jueves, 6 de octubre de 2011

Nuestra Señora del Santo Rosario - Fiesta Octubre 7

Fiesta Martirologio Romano
Memoria de la Santísima Virgen María del Rosario




En este día se pide la ayuda de la Santa Madre de Dios por medio del Rosario o corona mariana, meditando los misterios de Cristo, bajo la guía de Aquélla que estuvo especialmente unida a la Encarnación, Pasión y Resurrección del Hijo de Dios.

Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció en 1208 a Santo Domingo de Guzmán, en una capilla del monasterio de Prouilhe (Francia) con un rosario en las manos, le enseñó a rezarlo y le dijo que lo predicara entre los hombres; además, le ofreció diferentes promesas referentes al rosario. El santo se lo enseñó a los soldados liderados por su amigo Simón IV de Montfort antes de la Batalla de Muret, cuya victoria se atribuyó a la Virgen. Por ello, Montfort erigió la primera capilla dedicada a la imagen.

En el siglo XV su devoción había decaído, por lo que nuevamente la imagen se apareció al beato Alano de la Rupe, le pidió que la reviviera, que recogiera en un libro todos los milagros llevados a cabo por el rosario y le recordó las promesas que siglos atrás dio a Santo Domingo.




Promesas de Nuestra Señora, Reina del Rosario, tomadas de los escritos del Beato Alano


  1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
  2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
  3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
  4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
  5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
  6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
  7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
  8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
  9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
  10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
  11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
  12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
  13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
  14. Los que rezan el Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
  15. La devoción al Santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.
Indulgencias del Rosario



Los Papas han promulgado el Santo Rosario y han asignado numerosas indulgencias:

"Se confiere una Indulgencia Plenaria si el Rosario se reza en una Iglesia o un oratorio público o en familia, en una comunidad religiosa o asociación pía; se otorga una Indulgencia Parcial en otras circunstancias" (Enchiridion de Indulgencias, p. 67).


Condiciones

  1. Que se recen las cinco decenas del Rosario sin interrupción.
  2. Las oraciones sean recitadas y los misterios meditados.
  3. Si el Rosario es público, los Misterios deben ser anunciados.

Además debe cumplirse

  1. Confesión Sacramental.
  2. Comunión Eucarística.
  3. Oraciones por las intenciones del Papa.
  4. Si no se cumplen las condiciones, puede aún ganarse indulgencia parcial.
  5. La indulgencia puede ser aplicada a los difuntos. La indulgencia plenaria sólo puede ganarse una vez al día (excepto en peligro de muerte).

El rezo del Santo Rosario es una de las devociones más firmemente arraigada en el pueblo cristiano. Popularizó y extendió esta devoción el Papa San Pío V, en el día aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la Batalla de Lepanto (1571), victoria atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del Rosario. Más hoy la Iglesia no nos invita tanto a rememorar un suceso lejano, cuanto a descubrir la importancia de María dentro del misterio de la salvación y a saludarla como Madre de Dios, repitiendo sin cesar: Ave María.

La celebración de este día es una invitación a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la Encarnación, la Pasión y la Gloria de la Resurrección del Hijo de Dios.

Fuente - Texto tomado de CATHOLIC.NET:
http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=421


Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:
http://www.corazones.org/maria/rosario_historia.htm