sábado, 26 de noviembre de 2011

Virgen de la Medalla Milagrosa - Fiesta Noviembre 27



El 27 de noviembre de 1830 la Virgen Santísima se apareció a Santa Catalina Labouré, humilde religiosa vicentina, y se le apareció de esta manera:

Sábado víspera del primer domingo de Adviento, en la capilla, estaba Sor Catalina haciendo su meditación, cuando le pareció oír el roce de un traje de seda. Aparece la Virgen Santísima, vestida de blanco con mangas largas y túnica cerrada hasta el cuello. Cubría su cabeza un velo blanco que sin ocultar su figura caía por ambos lados hasta los pies. Cuando quiso describir su rostro sólo acertó a decir que era la Virgen María en su mayor belleza. Sus pies posaban sobre un globo blanco, del que únicamente se veía la parte superior, y aplastaban una serpiente verde con pintas amarillas. Sus manos elevadas a la altura del corazón sostenían otro globo pequeño de oro, coronado por una crucecita.

La Santísima Virgen mantenía una actitud suplicante, como ofreciendo el globo. A veces miraba al cielo y a veces a la tierra. De pronto sus dedos se llenaron de anillos adornados con piedras preciosas que brillaban y derramaban su luz en todas direcciones, circundándola en este momento de tal claridad, que no era posible verla. Tenía tres anillos en cada dedo; el más grueso junto a la mano; uno de tamaño mediano en el medio, y no más pequeño, en la extremidad. De las piedras preciosas de los anillos salían los rayos, que se alargaban hacia abajo; llenaban toda la parte baja.

Mientras Sor Catalina contemplaba a la Virgen, Ella la miró y dijo a su corazón:
"Este globo que ves (a los pies de la Virgen) representa al mundo entero, especialmente Francia y a cada alma en particular. Estos rayos simbolizan las gracias que yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no piden".
"Este globo que has visto es el mundo entero donde viven mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos aquellos que me invocan como Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan".
Con estas palabras La Virgen se da a conocer como la mediadora de las gracias que nos vienen de Jesucristo.

El globo de oro (la riqueza de gracias) se desvaneció de entre las manos de la Virgen. Sus brazos se extendieron abiertos, mientras los rayos de luz seguían cayendo sobre el globo blanco de sus pies.

La Medalla Milagrosa


En este momento se apareció una forma ovalada en torno a la Virgen y en el borde interior apareció escrita la siguiente invocación:
"María sin pecado concebida, ruega por nosotros, que acudimos a ti".
Estas palabras formaban un semicírculo que comenzaba a la altura de la mano derecha, pasaba por encima de la cabeza de la Santísima Virgen, terminando a la altura de la mano izquierda. Oyó de nuevo la voz en su interior:
"Haz que se acuñe una medalla según este modelo. Todos cuantos la lleven puesta recibirán grandes gracias. Las gracias serán más abundantes para los que la lleven con confianza".
La aparición, entonces, dio media vuelta y quedó formado en el mismo lugar el reverso de la medalla.

En él aparecía una M, sobre la cual había una Cruz descansando sobre una barra, la cual atravesaba la letra hasta un tercio de su altura, y debajo los corazones de Jesús y de María, de los cuales el primero estaba circundando de una corona de espinas, y el segundo traspasado por una espada. En torno había doce estrellas.

La misma aparición se repitió, con las mismas circunstancias, hacia el fin de diciembre de 1830 y a principios de enero de 1831. La Virgen dijo a Catalina:
"En adelante, ya no verás, hija mía; pero oirás mi voz en la oración".
Un día que Sor Catalina estaba inquieta por no saber qué inscripción poner en el reverso de la medalla, durante la oración, la Virgen le dijo:
"La M y los dos corazones son bastante elocuentes".
Símbolos de la Medalla y mensaje espiritual

En el Anverso:
  • María aplastando la cabeza de la serpiente que está sobre el mundo. Ella, la Inmaculada, tiene todo poder en virtud de su gracia para triunfar sobre Satanás.
  • El color de su vestuario y las doce estrellas sobre su cabeza: la mujer del Apocalipsis, vestida del sol.
  • Sus manos extendidas, transmitiendo rayos de gracia, señal de su misión de madre y mediadora de las gracias que derrama sobre el mundo y a quienes pidan.
  • Jaculatoria: Dogma de la Inmaculada Concepción (antes de la definición dogmática de 1854). Misión de intercesión, confiar y recurrir a la Madre.
  • El globo bajo sus pies: Reina de cielos y tierra.
  • El globo en sus manos: el mundo ofrecido a Jesús por sus manos.
En el Reverso:
  • La Cruz: el misterio de redención, precio que pagó Cristo. Obediencia, sacrificio, entrega.
  • La M: símbolo de María y de su maternidad espiritual.
  • La Barra: es una letra del alfabeto griego, "yota" o I, que es monograma del nombre, Jesús.
  • Agrupados ellos: La Madre de Jesucristo Crucificado, el Salvador.
  • Las doce estrellas: signo de la Iglesia que Cristo funda sobre los apóstoles y que nace en el Calvario de su corazón traspasado.
  • Los Dos Corazones: La corredención. Unidad indisoluble. Futura devoción a los dos y su reinado.
Nombre

La Medalla se llamaba originalmente: "De la Inmaculada Concepción", pero al expandirse la devoción y haber tantos milagros concedidos a través de ella, se le llamó popularmente: "La Medalla Milagrosa".

Fuente - Texto tomado de EWTN:
Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:

Lectura del Santo Evangelio Según San Marcos 13, 33-37


33. Estad, pues, alerta, velad y orad, ya que no sabéis cuándo será el tiempo.

34. A la manera de un hombre que saliendo a un viaje largo dejó su casa, y señaló a cada uno de sus criados lo que debía hacer, y mandó al portero que velase.

35. Velad, pues, también vosotros (porque no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa: si a la tarde, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer).

36. No sea que viniendo de repente, os encuentre dormidos.

37. En fin, lo que a vosotros os digo, a todos lo digo: Velad.

Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús