viernes, 14 de agosto de 2015

El exorcista oficial de la diócesis de Cartagena-Murcia: «No existe la magia buena»


Hechizos, ataduras, conjuros para conseguir cosas, amuletos, adivinación... todo eso abre las puertas al demonio, dice.

El padre Salvador Hernández Ramón es el exorcista oficial de la diócesis de Cartagena-Murcia: cuatro obispos consecutivos han confiado en él para esa función. Ha decidido hablar de su lucha contra demonios, maleficios y oscuridades en el reciente libro del periodista José María Zavala «Así se vence al demonio» (LibrosLibres). Lo hace por la misma razón que su maestro, el exorcista oficial de la diócesis de Roma, el padre Gabriel Amorth, que en 1990 publicó su libro «Habla un exorcista»: para evangelizar, ayudar a la gente oprimida por el Maligno, prevenir contra las prácticas de riesgo (brujería, «new age», adivinación, amuletos...) y animar a una vida de sacramentos y cercanía con Dios.

¿Cómo ha llegado usted
a servir a la Iglesia como exorcista?

Hace 27 años que trabajo en pastoral de prisiones y visito cárceles. Desde el principio me encontré allí con chicos que habían jugado con espiritismo, ouijas o habían realizado pactos satánicos. Me decían que no podían cambiar, que todo les iba mal porque pertenecían al demonio, que estaban enganchados, etc...

¿Enganchados como drogadictos?

Llevo años trabajando con drogadictos. Fundé una asociación para que se desenganchen. Muchos no admiten su problema: te dicen "bah, sólo soy porrero [fumador de hachís] de fin de semana", o "no estoy enganchado, yo controlo". Pero no controlan, ni el que se dedica a la droga ni el que se dedica a la magia.

¿Hay magia blanca?
¿Hay magia sin intervención demoníaca?

No existe la magia buena, no hay magia blanca; todo es magia negra. Toda la magia consiste en que actúen demonios. Cuando actúan hechizos o maleficios, siempre hay detrás un brujo. Un brujo es una persona que busca poder y está dispuesta a hacer daño. Pacta con un demonio, pero el demonio siempre acaba dominando al brujo. Algunos magos, cuando ven que ´ya no controlan´ y que se acerca su destrucción, acuden a mí, me piden ayuda. Para liberarles son necesarios muchos años de exorcismo y un cambio de vida, una vida cristiana fuerte.

¿Cuánta Nueva Era
es realmente diabólica,
con presencia demoníaca?

Muchas ofertas de la Nueva Era, como el reiki, consisten en que alguien te impone las manos. ¿Qué garantías tienen de esa persona? Puede ser un brujo camuflado. He tratado muchos que vienen del reiki, de recibir esa imposición de manos, de abrirse a guías, a entes, ¡es como el espiritismo, es abrir una puerta a los espíritus malignos! También puede darse en pseudo-meditaciones trascendentales. La Conferencia Episcopal de EE.UU. ya explicó que el Reiki y otras técnicas de Nueva Era no son eficaces según la comunidad científica, no tienen rigor... Pertenecen al mundo de la superstición. Pero yo he visto varios casos de demonios introducidos por reiki o por invocaciones.

En el libro "Así se vence al demonio" no se mencionan fenómenos de liberación de lo maligno ligados a la Renovación Carismática Católica, como la oración de liberación o la oración en lenguas (en griego, glosolalia). El padre Rufus Pereira, de la Asociación Internacional de Exorcistas, cuenta que su primer caso lo solucionó orando en lenguas al estilo carismático, no con un exorcismo...

¿Qué validez le otorga a esto?

No niego que haya dones y carismas que ayuden a la liberación. Eso depende sólo del Espíritu Santo. Pero creo que el ritual de nuestra madre, la Iglesia, da mayor eficacia a la liberación a corto, medio y largo plazo.

¿Y qué validez tiene una oración de liberación
o una orden a un demonio, para que se vaya,
por parte de un cristiano protestante
o un pastor evangélico, etc...?
Conozco exorcistas que lo valoran
y otros que no

"Si tienes fe como un granito de mostaza"... La fe en Cristo, Dios y Hombre, invocarle a Él y su salvación, es eficaz, aunque seas protestante. Pero la eficacia de la Iglesia y de su ritual es mayor. Además, los sacramentos, la comunión, la confesión, obran por su propia gracia y son poderosos.

¿Y si una persona oprimida
por el demonio le dice:
"bueno, padre, ya no le necesito más,
yo ya rezo por mi cuenta
y voy a misa de vez en cuando,
no necesito sus exorcismos"?

A medias tintas, no hay eficacia. Una profesora de Nueva Era que acudía a mí para los exorcismos no quería asumir una vida cristiana plena. Le dije: "teléfono rojo con Dios no lo tiene nadie". Hay que pasar por los sacramentos, la oración... Lo otro es Nueva Era y engaño. Cuando uno es liberado y baja la guardia se expone a que vuelva el demonio. No funciona eso de ser inconstante, o llevarse agua y sal exorcizada y "ya me arreglo yo". No, hace falta conversión y sacramentos. Hay gente liberada del maligno que recayó luego por ir a macrobotellones o sitios de desenfreno, por romper su vida de fe.

¿Tiene sentido que un exorcista
interrogue a un demonio?
Me refiero a cuando lo tiene
"atado", muy debilitado...

San Juan al demonio le llama padre de la mentira. De veinte cosas que te diga, la mayoría son falsas. Cuando está ya muy debilitado y agotado quizá te anuncie el día en que saldrá finalmente, y luego puede que sea cierto. Pero por lo general yo no les creo nunca. Jesús no parlamentaba con ellos, los expulsaba. Es inútil tratar de sacarle información a un demonio sobre temas dogmáticos, exégesis, etc... Una pérdida de tiempo. Todos ellos buscan dirigir a la persona a su destrucción.

¿Qué síntomas indican
una presencia demoníaca en una persona?

Todos tienen aversión contra lo sagrado, cruces, imágenes santas, Biblia... Luego hay otros signos, distintos según la persona: fuerza descomunal, dilatación de pupilas, cosas antinaturales, hablar lenguas desconocidas, etc...

¿Qué es lo que lleva a sufrir
esta presencia diabólica?

Hoy hay menos "defensas" porque hay más increencia y hedonismo y se da la espalda a Dios. Volvemos a una época pre-cristiana, como en el Imperio Romano. Ese vacío lo ocupan falsos sucedáneos: la Nueva Era, las sectas, el satanismo...

Hay quien alarga la lista y añade de todo:
el alcohol, la droga, el rock...

El desenfreno es malo siempre. El rock que puede llevar a lo demoníaco es el satánico. No todo el rock es malo. Yo de chaval estuve en un grupo de rock "bueno", con 14 años. Nos llamábamos "The Buitres", jaja. Y luego en otro que se llamaba "The Surfing". Y voy a decir algo que poca gente sabe: resulta que Benedicto XVI es un gran experto en rock satanista. Parece mentira, pero es algo que él ha estudiado.

¿Y cómo se combate la acción maligna, diabólica?

Todo eso se combate con oración, sacramentos, una buena confesión (los pecados mayores primero), rezando el Rosario, meditando la Palabra de Dios, con la devoción al Arcángel San Miguel... La invocación a San Pío de Pietrelcina y Juan Pablo II molesta mucho a los demonios, porque son dos grandes santos... Veo también que hoy en las casas cristianas faltan imágenes cristianas. Y que es importante bautizar a los niños cuanto antes... ¡Alguna enfermera o doctor, quizá de una secta satanista, podría hacerles un maleficio antes de su bautizo! En un caso que cuento en el libro el demonio nos dijo: "yo llegué antes", es decir, consagraron al demonio a ese niño antes de que le bautizaran.

Este tema de los brujos es complejo... ¿Cómo averiguar quién hace maleficios, cómo demostrarlo? África tiene un problema con miles de personas estigmatizadas como supuestos brujos, cuando se trata sólo de niños o ancianos, cabezas de turco... Pero en República Centroafricana, por ejemplo, se mantiene un "crimen por causar daño mediante brujería", heredado del Código de la época colonial francesa...

Por supuesto que hay una pléyade de charlatanes de feria, buscones y aprovechados, que no tienen base satánica real y son falsos magos, estafadores que sacan el dinero a los ignorantes. Pero si se comprueba realmente que alguien es un sacerdote satánico, con eficacia real y repetida para causar el mal, con pruebas y testigos ¿no debería haber alguna penalización para alguien así? Está por legislar. Nosotros, los exorcistas, oramos desde la misericordia y pedimos la conversión de todos.

¿Cómo se forma un exorcista del s. XXI?

La enseñanza teórica que dan en los cursos del Regina Apostolurum, en Roma, están bien: leyes, temas de sectas, psicología... Van a ellos exorcistas y gente que trabaja en temas relacionados con sectas o satanismo. Yo estuve en uno. Pero además, como dicen en el "talego", "me busqué" la vida. Hice amistad con el padre Gabriel Amorth, el exorcista de la diócesis de Roma. Había leído su libro en Planeta Testimonio. Él aprendió de su maestro, el padre pasionista Candido Amantini. Y estuve con él un año, aprendiendo en Roma. Mis cuatro obispos vieron la necesidad de especialización; de ahí mi experiencia con Amorth. Es bueno especializarse, tener la teoría y acumular casos.

¿Y qué aprendió?

Bueno, los dos hemos visto que el ritual antiguo, el de 1614, sintetizado por Pablo V, es más eficaz que la nueva revisión, la moderna. Los liturgistas que la hicieron no consultaron a los exorcistas: tiene salmos más bonitos, pero es descafeinado, suave. Yo usaba antes el ritual moderno, de los años 90, pero hoy veo más eficaz el de 1614.

¿Tiene que ver con el latín?

No sé si tiene algo que ver el latín. Lo que está claro es que tiene más "mandatos", más órdenes de expulsión, es más contundente.

¿Cuántos exorcistas hay en España?

Una estadística en el libro dice que hay 18 diócesis con exorcista oficial; es una tercera parte de las del país. Los que trabajamos en este campo nos consultamos unos a otros, compartimos experiencias, etc... El padre Lorenzo Alzina, de Mallorca, que lleva en esto desde 1976, me consulta casos, me envía algunos... También hablamos con el padre Juan José Gallego, de Barcelona; el padre Enrique, aquí en Madrid... "Tengo tal caso, ¿como lo trabajas tú?" Por ejemplo, casos que se quedan atrancados. Pero el ritual necesita frecuencia, hay gente que le cuesta viajar cada semana a otra región para recibir los exorcismos. Debería haber más sacerdotes dedicados a este ministerio.

¿Cómo evita el exorcista caer en el divismo?
En varios países hay casos de exorcistas,
igual que en otros servicios
que llaman la atención de la gente,
llevados por la fama hacia la desobediencia, ¿cómo se prevé esto?

Nuestra referencia siempre ha de ser Cristo y su humildad. La humildad es el antídoto contra todos los engaños del demonio. "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón", dice el Señor. Además, los exorcistas no liberamos a nadie, no tenemos mérito: el que libera es el Señor.

En el libro cuenta usted muchos casos
y además, y es más asombroso aún,
hablan personas que han sufrido
en carne propia o en su familia
casos muy asombrosos...
¿No le da miedo la notoriedad?

No quiero autobombo. Cuando acabe la promoción del libro, a la que me comprometí, me vuelvo a lo mío, mi parroquia, mis casos, mis presos. Sólo lo hago porque Juan Pablo II pidió que los exorcistas estuviésemos también en los areópagos modernos. "No flowers for me", si se me permite el inglés macarrónico. Se trata sólo de ayudar a la gente. Después de ver las orejas al demonio, nunca mejor dicho, muchos pasan de la increencia o el ateísmo práctico, de una vida de comodidades, a una vida de oración, fe y dos o tres rosarios al día...

Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María - Fiesta Agosto 15




Dogma de la
Asunción de Santa María

Dogma = Es una verdad de Fe, revelada por Dios (en la Sagrada Escritura o contenida en la Tradición), y que además es propuesta por la Iglesia como realmente revelada por Dios.

El dogma de la Asunción se refiere a que la Madre de Dios, luego de su vida terrena fue elevada en cuerpo y alma a la gloria celestial. Este Dogma fue proclamado por el Papa Pío XII, el 1° de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus.
"Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey Inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo"
Según el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica (#966): "La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos".

El Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica (#966) nos lo explica así, citando a Lumen Gentium 59, que a la vez cita la Bula de la Proclamación del Dogma: 
"Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada a la gloria del Cielo y elevada al Trono del Señor como Reina del Universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte"
Y el Papa Juan Pablo II, en una de sus Catequesis sobre la Asunción, explica esto mismo en los siguientes términos:



"El dogma de la Asunción afirma que el cuerpo de María fue glorificado después de su muerte. En efecto, mientras para los demás hombres la resurrección de los cuerpos tendrá lugar al fin del mundo, para María la glorificación de su cuerpo se anticipó por singular privilegio". (JP II, 2-julio-97).

"Contemplando el misterio de la Asunción de la Virgen, es posible comprender el plan de la Providencia Divina con respecto a la humanidad: después de Cristo, Verbo encarnado, María es la primera criatura humana que realiza el ideal escatológico, anticipando la plenitud de la felicidad, prometida a los elegidos mediante la resurrección de los cuerpos". (JP II, Audiencia General del 9-julio-97).

Continúa el Papa: "María Santísima nos muestra el destino final de quienes 'oyen la palabra de Dios y la cumplen' (Lc. 11, 28). Nos estimula a elevar nuestra mirada a las alturas, donde se encuentra Cristo, sentado a la derecha del Padre, y donde está también la humilde esclava de Nazaret, ya en la gloria celestial". (JP II, 15-agosto-97).

Los hombres y mujeres de hoy vivimos pendientes del enigma de la muerte. Aunque lo enfoquemos de diversas formas, según la cultura y las creencias que tengamos, aunque lo evadamos en nuestro pensamiento, aunque tratemos de prolongar por todos los medios a nuestro alcance nuestros días en la tierra, todos tenemos una necesidad grande de esa esperanza cierta de inmortalidad, contenida en la promesa de Cristo sobre nuestra futura resurrección.

Mucho bien haría a muchos cristianos oír y leer más sobre este misterio de la Asunción de María, el cual nos atañe tan directamente. ¿Por qué se ha logrado colar la creencia en el mito pagano de la re-encarnación entre nosotros? Si pensamos bien, estas ideas extrañas a nuestra fe cristiana se han ido metiendo en la medida que hemos dejado de pensar, de predicar y de recordar los misterios, que como el de la Asunción, tienen que ver con la otra vida, con la escatología, con las realidades últimas del ser humano.

El misterio de la Asunción de la Santísima Virgen María al Cielo, nos invita a hacer una pausa en la agitada vida que llevamos, para reflexionar sobre el sentido de nuestra vida aquí en la tierra, sobre nuestro fin último: la Vida Eterna, junto con la Santísima Trinidad, la Santísima Virgen María y los Ángeles y Santos del Cielo. El saber que María ya está en el Cielo gloriosa en cuerpo y alma, como se nos ha prometido a aquéllos que hagamos la Voluntad de Dios, nos renueva la esperanza en nuestra futura inmortalidad y felicidad perfecta para siempre.

El Nuevo Catecismo
de la Iglesia Católica



"La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos" (#966).

La importancia de la Asunción para nosotros, hombres y mujeres de comienzos del Tercer Milenio de la Era Cristiana, radica en la relación que hay entre la Resurrección de Cristo y la nuestra. La presencia de María, mujer de nuestra raza, ser humano como nosotros, quien se halla en cuerpo y alma ya glorificada en el Cielo, es eso: una anticipación de nuestra propia resurrección. La Asunción de María en cuerpo y alma al cielo es un Dogma de nuestra fe católica, expresamente definido por el Papa Pío XII.

El misterio de la Asunción de la Santísima Virgen María al Cielo nos invita a hacer una pausa en la agitada vida que llevamos, para reflexionar sobre el sentido de nuestra vida aquí en la tierra, sobre nuestro fin último: La Vida Eterna, junto con la Santísima Trinidad, la Santísima Virgen María y los Ángeles y Santos del Cielo. El saber que María ya está en el Cielo gloriosa en cuerpo y alma, como se nos ha prometido a aquellos que hagamos la Voluntad de Dios, nos renueva la esperanza en nuestra futura inmortalidad y felicidad perfecta para siempre.

La celebración de la
Fiesta de la Asunción


La fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, 15 de agosto; también llamada en los viejos libros de liturgia Pausatio, Nativitas (por el cielo), Mons, Depositio, Dormitio S. Mariae. Esta fiesta tiene un doble objetivo:
  1. La feliz partida de María de esta vida.
  2. La Asunción de su cuerpo al cielo. Es la fiesta principal de la Sagrada Virgen.
El hecho de la Asunción


En relación al día, año, y modo en que murió Nuestra Señora, nada cierto se conoce. Las fechas asignadas varían entre 3 y 15 años luego de la Ascensión de Cristo. San Juan de Damasceno (P.G., I, 96) formula así la tradición de la Iglesia de Jerusalén:
"San Juvenal, Obispo de Jerusalén, en el Concilio de Calcedonia (451), hace saber  al Emperador Marciano y a Pulquería, quienes desean poseer el cuerpo de la Madre de Dios, que María murió en presencia de todos los Apóstoles, pero que su tumba, cuando fue abierta, a pedido de Santo Tomás, fue hallada vacía; de esa forma los apóstoles concluyeron que el cuerpo fue llevado al cielo"
Dogma de la Asunción
de Santa María



966  "Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo y enaltecida por Dios como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte"  (LG 59; cf. Pío XII, Const. Apo. Munificentissimus Deus, 1 noviembre 1950:  DS 3903).  La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos:
"En el parto te conservaste Virgen, en tu tránsito no desamparaste al mundo, oh Madre de Dios.  Alcanzaste la fuente de la Vida porque concebiste al Dios viviente, y con tu intercesión salvas de la muerte nuestras almas" (Tropario en el día de la Dormición de la Bienaventurada Virgen María).
...ella es nuestra madre en el orden de la gracia.

973  "Al pronunciar el Fiat de la Anunciación y al dar su consentimiento al misterio de la Encarnación, María colabora ya en toda la obra que debe llevar a cabo su Hijo.  Ella es madre allí donde Él es Salvador y Cabeza del Cuerpo místico.

974  La Santísima Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo, en donde Ella participa ya en la gloria de la resurrección de su Hijo, anticipando la resurrección de todos los miembros de su cuerpo.

975  "Creemos que la Santísima Madre de Dios, nueva Eva, Madre de la Iglesia, continúa en el cielo ejercitando su oficio materno con respecto a los miembros de Cristo".  (Credo del Pueblo de Dios, 15).

Lectura para la Misa de Agosto 15


Primera Lectura




El Apocalipsis de San Juan: 11, 19


19. Entonces se abrió el templo de Dios en el cielo, y fue vista el Arca de su testamento en su templo, y se formaron rayos, y voces, y truenos, y terremoto, y pedrisco espantoso.


El Apocalipsis de San Juan:
12, 1-6, 10


1. En esto apareció un gran prodigio en el cielo, una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas.

2. Y estando encinta, gritaba con ansias de parir, y sufría dolores de parto.

3. Al mismo tiempo se vio en el cielo otro portento; y era un dragón descomunal bermejo con siete cabezas y diez cuernos, y en las cabezas tenía siete diademas.

4. Y su cola traía arrastrando la tercera parte de las estrellas del cielo, y arrojólas a la tierra; este dragón se puso delante de la mujer, que estaba para parir a fin de tragarse al hijo, luego que ella lo hubiese dado a luz.

5. En esto parió un hijo varón, el cual había de regir todas las naciones con cetro de hierro; y este hijo fue arrebatado para Dios y para su solio.

6. Y la mujer huyó al desierto, donde tenía un lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por espacio de mil doscientos sesenta días.

10. Entonces oí una voz sonora en el cielo que decía:
"He aquí el tiempo de salvación, de la potencia, y del reino de nuestro Dios, y del poder de su Cristo; porque ha sido ya precipitado del cielo el acusador de nuestros hermanos, que los acusaba día y noche ante la presencia de nuestro Dios"
Palabra de Dios,
Te alabamos Señor


Fuente - Texto tomado de Catholic.Net - Especial de la BEC:

Fuente - Texto tomado del Catecismo de la Iglesia Católica - Primera Parte La Profesión de la Fe - Vaticano - La Santa Sede:

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET