miércoles, 5 de noviembre de 2014

Beata Cristina de Stommeln - Mística y Estigmatizada (Año 1312) - Fiesta Noviembre 6



Beata Cristina de Stommeln
(† 6 de noviembre de 1312)

El jesuita francés A. F. Poulain († 1919), en su gran obra sobre la mística Des grâces d’Oraison (10a. ed., París, 1922), afirmó:
“Una gracia extraordinaria concedida por Dios, (casi siempre) está acompañada por una intervención extraordinaria del diablo. La tierra es el campo de batalla. Los dos ejércitos, el de los espíritus buenos y el de los malos, luchan frente a frente por las mismas almas”
¡Y de qué manera, como casi nunca se encuentra en la vida de otros hombres místicamente dotados está justificada esta afirmación al estudiar la vida de la Beata Cristina de Stommeln! En ella es posible sentir el luchar fragoroso de los Ángeles buenos y de los caídos (con el diablo a la cabeza), desde su infancia hasta su muerte, a los 70 años de edad, como testimoniaba después de intensas observaciones el dominico Pedro de Dacia, erudito contemporáneo suyo († 1289).

Cristina nació en 1242 en Stommeln (entre Colonia y Neuss), hija del labrador Enrique Bruso y su esposa Hilla. Desde muy temprana edad se distinguió por una religiosidad especial:

Cuando contaba sólo con seis años fue honrada con una primera aparición; a los siete experimentó una visión en la que era conducida por un Ángel hasta el paraíso, donde observó los misterios celestiales y fue colmada de una alegría inexpresable. Con nueve años de edad fue presentada en espíritu por un Ángel tres noches consecutivas ante la presencia de la Santísima Virgen María; la Madre de Dios le decía a la niña:
”¡Alégrate, hija carísima, y goza, porque serás la novia y amiga de mi Hijo muy amado!”
Cuando Cristina cumplió 10 años se le apareció una noche el Señor:
“Hija muy amada, ve, soy Jesucristo. ¡Prométeme fidelidad, es decir, que me servirás para siempre! Si alguien pidiera tu mano, ¡dile que ya te comprometiste al mismo Jesucristo en sus manos!”

El Señor tomó su mano derecha y, colocándola en la suya, le decía:
“¡Con las beguinos debes quedarte!”
A partir de entonces, Cristina cavilaba la manera de llegar a las beguinos, un tipo especial de vírgenes y viudas piadosas que vivían en comunidad, pero sin votos religiosos propios, en los llamados “corrales de las beguinos”. Cuando supo que también existían beguinos en Colonia, se trasladó a esta ciudad, sin el conocimiento paterno; tenía 13 años. Fue recibida bondadosamente en este corral, fundado en 1230; sin embargo, como había salido de su casa en contra de la voluntad de sus padres, éstos no le prestaban ayuda, por lo que hubo de vivir en Colonia en la más extrema pobreza (cada beguino debía cuidar de su propio sustento). En esta comunidad comenzó Cristina a sufrir los acosos y persecuciones del diablo. El padre H. Wilms OP escribe en su Historia de las dominicas alemanas:

Cristina de Stommeln se halla dignamente en su brillo puro de virtud al lado de las mujeres más nobles que embellecen nuestros altares. Recibió muchas consolaciones, al igual que las místicas más excelsas; pero es propio de ella que padeciera una persecución brutal de parte del diablo. Dios prepara a sus amigos pruebas especiales, pero éstas no son para todos iguales. Algunos son perseguidos y ofendidos de forma cruel por los hombres; otros soportan tentaciones interiores, desiertos y arideces del espíritu; tampoco Cristina de Stommeln se libró de estos sufrimientos.

Las beguinos en Colonia, y después en Stommeln, contribuyeron en parte a los sufrimientos de esta virgen noble. Sequedad del espíritu y soledad interior no le eran desconocidas, pero mucho más tuvo que sufrir del enemigo maligno, quien la perseguía y torturaba de una manera que puede resultarnos hoy incomprensible. Su biógrafo sueco, el erudito Pedro de Dacia, explicó, según las exigencias más severas de la ciencia, que en este caso se trató realmente de ataques diabólicos.

Los relatos que tenemos a la vista son creíbles, porque fueron escritos en el tiempo de la beata Cristina de Stommeln por aquellas personas que presenciaron los acontecimientos o los escucharon de testigos oculares. Tanto estos testigos como los redactores son hombres dignos de honra y bien instruidos que merecen nuestra fe. Esto vale ante todo para el director espiritual de Cristina, Pedro de Dacia, religioso de vida santa que obtuvo en su provincia los ministerios de mayor confianza de la orden. Las informaciones ciertas que poseemos de Cristina de Stommeln las debemos a sus noticias y sugerencias.

De las torturas diabólicas a las cuales era sometida Cristina de Stommeln pueden constatarse más claramente los maltratos físicos; era arrastrada por un poder invisible de sus cabellos, quemada con piedras ardientes, golpeada con varas, flagelada con azotes, manchada con lodo; por el mismo poder invisible le fueron arrancados los dientes, perforados los pies, maltratado todo el cuerpo. Los testigos veían los efectos. Quedaron huellas visibles. Frecuentemente, las torturas tuvieron un carácter visionario. Fueron causadas por imágenes de terror que influyeron vivamente su fantasía. El sufrimiento se realizó, entonces, en el interior de la paciente beata. En ocasiones, sus sentidos exteriores percibieron imágenes engañosas.


Ciertamente era un sufrimiento expiatorio por otros el que esta mujer místicamente agraciada sufrió y aceptó con las beguinos, primero en Colonia y después en su patria Stommeln, hasta el año 1288. Por otra parte, experimentó también numerosas gracias elevadas y consoladoras que se le concedieron: además de la estigmatización, recibió, por ejemplo, comuniones extáticas, conocimientos profundos de la Sagrada Escritura y el don de poder ver en el interior de los corazones. Gracias a estas luchas, sufrimientos y pruebas, Cristina fortaleció sus virtudes ejemplares, como afirma el padre Pedro Dacia:

Tuve la ocasión de observar sus costumbres y comportamiento, examinarlos y someterlos a juicios profundos, como ya antes observé sobre su paciencia y humildad. Y aunque durante sus estados acontecieron algunas cosas imposibles de captar y explicar por la inteligencia humana normal, lo que según mi parecer le otorga el carácter de sobrenatural y maravilloso, al menos observé que poseía una serenidad admirable, ejercitaba una castidad increíble y desarrolló una gran amabilidad unida con decencia, una alegría en el temor de Dios; poseía, además, humildad y alegría en las humillaciones. Hablaba poco y siempre de manera edificante y, cuando se le preguntaba sobre algo respondía con modestia. A veces hablaba alegremente, pero nunca una palabra vacía. Usaba un hábito religioso sin ningún adorno innecesario. En su conducta había algo virtuoso que a todos los que la vieron o trataron alegraba.

En 1288 terminaron los sufrimientos expiatorios que soportó principalmente por la conversión de los pecadores y por las almas del purgatorio; a partir de entonces, Cristina vivió todavía retirada y llena de paz en Stommeln, donde murió en gracia el 6 de noviembre de 1312 a la edad de 70 años. El Papa Pío X reconoció expresamente, después de un profundo examen, el 11 de agosto de 1908 la veneración de esta mujer estigmatizada que experimentó la lucha entre los Ángeles buenos y los ángeles caídos en su propia persona, en cuerpo y alma.

Fuente - Texto tomado de RELIGIONES.CO:

Santos Zacarías e Isabel - Padres de San Juan Bautista - Fiesta 5 de Noviembre


San Zacarías y Santa Isabel
con la Santísima Virgen María (La Visitación)

El nombre de Zacarías, significa:
"Dios se acordó de mí"

Isabel quiere decir:

"Consagrada a Dios"

La fama de estos dos santos se debe a que fueron los papás de San Juan Bautista. 

La bella historia de estos dos santos esposos la cuenta San Lucas en el primer capítulo de su evangelio:

"Hubo en tiempos del rey Herodes un sacerdote llamado Zacarías, casado con Isabel, una mujer descendiente del hermano de Moisés, el sumo sacerdote Aarón".

De estos dos esposos hace el evangelio un elogio formidable. Dice así:
"Los dos llevaban una vida santa, eran justos ante Dios, y observaban con exactitud todos los mandamientos y preceptos del Señor"
Ojalá de cada uno de nuestros hogares se pudiera decir algo semejante. Sería maravilloso.

Dice San Lucas:
"Zacarías e Isabel no tenían hijos, porque ella era estéril. Además ya los dos eran de avanzada edad"
Y un día, cuando a Zacarías le correspondió el turno de subir al altar (detrás del velo) a ofrecer incienso, toda la multitud estaba afuera rezando. Y se le apareció el Ángel del Señor, y Zacarías al verlo se llenó de temor y un gran terror se apoderó de él. El Ángel le dijo:


"No tema Zacarías, porque su petición ha sido escuchada. Isabel su mujer, dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Juan. Él será para ustedes gozo y alegría, y muchos se alegrarán por su nacimiento, porque será grande ante el Señor; no beberá licores; estará lleno del Espíritu Santo, y convertirá a muchos hacia Dios, y tendrá el espíritu del profeta Elías, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto"
Zacarías le dijo al Ángel:
"¿Cómo puedo saber que esto que me dice sí es cierto? Porque yo soy muy viejo e Isabel mi esposa es estéril"
El Ángel le dijo:
"Yo soy Gabriel, uno de los que están en la presencia de Dios, y he sido enviado para comunicarle esta buena noticia. Pero por no haber creído a las palabras que le he dicho, se quedará mudo y no podrá hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, que se cumplirán todas a su tiempo"
El pueblo estaba esperando a que saliera Zacarías y se extrañaban de que demorara tanto en aparecer. Cuando apareció no podía hablarles, y se dieron cuenta de que había tenido alguna visión. Él les hablaba por señas y estaba mudo.
"Después Isabel concibió un hijo y estuvo oculta durante cinco meses (sin contar a los vecinos que iba a tener un niño)"
Y decía:
"Dios ha querido quitarme mi humillación y se ha acordado de mí"

El Ángel Gabriel contó a María Santísima en el día de La Anunciación, que Isabel iba a tener un hijo. Ella se fue corriendo a casa de Isabel y allí estuvo tres meses acompañándola y ayudándole en todo, hasta que nació el niño Juan, cuyo nacimiento fue un verdadero acontecimiento (como se narra el 24 de junio):

Leer:
Natividad de San Juan Bautista

Que Dios conceda a los padres de familia
el imitar a Zacarías e Isabel,
llevando como ellos una vida santa;
siendo justos ante el Señor, 
y observando con exactitud
todos los mandamientos
y preceptos de Dios.

Nada es imposible para Dios
(palabras del Ángel a Zacarías)

Fuente - Texto tomado de EWTN: