martes, 30 de julio de 2013

San Ignacio de Loyola - (1491-1556) - Fundador de la Compañía de Jesús (Jesuitas) - Fiesta Julio 31



San Ignacio de Loyola
"Para mayor gloria de Dios"
Nació en el año 1491 en Loyola. Su vida transcurrió primero entre la corte real y la milicia; luego se convirtió y estudió teología en París, donde se le juntaron los primeros compañeros con los que había de fundar más tarde, en Roma, la Compañía de Jesús. Ejerció un fecundo apostolado con sus escritos y con la formación de discípulos, que habían de trabajar intensamente por la reforma de la Iglesia. Murió en Roma en el año 1556.



Cronología de la vida de San Ignacio de Loyola

  • 1491 - Año probable del nacimiento de Ignacio de Loyola.
  • 1521 - Colabora en la defensa de Pamplona acosada por el rey de Francia. Es herido en la pierna derecha y enviado a Loyola, donde pasa la convalecencia. En este tiempo caen en sus manos algunos libros piadosos que le hacen descubrir, en la vida de Jesús y de los santos, un nuevo horizonte en su vida. Se produce en Ignacio una primera conversión. Experimenta, igualmente, una lucha interior entre deseos piadosos y deseos mundanos.
  • 1522 - San Ignacio comienza una peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Montserrat. Una vez en Montserrat, hace una confesión general y deja sus vestidos y su espada. Continúa el camino hacia Manresa donde da comienzo a una vida de pobreza, oración, y penitencia. Después de un tiempo de turbación, escrúpulos, dudas y angustias, vivirá una singular experiencia de Dios que recordará toda la vida: "la ilustración del Cardoner". Igualmente comenzará a formular su experiencia espiritual con lo que da comienzo a lo que más adelante será el libro de los Ejercicios Espirituales.
  • 1527 - A lo largo de este año Ignacio vivirá dos procesamientos más y será encarcelado. Al salir de la prisión viaja a Salamanca. Nuevamente tendrá procesos inquisitoriales, se le prohíbe predicar y enseñar materias teológicas por no haber hecho suficientes estudios. Ignacio decide marchar de Salamanca, pasa por Barcelona y se encamina a París.
  • 1538 - San Ignacio celebra su primera misa en la iglesia de "Santa María la Maggiore".
  • 1540 - Paulo III confirma la fundación de la Compañía de Jesús.
  • 1541 - Ignacio comienza la redacción de las Constituciones de la Compañía y es elegido superior general de la misma. A partir de este momento Ignacio vivirá permanentemente en Roma.
  • 1556 - Muerte de San Ignacio de Loyola. Es enterrado en el lugar donde actualmente está la Iglesia del Gesú en Roma.
  • 1609 - El Papa Paulo V beatifica a Ignacio de Loyola.
  • 1622 - Canonización de Ignacio de Loyola por el Papa Gregorio XV.
Reflexiones claves del Diario Espiritual 
de San Ignacio de Loyola


San Ignacio de Loyola
  • Dios me ama más que yo a mí mismo.
  • ¡Siguiéndoos, Jesús, no me puedo perder!
  • Dios proveerá lo que le parezca mejor.
  • ¡Señor, soy un niño! ¿A dónde me lleváis?
  • ¡Jesús, por nada del mundo te dejaría!
  • ¿Qué queréis, Señor, de mí?
  • ¡Señor, sostenedme con vuestra gracia!
  • ¡No merezco, Señor, cuanto recibo!
  • ¡Dadme, Señor, vuestro amor y gracia, éstas me bastan!
  • Jesús, sé mi guía, condúceme.
"A fin de imitar a Cristo Nuestro Señor y asemejarme a Él, de verdad, cada vez más; quiero y escojo la pobreza con Cristo, pobre más que la riqueza; las humillaciones con Cristo humillado, más que los honores, y prefiero ser tenido por idiota y loco por Cristo, el primero que ha pasado por tal, antes que como sabio y prudente en este mundo".
El amor de Dios es la fuente del entusiasmo de Ignacio por la salvación de las almas, por las que emprendió tantas y tan grandes cosas y a las que consagró sus vigilias, oraciones, lágrimas y trabajos. Se hizo todo a todos para ganarlos a todos y al prójimo le dio por su lado a fin de atraerlo al suyo. Recibía con extraordinaria bondad a los pecadores sinceramente arrepentidos; con frecuencia se imponía una parte de la penitencia que hubiese debido darles y los exhortaba a ofrecerse en perfecto holocausto a Dios, diciéndoles que es imposible imaginar los tesoros de gracia que Dios reserva a quienes se le entregan de todo corazón.



Se exhorta a los católicos peguen 
en la puerta de su casa esta cédula:





SAN IGNACIO DE LOYOLA DICE AL DEMONIO ¡NO ENTRES!
San Ignacio de Loyola tiene gran imperio contra los demonios, según lo dice la Iglesia en su oficio: IN DEAMONES MIRUM EXERCUIT IMPERIUM. Por lo cual es costumbre poner en las puertas de los aposentos, por la parte de adentro, esta cédula.

El mismo demonio dijo una vez:
"No puedo entrar sólo que quites la cédula puesta en tu puerta".
Ven. P. Galatuyud, S.J. 
"Yo suelo aconsejarlas en las misiones contra los asaltos e infestación del enemigo y Satanás".
P. Rivadeneira. Lib. A. C.V. En Roma y Padua, echado de los cuerpos por virtud de San Ignacio, exclamó el demonio dando bramidos:
"NO ME MENTÉIS A SAN IGNACIO, QUE ES EL MAYOR ENEMIGO QUE TENGO EN EL MUNDO".

El libro más famoso de San Ignacio se titula: "Ejercicios Espirituales", y es lo mejor que se ha escrito acerca de cómo hacer bien los santos ejercicios. En todo el mundo es leído y practicado este maravilloso libro. Duró 15 años escribiéndolo.


Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola

A continuación presento textualmente el extracto del Quinto Ejercicio que hace referencia al infierno:

"Quinto Ejercicio - Es meditación del infierno: contiene en sí, después de la oración preparatoria, y dos preámbulos, cinco puntos y un coloquio.

La oración preparatoria sea la solita:


Oración que solía repetir
San Ignacio en sus Ejercicios

ORACIÓN
ANIMA CHRISTI


Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del Costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh mi buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que junto con tus ángeles y santos,
Te alabe y Te bendiga
por los siglos de los siglos.
Amén.

El primero preámbulo composición, que es aquí ver con la vista de la imaginación la longura, anchura, y profundidad del infierno.

El segundo, demandar lo que quiero: será aquí pedir interno sentimiento de la pena que padecen los dañados, para que, si del amor del Señor eterno me olvidare por mis faltas, a lo menos el temor de las penas me ayude para no venir en pecado.

El primero punto, será ver con la vista de la imaginación los grandes fuegos, y las ánimas como en cuerpos ígneos.

El segundo, oír con las orejas llantos, alaridos, voces, blasfemias contra Cristo Nuestro Señor y contra todos sus Santos.

El tercero, oler con el olfato humo, piedra, azufre, sentina, y cosas pútridas.

El cuarto, gustar con el gusto cosas amargas, así como lágrimas, tristeza, y el verme de la consciencia.

El quinto, tocar con el tacto, es a saber, cómo los fuegos tocan y abrasan las ánimas.

Haciendo un coloquio a Cristo Nuestro Señor, traer a la memoria las ánimas que están en el infierno, unos porque no creyeron el advenimiento; otras, creyendo, no obraron según sus mandamientos: haciendo tres partes, la primera antes del advenimiento; la segunda en su vida; la tercera después de su vida en este mundo; y con ésto darle gracias porque no me ha dejado caer en ninguna de estas, acabando mi vida. Así mismo, cómo hasta ahora siempre ha tenido de mí tanta piedad y misericordia; acabando con un Pater Noster.

El primero Ejercicio se hará a la medianoche; el segundo luego en levantándose a la mañana; el tercero antes o después de la Misa, finalmente que sea antes de comer; el cuarto a la hora de las Vísperas; el quinto una hora antes de cenar. Esta repetición de horas más o menos (siempre entiendo en todas las cuatro semanas, según la edad, disposición y temperatura), ayuda a la persona que se ejercita para hacer los cinco ejercicios o menos".


El santo proponía a los pecadores esta oración, que él solía repetir:




Tomad, Señor,
y recibid toda mi libertad,
mi memoria, mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Vos me lo disteis,
a Vos, Señor, lo torno.
Todo es Vuestro,
disponed de ello
según Vuestra Voluntad.
Dadme Vuestro Amor y Gracia,
que éstas me bastan.
Amén.



Fuente - Texto tomado de ES.WIKIPEDIA.ORG:
http://es.wikipedia.org/wiki/Ignacio_de_Loyola

Fuente - Texto tomado del Libro "Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola" en PDF de Google:
http://books.google.com

Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:
http://www.corazones.org/santos/ignacio_loyola.htm



Fuente - Texto tomado de ENCUENTRA.COM:


Video tomado de Youtube:

San Pedro Crisólogo - Doctor de la Iglesia Año 451 - Fiesta Julio 30





Crisólogo significa: El que habla muy bien

Este santo ha sido uno de los oradores más famosos de la Iglesia Católica. Nació en Imola (Italia) y fue formado por Cornelio, obispo de esa ciudad, por el cual conservó siempre una gran veneración. Este santo prelado lo convenció de que en el dominio de las propias pasiones y en el rechazar los malos deseos reside la verdadera grandeza, y que éste es un medio seguro para conseguir las bendiciones de Dios.

Pedro gozó de la amistad del emperador Valentiniano y de la madre de éste, Plácida, y por recomendación de ellos dos, fue nombrado Arzobispo de Ravena (la ciudad donde vivía el emperador). También gozó de la amistad del Papa San León Magno.

Cuando empezó a ser arzobispo de Ravena, había en esta ciudad un gran número de paganos. Y trabajó con tanto entusiasmo por convertirlos, que cuando él murió ya eran poquísimos los paganos o no creyentes en esta capital. A la gente le agradaban mucho sus sermones (y por eso le pusieron el sobrenombre de crisólogo, o sea: el que habla muy bien). Su modo de hablar era conciso, sencillo y práctico. Sabía explicar muy claramente las principales verdades de la fe. A ratos se entusiasmaba tanto mientras predicaba, que la misma emoción le impedía seguir hablando, y el público se contagiaba de su entusiasmo y empezaban muchos a llorar. En los dos meses más calurosos del verano dejaba de predicar y explicaba así jocosamente a sus oyentes el porqué de esta determinación:
"En este tiempo de calores tan bochornosos no les predico, porque ustedes se apretujan mucho para escucharme y con estas temperaturas tan altas llegan los ahogos y trastornos, y después le echan toda la culpa de ello a mis sermones"
La gente se admiraba de que en predicaciones bastante breves, era capaz de resumir las doctrinas más importantes de la fe. Se conservan de él, 176 sermones, muy bien preparados y cuidadosamente redactados. Por su gran sabiduría al predicar y escribir, fue nombrado Doctor de la Iglesia, por el Papa Benedicto XIII. Recomendaba mucho la comunión frecuente y exhortaba a sus oyentes a convertir la Sagrada Eucaristía en su alimento de todas las semanas. Murió el 30 de julio del año 451.


Quiera nuestro buen Dios
concedernos que muchos predicadores
y catequistas de nuestro tiempo
merezcan también el apelativo
de Crisólogos: los que hablan muy bien.

Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica
(Lc. 8,21)

Fuente - Texto tomado de EWTN:
http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Pedro_Cris%C3%B3logo.htm