martes, 29 de julio de 2014

Impactante Reflexión: cuando Jesús calla


Meditemos en esta hermosa
e impactante reflexión... 


Video tomado de YOUTUBE:

San Pedro Crisólogo - Doctor de la Iglesia Año 451 - Fiesta Julio 30


Crisólogo significa:
El que habla muy bien

Este santo ha sido uno de los oradores más famosos de la Iglesia Católica. Nació en Imola (Italia) y fue formado por Cornelio, obispo de esa ciudad, por el cual conservó siempre una gran veneración. Este santo prelado lo convenció de que en el dominio de las propias pasiones y en el rechazar los malos deseos reside la verdadera grandeza, y que éste es un medio seguro para conseguir las bendiciones de Dios.

Pedro gozó de la amistad del emperador Valentiniano y de la madre de éste, Plácida, y por recomendación de ellos dos, fue nombrado Arzobispo de Ravena (la ciudad donde vivía el emperador). También gozó de la amistad del Papa San León Magno.

Cuando empezó a ser arzobispo de Ravena, había en esta ciudad un gran número de paganos. Y trabajó con tanto entusiasmo por convertirlos, que cuando él murió ya eran poquísimos los paganos o no creyentes en esta capital. A la gente le agradaban mucho sus sermones (y por eso le pusieron el sobrenombre de crisólogo, o sea: el que habla muy bien). Su modo de hablar era conciso, sencillo y práctico. Sabía explicar muy claramente las principales verdades de la fe. A ratos se entusiasmaba tanto mientras predicaba, que la misma emoción le impedía seguir hablando, y el público se contagiaba de su entusiasmo y empezaban muchos a llorar. En los dos meses más calurosos del verano dejaba de predicar y explicaba así jocosamente a sus oyentes el porqué de esta determinación:
"En este tiempo de calores tan bochornosos no les predico, porque ustedes se apretujan mucho para escucharme y con estas temperaturas tan altas llegan los ahogos y trastornos, y después le echan toda la culpa de ello a mis sermones"
La gente se admiraba de que en predicaciones bastante breves, era capaz de resumir las doctrinas más importantes de la fe. Se conservan de él, 176 sermones, muy bien preparados y cuidadosamente redactados. Por su gran sabiduría al predicar y escribir, fue nombrado Doctor de la Iglesia, por el Papa Benedicto XIII. Recomendaba mucho la comunión frecuente y exhortaba a sus oyentes a convertir la Sagrada Eucaristía en su alimento de todas las semanas.


Murió el 30 de julio del año 451.

Quiera nuestro buen Dios
concedernos que muchos predicadores
y catequistas de nuestro tiempo
merezcan también el apelativo
de Crisólogos: los que hablan muy bien

Dichosos los que escuchan
la Palabra de Dios
y la ponen en práctica
(Lc. 8,21)

Fuente - Texto tomado de EWTN:

Santa Marta de Betania - Hermana de Lázaro y María - Fiesta Julio 29


Hermana de Lázaro y María
Martirologio Romano

Memoria de Santa Marta, que recibió en su casa de Betania, cerca de Jerusalén, a Jesús, el Señor, y muerto su hermano Lázaro, proclamó:
«Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, que has venido al mundo» (s. I) 
Marta es hermana de María y de Lázaro y vivía en Betania, pequeña población distante unos cuatro kilómetros de Jerusalén, en las cercanías del Monte de los Olivos. Jesús Nuestro Señor vivía en Galilea pero cuando visitaba Jerusalén acostumbraba hospedarse en la casa de estos tres discípulos en Betania, que, tal vez, habían cambiado también su morada de Galilea por la de Judea. Marta se esforzó en servirle lo mejor que pudo y, más tarde, con sus oraciones impetró la resurrección de su hermano. San Juan nos dice que:
"Jesús amaba a Marta y a su hermana María y Lázaro" (Jn 11:5)
Lucas añade:
"Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: 
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude» Lucas 10:38-40 
No podemos estar seguros de la motivación de Marta al hacer su petición al Señor pero todo parece indicar que se quejaba contra su hermana. Nuestro Señor aprecia el servicio de Marta, pero al mismo tiempo sabía que era imperfecto. Muchas veces nuestro servicio, aunque sea con buena intención, esta mezclado con el afán de sobresalir, la compulsión por ser protagonistas, la competencia para sentirnos que somos los mejores. Es entonces que salen las comparaciones. ¿Por que la otra no hace nada y soy la que trabajo? El Señor corrige a Marta, penetra en su corazón afanado y dividido y establece prioridades: 

«Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada» Lucas 10: 41-42 
Esa única cosa de la que hay necesidad es de poner todo el corazón en amar a Dios, atender a Jesús que nos habla, que quiere levantarnos de nuestra miseria. Toda vida activa debe surgir de la contemplación. La vida activa sin contemplación lleva al alma a dispersarse y perder de vista el fin. La vida contemplativa se concentra en Dios y se une a Él por la adoración y el amor. La vida contemplativa es una especie de noviciado del cielo, pues la contemplación es la ocupación de los bienaventurados del paraíso. Por ello, Cristo alabó la elección de María y afirmó: "sólo una cosa es necesaria". Eso significa que la salvación eterna debe ser nuestra única preocupación. Si contemplamos como van las cosas en cualquier Iglesia podremos ver muchas actividades, programas, ideas... Es relativamente fácil hacer cosas por Jesús, pero cuanto nos cuesta estar en silencio ante su Presencia. En seguida pensamos en cosas que hacer. No comprendemos que lo primero y mas importante es atenderlo a Él directamente por medio de la oración.

Jesús encontró más digna de alabanza la actitud contemplativa de María. Cuanto quisiera El Señor que todos, como María, nos sentáramos ante Él para escucharle. Ella se consagraba a la única cosa realmente importante, que es la atención del alma en Dios. También el Padre nos pide que, ante todo, escuchemos a Su Hijo (Mt 17-5). Entonces, ¿no es necesario trabajar? Claro que sí lo es. Pero para que el trabajo dé fruto debe hacerse después de haber orado. El servicio de Marta es necesario, pero debe estar subordinado al tiempo del Señor. Hay que saber el momento de dejar las cosas, por importantes que parezcan, y sentarse a escuchar al Señor. Esto requiere aceptar que somos criaturas limitadas. No podemos hacerlo todo. No podemos siquiera hacer nada bien sin el Señor. San Agustín escribe:
"Marta, tú no has escogido el mal; pero María ha escogido mejor que tú"
San Basilio y San Gregorio Magno consideran a la hermana María modelo evangélico de las almas contemplativas y su santidad no está en duda, sin embargo, es curioso que, de los tres hermanos, solo Marta aparece en el santoral universal. 

La resurrección de Lázaro


El capítulo 11 de San Juan narra el gran milagro de la resurrección de Lázaro. En aquella ocasión vuelve a hablarse de Marta. Lázaro se agravó de muerte mientras Jesús estaba lejos. Las dos hermanas le enviaron un empleado con este sencillo mensaje:
"Señor aquel que tú amas, está enfermo"
Es un mensaje de confianza en que Jesús va actuar a su favor. Pero Jesús, que estaba al otro lado del Jordán, continuó su trabajo sin moverse de donde estaba. A los apóstoles les dice:
"Esta enfermedad será para gloria de Dios"
Y luego les añade:
"Lázaro nuestro amigo ha muerto. Y me alegro de que esto haya sucedido sin que Yo hubiera estado allí, porque ahora vais a creer"
A los cuatro días de muerto Lázaro, dispuso Jesús dirigirse hacia Betania, la casa estaba llena de amigos y conocidos que habían llegado a dar el pésame a las dos hermanas. Tan pronto Marta supo que Jesús venía, salió a su encuentro y le dijo:
"Oh Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano; pero aún ahora yo sé que cuánto pidas a Dios te lo concederá" 
Jesús le dice:
"Tu hermano resucitará"
Marta le contesta:
"Ya sé que resucitará el último día en la resurrección de los muertos"
Jesús añadió:


"Yo Soy la resurrección y la vida. Todo el que cree en Mí, aunque haya muerto vivirá. ¿Crees esto?"
Marta respondió:
"Sí Señor, yo creo que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo"
Jesús dijo:
"¿Dónde lo han colocado?"
Y viendo llorar a Marta y a sus acompañantes, Jesús también empezó a llorar. 


Y las gentes comentaban:
"Mirad cómo lo amaba"
Y fue al sepulcro que era una cueva con una piedra en la entrada. Dijo Jesús:
"Quiten la piedra"
Le responde Marta:
"Señor ya huele mal porque hace cuatro días que está enterrado"
Le dice Jesús:
"¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?"
Quitaron la piedra y Jesús dijo en voz alta:

"Lázaro ven afuera"
Y el muerto salió, llevando el sudario y las vendas de sus manos. 

El Banquete 


Marta aparece también en un banquete en el que participa también Lázaro, poco después de su resurrección: también esta vez aparece Marta como la mujer ocupada en el servicio, pero puede ser que para entonces ya lo sabía someter al Señor con mas amor, sin quejarse ni compararse.