sábado, 7 de mayo de 2011

Lectura del Santo Evangelio Según San Lucas 24, 13-35

13. En este mismo día dos de ellos iban a una aldea llamada Emmaús, distante de Jerusalén el espacio de sesenta estadios.

14. Y conversaban entre sí de todas las cosas que habían acontecido.

15. Mientras así discurrían y conferenciaban recíprocamente, el mismo Jesús juntándose con ellos caminaba en su compañía.

16. Mas sus ojos estaban como deslumbrados para que no le reconociesen.

17. Díjoles, pues:

"¿Qué conversación es esa que caminando lleváis entre los dos, y por qué estáis tan tristes?"

18. Uno de ellos, llamado Cleofás, respondiendo, le dijo:

"¿Tú sólo eres tan extranjero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado en ella estos días?"

19. Replicó Él:

"¿Qué?"

"Lo de Jesús Nazareno", respondieron.

"El cual fue un profeta, poderoso en obras y en palabras, a los ojos de Dios y de todo el pueblo.

20. Y cómo los príncipes de los sacerdotes y nuestros jefes le entregaron a Pilatos para que fuese condenado a muerte y le han crucificado.

21. Mas nosotros esperábamos que Él era el que había de redimir a Israel; y no obstante, después de todo esto, he aquí que estamos ya en el tercer día después que acaecieron dichas cosas.

22. Bien es verdad que algunas mujeres de entre nosotros nos han sobresaltado, porque antes de ser de día fueron al sepulcro.

23. Y, no habiendo hallado su cuerpo, volvieron, diciendo habérseles aparecido unos ángeles, los cuales les han asegurado que está vivo.

24. Con eso algunos de los nuestros han ido al sepulcro, y hallado ser cierto lo que las mujeres dijeron; pero a Jesús no le han encontrado".

25. Entonces les dijo Él:

"¡Oh necios, y tardos de corazón para creer todo lo que anunciaron ya los profetas!

26. Pues qué, ¿por ventura no era conveniente que el Cristo padeciese todas estas cosas, y entrase así en su gloria?"

27. Y empezando por Moisés, y discurriendo por todos los profetas, les interpretaba en todas las Escrituras los lugares que hablaban de él.

28.  En esto llegaron cerca de la aldea adonde iban; y Él hizo ademán de pasar adelante.

29. Mas le detuvieron por fuerza, diciendo:

"Quédate con nosotros, porque ya es tarde, y va ya el día de caída".

Entró, pues, con ellos.

30. Y estando juntos a la mesa, tomó el pan, y lo bendijo, y habiéndolo partido, se lo dio.

31. Con lo cual se les abrieron los ojos, y le conocieron; mas Él de repente desapareció de su vista.

32. Entonces se dijeron uno a otro:

"No es verdad que sentiamos abrasarse nuestro corazón, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?"

33. Y levantándose al punto regresaron a Jerusalén, donde hallaron congregados a los once apóstoles y a otros de su séquito.

34. Que decían:

"El Señor ha resucitado realmente, y se ha aparecido a Simón".

35. Ellos por su parte contaban lo que les había sucedido en el camino, y cómo le habían conocido al partir el pan.

Palabra de Dios
Gloria a Ti, Señor Jesús

Novena a Nuestra Señora de Fátima - Día Cuarto

Amor a la Iglesia



Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria

¡Oh Santísima Virgen María, Reina de la Iglesia!, que exhortaste a los pastorcitos de Fátima a rogar por el Papa, e infundiste en sus almas sencillas una gran veneración y amor hacia él, como Vicario de vuestro Hijo y su representante en la tierra. Infúndenos también a nosotros el espíritu de veneración y docilidad hacia la autoridad del Romano Pontífice, de adhesión inquebrantable a sus enseñanzas, y en él y con él un gran amor y respeto a todos los ministros de la Santa Iglesia, por medio de los cuales participamos de la vida de la gracia en los sacramentos.

Meditar y rezar la Oración Final

Texto tomado del Libro "Novena a Nuestra Señora de Fátima" - Caballeros de la Virgen