viernes, 18 de abril de 2014

Semana Santa: Sábado Santo - Abril 19 de 2014

Hoy es un día de silencio en la Iglesia:

Durante el día del Sábado Santo,
como una viuda,
la Iglesia llora la muerte de su Esposo 


Cristo yace en el sepulcro y la Iglesia medita, admirada, lo que ha hecho por nosotros este Señor nuestro. Guarda silencio para aprender del Maestro, al contemplar su cuerpo destrozado.

Cada uno de nosotros puede y debe unirse al silencio de la Iglesia. Y al considerar que somos responsables de esa muerte, nos esforzaremos para que guarden silencio nuestras pasiones, nuestras rebeldías, todo lo que nos aparte de Dios. Pero sin estar meramente pasivos: es una gracia que Dios nos concede cuando se la pedimos delante del Cuerpo muerto de Su Hijo, cuando nos empeñamos por quitar de nuestra vida todo lo que nos aleje de Él.


El Sábado Santo no es una jornada triste. El Señor ha vencido al demonio y al pecado, y dentro de pocas horas vencerá también a la muerte con su gloriosa Resurrección. Nos ha reconciliado con el Padre celestial: ¡Ya somos hijos de Dios! Es necesario que hagamos propósitos de agradecimiento, que tengamos la seguridad de que superaremos todos los obstáculos, sean del tipo que sean, si nos mantenemos bien unidos a Jesús por la oración y los sacramentos.

El mundo tiene hambre de Dios, aunque muchas veces no lo sabe. La gente está deseando que se le hable de esta realidad gozosa (el encuentro con el Señor), y para eso estamos los cristianos. Tengamos la valentía de aquellos dos hombres (Nicodemo y José de Arimatea), que durante la vida de Jesucristo mostraban respetos humanos, pero que en el momento definitivo se atreven a pedir a Pilatos el cuerpo muerto de Jesús, para darle sepultura. O la de aquellas mujeres santas que, cuando Cristo es ya un cadáver, compran aromas y acuden a embalsamarle, sin tener miedo de los soldados que custodian el sepulcro.

A la hora de la desbandada general, cuando todo el mundo se ha sentido con derecho a insultar, reírse y mofarse de Jesús, ellos van a decir:

"Dadnos ese Cuerpo, que nos pertenece"

¡Con qué cuidado lo bajarían de la Cruz e irían mirando sus Llagas!

Pidamos perdón y digamos, con palabras de San Josemaría Escribá:

"Yo subiré con ellos al pie de la Cruz, me apretaré al Cuerpo frío, cadáver de Cristo, con el fuego de mi amor..., lo desclavaré con mis desagravios y mortificaciones..., lo envolveré con el lienzo nuevo de mi vida limpia, y lo enterraré en mi pecho de roca viva, de donde nadie me lo podrá arrancar, ¡y ahí, Señor, descansad!"


Se comprende que pusiesen el cuerpo muerto del Hijo en brazos de la Madre, antes de darle sepultura. María era la única criatura capaz de decirle que entiende perfectamente Su Amor por los hombres, pues no ha sido Ella causa de esos dolores. La Virgen Purísima habla por nosotros; pero habla para hacernos reaccionar, para que experimentemos su dolor, hecho una sola cosa con el dolor de Cristo. 

La devoción de los dolores de María es fuente de Gracias porque llega a lo profundo del corazón de Cristo. La Iglesia nos exhorta a entregarnos sin reserva al amor de María y llevar con paciencia nuestra cruz acompañados de la Madre Dolorosa.

Los siete dolores y su meditación:






La profecía de Simeón: Por esta profecía se le revela a María que la misión salvadora de Jesús no será bien recibida por muchos, y que su vida terminará con una dolorosa Pasión y Muerte, durante la cual, una espada de dolor le atravesará a ella el alma. 









La huida de Egipto: El rey Herodes está furioso por el nacimiento de Jesús y se propone matarlo. El dolor de la Virgen María es el dolor de la Madre que ve amenazada la vida de su recién nacido, que es el Hijo de Dios, El Mesías.







El niño Jesús perdido en el Templo: Fue el dolor más sensible, porque en todos los otros tuvo consigo a su querido Hijo; mas éste lo sufrió apartada de Él.







Encuentro de Jesús y María camino al Calvario: Jesús va cargando la pesada Cruz, su rostro está bañado de sangre, sus facciones desfiguradas por la multitud de golpes y por el dolor. María va siguiendo sus pasos para ser crucificada junto a Él. 








La crucifixión: Su Inmaculado Corazón no miraba la pena propia, miraba la Pasión y Muerte del Hijo tan Amado. Todas las penas de la crucifixión las sufrieron los dos. Se ofrecían dos holocaustos: el cuerpo de Jesús y el corazón de María.







El cuerpo de Jesús es bajado de la cruz: Al tenerlo en sus brazos, María ve de cerca la gravedad y profundidad de todas las llagas y heridas de su Hijo, reavivando el dolor.









 A pesar que sabe que su Hijo va a resucitar, siente un grandísimo dolor al separarse físicamente de Él. Nuestro Señor Jesucristo dijo a María Valtorta: "Pensad en mi Madre que, desde el momento que me concibió, ha sufrido pensando que era condenado, esta Madre que, cuando me ha dado el primer beso en mi cuerpo de recién nacido, ha presentido las futuras llagas de su Criatura, esta Madre que habría dado diez, cien, miles de veces su vida, con tal de impedir que, en mi vida adulta, llegara el momento de la Inmolación, esta Madre que sabía y que debía desear que se cumpliera ese tremendo acontecimiento, para aceptar la voluntad del Señor, para la gloria del Señor, por bondad hacia la humanidad".

    Sábado Santo

    Tratemos de imitar a María
    en su fe, en su esperanza y en su amor,
    que la sostienen en medio de la prueba




    María es la primera partícipe de todo el sacrificio. Un dolor que a Ella le viene al ver a su Hijo en todo lo que había padecido; un dolor que le viene al ver la ingratitud de los discípulos que habían abandonado a su Hijo; el dolor que tuvo que tener María al considerar la inocencia de su Hijo; y sobre todo, el dolor que tendría que provenirle a la Santísima Virgen de su amor tan tierno por su Hijo, herido por las humillaciones de los hombres.

    María, el Sábado Santo en la noche y domingo en la madrugada, es una mujer que acaba de perder a su Hijo. Todas las fibras de su ser están sacudidas por lo que ha visto en los días culminantes de la Pasión. Cómo impedirle a María el sufrimiento y el llanto, si había pasado por una dramática experiencia llena de dignidad y de decoro, pero con el corazón quebrantado.

    María es Madre, y en Ella está presente la fuerza de la carne y de la sangre, y el efecto noble y humano de una madre por su hijo. Este dolor, junto con el hecho de que María haya vivido todo lo que había vivido en la Pasión de su Hijo, muestra su compromiso de participación total en el sacrificio redentor de Cristo. María ha querido participar hasta el final en los sufrimientos de Jesús; no rechazó la espada que había anunciado Simeón, y aceptó con Cristo el designio misterioso de su Padre. Ella es la primera partícipe de todo sacrificio. María queda como modelo perfecto de todos aquellos que aceptaron asociarse sin reserva a la oblación redentora.

    ¿Qué pasaría por la mente de Nuestra Señora este sábado en la noche? Todos los recuerdos se agolpan en la mente de María: Nazaret, Belén, Egipto, Nazaret de nuevo, Canaán, Jerusalén. Quizá en su corazón revive la muerte de José y la soledad del Hijo con la Madre después de la muerte de su esposo... el día en que Cristo se marchó a la vida pública... la soledad durante los tres últimos años. Una soledad que, ahora, Sábado Santo, se hace más negra y pesada. Son todas las cosas que Ella ha conservado en su corazón. Y si conservaba en el corazón a su Hijo en el templo diciéndole:


    "¿Acaso no debo estar en las cosas de mi Padre?"
    Que habría en su corazón al contemplar a su Hijo diciendo:
    "¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, todo está consumado!"

    Jesús está sepultado
    Es un día de reflexión y silencio


    Durante el Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y su muerte, su descenso a los infiernos y esperando en oración y ayuno su resurrección (Circ 73).

    Es el día del silencio; la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Callan las campanas y los instrumentos. Es día para profundizar. Para contemplar. Es el día de la ausencia. El Esposo nos ha sido arrebatado. Día de dolor, de reposo, de esperanza, de soledad.

    Este estado de Cristo muerto, es el misterio del sepulcro y del descenso a los infiernos. Es el misterio del Sábado Santo en el que Cristo depositado en la tumba, manifiesta el gran reposo sabático de Dios, después de realizar la salvación de los hombres, que establece en la paz al universo entero.
    Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:

    San Expedito - Mártir - Fiesta 19 de Abril




    San Expedito fue comandante de una legión romana y como tal defendió al Imperio ante las invasiones de los Bárbaros. Al convertirse en cristiano fue martirizado (posiblemente por orden del emperador Diocleciano) en Melitene, Armenia (hoy Malatya, Turquía). Junto con él murieron sus compañeros de armas: Caio, Gálatas, Hermógenes, Aristónico y Rufo. Muchos otros mártires dieron gloria a Dios en su época, entre ellos Santa Filomena y San Jorge.

    Según la tradición, en el momento de la conversión, se le acercó el demonio, en forma de un cuervo que le gritaba:
    "Cras, cras, cras" (en latín significa "mañana, mañana, mañana")
    Así trataba de persuadirlo a que dejase su decisión para después, ya que el demonio sabe que lo que se deja para mañana hay mucha posibilidad de que se quede sin hacer. Pero Expedito aplastó al cuervo tentador con prontitud diciendo:
    "¡HODIE, HODIE, HODIE! (HOY, HOY, HOY). No dejaré para mañana, a partir de HOY seré cristiano"
    Así se convirtió en soldado de Cristo, utilizando desde ese momento su valor y disciplina para el Reino de Dios.

    Aunque se desconoce el origen de su nombre, aparece en la Martiriología Romana junto a Hermógenes y compañeros. Su nombre es sinónimo con prontitud y se le tiene por gran y pronto intercesor.

    A San Expedito se le invoca en problemas urgentes. Debemos saber que lo más importante es renunciar a la vida de pecado y decidirnos cabalmente por Cristo. Seamos pues inspirados por su prontitud y valor al seguir a Cristo en tan difíciles circunstancias cuando los cristianos eran perseguidos a muerte.

    Que nosotros también digamos "HOY" a Jesús y aplastemos los engaños del tentador.

    También se le venera como protector de jóvenes, estudiantes, enfermos, problemas laborales y de familia, y juicios.

    En la iconografía, Expedito es representado como un soldado con una cruz en la que está escrito "HODIE" (HOY) y la hoja de palma (martirio). A sus pies hay un cuervo y la palabra "cras" (mañana).

    ORACIÓN A SAN EXPEDITO
    PARA VENCER LAS PRUEBAS

    ¡Señor Jesús acudo a tu auxilio!
    ¡Virgen Santísima socórreme!
    San Expedito, tú que lleno de valor
    abriste tu corazón a la gracia de Dios
    y no te dejaste llevar por la tentación
    de postergar tu entrega,
    ayúdame a no dejar para mañana
    lo que debo hacer hoy por amor a Cristo.

    Ayúdame desde el cielo a renunciar
    a todo vicio y tentación
    con el poder que Jesús me da.
    Que sea yo diligente, valiente
    y disciplinado al servicio del Señor,
    y no me acobarde ante las pruebas.

    Tú que eres el santo de las causas urgentes,
    te presento mi necesidad (intención).
    Sobre todo te pido que intercedas
    por mí para que persevere en la fe,
    y así llegue al gozo del cielo
    con Cristo, con la Virgen María,
    los ángeles y los santos.
    Amén.

    ORACIÓN A SAN EXPEDITO
    Mi San Expedito de las causas justas y urgentes,
    intercede por mí ante Nuestro Señor Jesucristo,
    para que venga en mi socorro en esta hora
    de aflicción y desesperanza.

    Mi San Expedito, tú que eres el santo guerrero.

    Tú que eres el santo de los afligidos.
    Tú que eres el santo de los desesperados.
    Tú que eres el santo de las causas urgentes,
    protégeme, ayúdame, otorgándome:
    fuerza, coraje y serenidad.
    ¡Atiende mi pedido! (hacer el pedido).

    Mi San Expedito, ayúdame

    a superar estas horas difíciles,
    protégeme de todos los que
    puedan perjudicarme,
    protege a mi familia,
    atiende mi pedido con urgencia.
    Devuélveme la paz y la tranquilidad.

    Mi San Expedito.

    Agradeceré tu intercesión
    por el resto de mi vida,
    propagando tu devoción
    entre los que tienen fe,
    cambiando mi vida
    y mis costumbres,
    glorificando desde ahora
    a nuestro Padre
    y anhelando un día
    gozar contigo
    de la eterna bienaventuranza.
    Amén.

    Padrenuestro, Avemaría y Credo

    Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:

    Novena a la Divina Misericordia - Día Primero - Abril 18 de 2014


    Por todo el género humano,

    especialmente por los pecadores
    (Diario, N° 1210)


    Jesús misericordioso, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita.

    Acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.

    Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa pasión, muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

    Invocación para todos
    los días de la Novena

    Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como manantial de misericordia para nosotros, en ti confío.

    Coronilla de la Divina MisericordiaVideo tomado de Youtube: http://youtu.be/4vTMS0uvDWc

    Texto tomado del Libro: Novena del Señor de la Divina Misericordia - Caballeros de la Virgen

    Novena a la Divina Misericordia - Inicia Viernes Santo - Abril 18 de 2014





    La novena consiste en rezar la Coronilla de la Divina Misericordia, sin embargo es recomendable también rezar la Novena particular que Jesús le dio a Sor Faustina y debe comenzarse el día de Viernes Santo. También se puede rezar en cualquier época del año.
    Coronilla de la Divina Misericordia


    He aquí las palabras que dirigió el Señor a Sor Faustina:

    "Deseo que durante esos nueve días lleves a las almas a la fuente de mi misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a mi Corazón a un grupo diferente de almas y las sumergirás en este mar de mi misericordia. Y a todas estas almas Yo las introduciré en la casa de mi Padre (...)  Cada día pedirás a mi Padre las gracias para estas almas por mi amarga Pasión". (Diario, N° 1209).

    Fuente:
    Libro "Novena del Señor de la Divina Misericordia" - Caballeros de la Virgen

    Video tomado de Youtube: http://youtu.be/4vTMS0uvDWc