jueves, 24 de noviembre de 2011

Lectura del Santo Evangelio Según San Lucas 21, 20-28 - Noviembre 24 de 2011


20. Mas por lo que toca a la ruina de este pueblo, cuando viereis a Jerusalén estar cercada por un ejército, entonces tened por cierto que su desolación está cerca.

21. En aquella hora los que se hallan en Judea, huyan a las montañas; los que habitan en medio de la ciudad, retírense, y los que están en los contornos, no entren.

22. Porque días de venganza son éstos, en que se han de cumplir todas las cosas como están escritas.

23. Pero ¡ay de las que están encinta, o criando en aquellos días!, pues este país se hallará en grandes angustias, y la ira de Dios descargará sobre este pueblo.

24. Parte morirán a filo de espada; parte serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta tanto que los tiempos de las naciones acaben de cumplirse.

25. Veránse, empero, antes fenómenos prodigiosos en el sol, la luna y las estrellas, y en la tierra estarán consternadas y atónitas las gentes por el estruendo del mar y de las olas.

26. Secándose los hombres de temor y de sobresalto, por las cosas que han de sobrevenir a todo el universo; porque las virtudes de los cielos o esferas celestes estarán bambaleando.

27. Y entonces será cuando verán al Hijo del hombre venir sobre una nube con grande poder y majestad.

28. Como quiera, vosotros, fieles discípulos míos, al ver que comienzan a suceder estas cosas, abrid los ojos, y alzad la cabeza, estad de buen ánimo, porque vuestra redención se acerca.

Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

Primera Lectura Daniel 6, 12-28 - Jueves 24 de Noviembre de 2011


12. Y habiendo ido al rey, le hablaron acerca del edicto, diciendo:
"¡Oh rey!, ¿no has mandado que cualquiera persona que hasta pasado el espacio de treinta días rogase a algún dios o algún hombre, sino a ti, ¡oh rey!, fuera echado en el lago de los leones?"
A lo que respondió el rey diciendo:
"Verdad es, según ley de los medos y persas, la cual no es lícito quebrantar".
13. Entonces repusieron, y dijeron al rey:
"Daniel, uno de los hijos cautivos de Judá, no ha hecho caso de tu ley ni del edicto que tú pusiste; sino que tres veces al día hace oración a su manera".
14. Al oír ésto quedó el rey muy contristado, y resolvió en su corazón salvar a Daniel; y hasta que el sol se puso trabajó por librarle.

15. Mas aquellos hombres, conociendo el ánimo del rey, le dijeron:
"Sepas, ¡oh rey!, que es ley de los medos y de los persas, que sea inmutable todo edicto puesto por el rey".
16. Entonces dio el rey la orden, y trajeron a Daniel, y le echaron en el lago de los leones. Y dijo el rey a Daniel:
"Tu Dios, a quien siempre adoras, Él te librará".
17. Y trajeron una piedra, y la pusieron sobre la boca del lago; y la selló el rey con su anillo y con el anillo de sus magnates, a fin de que nada pudiese intentarse contra Daniel.

18. Volvióse luego el rey a su palacio, se acostó sin cenar, ni se puso delante de él comida alguna, y además no pudo conciliar el sueño.

19. Al otro día, levantándose el rey muy de mañana, fue a toda prisa al lago de los leones.

20. Y arrimándose a la fosa llamó a Daniel, con voz llorosa, diciendo:
"¡Daniel, siervo del Dios vivo!, el Dios tuyo a quien sirves siempre, ¿ha podido acaso librarte de los leones?"
21. Y Daniel respondió al rey, diciendo:
"¡Oh rey, vive para siempre!
22. Mi Dios envió su Ángel, el cual cerró las bocas de los leones, y no me han hecho daño ninguno; porque he sido hallado justo delante de Él; mas ni tampoco para contigo, ¡oh rey!, he cometido delito alguno".
23. Llenóse entonces el rey de la mayor alegría por amor a Daniel, y mandó que sacasen a Daniel fuera del lago, y sacado que fue, no se halló en él lesión ninguna porque tuvo confianza en su Dios.

24. Luego por orden del rey fueron traídos aquellos que habían acusado a Daniel, y fueron echados en el lago de los leones ellos, y sus hijos, y sus mujeres; y aún no habían llegado al suelo del lago, cuando ya los leones los arrebataron, y desmenuzaron todos sus huesos.

25. Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, tribus y lenguas, que habitan sobre la tierra:
"La paz abunde más y más en vosotros:
26. Ha sido decretado por mí que en todo mi imperio y reino se respete y tema al Dios de Daniel; porque Él es el Dios viviente y eterno para siempre; y su reino no será destruído, y eterno es su poder.
27. Él es el libertador y el salvador, el que obra prodigios y maravillas en cielo y tierra; Él es el que ha librado a Daniel del lago de los leones".
28. Conservóse después Daniel en grande honor durante el reinado de Darío y el reinado de Ciro, rey de los persas.