domingo, 12 de abril de 2015

El exorcismo en la Iglesia de hoy: ¿cuáles son las puertas abiertas al demonio?



El exorcismo en la Iglesia de hoy
Magia, adivinación, brujería, reiki...
son puertas abiertas al demonio

Por: Jesús García Colomer | Fuente: Revista Misión

El propio Jesucristo fue muy explícito sobre el tema, haciendo una diferenciación manifiesta entre curar enfermos y expulsar demonios en sus mandatos a la Iglesia. Más allá de ser interpretaciones de la Palabra, la acción extraordinaria de Satanás existe en nuestro mundo y en nuestro tiempo. Para contrarrestarla está la figura de los exorcistas. Ellos, nombrados por sus obispos, son testigos directos de que en la lucha entre el Bien y el mal, Cristo ya ha vencido para siempre.

Una lucha dolorosa y dramática

"Tras analizar la vida de los poseídos, he llegado a una clara conclusión en mi larga experiencia como exorcista: en todos ellos hay una lucha dolorosa y dramática, un auténtico calvario entre el Bien y el mal, entre la Luz del Amor de Jesucristo y las tinieblas del diablo, entre el Todo que es Dios y la nada que es el demonio".

Estas palabras firmadas por el padre Salvador Hernández, exorcista de la diócesis de Cartagena, nos sirven para introducirnos en un tema que, siendo muy desconocido incluso por fieles católicos, es más frecuente de lo que pudiéramos pensar.

La cita, extraída del libro Así se vence al demonio (José María Zavala, ed. Libros Libres) encaja perfectamente con el caso de María y Sergio, que nos piden que usemos con nombres ficticios.

Ellos forman un matrimonio con una vida aparentemente normal. Treintañeros con estudios, ambos nacidos en Madrid, casados desde hace tres años y padres de un niño. Ella se gana la vida como dependienta de una tienda y él, como informático en una multinacional. Nadie diría que les pueda faltar algo para ser felices. Sin embargo, la que podría ser la fotografía de una familia de revista, esconde una realidad desoladora y preocupante.

Ella, María, sufre una posesión demoníaca y, desde hace un año, está recibiendo oraciones de exorcismo por parte de un sacerdote destinado a ello.

"Durante el noviazgo no tuvimos ningún problema -relata Sergio-. Tras dos años de novios, decidimos casarnos. Fue una alegría inmensa pero, desde el primer día de matrimonio, empezaron nuestros problemas".

Esto bien podrían decirlo muchos matrimonios recién casados, pero los problemas de los que habla Sergio iban más allá de los normales ajustes en una recién estrenada convivencia. "Empecé a notar en mi esposa comportamientos extraños. No sé definirte exactamente en qué, pero sí que notaba que ella empezó a mostrar ideas, comportamientos, incluso gestos que para mí eran desconocidos en ella. Te aseguro que no nos casamos a la ligera, pero por momentos parecía que me la habían cambiado".

"María cayó rápidamente en una especie de depresión cuando no había ningún motivo aparente para ello -continúa Sergio-. Ella misma decía que tenía todo con lo que había soñado desde siempre, pero, a veces, una profunda tristeza la inundaba y la enfrentaba contra mí. Al poco tiempo la diagnosticaron un trastorno bipolar del que jamás había dado síntomas y empezamos un calvario de pastillas y tratamientos que nunca mejoró la situación".

Sergio recuerda con pavor algunos episodios en los que su mujer, después de haber provocado la discusión más absurda sin ningún sentido, "parecía que de repente se daba cuenta de que me había hecho daño y entonces, ella sufría más por ello".

Esta descripción la vemos reflejada también en el testimonio del padre Salvador. "Las propias víctimas me han reconocido muchas veces que se sentían dominadas por fuerzas interiores diabólicas que les provocaban todo tipo de males y vejaciones, induciéndoles a hacer lo mismo con el prójimo".

"Una carcajada
que no parecía de ella"

El problema radica en identificar que esos "impulsos interiores" provienen de fuerzas diabólicas. Sergio explica a Revista Misión cómo fue su proceso para que, después de dos años casados, llegaran a la conclusión de que lo que necesitaban era la ayuda de un exorcista. "Uno no va viendo carteles de exorcistas por las calles, ni siquiera en las iglesias".

Las infidelidades se hicieron presentes en María de manera obsesiva, y su descontrol con el dinero creó un grave problema en la familia, aún cuando María siempre había sido muy ordenada en la economía. Cuando Sergio ya se planteó seriamente la separación, sucedió algo que le abrió la mente a otro tipo de iniciativa: "Nunca sabía a qué María me iba a encontrar al llegar a casa. Estaba a punto de tirar la toalla cuando un día, en plena discusión en el salón de casa, en el momento en que ella pegó un grito, explotaron las bombillas de la lámpara y dejó escapar una carcajada que no parecía de ella. Fue solo un segundo, pero ahí tuve la sensación de no estar los dos solos en esa habitación".

"Efectivamente, el caso que se describe en este artículo tiene indicios de ser un caso de posesión". Lo confirma el padre Jesús Martínez Racionero, exorcista con varios años de experiencia en este ministerio, que parece ser más necesario que nunca. "No en vano, hoy en día hay más brujos que sacerdotes", explica el padre Jesús en sus conferencias.

"La historia expuesta parece un caso claro de suplantación de la identidad (explica Martínez Racionero), en el que una persona realiza actos y manifiesta comportamientos sin querer, llevada por otra voluntad ajena a ella".

¿Por la de quién?

-"Obviamente, si esa voluntad lleva a hacer actos malos, es obligada por la de un demonio o varios, porque cuando se da una posesión, suele haber más de uno y más de dos".

Partiendo de la premisa de que el diablo existe, y de que el propio Cristo exorcizó y dejó encomendado este ministerio a su Iglesia, cuando un sacerdote se encuentra con un posible caso de posesión, el primer paso debe ser discernir si lo que le ocurre a la persona en cuestión tiene que ver con una actividad extraordinaria del demonio o si, por ejemplo, se trata más bien de una enfermedad. Pero sin que una descarte directamente a la otra, ya que "en ocasiones, conviven ambas realidades", aclara el que fuera durante diez años el único exorcista de Madrid, el padre Enrique González. "Por eso es bueno colaborar con un psiquiatra que ayude a discernir cada caso".

Ahora bien, los exorcistas se empeñan en buscar la diferencia entre enfermedad y posesión "porque el propio Evangelio es muy explícito y cuando se refiere a que Jesús curó enfermos, lo dice, pero cuando se refiere a que liberó endemoniados, también lo menciona explícitamente".

De la infestación de objetos
a la posesión

El manual de varios exorcistas con los que ha hablado Misión es claro en cuanto a las actividades extraordinarias del demonio y establece una diferencia con la actividad ordinaria, que es la tentación.

En una escala de menor a mayor gravedad de esas actividades extraordinarias, en primer lugar está la infestación de lugares o cosas. Por ejemplo, una casa o un lugar donde se ha practicado brujería, quedará habitado por esos espíritus diabólicos.

En segundo lugar, está la vejación, que es el ataque externo y directo del demonio a la persona. Un ejemplo son las palizas que infligió el demonio a San Pío de Pietrelcina. Luego vendría la influencia demoníaca, que es cuando un demonio tiene la misión explícita de amargar la vida de una persona concreta y se pega a ella, turbándola de mil maneras diferentes, que pueden ir desde manipular objetos, quemar libros, averiar coches o teléfonos hasta sugerir pensamientos malos contra sí mismo o contra otros con intensa insistencia, aunque sin llegar a poseer a la persona.

Finalmente, como grado de mayor actividad extraordinaria del demonio estaría la posesión, cuyo síntoma principal es la suplantación de la voluntad; es decir, cuando una persona realiza actos voluntarios que no provienen de ella, en los que se sorprende a sí mismo haciéndolos y no se reconoce en ellos.

"De hecho (explica el padre Jesús) a nivel psicológico se borra la línea entre la voluntad de la persona y la del demonio". Este es el caso de María, la esposa de Sergio.

La suplantación de voluntad es uno de los síntomas más claros; otro puede ser la aversión a lo sagrado, aunque no siempre tiene por qué darse de inicio.

De hecho, aunque una persona esté poseída, puede comulgar con aparente normalidad, como era el citado caso de María en la misa dominical, aunque esto, obviamente, "moleste mucho al diablo que se esconde en esa persona", explica el padre Gabriel Amorth, exorcista de la diócesis de Roma.

"Esa aversión a lo sagrado suele ser más visible una vez que ha comenzado el proceso de liberación".

La aversión a objetos sagrados y a los sacramentos, o el trance en el que entra una persona poseída al comenzar la oración del exorcismo, deja patente que la vida de la gracia tiene un poder mayor que la acción del demonio, que Jesús le vence a través de la Iglesia.

Si Dios permite la cruz de la posesión, que han vivido incluso santos canonizados como Santa Gemma Galgani, es porque de ella obtiene bienes mayores. El padre Salvador constata que "personas que estaban muy alejadas de nuestra Santa Madre Iglesia, llevan una vida de consagración total a Jesucristo" tras vivir una experiencia como esta, ya fuera en primera persona o con alguien cercano.

Si finalmente se concluye que hay indicios de una posible afectación demoníaca, el sacerdote que lo haya discernido debe derivar el caso al exorcista, quien dará comienzo a las sesiones de oración. Porque, al fin y al cabo, un exorcismo no es más que "una oración de intercesión a Dios pidiendo la liberación de esa persona", explica el padre Martínez Racionero.

"Lo que ha hecho la Iglesia, como con tantos otros ritos, es ordenar su ministerio y su celebración en el llamado rito del exorcismo mayor, con una serie de normas y oraciones concretas".

Brujería y adivinación:
puertas de entrada del mal

Los orígenes de los casos de influencia o posesión demoníaca más comunes en la actualidad están muy extendidos en nuestra sociedad y están consideradas como inocuas o benévolas.

Según nos dice el padre Martínez Racionero, las más extendidas son la práctica de la magia, el espiritismo, la oüija y los ejercicios de meditación trascendental.

"El 90% de los casos de posesiones se dan por maleficios. Personas que van a brujos que, invocando al demonio, le encomiendan un mal contra otra persona".

Los relatos de casos conocidos y tratados por este exorcista son muchos: amarres, ligaduras, males de ojo, maldiciones… Sin ir más lejos, este es el origen del mal que sufre María, la esposa de Sergio. Una compañera de trabajo que se había encaprichado de él encargó un hechizo contra su mujer para que este la abandonara, y entonces conquistarlo, aprovechando la circunstancia.

Qué hacer y qué no hacer

Los exorcistas también nos dan una serie de pistas para defendernos de estos ataques de Satanás. "La práctica de los Sacramentos es importantísima, sobre todo la Eucaristía y la Penitencia. Una vida de piedad y oración, especialmente del rezo del rosario; utilizar sacramentales como agua bendita y sal exorcizada y, en definitiva, llevar una vida de cercanía con el Señor", porque "aunque en ocasiones Dios permite estos ataques del demonio contra personas muy piadosas y santas, es lo menos común", aclara el padre Jesús.

Algunas de las puertas más presentes por las que puede entrar el demonio en la vida de una persona son ciertas prácticas de meditación trascendental, del reiki o del yoga.

El padre Miguel Pérez no es exorcista, pero en ocasiones ha participado en oraciones de liberación, un grado menor que el exorcismo mayor. "Cualquier tipo de ejercicio espiritual en ausencia de Jesucristo y del Espíritu Santo es aprovechado por los espíritus enemigos para hacerse presentes y obrar el mal".

Como dice el padre Enrique, "el diablo nunca descansa y aprovecha cualquier oportunidad", y como remata el padre Salvador, "nuestro Señor Jesucristo sigue obrando hoy milagros mediante este humilde ministerio exorcista, expulsando a los demonios de los cuerpos de sus víctimas, igual que hizo durante su estancia en la tierra, hace ya más de veinte siglos".

Síntomas de una posesión

Los más ambiguos serían:

Enfermedad diagnosticada persistente y resistente al tratamiento.
Situación personal negativa en varios frentes que nunca se solucionan.

Los más evidentes son:

Sentir presencias.
Fenómenos paranormales.
Voces interiores o pesadillas extremadamente reales.
Comportamientos autolesivos: intento de suicidio, maltrato propio, etc.

Cualquiera de estos síntomas adquiere mayor importancia si, además, la persona ha participado en sesiones de espiritismo, oüija o reiki, o si ha frecuentado personas que practiquen magia, adivinación o ritos satánicos.

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:
http://es.catholic.net/op/articulos/56971/el-exorcismo-en-la-iglesia-de-hoy

Solemnidad Fiesta de la Divina Misericordia - Abril 12 de 2015

La Fiesta de la Divina Misericordia
se celebra el primer Domingo
después del Domingo de Pascua




Antecedentes

Una devoción especial se comenzó a esparcir por el mundo entero a partir del diario de una joven monja polaca en 1930. El mensaje no es nada nuevo, pero nos recuerda lo que la Iglesia siempre ha enseñado por medio de las Sagradas Escrituras y la tradición:
Que Dios es misericordioso y que perdona y que nosotros también debemos ser misericordiosos y debemos perdonar
Pero en la devoción a la Divina Misericordia este mensaje toma un enfoque poderoso, que llama a las personas a un entendimiento más profundo sobre el Amor ilimitado de Dios y la disponibilidad de este Amor a todos (especialmente a los más pecadores). El mensaje y la devoción a Jesús como la Divina Misericordia está basada en los escritos de Santa María Faustina Kowalska, una monja polaca sin educación básica que, en obediencia a su director espiritual, escribió un diario de alrededor de 600 páginas, que relatan las revelaciones que ella recibió sobre la Misericordia de Dios. Aún antes de su muerte en 1938 se comenzó a esparcir la devoción a la Divina Misericordia.

El mensaje de Misericordia es que Dios nos Ama (a todos), no importa cuán grande sean nuestras faltas. Él quiere que reconozcamos que Su Misericordia es más grande que nuestros pecados, para que nos acerquemos a Él con confianza, para que recibamos su Misericordia y la dejemos derramar sobre otros. De tal manera de que todos participemos de Su Gozo. Es un mensaje que podemos recordar tan fácilmente como un ABC.
A. Pide su Misericordia: Dios quiere que nos acerquemos a Él por medio de la oración constante, arrepentidos de nuestros pecados, y pidiéndole que derrame Su Misericordia sobre nosotros y sobre el mundo entero.
B. Sé misericordioso: Dios quiere que recibamos Su Misericordia y que por medio de nosotros se derrame sobre los demás.
C. Confía plenamente en Jesús: Dios nos deja saber que las gracias de su Misericordia dependen de nuestra confianza. Mientras más confiemos en Jesús, más recibiremos.

Extracto del Diario
La Divina Misericordia
en mi Alma
Santa María Faustina Kowalska

La imagen de Jesús Misericordioso le fue revelado a Santa Faustina Kowalska en la visión del 22 de febrero de 1931 en su celda del convento de Plock:


“Al anochecer, estando yo en mi celda (escribe en el Diario) vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la abertura de la túnica en el pecho, salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido. (…) Después de un momento, Jesús me dijo:


"Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: Jesús, en Ti confío (Diario 47). Quiero que esta imagen (…) sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia" (Diario, 49).
El contenido de la imagen se relaciona, muy estrechamente con la liturgia de ese domingo. Ese día la Iglesia lee el Evangelio según San Juan sobre la aparición de Cristo resucitado en el Cenáculo y la institución del sacramento de la penitencia (Jn 20, 19-29). Así, la imagen presenta al Salvador resucitado que trae la paz a la humanidad por medio del perdón de los pecados, a precio de su Pasión y muerte en la cruz. Los rayos de la Sangre y del Agua que brotan del Corazón (invisible en la imagen) traspasado por la lanza y las señales de los clavos, evocan los acontecimientos del Viernes Santo (Jn 19, 17-18, 33-37).

La imagen de Jesús Misericordioso une en sí estos dos actos evangélicos que hablan con la mayor claridad del amor de Dios al hombre. Los elementos más característicos de esta imagen de Cristo son los rayos. El Señor Jesús, preguntado por lo que significaban, explicó:
“El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas (….). Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos” (Diario, 299)
Purifican el alma los sacramentos del bautismo y de la penitencia, mientras que la alimenta plenamente la Eucaristía. Entonces, ambos rayos significan los sacramentos y todas las gracias del Espíritu Santo cuyo símbolo bíblico es el agua y también la nueva alianza de Dios con el hombre contraída en la Sangre de Cristo.

A la imagen de Jesús Misericordioso se le da con frecuencia el nombre de imagen de la Divina Misericordia. Es justo porque la Misericordia de Dios hacia el hombre se reveló con la mayor plenitud en el misterio pascual de Cristo.

La imagen no presenta solamente la Misericordia de Dios, sino que también es una señal que ha de recordar el deber cristiano de confiar en Dios y amar activamente al prójimo. En la parte de abajo (según la voluntad de Cristo) figura la firma:


“Jesús, en Ti confío”


“Esta imagen ha de recordar las exigencias de Mi misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil” (Diario, 742)
Así comprendido el culto a la imagen, a saber, la actitud cristiana de confianza y misericordia, vinculó el Señor Jesús promesas especiales de: La salvación eterna, grandes progresos en el camino hacia la perfección cristiana, la gracia de una muerte feliz, y todas las demás gracias que le fueren pedidas con confianza.


“Por medio de esta imagen colmaré a las almas con muchas gracias. Por eso quiero, que cada alma tenga acceso a ella” (Diario, 570)

La Fiesta de la Misericordia


De entre todas las formas de la devoción a la Divina Misericordia reveladas por Sor Faustina, ésta es la que tiene mayor importancia. El Señor Jesús habló por primera vez del establecimiento de esta Fiesta en Plock en 1931, cuando comunicó a Sor Faustina su deseo de que pintara la imagen:


“Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia” (Diario, 49)
La elección del primer domingo después de la Pascua de Resurrección para la Fiesta de la Misericordia, tiene su profundo sentido teológico e indica una estrecha relación entre el misterio pascual de redención y el misterio de la Divina Misericordia. Esta relación se ve subrayada aún más por la novena de coronillas a la Divina Misericordia que antecede la Fiesta y que empieza el Viernes Santo.

La fiesta no es solamente un día de adoración especial de Dios en el misterio de la misericordia, sino también el tiempo en que Dios colma de gracias a todas las personas.


“Deseo (dijo el Señor Jesús) que la Fiesta de la Misericordia sea un refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores (Diario, 699). Las almas mueren a pesar de Mi amarga Pasión. Les ofrezco la última tabla de salvación, es decir, la Fiesta de Mi Misericordia. Si no adoran Mi misericordia morirán para siempre” (Diario, 965)
Las promesas extraordinarias que el Señor Jesús vinculó a la Fiesta demuestran la grandeza de la misma.


“Quien se acerque ese día a la Fuente de Vida (dijo Cristo) recibirá el perdón total de las culpas y de las penas” (Diario, 300). “Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre aquellas almas que se acercan al manantial de Mi misericordia; (….) que ningún alma tenga miedo de acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata” (Diario, 699)
Para poder recibir estos grandes dones hay que cumplir las condiciones de la devoción a la Divina Misericordia:

  1. Confiar en la bondad de Dios y amar activamente al prójimo.
  2. Estar en el estado de gracia santificante (después de confesarse).
  3. Recibir dignamente la Santa Comunión.
“No encontrará alma ninguna la justificación (explicó Jesús) hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia y por eso el primer domingo después de la Pascua ha de ser la Fiesta de la Misericordia. Ese día los sacerdotes deben hablar a las almas sobre Mi misericordia infinita” (Diario, 570) 
La Devoción a la Divina Misericordia

Tener devoción a la Divina Misericordia requiere de una total entrega a Dios como Misericordia. Es una decisión que comprende en confiar completamente en Él, en aceptar su Misericordia con acción de gracias y de ser misericordioso como Él es misericordioso. Las prácticas devocionales propuestas en el Diario de Santa Faustina están en completo acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia, y su raíz están firmemente en los Mensajes de los Evangelios de Nuestro Señor Misericordioso. Estos propiamente comprendidos e implementados nos ayudan a crecer como genuinos seguidores de Cristo.

Nuestro Señor
le habla a Santa Faustina


"Exijo de ti obras de Misericordia, que deben surgir del amor hacia Mí. Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte" (Diario 742)
Así como lo mandan los Evangelios:
"Sean Misericordiosos así como su Padre en el Cielo es Misericordioso"
Piden que seamos misericordiosos con nuestro prójimo "siempre y en todo lugar", parece imposible de cumplir pero el Señor asegura que es posible.


"Cuando un alma se acerca a Mí con confianza, la colmo con tal abundancia de gracias que ella no puede contenerlas en sí misma, sino que las irradia sobre otras almas". (Diario 1074)

¿Cómo irradiamos la Misericordia
de Dios a nuestro prójimo?



Por medio de nuestras acciones, palabras y oraciones. 
"En estas tres formas" Él le dice a Sor Faustina "está contenida la plenitud de la misericordia" (Diario 742). Todos hemos sido llamados a practicar estas tres formas de misericordia, pero no todos somos llamados de la misma manera. Tenemos que preguntarle al Señor, quien comprende nuestras personalidades individuales y nuestra situación, que nos ayude a reconocer las diversas formas con que podemos poner en práctica Su Misericordia en nuestras vidas diarias. Pidiendo la Misericordia de Nuestro Señor, confiando en Su Misericordia, y viviendo como personas misericordiosas nos podemos asegurar que nunca escucharemos decir "Sus corazones están lejos de Mí" sino más bien la hermosa promesa de "Bienaventurados los misericordiosos, ya que ellos obtendrán Misericordia".

Requisitos para celebrar la Fiesta

  • Para celebrar esta Fiesta, deberíamos de comenzar una Novena a la Divina Misericordia, la Novena incluye intenciones especiales para cada día, y concluye con la recitación de la Coronilla de la Divina Misericordia.
  • Celebración de la Fiesta el primer domingo después del Domingo de Pascua.
  • Venir al Señor con un corazón humilde y contrito, arrepentirse de todo pecado.
  • Confiar firmemente en la Divina Misericordia del Señor.
  • Confesarse (con un sacerdote) en ese día si es posible, de otra manera siete días antes o después según aprobación de la Iglesia.
  • Recibir la Sagrada Eucaristía el día de la Fiesta.
  • Venerar la Imagen de la Divina Misericordia.
  • Ser misericordioso como Dios es Misericordioso, practicar obras de misericordia, físicamente ayudando a otros o espiritualmente con oraciones de intercesión.
Palabras
del Santo Padre Juan Pablo II



"Yo le doy gracias a la Divina Providencia porque he podido contribuir personalmente al cumplimiento de la Voluntad de Cristo, a través de la institución de la Fiesta de la Divina Misericordia. Yo rezo incesantemente para que Dios tenga misericordia de nosotros y del mundo entero"
Santo Padre Juan Pablo II (7/6/97)
Santuario de la Divina Misericordia
Cracow (Polonia)

Divina Misericordia
en todo el mundo



Muchas Diócesis y parroquias celebran el Domingo de la Divina Misericordia de diferentes maneras. Algunas tienen una misa durante la hora de las tres de la tarde, "Hora de la Misericordia"; otras tienen una Santa Hora de Adoración Eucarística, la cual generalmente incluye la recitación de la Coronilla de la Divina Misericordia. La bendición de la Imagen de Nuestro Señor Misericordioso y su veneración son como normalmente incluidas como parte de la Misa o de la Hora Santa. Informen a su sacerdote de esta Fiesta tan importante y compartan con él la Devoción de la Divina Misericordia.

Propagación a la Devoción
de la Divina Misericordia



Jesús le dijo a Santa Faustina:
"Haz lo que esté en tu poder para propagar la Devoción a Mi Misericordia y Yo supliré cualquier cosa que te falte"
Propaguemos esta devoción a través de folletos, diciéndole a otros acerca de ella, diciéndole al sacerdote local que celebre el Domingo de Misericordia en la parroquia, y por encima de todo siendo misericordioso con los demás, para honrar la Misericordia de Dios.

Palabras de Jesús
a Santa Faustina Kowalska:



  • "Mi imagen está en tu alma. Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel, sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la FIESTA DE LA MISERICORDIA".
  • "Deseo que esta imagen sea expuesta en público el primer domingo después de Pascua de Resurrección. Ese domingo es la Fiesta de la Misericordia. A través del Verbo Encarnado doy a conocer el abismo de Mi misericordia".
  • "Hija mía, mira hacia el abismo de Mi misericordia y rinde honor y gloria a esta misericordia Mía, y hazlo de este modo: Reúne a todos los pecadores del mundo entero y sumérgelos en el abismo de Mi misericordia. Deseo darme a las almas, deseo las almas, hija mía. El día de Mi Fiesta, la Fiesta de la Misericordia, recorrerás el mundo entero y traerás a las almas desfallecidas a la fuente de Mi misericordia. Yo las sanaré y las fortificaré".
  • "Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas. Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia, cuando Mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza. Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios. Deseo que el primer domingo después de la Pascua de Resurrección sea la Fiesta de la Misericordia".
  • "Pide a mi siervo fiel que en aquel día hable al mundo entero de esta gran misericordia Mía; que quien se acerque ese día a la Fuente de Vida, recibirá el perdón total de las culpas y de las penas. La humanidad no conseguirá la paz, hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia. Oh, cuánto Me hiere la desconfianza del alma. Esta alma reconoce que Soy Santo y Justo, y no cree que Yo Soy la Misericordia, no confía en Mi Bondad. También los demonios admiran Mi Justicia, pero no creen en Mi Bondad".
  • "Mi Corazón se alegra de este título de misericordia".
  • "Hija mía, habla al mundo entero de la inconcebible misericordia Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia, sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión, obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi misericordia. Cada alma respecto a Mí, por toda la eternidad meditará Mi amor y Mi misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de mis entrañas".
  • "Hija mía, si por medio de ti exijo de los hombres el culto a Mi misericordia, tú debes ser la primera en distinguirte por la confianza en Mi misericordia. Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia Mí. Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo, ni excusarte ni justificarte".
  • "Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo:

  1. La Acción.
  2. La Palabra.
  3. La Oración.
  • En estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia Mí. De este modo el alma alaba y adora Mi misericordia. Si el primer domingo después de Pascua es la Fiesta de la Misericordia, pero también debe estar presente la acción, y pido se rinda culto a Mi misericordia, con la solemne celebración de esta Fiesta, y con el culto a la imagen que ha sido pintada. A través de esta imagen, concederé muchas gracias a las almas; ella ha de recordar a los hombres las exigencias de Mi misericordia, porque la fe sin obras por fuerte que sea, es inútil".
Oración para ser misericordioso
Escrita por Santa Faustina Kowalska



¡Oh Señor, deseo transformarme toda
en Tu misericordia y ser
un vivo reflejo de Ti.
Que este supremo atributo de Dios,
es decir su insondable misericordia,
pase a través de mi corazón al prójimo.

Ayúdame, oh Señor,
a que mis ojos sean misericordiosos,
para que yo jamás recele o juzgue 
según las apariencias,
sino que busque lo bello
en el alma de mi prójimo
y acuda a ayudarla.

Ayúdame, oh Señor,
a que mis oídos sean misericordiosos
para que tome en cuenta
las necesidades de mi prójimo
y no sea indiferente a sus penas y gemidos.

Ayúdame, oh Señor,
a que mi lengua sea misericordiosa
para que jamás hable negativamente
de mis prójimos sino que tenga
una palabra de consuelo
y perdón para todos.

Ayúdame, oh Señor,
a que mis manos sean misericordiosas
y llenas de buenas obras
para que sepa hacer sólo el bien
a mi prójimo y cargue sobre mí
las tareas más difíciles y más penosas.

Ayúdame, oh Señor,
a que mis pies sean misericordiosos
para que siempre me apresure
a socorrer a mi prójimo,
dominando mi propia fatiga
y mi cansancio (...)

Ayúdame, oh Señor,
a que mi corazón sea misericordioso
para que yo sienta todos
los sufrimientos de mi prójimo (...)
Que Tu misericordia, oh Señor mío,
repose dentro de mí" (Diario, 163)

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:
Textos tomados del Diario La Divina Misericordia en mi Alma - Santa María Faustina Kowalska - Editorial de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María - Stockbridge, Massachussets"

Lectura del Santo Evangelio Según San Juan 20, 19-31



19. Aquel mismo día primero de la semana, siendo ya muy tarde, y estando cerradas las puertas de la casa, donde se hallaban reunidos los discípulos por miedo de los judíos, vino Jesús, y apareciéndose en medio de ellos, les dijo:
"La paz sea con vosotros"
20. Dicho ésto, mostróles las manos y el costado. Llenáronse de gozo los discípulos con la vista del Señor.



21. El cual les repitió:
"La paz sea con vosotros. Como mi Padre me envió, así os envío también a vosotros"
22. Dichas estas palabras, alentó, o dirigió el aliento, hacia ellos; y les dijo:
"Recibid el Espíritu Santo:


23. Quedan perdonados los pecados a aquellos a quienes los perdonareis; y quedan retenidos a los que se los retuviereis"
24. Tomás, empero, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.

25. Dijéronle después los otros discípulos:
"Hemos visto al Señor"
Mas él les respondió:
"Si yo no veo en sus manos la hendidura de los clavos, y no meto mi dedo en el agujero que en ellas hicieron, y mi mano en la llaga de su costado, no lo creeré"
26. Ocho días después, estaban otra vez los discípulos en el mismo lugar, y Tomás con ellos, vino Jesús estando también cerradas las puertas, y púsoseles en medio, y dijo:

"La paz sea con vosotros"

27. Después dice a Tomás:



"Mete aquí tu dedo, y registra mis manos, y trae tu mano y métela en mi costado, y no seáis incrédulo, sino fiel"
28. Respondió Tomás, y le dijo:
"¡Señor mío, y Dios mío!"
29. Díjole Jesús:
"Tú has creído, ¡oh Tomás!, porque me has visto; bienaventurados aquellos que sin haberme visto han creído"
30. Muchos otros milagros hizo también Jesús en presencia de sus discípulos, que no están escritos en este libro.

31. Pero éstos se han escrito con el fin de que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que, creyendo; tengáis vida eterna, en virtud de su nombre.

Palabra de Dios
Gloria a Ti, Señor Jesús