resolución se puso en camino para la casa de su padre. Estando todavía lejos, avistóle su padre, y enterneciéronsele las entrañas, y corriendo a su encuentro, le echó los brazos al cuello, y le dio mil besos.


21. Díjole el hijo:

"Padre mío, yo he pecado contra el cielo y contra ti: ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo"

22. Mas el padre, por respuesta dijo a sus criados:

"Presto traed aquí luego el vestido más precioso que hay en casa y ponédselo, ponedle un anillo en el dedo, y calzadle las sandalias.


23. Y traed un ternero cebado, matadlo, y comamos, y celebremos un banquete.

24. Pues que este hijo mío estaba muerto, y ha resucitado; habíase perdido, y ha sido hallado".

Y con eso dieron principio al banquete.

25. Hallábase a la sazón el hijo mayor en el campo; y a la vuelta, estando ya cerca de su casa, oyó el concierto de música y el baile.

26. Y llamó a uno de sus criados, y preguntóle qué venía a ser aquello.

27. El cual le respondió:

"Ha vuelto tu hermano, y tu padre ha mandado matar un becerro cebado, por haberle recobrado en buena salud"

28. Al oír ésto, indignóse, y no quería entrar. Salió, pues, su padre afuera y empezó a instarle con ruegos.

29. Pero él le replicó diciendo:

"Es bueno que tantos años ha que te sirvo, sin haberte jamás desobedecido en cosa alguna que me hayas mandado, y nunca me has dado un cabrito para merendar con mis amigos.

30. Y ahora que ha venido este hijo tuyo, el cual ha consumido su hacienda con meretrices, luego has hecho matar para él un becerro cebado.

31. "Hijo mío -respondió el padre- Tú siempre estás conmigo, y todos los bienes míos son tuyos.

32. Mas ya ves que era muy justo el tener un banquete y regocijarnos, por cuanto éste tu hermano había muerto, y ha resucitado; estaba perdido, y se ha hallado".
Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

4 Semana de Cuaresma - Marzo 6 al 12 de 2016



Domingo de Israel
y del ciego de nacimiento

"El Señor me puso barro en los ojos, me lavé" (Antífona de Comunión Jn. 9, 11).

Reflexión

«Festejad a Jerusalén, gozad con ella todos los que la amáis, alegraos de su alegría» (Antífona de entrada).

Con esta invitación a la alegría, se abre la liturgia de hoy. Ella da un tono particularmente gozoso a este cuarto domingo de Cuaresma, llamado tradicionalmente domingo laetare. Sí, debemos alegrarnos, puesto que el auténtico espíritu cuaresmal es búsqueda de la alegría profunda, fruto de la amistad con Dios. Nos alegramos porque la Pascua ya está cerca, y dentro de poco celebraremos nuestra liberación del mal y del pecado, gracias a la vida nueva que nos trajo Cristo muerto y resucitado.

En este camino hacia la Pascua, la liturgia nos exhorta a recorrer el itinerario catecumenal con los que se preparan para recibir el bautismo. El domingo pasado meditamos en el don del agua viva del Espíritu (cf. Jn 4, 5-42); hoy nos detenemos con el ciego de nacimiento junto a la piscina de Siloé, para acoger a Cristo, luz del mundo (cf. Jn 9, 1-41).

El ciego fue, se lavó, y volvió con vista» (Jn 9, 7). Como él, debemos dejarnos iluminar por Cristo, y renovar la fe en el Mesías sufriente, que se revela como la luz de nuestra existencia: «Yo soy la luz del mundo; (...) quien me sigue tendrá la luz de la vida» (Aclamación antes del Evangelio).

El agua y la luz son elementos esenciales para la vida. Precisamente por eso, Jesús los elevó a la categoría de signos reveladores del gran misterio de la participación del hombre en la vida divina.

Caminad como hijos de la luz» (Ef 5, 8). Las palabras del apóstol San Pablo, en la segunda lectura, nos estimulan a recorrer este camino de conversión y renovación espiritual. En virtud del bautismo, los cristianos son «iluminados»; ya han recibido la luz de Cristo. Por tanto, están llamados a conformar su existencia con el don de Dios: ¡a ser hijos de la luz!

Amadísimos hermanos y hermanas, el Señor os abra los ojos de la fe, como hizo con el ciego de nacimiento, para que aprendáis a reconocer su rostro en el de vuestros hermanos, especialmente en los más necesitados.

María, que ofreció a Cristo a todo el mundo, nos ayude también a nosotros a acogerlo en nuestras familias, en nuestras comunidades y en todos los ambientes de vida y trabajo de nuestra ciudad. Amén.

Oración

Señor Dios, luz que alumbras a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestro espíritu con la claridad de tu gracia, para que nuestros pensamientos sean dignos de ti y aprendamos a amarte de todo corazón. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

MARZO 7 - MARZO 12

Lunes, Marzo 7

"Yo confío en el Señor. Tu misericordia sea mi gozo".

Oración

Oh Dios, que renuevas el mundo por medio de sacramentos divinos; concede a tu Iglesia la ayuda de estos auxilios del cielo sin que le falten los necesarios de la tierra. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Martes, Marzo 8

"Sedientos, acudid por agua -dice el Señor- " (Antífona de Entrada, Cf. Is 55, 1).

Oración

Te pedimos, Señor, que las prácticas santas de esta Cuaresma dispongan el corazón de tus fieles para celebrar dignamente el misterio pascual y anunciar a todos los hombres la grandeza de tu salvación. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Miércoles, Marzo 9

"Mi oración se dirige hacia ti, Dios mío, el día de tu favor; que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude". (Antífona de Entrada, Sal 68, 14)".

Oración

Señor, Dios nuestro, que concedes a los justos el premio de sus méritos y a los pecadores que hacen penitencia les perdonas sus pecados, ten piedad de nosotros y danos, por la humilde confesión de nuestras culpas, tu paz y tu perdón. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Jueves, Marzo 10

"Que se alegren los que buscan al Señor. Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro". (Antífona de Entrada, Sal 104, 3-4).

Oración

Padre lleno de amor, te pedimos que, purificados por la penitencia y por la práctica de las buenas obras, nos mantengamos fieles a tus mandamientos, para llegar, bien dispuestos, a las fiestas de Pascua. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Viernes, Marzo 11

"Oh Dios, sálvame por tu nombre, sal por mí con tu poder. Oh Dios, escucha mi súplica, atiende a mis palabras". (Antífona de Entrada, Sal 53, 3-4).

Oración

Señor, tú que en nuestra fragilidad nos ayudas con medios abundantes, concédenos recibir con alegría la salvación que nos otorgas y manifiéstala a los hombres con nuestra propia vida. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Sábado, Marzo 12

"Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. Soy un gusano, no un hombre; vergüenza de la gente, desprecio del pueblo". (Antífona de Entrada, Sal 21, 20. 7).

Oración

Señor, tú que realizas sin cesar la salvación de los hombres y concedes a tu pueblo, en los días de Cuaresma, gracias más abundantes, dígnate mirar con amor a tus elegidos y concede tu auxilio protector a los catecúmenos y a los bautizados. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Fuente - Texto tomado de EWTN.COM:
http://ewtn.com/espanol/cuaresma/2016/week4.asp