sábado, 3 de mayo de 2014

Lectura del Santo Evangelio Según San Lucas 24, 13-35


13. En este mismo día dos de ellos iban a una aldea llamada Emmaús, distante de Jerusalén el espacio de sesenta estadios.

14. Y conversaban entre sí de todas las cosas que habían acontecido.

15. Mientras así discurrían y conferenciaban recíprocamente, el mismo Jesús juntándose con ellos caminaba en su compañía.

16. Mas sus ojos estaban como deslumbrados para que no le reconociesen.

17. Díjoles, pues:

"¿Qué conversación es esa que caminando lleváis entre los dos, y por qué estáis tan tristes?"

18. Uno de ellos, llamado Cleofás, respondiendo, le dijo:
"¿Tú sólo eres tan extranjero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado en ella estos días?"
19. Replicó Él:
"¿Qué?"
"Lo de Jesús Nazareno", respondieron.
"El cual fue un profeta, poderoso en obras y en palabras, a los ojos de Dios y de todo el pueblo.
20. Y cómo los príncipes de los sacerdotes y nuestros jefes le entregaron a Pilatos para que fuese condenado a muerte y le han crucificado.
21. Mas nosotros esperábamos que Él era el que había de redimir a Israel; y no obstante, después de todo esto, he aquí que estamos ya en el tercer día después que acaecieron dichas cosas.
22. Bien es verdad que algunas mujeres de entre nosotros nos han sobresaltado, porque antes de ser de día fueron al sepulcro.
23. Y, no habiendo hallado su cuerpo, volvieron, diciendo habérseles aparecido unos ángeles, los cuales les han asegurado que está vivo.
24. Con eso algunos de los nuestros han ido al sepulcro, y hallado ser cierto lo que las mujeres dijeron; pero a Jesús no le han encontrado".
25. Entonces les dijo Él:
"¡Oh necios, y tardos de corazón para creer todo lo que anunciaron ya los profetas!
26. Pues qué, ¿por ventura no era conveniente que el Cristo padeciese todas estas cosas, y entrase así en su gloria?"
27. Y empezando por Moisés, y discurriendo por todos los profetas, les interpretaba en todas las Escrituras los lugares que hablaban de él.

28.  En esto llegaron cerca de la aldea adonde iban; y Él hizo ademán de pasar adelante.

29. Mas le detuvieron por fuerza, diciendo:

"Quédate con nosotros, porque ya es tarde, y va ya el día de caída".

Entró, pues, con ellos.

30. Y estando juntos a la mesa, tomó el pan, y lo bendijo, y habiéndolo partido, se lo dio.

31. Con lo cual se les abrieron los ojos, y le conocieron; mas Él de repente desapareció de su vista.

32. Entonces se dijeron uno a otro:

"No es verdad que sentiamos abrasarse nuestro corazón, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?"

33. Y levantándose al punto regresaron a Jerusalén, donde hallaron congregados a los once apóstoles y a otros de su séquito.

34. Que decían:
"El Señor ha resucitado realmente, y se ha aparecido a Simón".
35. Ellos por su parte contaban lo que les había sucedido en el camino, y cómo le habían conocido al partir el pan.

Palabra de Dios
Gloria a Ti, Señor Jesús

Novena a Nuestra Señora de Fátima - Día Primero

Penitencia y Reparación





Comenzar con el ofrecimiento
y la oración preparatoria

Ofrecimiento para todos los días

¡Dios Mío!  Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

¡Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo!, yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación por los ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.

Oración Preparatoria

Oh Santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz, confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos por las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.


¡Oh Santísima Virgen María, Madre de los pobres pecadores!, que apareciendo en Fátima dejaste transparecer en vuestro rostro celestial una leve sombra de tristeza, para indicar el dolor que os causan los pecados de los hombres y que con maternal compasión, exhortaste a no afligir más a vuestro Hijo con la culpa y a reparar los pecados con la mortificación y la penitencia. Dadnos la gracia de un sincero dolor de los pecados cometidos, y la resolución generosa de reparar con obras de penitencia y mortificación, todas las ofensas que se infieren a vuestro Divino Hijo y a vuestro Corazón Inmaculado.

Meditar
y rezar la Oración Final

Oración Final


¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna!  Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del Santísimo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Texto tomado del Libro "Novena a Nuestra Señora de Fátima" - Caballeros de la Virgen

Novena a Nuestra Señora de Fátima



Ofrecimiento para todos los días

¡Dios Mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

¡Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo!, yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación por los ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.

Oración Preparatoria

Oh Santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz, confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos por las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.

Rezar la oración
del día correspondiente...

Oración Final

¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna!  Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del Santísimo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Texto tomado del Libro "Novena a Nuestra Señora de Fátima" - Caballeros de la Virgen