sábado, 30 de abril de 2011

Lectura del Santo Evangelio Según San Juan 20, 19-31


19. Aquel mismo día primero de la semana, siendo ya muy tarde, y estando cerradas las puertas de la casa, donde se hallaban reunidos los discípulos por miedo de los judíos, vino Jesús, y apareciéndose en medio de ellos, les dijo:
"La paz sea con vosotros".
20. Dicho ésto, mostróles las manos y el costado. Llenáronse de gozo los discípulos con la vista del Señor.

21. El cual les repitió:

"La paz sea con vosotros. Como mi Padre me envió, así os envío también a vosotros".

22. Dichas estas palabras, alentó, o dirigió el aliento, hacia ellos; y les dijo:

"Recibid el Espíritu Santo:
23. Quedan perdonados los pecados a aquellos a quienes los perdonareis; y quedan retenidos a los que se los retuviereis".
24. Tomás, empero, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.

25. Dijéronle después los otros discípulos:
"Hemos visto al Señor".
Mas él les respondió:
"Si yo no veo en sus manos la hendidura de los clavos, y no meto mi dedo en el agujero que en ellas hicieron, y mi mano en la llaga de su costado, no lo creeré".
26. Ocho días después, estaban otra vez los discípulos en el mismo lugar, y Tomás con ellos, vino Jesús estando también cerradas las puertas, y púsoseles en medio, y dijo:

"La paz sea con vosotros".


27. Después dice a Tomás:

"Mete aquí tu dedo, y registra mis manos, y trae tu mano y métela en mi costado, y no seáis incrédulo, sino fiel".

28. Respondió Tomás, y le dijo:

"¡Señor mío, y Dios mío!"

29. Díjole Jesús:
"Tú has creído, ¡oh Tomás!, porque me has visto; bienaventurados aquellos que sin haberme visto han creído".
30. Muchos otros milagros hizo también Jesús en presencia de sus discípulos, que no están escritos en este libro.

31. Pero éstos se han escrito con el fin de que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que, creyendo; tengáis vida eterna, en virtud de su nombre.

Palabra de Dios
Gloria a Ti, Señor Jesús

Papa Juan Pablo II - Su Beatificación

EVANGELIUM VITAE

A los Obispos,
A los Sacerdotes y Diáconos,
A los Religiosos y Religiosas,
A los Fieles laicos,
Y a todas las Personas de Buena Voluntad,
Sobre el Valor y el Caracter Inviolable
De la Vida Humana

ORACIÓN PAPA JUAN PABLO II




Oh María,
aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira, Madre, el número inmenso
de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas
de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia
o de una presunta piedad.

Haz que quienes creen en Tu Hijo
sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.

Alcánzales la gracia de acogerlo
como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo
con solícita constancia, para construir,
junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador,
y amante de la vida.

Dado en Roma, junto a San Pedro, el 25 de marzo, Solemnidad de la Anunciación del Señor, del año 1995, decimoséptimo de mi Pontificado.

IOANNES PAULUS PP. II

Fuente - Oración tomada del Vaticano: