jueves, 4 de diciembre de 2014

Santa Crispina - Mártir Año 304 - Fiesta Diciembre 5



Etimológicamente significa “de pelo rizado”. Viene de la lengua alemana.

Dice el Salmo:
“Dios mío, te doy gracias por tu amor y tu verdad; aumentaste la fuerza de mi alma”
Esta mujer tenía mucho dinero e hijos a quien alimentar y educar. Vivía en Tebaste, Africa, al final del siglo III y comienzos del IV. La gracia de Dios tocó su corazón. Resplandecía ante todos por su virtud y todos, ya en vida, comenzaron a llamarla la “santa.

Su salud no era muy fuerte que digamos, pero lo compensaba todo con la fortaleza de su alma. Dios aumentaba la fuerza de su alma como dice el Salmo. Los creyentes en Cristo, el Señor, la querían y respetaban con cariño profundo. Era una buena consejera en asuntos cristianos y humanos. Las dos cosas van íntimamente unidas. Las orientaciones que daba, eran acertadas.

Todo era paz y felicidad hasta que estalló la décima persecución de Diocleciano. Este hombre estaba ciego y maniático por acabar con todos los nuevos creyentes. Una de las primeras víctimas (porque era la más conocida) fue santa Crispina.

La llevaron ante la presencia del juez Anulino. Le hizo muchas preguntas. Y más amenazas todavía. Ella no se inmutaba ante nadie. El mismo juez sintió la humillación ante la valentía de esta señora. La atormentó sin cesar hasta dejarla extenuada. Irritado, mandó que la degollaran en Tebaste el 5 de diciembre del año 304.


Acta del Martirio de Santa Crispina

En Theveste, África, hacia fines del 304.

Siendo cónsules Diocleciano por novena vez y Maximiano por octava, el día de las nonas de diciembre (5 de diciembre), en la colonia de Theveste, sentado dentro de su despacho en el tribunal el procónsul Anulino, el secretario de la audiencia dijo:
"Si das sobre ello orden, Crispina, natural de Tagura, por haber despreciado la ley de nuestros señores los emperadores, pasará a ser oída"
El procónsul Anulino dijo:
"Que pase"
Entrado, pues, que hubo Crispina, Anulino dijo:
"¿Conoces, Crispina, el tenor del mandato sagrado?"
CRISPINA: "Ignoro de qué mandato se trate"
ANULINO: "Que tienes que sacrificar a todos los dioses por la salud de los príncipes, conforme a ley dada por nuestros señores Diocleciano y Maximiano, píos augustos, y Constancio y Máximo, nobilísimos césares"
CRISPINA: "Yo no he sacrificado jamás ni sacrifico, sino al solo y verdadero Dios y a nuestro Señor Jesucristo, Hijo suyo, que nació y padeció"
ANULINO: "Corta esa superstición y dobla tu cabeza al culto de los dioses de Roma"
CRISPINA: "Todos los días adoro a mi Dios omnipotente; fuera de Él, a ningún otro Dios conozco"
ANULINO: "Eres mujer dura y desdeñosa; pero pronto vas a sentir, bien contra tu gusto, la fuerza de las leyes"
CRISPINA: "Cuanto pudiere sucederme lo he de sufrir con gusto por mantener la fe que profeso"
ANULINO: "Tan grande es tu vanidad, que ya no quieres abandonar tu superstición y venerar a los dioses"
CRISPINA: "Diariamente venero, pero al Dios vivo y verdadero, que es mi Señor, fuera del cual ningún otro conozco"
ANULINO: "Mi deber es presentarte el sagrado mandato para que lo observes"
CRISPINA: "Un sagrado mandato he de observar, pero es el de mi Señor Jesucristo"

ANULINO: "Voy a dar sentencia de que se te corte la cabeza si no obedeces a los mandatos de los emperadores, nuestros señores, a quienes se te forzará a servir, obligándote a doblar el cuello bajo el yugo de la ley. Toda el África ha sacrificado, como de ello no te cabe a ti misma duda"
CRISPINA: "Jamás se ufanarán ellos de hacerme sacrificar a los demonios; sino que sacrifico al Señor que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay en ellos"
ANULINO: "¿Luego no son para ti aceptados estos dioses, a quienes se te obliga que rindas servicio, a fin de llegar sana y salva a la devoción?"
CRISPINA: "No hay devoción alguna donde interviene fuerza que violenta"
ANULINO: "Mas lo que nosotros buscamos es que tú seas ya voluntariamente devota, y en los sagrados templos, doblada tu cabeza, ofrezcas incienso a los dioses de los romanos"
CRISPINA: "Eso yo no lo he hecho jamás desde que nací, ni sé lo que es, ni pienso hacerlo mientras viviere"
ANULINO: "Pues tienes que hacerlo, si quieres escapar a la severidad de las leyes"
CRISPINA: "No me dan miedo tus palabras; esas leyes nada son. Mas si consintiera en ser sacrílega, el Dios que está en los cielos me perdería, y yo no aparecería en el día venidero"
ANULINO: "Sacrílega no puedes ser cuando, en realidad, vas a obedecer sagradas órdenes"
CRISPINA: "¡Perezcan los dioses que no han hecho el cielo y la tierra! Yo sacrifico al Dios eterno que permanece por los siglos de los siglos, que es Dios verdadero y temible, que hizo el mar, la verde hierba y la tierra seca. Mas los hombres que Él mismo hizo ¿que pueden darme?"

ANULINO: "Practica la religión romana, que observan nuestros señores los césares invictos y nosotros mismos guardamos"
CRISPINA: "Ya te he dicho varias veces que estoy dispuesta a sufrir los tormentos a que quieras someterme, antes que manchar mi alma en esos ídolos, que son pura piedra, obras de mano de hombre"
ANULINO: "Estás blasfemando y no haces lo que conviene a tu salud"
Y añadió Anulino a los oficiales del tribunal:
"Hay que dejar a esta mujer totalmente fea, y así empezad por raerle a navaja la cabeza, para que la fealdad comience por la cara"
CRISPINA: "Que hablen los dioses mismos, y creo. Si yo no buscara mi propia salud, no estaría ahora delante de tu tribunal"
ANULINO: "¿Deseas prolongar tu vida o morir entre tormentos, como tus otras compañeras?"
CRISPINA: "Si quisiera morir y entregar mi alma a la perdición en el fuego eterno, ya hubiera rendido mi voluntad a tus demonios"
ANULINO: "Mandaré que se te corte la cabeza si te niegas a adorar a los dioses venerables"
CRISPINA: "Si tanta dicha lograre, yo daré gracias a mi Dios. Lo que yo deseo es perder mi cabeza por mi Dios, pues a tus vanísimos ídolos, mudos y sordos, yo no sacrifico"
ANULINO: "¿Conque te obstinas de todo punto en ese necio propósito?"
CRISPINA: "Mi Dios, que es y permanece para siempre, Él me mandó nacer, Él me dio la salud por el agua saludable del bautismo, Él está en mí, ayudándome y confortando a su esclava, a fin de que no cometa yo el sacrilegio de adorar a los ídolos"
ANULINO: "¿A qué aguantar por más tiempo a esta impía cristiana?"
Léanse las actas del códice con todo el interrogatorio.

Leídas que fueron, el procónsul Anulino, leyó de la tablilla la sentencia:
"Crispina, que se obstina en una indigna superstición, que no ha querido sacrificar a nuestros dioses, conforme a los celestiales mandatos de la ley de los augustos, he mandado sea pasada a filo de espada"
Crispina respondió:



"Bendigo a Dios que así se ha dignado librarme de tus manos. ¡Gracias a Dios!"
Y, signándose la frente, fue degollada por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a quien sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

Fuente - Texto tomado de PRIMEROSCRISTIANOS.COM:
http://www.primeroscristianos.com/index.php?/actas/view/acta_del_martirio_de_santa_crispina/

San Juan Damasceno - Obispo y Doctor de la Iglesia - Año 749 - Fiesta Diciembre 4



Se le llama "Damasceno", porque era de la ciudad de Damasco (en Siria).

Su fama se debe principalmente a que él fue el primero que escribió defendiendo la veneración de las imágenes.

Era hijo de un alto empleado del Califa de Damasco, y ejerció también el importante cargo de ministro de Hacienda en esa capital. Pero de pronto dejó todos sus bienes, los repartió entre los pobres y se fue de monje al monasterio de San Sabas, cerca de Jerusalén, y allí se dedicó por completo a leer y escribir. Juan se dio cuenta de que Dios le había concedido una facilidad especial para escribir para el pueblo, y especialmente para resumir los escritos de otros autores y presentarlos de manera que la gente sencilla los pudiera entender.

Al principio sus compañeros del monasterio se escandalizaban de que Juan se dedicara a escurrir versos y libros, porque ese oficio no se había acostumbrado en aquella comunidad. Pero de pronto cambiaron de opinión y le dieron plena libertad de escribir (dice la tradición que este cambio se debió a que el superior del monasterio oyó en sueños que Nuestro Señor le mandaba dar plena libertad a Damasceno para que escribiera).

En aquel tiempo un emperador de Constantinopla, León el Isaúrico, dispuso prohibir el culto a las imágenes, metiéndose él en los asuntos de la Iglesia, cosa que no le pertenecía, y demostrando una gran ignorancia en religión, como se lo probó en carta famosa el Papa Gregorio II. Y fue entonces cuando le salió al combate con sus escritos San Juan Damasceno. Como nuestro santo vivía en territorios que no pertenecían al emperador (Siria era de los Califas mahometanos), podía escribir libremente sin peligro de ser encarcelado. Y así fue que empezó a propagar pequeños escritos a favor de las imágenes, y estos corrían de mano en mano por todo el imperio.


El iconoclasta León el Isaúrico, decía que los católicos adoran las imágenes (se llama iconoclasta al que destruye imágenes). San Juan Damasceno le respondió que nosotros no adoramos imágenes, sino que las veneramos, lo cual es totalmente distinto. Adorar es creer que una imagen en un Dios que puede hacernos milagros. Eso sí es pecado de idolatría. Pero venerar es rendirle culto a una imagen porque ella nos recuerda un personaje que amamos mucho, por ejemplo:







Los católicos no adoramos imágenes (no creemos que ellas son dioses o que nos van a hacer milagros. Son sólo yeso o papel o madera, etc.) pero sí las veneramos, porque al verlas recordamos cuánto nos han amado Jesucristo o la Virgen o los santos. Lo que la S. Biblia prohíbe es hacer imágenes para adorarlas, pero no prohíbe venerarlas (porque entonces en ningún país podían hacerse imágenes de sus héroes y nadie podría conservar el retrato de sus padres).

San Juan Damasceno decía en sus escritos:


"Lo que es un libro para los que saben leer, es una imagen para los que no leen. Lo que se enseña con palabras al oído, lo enseña una imagen a los ojos. Las imágenes son el catecismo de los que no leen"
Dicen autores muy antiguos que el emperador León, por rabia contra San Juan Damasceno por lo bien que escribía en favor de las imágenes, mandó a traición que le cortaran la mano derecha, con la cual escribía.


Pero el santo que era devotísimo de la Santísima Virgen, se encomendó a Ella con gran fe y la Madre de Dios le curó la mano cortada y con esa mano escribió luego sermones muy hermosos acerca de Nuestra Señora.

Fuente - Texto tomado de EWTN.COM: